Título: La hanyou, el hanyou

Resumen: Al encontrar a una miko herida, el grupo decide ayudarla. Más tarde, por la noche, la miko va a junto de Inuyasha y le dice: "Por haberme ayudado, te voy a conceder un único deseo..." ¿Y qué es lo que desea? Que Kagome se convierta en hanyou. InuKag

Disclaimer: ¡NO ES MÍO! Pertenece a Rumiko Takahashi

Género: Romance/Acción/Aventura

Clasificación: R (M)

Nota de la traductora: los personajes y la historia no son míos. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de Wolf Blossom.

Capítulo 1: Una miko herida y su deseo


— ¡NO!

— ¡SIÉNTATE!

— ¡UF!

—Idiota…

—Pobre Inuyasha.

—Pero se lo merece.

Era la rutina diaria. Kagome quiere irse a casa, Inuyasha se niega, Kagome lo sienta, Shippo le llama idiota, Sango se compadece y Miroku piensa que se lo merece.

—Pero tengo un examen de matemáticas muy importante, Inuyasha.

Inuyasha gruñó mientras terminaba el hechizo.

—Sí, bueno, en esta época, ¡las mujeres no necesitan esta mierda de las "matemáticas"!

—Oh, oh… —Sango hizo una mueca.

— ¡SIÉNTATE!

— ¡AHH! —Inuyasha volvió a besar el suelo.

— ¿Por qué sigues haciendo eso? —gruñó mientras el hechizo volvía a terminar.

—Porque te lo mereces.

— ¿POR QUÉ? ¡Solo porque quiera buscar a Naraku y recuperar nuestros fragmentos, no significa que puedas sentarme cada vez que te dé la maldita gana, Ka-go-me! —puso énfasis en su nombre.

—Y pensar en todas las cosas que he hecho por ti —Kagome meneó la cabeza.

— ¡NOMBRA UNA! —rugió Inuyasha mientras se levantaba.

Shippo, Kirara, Miroku y Sango decidieron mantenerse al margen de aquello.

—Te liberé del Goshinboku —Kagome lo miró.

—Sí, bueno, eso no cuenta —Inuyasha sonrió.

—La verdad es que, si no te hubiese liberado, la esfera de los cuatro espíritus no habría salido de mi cuerpo…

— ¡Sí, podría ser! ¡Si no me hubieses liberado, habrías muerto! ¡Nombra otra!

—Te salvé de la araña del templo en el que vivía Nazuda.

—Gran esfuerzo.

— ¡Bueno, perdona! ¡La próxima vez que quieras apoyarte en mi regazo y decirme que huelo bien, recuérdame este día! —gritó Kagome.

Miroku arqueó una ceja.

— ¿Que hueles bien?

Kagome rió nerviosamente.

—No importa —murmuró antes de empezar a caminar.

— ¡NO TE ALEJES DE MÍ!

— ¡SIÉNTATE! —gritó Kagome otra vez.

— ¡NOO! —dijo Inuyasha otra vez.

—Pobre chico, va a romperse la espalda —Miroku meneó la cabeza.

— ¡KAGOME! —Inuyasha rugió mientras el hechizo del rosario se terminaba y saltaba hacia ellos.

—De todos modos, ¿por qué necesitas esta mierda de las matemáticas? —preguntó mientras caminaba a su lado.

—Por si quiero continuar una vida en mi tiempo.

—Bueno, por ahora, tú vives aquí, no allí.

—Vivo en ambas épocas, Inuyasha —Kagome meneó la cabeza.

— ¿Qué demonios haría falta para mantenerte aquí?

—Si fuera un hanyou —replicó Kagome mientras dejaba a Inuyasha sopesando la última frase.

¿Si fuera un hanyou?

— ¡OYE! —bramó Inuyasha mientras iba tras ellos.

Después de eso, caminaron en silencio. Inuyasha un poco rezagado detrás de Kagome y Sango. Miroku intentó "hablar" con Inuyasha, si eso fuese posible.

—Inuyasha, de verdad, deberías dejar que se fuera —dijo.

— ¿Por qué? —gruñó Inuyasha.

—Porque de verdad ha hecho muchas cosas por nosotros. Cuando fuimos detrás de Kohaku, en el castillo de Naraku, Kagome fue la que purificó el miasma, fue Kagome la que te salvó del hechizo de Kaguya en el Castillo de los Espejos y fue su flecha la que te ayudó a derrotar a Menomaru.

