La Fluidez de tus Dedos Cap 1

Jueves 4 AM

Redd suspiró nuevamente mientras tomaba otro sorbo a su vaso con whisky. El pequeño hielo que antes era una enorme bola de hielo estaba a punto de terminar de fundirse en el alcohol que llevaba horas rellenando. Maldecía su enorme y corpulento cuerpo y lo difícil que era conseguir ponerse ebrio. Quería espantar ideas en su cabeza y sobre todo lo bien que se había pasado aquella noche.

Había comenzado temprano la tarde practicando con el piano hasta que llegara Tequila y se perdió en el mundo musical que lo llevaban sus sensibles y ágiles dedos. Jugueteando con el piano cuál amante disfrutaba el frio tacto del marfil en sus manos y escuchar cada diferente sonido combinarse en una sinfonía llena de delicias y felicidad. Éste era su mundo, alejado de los borrachos problemáticos, los apostadores obsesivos y más cerca de aquellos que venían a extasiarse y perderse en sus melodías y en la voz de la genialidad en la voz Tequila Belle.

-Redd, cariño recuerda no exaltarte tanto en la presentación que hasta mi voz le cuesta seguir a veces la velocidad de tus dedos- Tequila entró por la puerta detrás de Redd y se acercó suavemente al piano. Redd se levantó y tomó ambas manos de la cantante la cual cariñosamente respondió el saludo con dos besos, uno en cada mejilla del gigante.

Tequila era una diva de la canción. Su voz era halagada y reconocida por todo el mundo, y lo que hacía más deseable es que nunca cedió a comercializarse. Así que su popularidad era cómo un rumor y un secreto receloso entre sus fans, secreto que no podían guardar y siempre terminaban por decir "Todo lo vale si puedo escuchar una canción de la señorita Belle." Pese a verse inalcanzable y difícil de conversar, Tequila era un amor con todos sus seres cercanos. Que entre la mayoría de las ocasiones se centraba en Lucas, Aurum y por supuesto su pianista de cabecera Redd.

Tequila se dirigió al escenario y comenzó a canturrear suavemente. Lo hacía antes de cada práctica, repetía una y otra vez una misma canción desolada, la cual Redd sólo había atrapado una frase. "Que pérdida de tiempo". Redd comenzó a tocar regresándola al escenario y ella en respuesta comenzó a alzar su voz, haciendo suyo el escenario. Una nota aguda por aquí, un vibrato por allá, sosteniendo con fuerza una nota que hacía temblar a todo el pequeño teatro, los vidrios al punto de estallar.

Unos aplausos interrumpieron las notas y toda la intensidad ser perdió en el momento. Tequila volteó a ver molesta, mientras Redd volteó rápido a ver quién interrumpía sus melodías. Ya hubo una ocasión que olvidaron cerrar el teatro y un productor se había colado. Con un solo "no estoy interesada" de Tequila había sido la señal para Redd de muy amablemente tomar al hombre de la cintura y pese a la lucha que opuso el hombre, Redd sin problemas lo había llevado a las puertas de los salones de música. Lo depositó con gentileza y muy amablemente le dijo "Por favor no regrese", cerrando la puerta detrás de él. Redd no lo quería, pero por más amable que fuera, su persona era imponente y muchos habían terminado cediendo a la fuerza de sus músculos. Los cuáles siempre tenía listos, pero en esta ocasión probablemente no era necesario.

Los aplausos salieron de uno de los armarios para dejar los abrigos y de ahí salió un hombre de poco cabello castaño que caía a una arreglada y espesa barba del mismo color chocolate, combinando perfectamente con su piel de color canela.

-Grayson Greyson! – Estalló enfadada Tequila – Acabas de interrumpir una sesión muy importante de práctica. El concierto es el sábado y tenemos que estar preparados para entonces.

-Señorita Belle, usted no necesita practicar. Su voz ya es demasiado hermosa para que se gaste en un lugar sin público y mi muy querido amigo Redd seguro necesita un descanso y un trago. Ha estado tocando toda la tarde. – Redd se puso algo rojo al sentir la mano de Grayson en la suya, mientras la tomaba y se la mostraba a Tequila, cómo mostrando a un niño cansado que necesita su siesta.

