Disclaimer: Los personajes de South Park pertenecen a Trey Parcker y Matt Stone. Los videojuegos de Pokémon son propiedad de Game Freak y los personajes son pura y exclusivamente de Satoshi Tajiri. Este fic está hecho con el fin de entretener a la gente.
Advertencia: Éste fic contiene YAOI, y si pudiera poner un cartel con luces de neón que dijera YAOI lo pondría, así que si no te gusta, te recomiendo que NO leas éste fic. Y es más, no sé por qué mierda estás leyendo esto si en el summary dice las parejas que hay. Lo que haré al leer tu comentario vacío y con puros insultos será reírme de ésta forma: (quiten los asteriscos para verlo) ht*tp*:/*/w*ww*.y*ou*tu*be*.c*om*/w*at*ch*?v*=e*gr*4V*Aw*Mk*is
No sé ustedes pero creo que la risa de Ligth me encanta!
Éste fic es una continuación de mi otro fic 'Pokémon: Treasures of the Life'. Si quieres leerlo, adelante, pero si no lees el fic anterior a éste no creo que lo entiendas mucho xD
Kyuubi: Y henos aquí después de dos largas semanas!
Sheza: Wiiiiii! Ya llegó la segunda parte!
Kyuubi: Pero no habrán preámbulos, vamos a empezar con el fic de una vez!
Términos que debemos recordar: Gijinka. Significa 'Forma humana de...'
Un Pokémon gruñó casi inaudiblemente mientras se acercaba más a su victima, una pequeña Eevee que tomaba agua tranquilamente. Él era un Houndour y estaba aprendiendo a casar ya desde pequeño. Aunque en realidad tendría que estar acompañado por sus padres para que lo guiaran, decidió que sería el momento propicio para aprender a casar. Así que lentamente acechaba a su presa, un inocente Pokémon. Era cubierto por los arbustos y las almohadillas de sus garras hacían su caminar más sigiloso.
- ¿Bui?- la pequeña Eevee color plateado casi llegando a ser gris, es decir que era una Shiny Eevee, levantó a cabeza y movió sus largas orejas tratando de escuchar qué era lo que le estaba acechando. No escuchó nada y siguió en su labor de calmar su sed. El Houndour esperó el momento preciso y saltó directamente contra la inocente Eevee, que se largó a llorar fuertemente.
- Ay no... No, no llores.- pidió el Houndour llevando sus orejas hacia atrás.
- Ulrich...- un gran Houndoom apareció detrás de él.
- Oh, Entei...- masculló el Houndour, esa voz le era más que conocida.- Hola, papá.
- Ulrich, ¿qué te he dicho de asustar a Leela?- reprochó.
- ¡Pero papá! ¡Estaba jugando! ¿Acaso no puedo simplemente jugarle una broma?
- Sabes que tu hermana es pequeña y se asusta fácilmente. ¡Ya tienes tres años, Ulrich!- regañó.
- Tú nunca me dejas hacer nada divertido.- el pequeño se sentó, bajó la mirada y frunció el ceño.
- ¿Cómo estás Leela?- preguntó dulcemente dirigiéndose a su hija. La pequeña sollozó fuertemente.- Si, lo sé. Tu hermano mayor es muy malo, ya verá cuando volvamos a casa.- comenzó a caminar seguido de la pequeña Eevee.
- Hmp, consentida.- refunfuñó el otro mientras seguía a su padre y a su hermana.
Caminaron unos cuantos metros hasta una hermosa y enorme casa, justo frente al mar, al Sur de New Bark Town (Pueblo Primavera) en la región de Johto. La casa era enorme, de unos cinco pisos, estaba hecha al estilo colonial, su tejado era rojo, sus paredes exteriores eran también rojas con ladrillos a la vista, un enorme ventanal de marco blanco en el frente de la casa dejaba entrar la luz de aquella mañana de invierno. También había una cerca de madera alrededor de la misma y ocupando un amplio espacio, donde había diversos Pokémon.
Entraron a la casa por la puerta de madera blanca, que estaba abierta, y se adentraron en la sala. Una gran alfombra con varios dibujos de Pokémon Legendarios iba desde la entrada hasta la escalera recorriendo aproximadamente tres metros, la sala tenía una gran televisión pantalla plana y tres sillones bastante espaciosos, en uno cabían seis personas y en los otros dos cuatro, en el centro había una mesita pequeña para tomar el té, y Pip había dejado muy en claro que era sólo para el té, con un pequeño centro de mesa en el que habían un par de velas.
En uno de los amplios sillones se encontraba Craig, jugando con su... ¿nietito? Un pequeño Ralts de unos pocos meses de haber nacido. El atuendo y apariencia de Craig había cambiado en ese tiempo. Seguía usando su chaqueta azul pero ahora su remera dejaba de ser amarilla para ser negra, sus pantalones pasaron a ser azules, sus zapatillas ahora eran de color amarillo, su gorrito seguía allí puesto que Ruby le dijo que 'no debía darle ese gorrito hasta que ella se lo ganara' y así lo haría. Su cabello ahora era un poco más oscuro, si es que se podía, y también algo más largo pero se la ataba en una pequeña coleta baja. No es que a él le gustara mucho, pero Tweek le decía que se veía lindo, y si a Tweek le gustaba entonces a él también.
- Ya era hora de que volvieran.- dijo alzando al pequeño en alto.- Pip y Espeon estaban muy preocupados.
- Estaban conmigo.- Houndoom se acostó en el sillón junto a Craig. Últimamente, ambos pasaban algo de tiempo juntos y eso hacía que su relación se forjara un poco más.- ¿Y a ti qué? ¿Te dejaron como niñera?- preguntó mientras que con su cola tomaba el control remoto de la mesa y encendía la televisión. Por Rayquaza que Damien lo había entrenado bien.
- Gardevoir y Gallade merecen un poco de tiempo para estar juntos.- dejó que el pequeño Ralts se moviera por el sillón hasta quedar sobre el lomo de Houndoom.
- Si, bueno, igual que Espeon y yo porque- ¡Auch!- gruñó cuando el pequeño bebe tiraba de sus fosas nasales.- Tú pequeña criaturita-
- Haz silencio, están hablando de Tweek en la tele.