—Y no te olvides de que fue Kagome la que te ayudó a matar a la Cabeza de Araña y que fue su flecha la que hizo que el Hombre Melocotón volviese a ser humano —intervino Shippo.

— ¡Me estáis volviendo loco! —bramó Inuyasha.

—Sólo exponemos los hechos, amigo —rió Miroku.

—Cállate, bonzo —gruñó Inuyasha mientras seguía caminando.

Estuvieron en silencio durante dos minutos antes de que Sango los llamase.

— ¡Oíd, vosotros tres! ¡Venid, rápido! —llamó mientras Kagome, Kirara y ella corrían hacia un arroyo.

Inuyasha, Miroku y Shippo corrieron detrás de ella y cuando llegaron a donde estaban las chicas, jadearon.

— ¿Está muerta? —dijo Shippo mientras Kagome la tocaba.

—No, aún no. Sigo sintiendo su fuerza vital —murmuró Miroku mientras Sango y Kagome ayudaban a salir a la dama del arroyo.

Inuyasha cogió a la vieja mujer mientras Sango extendía en el suelo una manta que había en la mochila de Kagome.

—Creo que tiene agua en sus pulmones —dijo Miroku mientras se encorvaba enfrente de ella.

—Entonces tenemos que hacerle la RCP —murmuró Kagome.

—RCP… ¿qué demonios es eso? —preguntó Inuyasha.

Kagome abrió los ojos como platos. ¿Eso significa que tengo que hacerle yo la RCP?

Kagome apartó a Shippo de en medio y abrió el conducto de respiración de la vieja miko. Después sopló en su boca dos veces para ver si entraba el aire. Miroku, Sango, Shippo, Kirara e Inuyasha la observaron con asombro.

Kagome le comprimió el pecho 15 veces y después sopló en su boca dos veces más. Realizó esta rutina seis veces y luego la miko expulsó el agua y abrió lentamente los ojos.

—Kagome es mágica —dijo Shippo.

—Nah, son sólo cosas médicas —Kagome sonrió mientras se levantaba y Sango se agachaba para ayudar a la pobre mujer a levantarse. Kagome le dio una toalla para que se secase.

—Deberíamos cuidar de ella —dijo Shippo.

—Olvídalo, tenemos fragmentos que buscar.

— ¡INUYASHA! —gritó Kagome. Inuyasha se encogió cuando vio a Kagome fulminarlo con la mirada.

Inuyasha frunció el ceño y se volvió hacia Miroku.

—Vamos a buscar leña.

—Lo tienes comiendo de la palma de tu mano —Sango se rió mientras Kagome ponía una almohada debajo de su cabeza.

La señora tenía los ojos abiertos pero le costaba respirar. Se veía vieja, puede que tuviese la edad de Kaede.

— ¿Por qué crees que se estaba ahogando? —preguntó Sango.

—No sé, es poco probable que una miko se caiga y se ahogue.

— ¿Cómo puedes saber que es una miko, Kagome? —preguntó Shippo.

—Mira su ropa Shippo. Se parece a la que llevarían Kaede, Kikyo o Tsubaki —murmuró Kagome mientras sacaba una botella de agua para la señora. Sango la ayudó a sentarse y Kagome vertió generosamente agua en su boca.

La señora la tragó antes de volver finalmente a la realidad.

— ¿Quiénes sois? ¿Dónde estoy? —preguntó, parecía asustada.

—Yo soy Kagome, y estos son Shippo, Kirara y Sango. La encontramos inconsciente en un arroyo y le ayudamos —dijo Kagome mientras le tendía la botella de agua a la miko, que parecía haber recuperado su fuerza.

Asintió mientras miraba a los cuatro agradecida.

—Vosotros cuatro sois generosos. Sois muy amables.

—Es nuestro deber —dijo Sango.

— ¿Cuándo van a volver Miroku e Inuyasha? —preguntó Kagome mientras se giraba hacia Sango.

—Creo que Miroku está buscando leña e Inuyasha está cazando —replicó Sango.

La señora abrió los ojos como platos.

— ¿Inuyasha, el hanyou Inuyasha?

Kagome asintió.

—Sí, él, ¿lo conoce?

—No en persona, pero he oído hablar de él —dijo.

—Sacerdotisa, díganos su nombre —dijo Sango.

—Me llamo Konoharu —dijo y le aparecieron arrugas sobre sus labios.

