La chica abría poco a poco sus ojos, se había despertado por un dolor de sus venas que no la había dejado seguir durmiendo.

Al abrir completamente sus ojos logro divisar un techo gris con moho en todas las esquinas ¿Dónde estaba? Trato de mover su cabeza, pero otro dolor la detuvo y entendió todo de golpe.

Había tratado de escapar, pero Orochimaru apareció enfrente de ella impidiéndole seguir corriendo, la aventó contra la pared y en un rápido movimiento vio como le colocaba el Sello de los Cinco Elementos impidiéndole seguir con la batalla. Luego vio a Orochimaru hacer unas señas hacia los arboles y entre los arboles salió a paso lento a Sasuke Uchiha el maldito consentido de Orochimaru, vio a Sasuke como hacia la técnica del Chidori Nagashi la cual se dirigió directo a su estomago dejándola inconsciente no sin antes un dolor intenso recorrer todo su cuerpo.

Tsk, no logro escapar este sería el decimo intento fallido en 15 años, ¿algún día lograría escapar? No lo creía, ella nunca lograría escapar en toda su miserable vida ¿para que la quería ahí, si siempre la tenía encerrada? No entendía nada.

Lo más seguro es que el malnacido de Orochimaru sellara su chackra con ese maldito casco y un liquido parecido al suero que siempre le sellaba los conductos de chackra para inmovilizarla.

Ahora ese sería su castigo, estar con el maldito dolor por más de 1 mes, ahí encerrada en la habitación oscura y fria, acostada en la cama de piedra, sin comer ni beber.

Pasaron no sé cuantos días, pero como lo había dicho, definitivamente estaba castigada no creía ver la luz en unos cuantos días.

- Sara, vas a comer – entro Orochimaru y dijo aquellas palabra con un tono fingido de felicidad – al rato viene Karin te llevara a bañarte y alistarte esta noche cenaras en la mesa. – dijo para cerrar luego la puerta sin decir nada más.

Sara suspiro, como odiaba que digiera su nombre, tampoco le gustaba obedecerlo pero tampoco quería estar otra vez en esa habitación.

No supo cuanto tiempo paso, pero oyó la voz tranquila de Karin llamara. Sintió un gran alivio, por fin saldría de ahí y ya podría comer, beber y ver la luz.

- Huesitos, vamos a bañarte y a desayunar – dijo mientras le quitaba el casco y las agujas del `suero´ ese. Conforme Karin quitaba las agujas y el casco, Sara lograba a ser pequeñas muecas de dolor y hasta que se arranco la última aguja, logro dar una pequeña exclamación.

- Cof, cof, n-no me ordenes nada, p-pelos de l-león – logro articular Sara con la voz ronca por la falta de uso, esas palabras para ellas eran ´todo acabo´ y un ´gracias´

- Vamos al rato va a ver una cena con Orochimaru, al parecer muy importante

- L-lo sé – interrumpió a Karin – hace rato vino a d-decírmelo, ¿sabes que quiere? - pregunto, esperando que no sea nada grave o algo que la perjudicara.

- ¡Deja de comer, los huesos

- N-no es que yo no escuché pedidos

Finalizaron la discusión mientras salían de la habitación, Sara caminaba con dificultad por lo cual Karin le ayudo a caminar pasando su brazo por su cuello.

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Después de desayunar esa horrible comida que daban en ese infierno, se baño y vistió con una camisa blanca de hombre y una falda-short azul que le llegaba a la mitad de sus muslos y una chamarra azul con un gorro que tapaba hasta la frente y Karin llevaba su común capa azul con gorra.

Karin le había dado esa ropa que había conseguido rescatar de los esclavos reclutados, era cómoda esa ropa y le permitiría luchar bien si llegara a ver una pelea.

Ya era de noche, el tiempo paso volando. Según le había dicho Karin Orochimaru fue hoy a las 5 de la madrugada y ella fue por ella a las 11 am, desayunaron y se fue a bañar a las 2 pm y salió a las 5 pm, comió y se empezó a arreglar. Todo eso en aquel pequeño cuartito siendo vigilada por Karin.

Estaban caminando por los fríos pasillos directo al comedor.

Sara estaba preocupada y algo nerviosa, pero no le ensañaría ni la mas mínima partícula de miedo o nerviosismo a Orochimaru, eso sí que no, no era una niña asustadiza si no alguien que veía cualquier oportunidad como algo práctico.

- Llegamos, no seas tú y estarás bien – Karin interrumpió sus pensamientos, claro como si le fuera a hacer caso, fue lo primero que pensó, para luego entrar a la habitación para encontrarse con Orochimaru sentado en el centro se la mesa, al Uchiha al otro extremo de la mesa y a Juugo, Suigetsu sentados en medio de la mesa, el primer pensamiento que cruzo por su mente fue: repugnante. Claro a excepción d Juugo, Suigetsu y Karin a ellos no los odiaba por el simple hecho de no ser unos raros y sanguinarios asesinos a sangre fría, puede que sean unos asesinos pero se lo pensaban más de 2 veces antes de matar a alguien a comparación de esos 2 pedazos de basura.

- Hasta que llegan, tomen asiento – les ordeno a las 2 Kunoichis.

Sara se repetía mentalmente obedece, obedece, es lo mejor y si definitivamente obedecer era lo mejor. Tomaron asiento, Karin al lado de Juugo y Sara enfrente de Karin.

Orochimaru se paro y empezó a hablar.

- Esta cena fue hecha para dar a conocer a la nueva Señora Uchiha – informo, haciendo que Suigetsu y Karin arrojaran el bocado que tenían antes masticando. – será la única capaz de llevar ese título… o al menos hasta ahora. Sara kanagui pasara a ser Sara Uchiha – finalizo con una sonrisa macabra al ver a su esclava sudar frio y ponerse demasiado pálida.

Sara no se lo podría creer no podían hacerle eso ¿o sí? ¿Cómo diablos se iba a casar? Y con Sasuke Uchiha, como los odiaba a él y a Orochimaru ellos eran los culpables de todo lo que le pasaba. No, no iba a casarse de eso estaba segura.

Por otra parte Sasuke comía tranquilo, no le importara quien fuera la madre de sus hijos, so lo con que los trajera al mundo y los cuidara le era más que suficiente.

- No lo hare – sentencio Sara parándose de su asiento retando a Orochimaru con la mirada. No le importaba si moría, al final de cuentas no tenía nada que perder. De repente perdió a Orochimaru de vista y sintió una lengua recorrer su oreja.

- No, no, estas mal querida, si no te llegas a casar algo terrible podría ocurrirle a tu hermanito ¿no lo crees? – Orochimaru susurro esa corta amenaza contra el oído de Sara. Todo lo sucedido antes fue presenciado por todos, sin embargo no escuchado.

Sara se sentó y bajo la mirada mientras apretaba la tela de su falda con sus manos, mientras reprimía unas lagrimas de ira, miedo e impotencia.

- Lo hare ...