- ... Y ahora, una de las noticias más importantes. Recientemente, el jovencito salido de Viridian City ha ganado una vez más la Liga Pokémon de Kanto, manteniéndose invicto. En éstos cuatro años, ha ganado las Ligas Pokémon de Kanto, Johto, Hoenn y Sinnoh, Ligas que son anuales, y ha defendido su título con mucho esfuerzo. Recientemente, hace dos meses, se lo ha visto compitiendo en la Liga del Archipiélago Naranja y también en pequeños combates contra entrenadores poco experimentados a los que les da varios consejos de cómo entrenar Pokémon. Hasta ahora el joven cuenta con un equipo invencible de un Shiny Jolteon, un Umbreon, una Charizard con una cicatriz en la frente, un Gyarados y un Lugia al que llama Silver. Una grabación que llegó hace unos minutos asegura que él está ahora regresando a su casa en Johto luego de una visita a sus padres en Viridian City...- mientras el tipo de la televisión hablaba aparecían imágenes de Tweek y sus Pokémon, algunas imágenes de los campeonatos y fotos de él con la copa de la Liga Pokémon junto a su equipo.
- Cuatro años...- suspiró Houndoom. Su rostro antes algo irritado por el pequeño Ralts se transformó dejando ver un semblante triste.- Damien... ¿Qué estarás haciendo ahora?- preguntó al aire. Craig comprendió un poco su situación y le pasó una mano por la cabeza.- ¿Sentimental, Tucker?
- Hmp.- le mostró el dedo medio con su mano libre y pegó nuevamente su vista en la tele.
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- No entiendo por qué me siguen teniendo aquí si no me pueden tocar.- Damien estaba recostado contra la pared de metal, cruzando sus brazos por detrás de su cabeza, ambas piernas cruzadas y balanceando una de ellas.- ¿Acaso no saben que no pueden hacerlo? Ríndanse y déjenme ir de una puta vez, me aburro aquí. ¡Quiero ver a Pip, Houndoom y los demás!- exigió.
- No logro entenderlo, Brendan.- dijo Mewtwo.- Cada vez que nosotros tratamos de hacerle algo no podemos ni acercarnos, es como si algo repeliera todo intento de hacerle daño.
- Ya sé lo que es.- aseguró Brendan sonriendo de lado.- Es ese maldito collar con forma de cruz invertida que tiene. Esa maldita cosa no deja que le hagamos daño. BlackFox... Esa asquerosa criatura... se la dio...
- ¿Podemos hacer algo con eso, Maestro?- preguntó un Gijinka Chatot junto a Brendan.
- No. Tarde o temprano los demás se cansarán de esperar a que lo dejemos ir y vendrán a buscarlo. Además... Hay tres individuos que me interesan más.- soltó una risilla siniestra.
*O*O*O*O*O*O*O*O*
- ... Y en otras noticias, el ataque de los Gijinka Pokémon, como se hacen llamar, siguen siendo bastante violentos y han llegado a desaparecer cuatro personas en un día. Gracias a los esfuerzos de la policía y varios entrenadores Pokémon junto a los líderes de gimnasio se está manteniendo a raya todo lo referente a esas violentas criaturas. Hoy también se ha encontrado a los líderes de los Team Rocket, Manga, Aqua y Galactic brutalmente asesinados, se cree que fueron los Gijinka Pokémon quienes cometieron un crimen tan atroz. Actualmente, se cree que esos Gijinka Pokémon secuestran a las personas para, de alguna manera, transformarlos en seres como ellos. Ampliaremos más luego de éstos comerciales.
- Vaya.- mustió Gregory mientras cepillaba a un Migthyena con suavidad.- De verdad que esas criaturas parecen muy peligrosas.
- Oye, Gregory...- llamó Kenny mientras entraba a la casa cargando unas bolsas.
- ¿Si, Kenny?
- Me estaba preguntando... ¿Por qué siempre cepillas a todo tipo de Pokémon?- preguntó sacando las compras de las bolsas.
- No tengo ni la más mínima idea, es como... algo que sale de dentro mío.- a decir verdad Gregory nunca se había preguntado ese tipo de cosas. Justamente ayer se estaba preguntando por qué tenía sueños durante las noches de que participaba concursos en la región donde estaba ahora, Sinnoh.
- ¿Será que te gusta mucho peinar cosas? ¿Por qué no me peinas a mí?- preguntó seductoramente mientras se le acercaba peligrosamente.
- Bueno, si eso quieres...- Gregory sonrió y el otro rubio sonrió ampliamente, algo que Gregory aprovechó para meterle el peine en la boca.- ¿Quieres que te peine la lengua?
- ¡Ogie, gno jaggash esho!- Kenny retrocedió y corrió al baño para sacarse el peine y limpiarse la boca.
- ¡Te lo tienes merecido por pervertido!- gritó Greg mientras el Migthyena se iba.
- Oh, chicos, ¿otra vez pelean?- dijo la vieja señora de la guardería entrando lentamente a la casa.
- Lo sentimos, señora, pero no debe preocuparse. Sólo es una pequeña disputa de amigos.- Gregory apresuradamente se puso de pie y fue a donde estaba la señora para ayudarla a caminar y sentarse.
- Gracias, Gregory. La verdad que su ayuda es muy grande para mí y mi marido. Sin embargo, lamento que no puedan buscar más respuestas de quiénes son.
- Oh, no hay problema, señora.- Gregory se pasó el dedo índice por la pequeña cicatriz en la mejilla derecha.
Mientras, fuera de la guardería...
- ¿Dices que es mejor dejarlos aquí?- preguntó Ruby sosteniendo el huevo de Gengar en sus manos.- Es una guardería
- Si, eso espero.- Ike asintió mientras ambos se acercaban al hombre mayor.- Disculpe.
- ¿Qué es lo que planeas, MissingNo?- la voz era bastante audible, pero ninguno de los niños ni siquiera el anciano la escuchó.
- Muy sencillo, querida Marjorine. Jugaré con ellos.- sonrió el nombrado, chasqueando los dedos.
- ¿Si, pequeños?- preguntó el anciano volteando hacia los niños.
- Tenemos dos huevos Pokémon. El que tengo aquí es de un Caterpie, y el de mi novia es de un Gengar.- fue muy evidente la especial connotación que hizo en la palabra novia.- No podemos criarlos nosotros y por eso queríamos saber si ustedes podrían cuidarlos hasta que alguien los quiera.