—Konoharu-san —empezó Kagome—, ¿cómo se cayó en el arroyo?

—Me perseguían muchos demonios y estaba tratando de evitarlos. Conseguí llegar a este precipicio y decidí, en vez de someterme a estos demonios, destruirme, así que salté —dijo Konoharu.

— ¿Qué buscaban? —preguntó Shippo.

Konoharu sonrió.

—Un deseo.

Kagome abrió mucho los ojos.

— ¿Un deseo? ¿Qué deseo? Pero si usted es una miko, ¿no podría purificarlos?

Konoharu sonrió.

—Ésa es la belleza de las sacerdotisas, querida Kagome. Hay muchas clases. Por ejemplo, la Sacerdotisa Kikyo era una Miko guardiana. Protegía la Shikon no Tama y podía usar poderes de protección. La Sacerdotisa Kaede se especializa en la medicina. Puede crear muchos tipos de medicina y curar muchas dolencias. La Sacerdotisa Tsubaki era una sacerdotisa oscura. Podía controlar la oscuridad del corazón de las personas. Y tú, Sacerdotisa Kagome, tú controlas la purificación.

Kagome puso los ojos como platos.

— ¿Sabe que soy una sacerdotisa?

—Emites un aura de pureza, querida Kagome —Konoharu sonrió y tomó su agua.

Kagome se volvió hacia Shippo, que estaba mirando fijamente a Konoharu.

Inuyasha y Miroku llegaron justo en ese momento.

—Así que está despierta, ¿eh? —preguntó Inuyasha mientras dejaba algo de pescado enfrente de Kagome.

—Konoharu, estos son Inuyasha y Miroku —dijo Kagome.

—Konoharu nos acaba de explicar las diferentes especialidades de las Mikos —dijo Shippo.

—Es usted muy sabia, Sacerdotisa. Díganos, ¿en qué se especializa? —preguntó Sango.

Konoharu miró al grupo.

—Pareces digna de confianza. Me especializo en la concesión de deseos. En la vida de una Miko que concede de deseos, se nos otorgan 150 deseos para conceder. Con el tiempo nos consumimos. Los demonios pueden sentir los poderes de una miko que concede de deseos y vienen a por nosotras. Pero desgraciadamente sólo me queda un deseo.

— ¿El deseo es más fuerte que el de la Shikon no Tama? —preguntó Inuyasha.

—Podría decirse así, pero para la Shikon no Tama no hay restricciones. Si es un deseo malvado, la joya se mancha y el deseo se revierte eventualmente. Si es puro, la joya se purifica y desaparece para siempre. Una miko que concede deseos, sin embargo, puede elegir a quién le concede el deseo. Si elegimos, depende del que desea si quieren bondad o maldad. No distinguimos bondad de maldad en lo referido a la concesión de un deseo y nuestros deseos no pueden ser revertidos.

— ¿Ni siquiera por la Shikon no Tama? —preguntó Sango.

Konoharu meneó la cabeza.

—No. La Sacerdotisa Midoriko fue quien creó la Shikon no Tama, así que la perla de Shikon no puede anular los poderes de una Miko que concede deseos.

—Vaya, así que, básicamente, usted es más fuerte que la Shikon no Tama —dijo Sango.

—No por completo. La Shikon no Tama puede durar años si nadie le pide un deseo. Sin embargo, yo falleceré y si quedan deseos por conceder, también serán eliminados —dijo Konoharu.

— ¡Todo esto es demasiado confuso! —dijo Shippo con remolinos en los ojos.

— ¿Entonces podemos pedirle un deseo ahora y usted nos lo concederá? —preguntó Miroku.

—No, yo puedo elegir a quién concederle el deseo.

Kagome se encogió de hombros.

—Es bastante justo. Inuyasha, intenta hacer que Shippo entienda todo esto, vamos a cocinar, Sango.

Inuyasha frunció el ceño.

— ¿Por qué no lo hace Miroku?

—Porque tiene que rezar —dijo Sango gesticulando hacia Miroku, que estaba rezando.

—Viajo con una pandilla de locos —murmuró Inuyasha antes de ir a explicarle todo a Shippo.

Después de intentar durante horas que Shippo lo entendiera, lo consiguió.

— ¡Inuyasha! ¡Podrías haber empezado diciendo que concede deseos! —dijo Shippo mientras caminaban de regreso al bosque.

