Querido Scorpius:

Una vez, conocí a un chico.

Un chico que tomó muy malas decisiones.

Ese chico era un cobarde, no tuvo el valor de hacer lo que él quería hacer. Se mintió a sí mismo. Hizo cosas malas pero pequeñas. Y esas cosas malas pero pequeñas lo llevaron a cosas malas, pero grandes. Y luego fue demasiado tarde.

Ese chico cometió errores. Irremediables. Difíciles de olvidar. Difíciles de perdonar.

El chico vive arrepentido, deseando haber parado cuando podía. Deseando volver el tiempo atrás y arreglar lo que hizo mal.

Por favor, no seas como ese chico.

Con amor, papá.