- Oh, pero claro que si.- asintió el amable señor.- Vayan a dejárselos a mi mujer, ella está dentro.- los dos jóvenes se dirigieron a la entrada.
Adentro...
- Bueno, señora, creo que- las palabras de Gregory fueron interrumpidas por Kenny, que lo abrazó por la cintura y le mordió el cuello.- ¡Mierda, déjame!
- Tú fuiste el chico malo.- en eso, se escuchó un fuerte ruido provenir de su habitación.- ¿Y eso?
- Vamos a ver.
Gregory se separó del otro rubio y corrió hacia la habitación que compartían los tres jóvenes y allí vio a tres pequeños Pokémon parecidos a ratones, de color azul con orejitas redondeadas, sin bracitos, mejillas blancas, patitas pequeñas y bien pegadas a sus cuerpos, cola negra y en zig-zag con una enorme esfera azul en la punta. Eran tres pequeños Azurril que había entrado por la ventana y ahora habían tirado un par de libros que Stan tenía en su librería. Gregory tomó a uno de ellos y lo sacó por la ventana, Kenny trataba de lidiar con los dos restantes pero era difícil mientras uno de ellos le tiraba agua en la cara.
Unos pocos segundos de que ellos habían entrado en la habitación, aparecieron dos personas por la puerta de la guardería. La señora los recibió con una sonrisa y tanto Ike como Ruby le pidieron a la señora que dejara esos Huevos Pokémon en la guardería para que encontraran un entrenador que les diera mucho amor en la próxima competencia que realizarían en donde el ganador se lleve un Huevo Pokémon. La mujer accedió y se despidió de ambos niños, que antes de salir escucharon un grito de la parte de atrás del mostrador seguido de una maldición. Los chicos salieron riéndose un poco y comenzaron a caminar rumbo a Slateport City (Ciudad Portual), donde tomarían el próximo barco a la región de Johto.
- ¿Qué tienes, Ruby?- preguntó Ike notando lo callada que estaba la chica.
- Oh, nada. Es sólo que...- hizo una pequeña pausa.- Ese grito... y esa maldición... No sé, pero la voz de esa persona se me hizo muy conocida.- en eso, ven pasar a un joven vestido con guantes de cuero, remera negra, pantalón de jeans negro, una pequeña bolsita de cuero atada a su cinturón, zapatillas negras, unos auriculares en los oídos y con las manos en los bolsillos. Pasó entre ellos y los empujó ligeramente.- ¡Oye, imbécil! ¡Ten cuidado!- ella le mostró el dedo medio y el joven se volteó a verla por encima de su hombro.
- Queda muy feo ese gesto en una niña.- gruñó con una sonrisa.- Claro, que si tal vez no eres una niña y eres una marimacha...
- ¿¡Qué dijiste!- Ruby estaba muy molesta y sacó una Pokéball del bolsillo de su camiseta azul.- ¡Ya verás lo marimacha que puedo ser!
- Por favor, Ruby. No caigas tan bajo como él.- interrumpió Ike.- Él es un imbécil, no te rebajes a su nivel.
- ¿Qué dices? ¿Quieres ver mi nivel bajo, niño?- el joven se volteó y la miró fijamente, clavándole sus ojos azul zafiro contra los verdes oscuro de ella. La chica se quedó paralizada ante esa mirada.
- "¿Dónde he visto esos ojos antes? ¿Acaso...?"
- ¿Qué pasa? ¿No vas a pelear?- se mofó el chico.- Bueno, si no quieres, me voy.- dio media vuelta y siguió su camino.
- ¿Y ahora qué te pasa, Ruby?
- Es que... por un momento...- ella sacudió la cabeza.- No sé pero por un momento me pareció que ese chico era Stanley. Pero murió hace cuatro años, no puede ser.
- Bueno, dicen que todos tienen un doble en el mundo... Tal vez ese chico sea el de Stan.
- Si.- dijo la rubia aún no muy convencida.- Mejor vámonos.
*O*O*O*O*O*O*O*O*
- ¿Quería hacer una parada aquí, Maestro Tweek?- dijo Silver mientras se detenía a unos cuentos metros de la Ruta 120 en Hoenn, donde el rubio bajó del cuello de su Pokémon de un salto y se sentó a ver una manada de Absol que pasaba por ahí.- Oh, ya entiendo.
- L-lo siento.
- ¿Por qué se disculpa?
- Por ser tan sen-sentimental, ngh. Pero... a veces... lo extraño.
- Tweek...- el Lugia suspiró.- Tú sabes que fue lo mejor que pudiste haber hecho. Dejarlo ir tal vez era muy duro, pero... pero está con su verdadera familia ahora. A él lo separaron de sus padres aún siendo un Huevo Pokémon pero ahora está con ellos.- habló sabiamente Silver. Tweek en ese momento recordó que ya ese Lugia no era un bebe como antes, ahora era mayor y hablaba como todo un adulto.
- T-tienes razón. Tú también deberías irte.- dobló sus piernas contra su pecho y cruzó los brazos sobre sus rodillas.- Tú ya estás gran-de.
- Yo jamás lo dejaré, Maestro Tweek.- aseguró él. Hociqueó el pecho del rubio y logró desabrochar el primer botón de su camisa para revelar la Silver Wing que el rubio traía colgando en el cuello.- Ese colgante muestra que fue elegido para que yo permaneciera a su lado. Y eso haré. Jolteon, Charizard y Gyarados piensan exactamente lo mismo que yo.
- M-me alegra de tener amigos tan le-leales. ¡Gah!- sonrió tiernamente al ver a su joven Absol jugando con otros de la manada.- Vámonos.- Silver inclinó el cuello para que Tweek pudiera subir y salió volando nuevamente a Johto.
En todo el transcurso del viaje, permaneció casi por completo en silencio y sólo se limitó a darle indicaciones a Silver de cómo volar. Cuando llegó a casa, fue inmediatamente atacado por dos pequeños Charmander que habían estado jugando con papá Dragonite, el rubio sonrió y se dejó morder un poco, haciéndose el muerto y luego sorprendiéndolos de un repentino movimiento. Dejó que Charizard saliera y saludara a sus hijos con toda libertad.