-Apenas llevamos dos canciones, viejo chiflado de dónde sacas que lleva toda la tarde –

-Porque obvio llevo desde las doce escudriñando en las salas de música y teniendo a Redd de extraordinaria música de fondo para mi expedición de tesoros.- Redd sintió sus mejillas ponerse aún más rojas al sentirse extremadamente descuidado. Según él había entrado a la sala de música, revisado todas las habitaciones y cerrado todas ellas. Tequila tenía las llaves de todas las salas de música por lo que no tenía problema en dejar todo seguro para sus prácticas.

-Juro haber cerrado todo… - Dijo Redd en un suave balbuceo.

-Oh mi muy querido amigo- Contestó el barbón – Nunca debes menospreciar la habilidad de mis dedos. Si hay una puerta cerrada, sólo me invita más a abrirla. – Grayson estalló en una animada carcajada, Tequila tenía la cara roja de ira y Redd hacía lo posible en pensar cómo apaciguar la situación.

-Redd! Por lo que más quieras, saca a este bufón de mi vista! - Redd tomó suavemente a Grayson de la cintura y sin problema se lo llevó fuera del teatro. Grayson por su lado no paró de reír hasta casi asegurarse que Tequila no los escuchaba.

-Mi querido amigo, ¿es tan fácil llevarme? Y yo creí que había engordado unos cuántos kilos –

-¿Es así? No te siento más pesado-

-Quizás es por la manera tan poco propia en que me cargas-

-Oh ¿Estás incómodo? – Redd lo levantó y se puso al hombre en su hombro

-Creo que ahora estoy más incómodo al saber que estás viéndome las viejas mejillas. – El rostro de Redd se sonrojó de nuevo al notar que realmente tenía el redondo trasero de su amigo a la vista. No es que fuera algo desagradable para él… pero con el comentario de Grayson, dejarlo ahí sólo podría exponer su pensar.

-¿Qué tal así? – Sin esfuerzo Red lo cargó en brazos. Sus rostros cerca uno del otro volvieron a apenar al gigante, mientras su amigo soltó una risotada.

-Mi muy querido amigo, adoro ver tu rostro con caras tan graciosas, pero parece que tú no puedes con la virilidad del mío. – De un movimiento rápido y suave Redd tomó a Grayson de los brazos y lo puso en su espalda. – Oh! Esto en cambio es muy interesante. Me siento cómo Napoleón sobre su fiel y bello corcel. – Redd soltó una carcajada y relinchó mientras terminó de llevar a su amigo hacia las afueras de los salones de música. Dónde lo bajo con el mayor de los cuidados. Después de quejarse un rato de Tequila y hacerle prometer que se verían más tarde, Greyson partió hacía el bar "What's your poison?"

Después de la práctica ambos se juntaría a hablar de temas varios incluyendo, la mansión, Lucas, el casino, el negocio de Grayson, Tequila Belle, aderezado con muchas de las aventuras de Grayson en sus tiempos de ladrón. Redd lo admiraba demasiado, y a veces se preguntaba por qué un hombre tan aventurero, divertido e interesante, le gustaba pasar tiempo con él. Pese a su tamaño era extremadamente tímido y cuidadoso. Odiando la violencia fue que Lucas se dio cuenta que Redd no era un elemento ideal para seguridad sino algún otro trabajo en los que su amabilidad y sensibilidad fuera mejor recibida. Siguieron bebiendo y platicando hasta altas horas de la noche y sonando la 1 de la mañana Grayson lo estrechó en un abrazo.

-Mi buen Redd, eres el mejor amigo que pueda tener. Estoy feliz que estés siempre escuchando mis tonterías y si alguna vez quieres salir de esta prisión dorada y de diversión sólo dímelo. Seré tu caballero y te rescataré. - Redd sólo pudo sonreír ampliamente. Su amigo ya se encontraba bastante borracho y había que enviarlo a casa. Por lo que sin problemas lo llevó cargando hasta la entrada dónde uno de los sirvientes amablemente llamó un taxi para él.

Irse con él sonaba de lo más apetecible. Quizás pudiera atreverse en robarle al ladrón un beso en el camino de ida a su casa. La sola idea calentaba su cara y no podía más que sentirse un monstruo acosador. Redd suspiró nuevamente mientras tomaba otro sorbo a su vaso con whisky. El reloj dio las 5 de la mañana cuándo se abrió la puerta y entró al bar uno de los sirvientes. El hombre se retiró una pesada máscara con un nueve de espadas marcada en la máscara y se puso tras el bar. El hombre de cabello corto y plateado se arregló un poco el cabello antes de servir un vaso con agua y pasarlo a Redd.

-Amo Redd, que raro verlo tan temprano…