— ¡Entonces preguntarías por qué, cómo y, y si! —gruñó Inuyasha.

— ¡NO LO HARÍA! —gritó Shippo.

— ¡SÍ LO HARÍAS!

— ¡NO LO HARÍA!

— ¡SÍ LO HARÍAS!

— ¡CALLAOS! —gritaron Sango y Miroku al unísono.

Konoharu, Kagome, Sango, Miroku y Kirara estaban observando fijamente la disputa de Shippo e Inuyasha.

—Niño estúpido, no entiendes nada.

—Siéntate.

— ¡ARG! —Inuyasha cayó otra vez.

—Odio a esa mujer —murmuró antes de levantarse.

El grupo estaba comiendo al atardecer. Inuyasha estaba sentado al lado de Kagome porque Miroku olía fatal (probablemente no se había aseado en años), Sango olía muy… bueno, también olía. Y bueno, Kagome olía bien.

¿Por qué hemos tenido que ayudar a esta tal Konoharu? Se preguntó Inuyasha a sí mismo mientras se tragaba su ramen.

— ¡Deja algo para nosotros, Inuyasha! ¡Nunca me dejas ir a casa, así que no puedo reponerlo!

—Si fuera por reponer ramen, te dejaría ir a casa todos los días —Inuyasha sonrió.

—Imagínate —murmuró Shippo a la vez que terminaba de comer.

—Konoharu-san, puede dormir esta noche en nuestro campamento, por si aparece algún demonio —ofreció Kagome.

—Gracias querida Kagome, eres muy amable —dijo Konoharu con voz preocupada. Kagome tenía la preocupación escrita en sus ojos mientras avanzaba hacia Konoharu.

Konoharu sonrió y dijo.

—Ve a dormir, niña, todos lo han hecho ya.

De hecho, Inuyasha estaba en su árbol, Sango estaba acurrucada junto a Kirara, Miroku dormía apoyado en un árbol y Shippo estaba en el saco de dormir de Kagome.

Kagome sonrió mientras se metía dentro del saco, al lado de Shippo, y justo cuando su cabeza tocó el edredón, se durmió.

Sin embargo, Konoharu no pudo quedarse dormida. Su corazón se esforzaba por seguir latiendo y sabía que le había llegado la hora de morir.

Si se usara este deseo… pensó. Entonces se dio cuenta de que las orejas de Inuyasha se movían.

Inuyasha… él es uno de esos demonios a quienes no les importa lo que piensen los demás. Se preocupa por sus compañeros, especialmente por la miko, por lo que he notado. Inuyasha, tú debes tener mi último deseo.

Konoharu se levantó y caminó hasta llegar bajo la rama en la que estaba sentado Inuyasha.

— ¿Inuyasha? —dijo con esfuerzo.

— ¿Qué pasa vieja bruja? —gruñó en respuesta.

—Necesito pedirte un favor.

Inuyasha suspiró mientras saltaba para situarse enfrente de ella.

— ¿Qué? Si es llevarte al arroyo, entonces olvídalo.

—No. Sabes que soy una miko que concede deseos, ¿correcto?

—Sí, ¿y?

—Me temo que es hora de que muera. Por haberme ayudado, te voy a conceder un único deseo…

Inuyasha puso los ojos como platos mientras miraba a Konoharu.

— ¿Es enserio? —preguntó.

Konoharu asintió mientras se agarraba el corazón.

—Pero debes apresurarte.

Inuyasha miró a Kagome y lo que le había dicho antes apareció en su mente.

Si fuera un hanyou.

Kagome, ni se te ocurra odiarme después de esto. Pensó mientras se volvía hacia Konoharu.

—Deseo que Kagome sea un inu-hanyou.

Konoharu sonrió.

—Concedido, Inuyasha —y justo cuando dijo eso, una luz de color violeta claro brilló a su alrededor y su cuerpo se desintegró, dejando pequeños rayos de luz.

Supongo que así es como mueren las mikos de los deseos. Pensó mientras volvía a su árbol.

Kagome, un inu-hanyou. Pensó mientras miraba a su compañera miko.


¡Hola! ¿Pensasteis que no publicaría esta historia hasta terminar Te Desafío? Pues muy mal pensado. Vi que había muchos votos para esta historia en la encuesta y supe que no se iba a modificar demasiado, así que me puse a traducir esto y aquí está el resultado.

Espero vuestros reviews,

Besos y hasta pronto. ^_^