Ruidos de pelea lo hicieron voltearse y allí vio al Sceptile de Damien luchando contra el Blaziken de Shelly. No era un combate serio, sólo era uno por diversión y para mantenerse en forma mientras Damien no estaba. Se quedó viendo fijamente el combate por unos segundos y luego rió por lo bajo. Silver lo miró confundido y se preguntó qué era tan gracioso.
- Huh... Gana Sceptile.- dijo volteando a la casa.
- Pero Blaziken tiene ventaja de tipo y además los últimos dos combates los ganó Blaziken.
- Si pe-pero... Sceptile va a ganar. Mira.- Tweek apuntó hacia donde los dos Pokémon luchaban y Silver sonrió burlón cuando Blaziken iba ganando, pero Sceptile gritó '¡Solar Beam!', se volteó para darle la espalda a Blaziken y las semillas en su espalda liberaron un potente rayo que dio de lleno al Pokémon de fuego. Ese golpe fue suficientemente fuerte para vencer a Blaziken.
- ¿Cómo...?- Silver se volteó hacia el rubio incrédulo.
- Silver... N-no soy el Campeón por na-nada.- le guiñó un ojo al Pokémon y corrió hacia la casa. Silver quedó sin palabras, aún preguntándose cómo es que ese combate había sido a favor del Pokémon Planta en lugar del Pokémon Fuego.
Entró rápidamente en la casa y casi no pudo avanzar cuando unos brazos envolvieron su cuerpo y unos labios apresaron los suyos con ansiedad. Sonrió en medio del beso y empujó al moreno que lo besaba hasta el sillón para sentarlo en el brazo del mismo. El moreno se dejó hacer, dándole el gusto a su rubio de ser él quien dominara y ser el domado. Tweek le quitó el gorro azul y se lo puso, separándose del beso. Craig lo miró algo confundido y el otro sonrió juguetón. Mierda, Craig odiaba que el rubio hiciera eso.
- Muy gracioso. Me pones a mil y luego me dejas. Eres muy cruel, pequeño bastardo.- Tweek frunció el seño y usó el gorro para darle un pequeño golpecito en la boca.
- ¡Hay-hay pequeños presentes!- regañó refiriéndose a Ulrich, Leela y Ralts.
- No creo que entiendan nada...
- Papá.- llamó Ulrich.- ¿Qué es un bastardo?- preguntó sonriente. Houndoom miró a Craig con ganas de comérselo crudo.
- Nada, hijo. Dialecto humano que no vale la pena que aprendas.- como padre, el Pokémon Siniestro quería evitar que su hijo aprendiera tales palabras.- Te mataré, Craig.
- Como si a ti jamás se te escaparan esas palabras.- el moreno le mostró el dedo medio y Houndoom gruñó. Quien evitó una posible pelea de puños y colmillos entre ambos fue la puerta, que al abrirse dejó pasar a Shelly y Cartman.
- ¿Qué pa-paso?- preguntó Tweek al ver que Cartman traía cargando a Shelly en la espalda.
- Pensé que no volverían hasta la noche.- comentó Houndoom sentándose en el sillón.
- Shelly se sintió mareada y decidí traerla de vuelta.- dijo él y Shelly murmuró algo medio dormida. De pronto, ella bajó rápidamente de la espalda de Eric y corrió al baño.- ¿Qué carajo le pasa?- se preguntó Cartman pasándose una mano por el cabello y tirando sus antenas de Celebi hacia atrás. (N/A: Recordemos que Cartman era un Gijinka Celebi!)
- Seguramente comió algo que le cayó mal.- fue la hipótesis de Craig.
- Yo sabía que no era buena idea que comiera esa cosa nueva que inventaron en Kanto.- suspiró.- Pero hace como cinco días que está así, ya debió habérsele pasado la indigestión.
Entraron en la cocina. Era una habitación de medianas dimensiones, con una mesada de mármol gris oscuro, los muebles eran de madera blanca con detalles en beige, el suelo era de baldosas blancas y relucientes, se notaba que las tenían bien cuidadas, las paredes también eran de baldosas de mayor tamaño e igual de blancas que cubrían aproximadamente un metro y medio de la pared y el resto era pintura blanca. Tweek abrió uno de los muebles que estaban contra la pared y por encima de la mesada para sacar un tarro lleno de granos de café. Craig sacó un refresco del refrigerador de metal y se recostó en su puerta para beber.
- ¿Por qué n-no llamaron a Kyle?- Tweek puso a hervir agua.- Él es me-médico.
- Pero es médico de Pokémon.- corrigió Eric.
- Humano, Pokémon... ¿Cuál es la diferencia?- Craig bebió un trago largo del refresco y se encendió un cigarrillo.
- Pero de todas formas, es m-mejor que vaya a un medico.- Tweek le dio el primer sorbo a su café y sonrió.
- Si, eso creo...
*O*O*O*O*O*O*O*O*
- ¿Ves a nuestros objetivos?- preguntó una jovencita de piel pálida y con un vestido rosa largo hasta sus rodillas, en su cabeza tenía tres cuernos, su largo y ondulado cabello era rosa fuerte, de su cintura salían dos protuberancias similares a los cuernos de su cabeza, unas tiras rosas envolvían medianamente sus brazos y en sus pies llevaba unas zapatillas de ballet. Una Gijinka Corsola.
- Obviamente los veo.- el Gijinka Slowking junto a ella parecía ser un hombre mayor de cabello blanco, con una extraña corona en la cabeza que tenía una esfera roja incrustada, su cuello estaba rodeado por una especie de salvavidas plano y estrellado con franjas alternadas entre rojo y blanco, un conjunto de traje color rosa y unas botas blancas, unos guantes blancos cubrían sus manos y llevaba un bastón con una esfera roja para dar idea del mango.- Son cinco a la derecha y dos más a la izquierda. En el centro hay dos niños.
- ¿Qué estamos esperando?- habló el Gijinka Sentret, el último de los tres. Su cabello era marrón, dos orejas largas y redondeadas salían de su cabeza, un buzo con una 'O' blanca cubría su torso, llevaba unos shorts amarillos y zapatillas marrones, su cola era larga, marrón y anillada con franjas en marrón oscuro.- Quiero matarlos de una puta vez.
- Oh, pequeño Sentret, a ti nadie te convence de ser paciente...- el Gijinka Slowking suspiró con frustración. ¿Acaso ese joven no podía ser más paciente?
- Aún no entiendo por qué debemos hacerles caso a éstos fenómenos preguntó uno de los soldados que estaba bajo el mando de Brendan y ahora se preparaba para recibir órdenes de Gijinka Slowking.
- Porque somos mucho más fuertes que ustedes.- explicó la Corsola.- Y si tratan de hacer algo, los mataremos.
- Ya dejen de pelear entre ustedes.- ordenó el Slowking.- Prepárense... Listos... ¡YA!
Los tres Gijinka encabezaron el ataque y salieron del escondite rocoso en el que estaban, siendo seguidos por una manada de unos ocho o nueve Houndoom con sus cuerpos cubiertos de armaduras, y la formación era cerrada por unos cinco humanos que llevaban armas y redes para atontar y atrapar. La mujer del grupo de nueve humanos que ahora eran atacados tomó a los dos niños y se los quiso llevar lejos junto a otras dos mujeres, pero el paso se les bloqueó cuando cinco Houndoom se les cruzaron en el camino y gruñeron ferozmente impidiéndoles la huida.
- ¡Malditas criaturas! ¡Las enviaré al Infierno!- un hombre sacó una escopeta pero no logró ni apuntar que Gijinka Slowking le insertó su bastón en la cabeza, matándolo en el acto.
- ¡Ya saben las órdenes del amo! ¡Hay que llevarse a los niños! Los demás no importan, mátenlos.- dijo Sentret con indiferencia.
Se acercó a las dos mujeres y sonrió maliciosamente, un hombre trató de romperle la cara con la culata del arma pero un Houndoom le saltó al cuello y se lo desgarró por completo, salpicando unas pocas gotas sobre los dos niños y el Sentret. El Gijinka Pokémon no se limpió la sangre, sino que se pasó un dedo por la mancha de líquido y luego lo relamió, disfrutando de ese delicioso sabor metálico de la sangre humana.
Avanzó hasta quedar justo delante de las tres mujeres, las tres protegiendo a los niños con sus cuerpos. Suspirando, a dos las tomó fuertemente del cuello y a la otra, de un rápido movimiento, le dio una patada en el mentón que le quebró el cuello y la hizo volar un par de metros. Los niños quedaron horrorizados, viendo a esa criatura estrangular a las dos mujeres hasta matarlas y sin borrar la sonrisa de su rostro.
- Oh, Sentret.- dijo la Gijinka Corsola detrás de los niños.- Los asustaste.- ella los atrajo hasta su pecho y los abrazó fuertemente.- No tengan miedo, todo estará bien.- la niña y el niño se miraron entre ellos y temblaron, dejando salir las lágrimas de miedo retenidas desde antes.- No lloren, todo estará bien.
El Gijinka Slowking le pidió el arma a uno de los hombres y le dio un disparo a cada niño, dejándolos inconcientes al instante. Era hora de llevárselos.
*O*O*O*O*O*O*O*O*
Butters estaba sentado en posición de loto sobre la cabeza del Gyarados de Shelly junto a los Xatu y Girafarig de Pip. Estaba tratando de recordar un sueño que había tenido hace unos días y le parecía que era importante saber su significado y tratar de saber lo que eran. Vagas imágenes de personas aparecieron en su mente, eran personas que corrían por todos lados, huyendo. Entonces vio un enorme meteorito que estaba por chocarse contra la Tierra. Arceus estaba allí, tirado en el suelo, con su pecho abierto y una daga dorada con inscripciones extrañas estaba casi cubierta por completo en sangre.
Más allá, cerca de un precipicio, estaba Tweek arrodillado. Traía una esfera muy colorida en sus manos, las cuales estaban cubiertas por sangre al igual que casi todo su cuerpo y rostro, en el que se dibujaba una sonrisa algo sádica y mirada muy extraña. Vio a Stan acercársele mientras traía consigo un pequeño bulto que lloraba y gritaba. Cuando Stan estuvo cerca de Tweek, éste se puso de pie y puso la esfera en la frente del bebe, que la absorbió. Todo se iluminó de repente y Butters abrió los ojos, cayendo hacia atrás y respirando agitadamente.
- ¿Qué...? Por Palkia, ¿qué fue eso?- se preguntó.
- Zel zeeeeel.- llamó Floatzel desde el agua.
- ¿Uh?- Butters se asomó por entre las coronas de escamas que Gyarados tenía en la cabeza.- ¿Qué sucede, Floatzel?
- Zeel zel floatzel zel.
- ¿Ya es medio día? Woah, la mañana se pasó rápido.- Butters le dio unas palmaditas a Gyarados en su cabeza y éste entendió el mensaje de volver a casa, que sólo era a unos cuantos metros.- "Sigo preguntándome sobre ese sueño... ¿Qué habrá significado?"
*O*O*O*O*O*O*O*O*
El chico vestido de negro entró al edificio refunfuñando algo mientras se sacaba los auriculares, su rostro mostraba claramente que estaba enfadado.
- Oh, ¿sucede algo, Stan?- preguntó la vieja señora de la guardería.
- ¡No, nada en lo absoluto!- en menos de un segundo transformó su rostro molesto en una sonrisa brillante.- Estoy bien, enserio.
- Me alegra escuchar eso.
- Traje lo que usted pidió.- dijo sacando una pequeña cajita con medicamentos del bolsillo.- El de la farmacia dijo que debería tomar dos de éstas, una a la mañana después del desayuno y otra a la noche antes de irse a la cama.
- Gracias, cariño. Ustedes hacen tantas cosas aquí y son de tanta ayuda...- la señora sonrió mientras tomaba la caja.
- No es nada, ustedes nos mantienen aquí y debemos hacer algo para pagárselo.
- Pero mantenerlos anclados aquí en lugar de que vayan en busca de respuestas...
- ¡Otra vez con eso!- exclamó Kenny mientras traía una caja repleta de Berrys.- ¡Nosotros queremos ayudar! Nos sentimos cómodos aquí entre los Pokémon, no hay que preocuparse por nada. ¡Ya cuando tengamos ganas lo haremos! Además vi en la tele a alguien que recuperaba la memoria gracias a que en algún momento viera algo que los hiciera despertar. Era un programa muy educativo.
- Era una novela.- dijo Stan.
- Pero era lógico.- defendió dejando el cajón junto a la puerta.
- Oh si. Olvidé que era muy posible que esos chicos viajaran al futuro porque un libro que tenía siete llaves los transportó. Tú y tus estúpidos Casi Ángeles de mierda me tienen hasta la-
- ¡Stanley!- retó la mujer mayor.
- Lo siento.
- Deberías aprender a hablar con propiedad como hago yo, Stanley.- se burló Kenny. El moreno esperó a que la señora se diera vuelta para mostrarle el dedo medio.- ¡Oye! Haz de nuevo ese gesto, vamos, te reto.
- Yo no hice nada.- fingió inocencia, sabiendo que la mujer le creería a él.
- Claro que lo hiciste.- Kenny se le acercó desafiante y ambos quedaron cara a cara.- Tú te aprovechas porque no golpeo gente menor que yo y porque respeto mucho a nuestra abuelita como para hacerte daño.
- Pues podemos ir hasta alguna otra ciudad y golpearnos ahí, ¿no?- ambos ya se lanzaban chispitas por los ojos, la mujer suspiró resignada. Está muy en desacuerdo que pelearan, pero debía aceptar que era algo divertido verlos hacerlo pues parecían como hermanos y a ella le hacía feliz que los jóvenes se llevaran así.
- Oigan, dejen eso.- Gregory entró en la sala con un periódico enrollado y los golpeó a ambos con él.
- ¡Oye, eso duele!- Kenny se cebó la frente.- Me golpeaste en la cicatriz.- dijo haciendo un puchero.
- Oh, lo siento. Apunté mal.- le dio otro golpe en la nariz.
- ¡Ya veras!- el rubio mayor se abalanzó contra el menor junto a Stan, ambos lo dejaron cotra la pared y comenzaron a hacerle cosquillas.
- ¡Oigan! ¡Jajajajaja! ¡Basta!- decía entre risas, la mujer soltó una risilla y vio a su marido riéndose mientras se asomaba por la ventana. Las risas siguieron un rato y el rubio ya estaba sintiendo la falta de aire.- ¡O-oigan, enserio! ¡Basta jajaja! ¡Pa-parece una violación a mi espacio vital! ¡Esto es una violación!
Kenny se detuvo, pero no por la broma de Gregory, sino porque Stan se había apartado bruscamente y retrocedido unos cuantos pasos, mirando a los dos rubios amigos con una cara entre horror, culpa y confusión. El anciano entró en la casa lentamente mientras que su mujer se levantaba y se acercaba cautelosamente al moreno. Stan respiraba agitadamente, parecía que la broma de Gregory le había pegado muy duro, aunque no sabía por qué. Se miró las manos temblorosas y no entendió por qué sintió tanta culpa ante aquella palabra. Su mente sabía muy bien que era una broma nada más, pero por alguna razón su subconsciente y su corazón le habían dicho otra cosa. Sintió una mano en el hombro y miró a la persona que lo había tocado, era la mujer que lo miraba preocupada.
- ¿Pasa algo, cariño?- preguntó.
- ¿Estas bien, hijo?- secundó el hombre.
- Oye, hermano.- era Gregory.- Fue sólo una broma, no te lo dije enserio.
- S-si, lo sé, pero...- regularizó su ritmo respiratorio y suspiró.- Tengo que tomar aire.- salió por la parte trasera de la vivienda-guardería y allí se sentó bajo la sombra de un árbol. Estuvo allí un largo rato largo, con la vista clavada en la hierba, piernas semi-dobladas, los codos en las rodillas y las manos en su negro cabello. Entonces vio a alguien detenerse frente a él.
- Lo siento.- dijo.
- ¿Qué?
- Que lo siento.
- Gregory, no debes disculparte.- suspiró.- No fue la culpa de nadie, no pasó nada malo, es sólo que... es que...- con un bufido se echó hacia atrás para quedar acostado.
- ¿Te hizo recordar algo?
- No, no lo hizo. Pero fue como si... algo en mi cabeza me gritara que yo hice algo así.- frunció el ceño.
- No necesariamente.- Gregory se sentó junto a él y trató de consolarlo.- Pudiste haber presenciado algo así... o un amigo o familiar lo sufrió...- no quería decírselo, pero él también se sintió algo incómodo cuando dijo 'violación' y eso le hizo pensar lo mismo que Stan pensaba ahora mismo.
- O yo lo sufrí.- reconoció.
- No lo sabes.- dijo Kenny mientras se acercaba y se sentaba entre medio de los dos, pasándoles un brazo por los hombros y abrazándolos contra su cuerpo.- Aunque podríamos averiguarlo con un método mío.
- ¿Y qué método es eso?
- Pues... abuso de ambos y luego vemos qué resulta.- bromeó. Como respuesta recibió codazos y golpes suaves por parte de los otros dos, a lo que él contraatacó arrodillándose y también golpeándolos a modo de juego.
- ¡Oh mierda! ¡Mierda!- gritó Gregory tapándose el rostro con ambas manos, Kenny y Stan pararon su juego al instante.- ¡Mierda, estoy sangrando!
- ¿Sangrando?- se preocupó Kenny.- Déjame ver.
- ¡No! ¡Me lastimarás de nuevo!- dio media vuelta y quedó de espaldas a los chicos.
- Vamos, déjanos ver.- Stan se asomó a verlo por encima del hombro y Kenny podría decirse que se tiró de un salto para quedar frente al rubio.- Déjate ver.
- Está bien... Pero no se rían.- lo único que hizo fue aumentar la preocupación de los otros dos. Sacó ambas manos y dejó ver una gran sonrisa, su lengua afuera y los ojos entrecerrados.- ¡Los engañé!
- ¡Ah, no! ¡Esto no te lo perdono!- Kenny envolvió su brazo por el cuello de Gregory y empezó a pasar furiosamente sus nudillos en su cabeza, despeinándolo más de lo que estaba ya.
- ¡Auch! ¡Era broma! ¡Yaaaa!- gritaba el rubio mientras pataleaba.
- Eres un chico muy malo, Gregory.- Stan se deslizó hasta tomarle los pies y empezó a desatarle las zapatillas negras lentamente.- Muy, muy, malo.
- Stan, no.- sentenció.- ¡Ni siquiera se te vaya a cruzar por la cabeza el-! ¡Nonononono!
No terminó su amenaza que Stan ya había apresado sus pies y estaba haciéndole cosquillas. Rieron un largo rato, molestando y torturando al joven inglés con esas técnicas letales. Simples, si, pero letales e imposibles de esquivar cuando son dos contra uno. Gregory miró hacia la casa de la guardería y señaló fijamente hacia dos personas que estaban entrando. Uno era un joven de tez morena y cabello rojo, la otra era una chica también de tez morena y cabello rubio. Los jóvenes que antes se divertían fruncieron el ceño.
- Ya me dieron ganas de irme a la mierda.- musitó molesto Stan mientras le volvía a poner las medias a Gregory.
- Pff si quieres irte a la mierda sólo debes quedarte.- gruñó Kenny mientras se ponía de pie.
- Genial.- suspiró Greg.- Ahora vamos a tener que estar escuchando a la 'Señorita Perfección' y al 'Señor Egocentrismo' hablando de sus idioteces y de cómo deberían aumentar la cuota de cuidados.
- No te olvides de su insistencia a que deben cobrarnos alquiler.- agregó Stan terminando de atar los cordones de las zapatillas y levantándose.
- ¡Pues por mí pueden meterse su puto alquiler en el culo!- exclamó Kenneth con el tono lo suficientemente alto como para que los de adentro escucharan.
- ¿Por qué no me lo metes tú?- retó el joven mientras salía.
- Hijo, déjalos, no te han hecho nada.- pidió la señora.
- Silencio, mamá. Ya me hartaron esos tres.- sacó tres Pokéball.- Váyanse de mi casa, imbéciles.
- Corrección.- Gregory se puso de pie y avanzó unos pasos.- Ésta es la casa de tus padres, no tuya. No te adueñes de algo que no es tuyo.
- ¡Ya me hartaste! ¡Tú irás primero! ¡Ve, Beedrill!- un enorme Pokémon abeja de cuatro patas, con un aguijón en dos de ellas, ojos rojos, antenas, alas transparentes, y gran abdomen con dos líneas negras y un aguijón se preparó para atacar al rubio.- ¡Vamos, Breedrill, dale una probadita de tu poder!
- ¡Zzzzzzz!- zumbó el Pokémon mientras embestía furiosamente contra el rubio. Greg no se movió ni un centímetro de su lugar sólo se quedó observando a su enemigo, hasta que lo tuvo relativamente cerca y...
- ¡Repel!- Greg sacó de su cinturón un pequeño spray de color verde con una Pokéball dibujada en el frente.- ¿Qué te parece el repelente, eh?- Beedrill se detuvo al instante y retrocedió. (En realidad el Repel no se usa para eso pero supuse que sería bueno xD)
- ¡Maldito bastardo! ¡Vayan!- de sus otras dos Pokéballs sacó a otros dos Beedrills. Los tres Pokémon rodearon a Gregory en formación triangular. En eso, un Mightyena se asomó y vio la batalla.
- ¡Oye...!- Stan trató de correr hacia el rubio pero Kenny lo detuvo.
- Si vas podría ser peor.
- ¿Y ahora qué harás? Tu repelente no podrá contra los tres.- se mofó el joven de piel morena.
De la nada, una ráfaga de fuego golpeó contra uno de sus Beedrill y lo dejó tirado en el suelo con graves quemaduras. El ataque provenía de un Shiny Charizard de color negro, que gruñía furiosamente hacia el chico y los Beedrill. Se acercó lentamente mientras los Beedrill retrocedieron, ellos eran muy violentos y no dudarían a atacar pero no eran estúpidos y sabían que estaban en completa desventaja contra un Charizard. El joven sonrió cuando el Charizard se acercó a Gregory, sabía que el temperamento de los Charizard era muy voluble y atacarían a cualquiera que los molestara.
- Veamos cómo te salvas de ese Charizard...- tuvo que tragarse sus palabras cuando vio que el Charizard se comportaba como un Persian que era mimado por su amo. El Pokémon se dejaba acariciar y lanzaba leves ruidos que parecían más un ronroneo que un gruñido.- ¿Qué...?
- Éste pequeño Charizard está aquí con sus amigos desde hace un mes.- dijo Kenny.
- Su entrenador se lesionó la pierna y podrá volver a caminar en un mes más. Nos dejó a sus Pokémon para que no estuvieran tanto tiempo encerrados.- continuó Stan. Un Migthyena, el mismo que anteriormente Gregory había estado peinando, corrió junto al rubio y apoyó a su compañero Charizard en la amenaza contra el joven.
- Yo, junto a Kenny y Stan cuidamos de todos éstos Pokémon durante el tiempo que están aquí.- acarició el cuello de Charizard mientras sonreía burlón. El Pokémon gruñó amenazadoramente al joven de los Beedrill.
- Pues vamos, acaba conmigo, dame el golpe final.
- Jamás.- Charizard y Migthyena lo miraron confundidos.- Sucede que aprecio mucho a tu madre como para verla triste. Tampoco es correcto que luche con Pokémon que no son míos.
El joven sólo gruñó furioso antes de entrar nuevamente a la casa, la anciana le sonrió agradecida por no haber iniciado un pleito que podría acabar muy mal.
*O*O*O*O*O*O*O*O*
- Woah, ¿entonces con ésta cosa revives a los Pokémon Fosilizados?- preguntó Joshua, asombrado.
- Oui.- contestó Christophe mientras encendía la máquina.- Coloca ese fósil allí.- ordenó. El pelirrojo se acomodó sus gafas y dejó el pequeño fósil con la silueta de un caparazón grabado en la parte superior.
- ¿Qué fósil es?
- Es un Dome Fossil.- contestó Chris. Encendió la máquina y esperó a que el proceso de reanimación se completara. (N/A: El proceso de revivir fósiles nunca se especifica ni en los videojuegos, ni el manga, ni el anime. Sólo muestran como una luz y que los Pokémon surgen de esa luz.)
El Pokémon que surgió del fósil era un Kabuto. El pequeño ser era de color verde claro, lo que daba alusión a que era un Pokémon Shiny, su durísimo caparazón tenía forma de domo con dos puntitos en la parte superior de la cabeza, ojos rosas, patas amarillas y cuerpo negro. Joshua lo miró muy sorprendido y Christophe pensó que no le había gustado.
- Generalmente a las personas no les gusta Kabuto u Omanyte por su falta de atractivo y-
- ¡Es super lindo!- exclamó mientras le acariciaba la cabeza con cariño.- ¿Quién es lindo? ¡Si, tú lo eres!
- Kabu kabu kabu kabu.- chillaba la pequeña criatura. Joshua lo tomó en brazos y lo metió dentro de una Pokéball para luego volver a sacarlo.
- Si vas en mi cabeza, conocerás más del mundo.- sonrió.- ¿Vamos, Christophe?
- Si, vamos.
*O*O*O*O*O*O*O*O*
- Jol jolteon jol jol.- (Ya es hora de almorzar.)- anunció Jolteon a Lucario, Magmortar, Shaymin y Garchomp.
- Garrr chomp chomp.- (Me muero de hambre.)- gruñó Garchomp mientras iba corriendo junto a Marmortar al comedor.
- Hay que buscar al Maestro Craig, no lo he visto hace dos horas.- sugirió Shaymin.
- Creo que está en su habitación.
- (Vamos a buscarlo y después buscaremos a Tweek.)- Jolteon saltó y subió a los hombros de Lucario.
Los tres subieron al segundo piso y buscaron la habitación de Craig, pero dentro no había nadie. ¿Dónde estaba? Tal vez estaba en la habitación de Tweek... ¡Si! ¡Seguro que allí estaba! Fueron a la habitación del rubio y escucharon ruidos muy extraños, dudaron unos segundos en entrar, pero un gritito de Tweek los hizo abrir la puerta de repente, pero Lucario la cerró tan rápido como la habían abierto. Su rostro y el de Jolteon estaban completamente rojos, sólo Shaymin no entendía lo que sucedía.
- Lucario, Lucario.- llamó preocupado.- ¿Por qué el Maestro Craig estaba empujando así a Tweek? ¿Por qué estaban peleando? ¿Y por qué estaban desnudos? ¡Hay que detener su pelea!
- N-no, Shaymin... Eh... Ellos sólo estaban...- Lucario no sabía cómo explicarse.
- (Tenían sexo.)- continuó Jolteon lamiéndose una pata.
- ¡Jolteon!
- ¿Qué es sexo?- preguntó inocente el Pokémon Gratitud.
- Bueno, verás.- inició Lucario.- Cuando mami y papi se quieren mucho, pero mucho... Emmm...
- (El Caterpie de papi quiere meterse en el caparazón del Shellder de mami...)- continuó Jolteon.
- ¿Tweek tiene un Shellder como las chicas?
- (Si, pero en vez de tenerlo adelante lo tiene atrás.)- rió.
- Tus explicaciones son tan...- Lucario se sujetó el puente de la nariz tal y como hacía Stan mientras bajaban las escaleras.
- No entiendo nada de eso...- Shaymin frunció el ceño.
- ¿Qué no entiendes?- preguntó Sceptile mientras estiraba los brazos, Rentora, el Luxray de Kenny, iba a su lado.
- Lucario y Jolteon trataron de explicarme algo sobre Caterpies y Shellders.
- Oh, eso. Yo te lo explicaré de una manera mejor.- Lucario sonrió, sabiendo que Sceptile se lo explicaría mucho mejor la situación gracias a su gran delicadeza y buen uso de las pala...- A eso se lo llama hacer el amor y puede ser muy suave o también muy salvaje hasta el punto de que al que se la meten puede resultar lastimado.- ... olvídenlo.
- ¿Lastimado?- se espantó Shaymin.
- (Sip.)- continuó Rentora.- (Y es algo fácil de hacer. Sólo metes el pene en la vagina.)- dijo haciendo un gesto con las garras. Jolteon se golpeó la frente con su pata derecha.
- En el caso de que sean dos hombres uno debe hacérselo al otro por atrás. En caso de mujeres una de ellas debe meterle los dedos por atrás o adelante. Y...
- Creo que ya fue suficiente.- dijo Lucario tratando de no asfixiar a su amigo Sceptile ni de usar a Rentora como ancla de un rompehielos.
- Pero aún faltan las distintas poses humanas. Y además los PokéFilicos que lo hacen con un Pokémon o se dejan hacer por un Pokémon.
- (¡Por el amor a Dialga, ya! ¡Voy a tener pesadillas ésta noche!)- Jolteon se tapó las orejas con sus garras, aunque no servía de mucho.
- ¿Pesadillas de qué?- Sceptile alzó una ceja.
- (¿De Tweek haciéndotelo a ti o tú haciéndoselo a Tweek?)- preguntó Rentora divertido.
- No saben cuánto los odio en éste momento.- suspiró Lucario.
- Parece divertido.- sonrió Shaymin, dando un salto al hombro de Sceptile.- ¿Me enseñan?
- Por supuesto, amiguito. Rentora tiene muy buenas revistas de eso.
- ¿De veras?
- (Claro que si, Shaymin. Ahora vamos, veremos las viejas revistas de Kenny.)
Shaymin, Sceptile y Rentora subieron las escaleras ante las incrédulas miradas de Lucario y Jolteon. El Pokémon Aura se golpeó la frente con ambas manos y el Pokémon Relámpago dio un largo suspiro. Primero Rentora había hecho que Sceptile se volviera pervertido... y ahora iban a pervertir la inocente mentalidad de Shaymin. Definitivamente esto no iba a terminar muy bien y posiblemente Craig los asesine a los dos pervertidos y a él. A los otros dos por enseñar algo así a un pequeño, y a él por permitir que lo hicieran. Aunque, si se le ve el lado positivo, digamos que era mejor el enterarse ahora que luego.
Kyuubi: That's all, friends! xD
Sheza: Pobre Shaymin...
Kyuubi: Bueno, pero lo bueno es que todo terminó bien!
Sheza: De qué carajo hablas! No terminó nada! Esto apenas empieza! Y ni siquiera empezó bien! A esto no se le puede decir bien!
Kyuubi: Cállate -.-
Sheza: Bueno, haré lo que vine a hacer... *saca un pequeño pastel de merengue y se lo tira en la cara* :3
Kyuubi: Te voy a...! *Sheza sale a correr* Vuelve aquí! *corre atrás de ella*
Sheza: saludos! Nos leemos!
