DISCLAIMER: Ninguno de los personajes me pertenece todos son creación de Masashi Kishimoto
Aclaración: ESTA HISTORIA ES MITSUSARA (de un momento a otro me pareció interesante y bueno decidí intentar/ pueden considerarlo un semi-UA)
ADVERTENCIA: ESTA HISTORIA ES MITSUSARA con menciones al BORUSARA, SI NO TE GUSTA NO LA LEAS Y EVITEN ESTAR COMENTANDO COSAS AGRESIVAS. POR FAVOR.
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-"Decir Adiós "no es fácil si es la persona que amas-
Hundida en Pensamientos y recuerdos, comienza a ver las estrellas en el gran manto oscuro de la noche. Su vida le fue arrebatada en menos de cuarenta y ocho horas, echada sobre el césped del jardín. No puede creer todo lo que ha sucedido, debe ser una pesadilla, tiene que serlo…pero todo es real, el dolor y la rabia que en esos momentos siente es totalmente real. No puede evitarlo y varias lágrimas caen por su rostro
-Hija ¿Estas bien?- su madre interrumpe sus pensamientos, mientras se acercaba a ella
La mujer llega hasta donde esta su hija, ella también no puede evitar soltar algunas lagrimas al ver a su hija en ese estado. Ambas se miran, ninguna dijo nada en algunos segundos.
-No mamá no estoy bien y… no sé si pueda volver a estarlo – responde la adolescente mientras se sentaba.
Su madre se sienta a su lado y rodea sus brazos alrededor de su hija, dándole un abrazo mientras le da un beso en la cabeza y acomodaba su cabello, finalmente susurra.
-Lo lamento demasiado, Sarada. Se que es muy duro para ti, se lo mucho que lo amabas, él era un chico fantástico y también te amaba demasiado.
Más lágrimas aparecen al escuchar las palabras de su madre, se siente impotente, esta segura de nunca haber llorado tanto como lo estaba haciendo en esos momentos. Su madre le abrazo con más fuerza tratando de reconfortar a su hija.
-¿Por qué madre? ¿Por qué le tuvo que pasar esto a él? ¿A mí? A nosotros…- masculló con voz entrecortada a causa del llanto
-Bueno… a veces la vida hace cosas terribles, Sarada y tenemos que hacer frente a las pruebas que nos da la vida, es duró lo sé, como madre me duele demasiado ver que estas pasando por esto pero estoy segura se que él también hubiera querido que en estos momentos seas fuerte, por ambos
-¡No madre! Esto nunca debió pasar, yo pude haber hecho más…nosotros pudimos…si tan solo yo nunca hubiera insistido en esa misión él no estaría… - Sarada no pudo pronunciar la ultima palabra, se negaba a creerlo- ¡Esto no debió pasar! ¡No debió nunca de pasar!
-¡No te culpes de lo que paso!-levantó la voz la mujer de cabello rosado- La misión destruyó a tu equipo de muchas maneras, no solo físicamente sino también en parte psicológica, esa misión fue una muy difícil… él dio su vida por la aldea-dijo con los ojos enrojecidos, la muerte de aquel muchacho también le causaba dolor
-Nos confiamos madre, creíamos que podríamos con todo y bajamos la guardia -se detuvo un momento para limpiar las lagrimas que caían por sus mejillas- Nos emboscaron, eran demasiados no pudimos defendernos…
- Hija, ya no te tortures más con eso-hizo una pequeña pausa- la vida es una caja de sorpresas y no siempre son agradables- Sakura se levanta y extiende su mano hacia Sarada- Ven, entremos a casa, voy a servirte chocolate caliente
Sarada le da su mano y su madre le ayuda a levantarse, no tiene fuerzas para nada.
Al entrar a la casa su madre se dirige a la cocina, mientras la azabache se dirige al baño para lavarse la cara. Se ve en el espejo, sus ojos están completamente rojos a causa de las lágrimas derramadas.
-Ya esta servida la taza de chocolate- escucha a su madre afuera del baño
-Ok, ahora voy- responde
Al terminar de lavarse y secar su rostro, se dirige a la cocina y ve a su madre y Karin sentadas y al momento en el que ingresó a la cocina, ambas fijaron su mirada en la azabache. Karin se levantó de su lugar y se dirigió a Sarada para brindarle un fuerte abrazo, mientras le susurra a su oído
-En verdad lo lamento, Sarada- la joven Uchiha corresponde con más fuerza
-Gracias- contesta con voz apagada
Ambas se dirigieron a la mesa, donde Sakura estaba sentada y le alcanza la taza de chocolate caliente. Karin recién se había enterado de la fatal noticia, y apenas lo supo fue a visitar a Sarada, sabia que debía estar pasándolo fatal.
-¿A que hora es el entierro?-preguntó Karin un poco avergonzada después de darse cuenta lo absurda que en esos momentos fue la pregunta
-Mañana a las 8:30 am. –respondió Sarada instantáneamente
Y por un momento todos se quedaron en silencio, a Sarada le dolió que Karin le recordara lo que ella se negaba a creer, pero tampoco la culparía, no fue su intención, no lo dijo con malicia.
Sarada se levantó de su asiento y les dijo a su madre y a Karin
-Disculpen pero necesito descansar- dijo con voz apagada
-Entiendo, hija… -responde su madre- Descansa, cariño
-Igualmente, madre…
Y sin más que decir se dirige a su habitación, quería dormir, se sentía totalmente mal. Cierra la puerta de su cuarto y se dirige al armario, saca la playera de pandas y su pantalón de dormir. Después de cambiarse, se recuesta en su cama. Trataba de dormir, pero no podía, cada vez que cerraba los ojos podía recordar a aquel muchacho rubio y de brillantes ojos azules del que se había enamorado, pero esos recuerdos que antes la hacían feliz, ahora la llenaban de una tristeza profunda. Él ya no estaría, no la protegería, no volvería a escuchar su voz, no volvería a ver su sonrisa… nunca.
Recordaba las ultimas palabras que le dijo: "Gracias por estar a mi lado, Sarada…Perdón por no poder cumplir mi promesa, solo esperó que…logres cumplir tu sueño y prométeme que serás feliz"
¿Por qué? ¿Qué razón tenia la vida para quitarle a la persona que ama? Ella sabía que quizá a partir de ese momento, su vida no volvería a ser igual, Boruto Uzumaki ya no estaría presente en ella y aunque le doliera admitirlo debía de continuar "Prométeme que serás feliz" no sabia como hacer eso, ella se había ilusionado con una vida junto a él, con su primer amor desde la infancia… pero eso ahora ya no era posible. Antes de darse cuenta con esos pensamientos se quedo profundamente dormida.
Horas después, entre sueño escuchó la puerta de su habitación que se abría. Siente como alguien acomoda su frazada, también siente como dos personas se sientan a los pies de su cama.
-Sabes que estamos orgullosos y que te queremos- dijo su padre mientras acariciaba su cabello
-Te amamos, mi cielo- susurró su madre y le dio un beso en la mejilla- Eres muy fuerte…
Luego de eso Sakura y Sasuke salieron del cuarto de Sarada.
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Se despierta al sonido de la alarma, mira hacia la ventana y contempla el cielo completamente nublado con amenaza de lluvia.
Sarada se dirige hacia el baño a cepillarse los dientes y ve a su madre salir del baño, ella la mira y le dedica una sonrisa
-Buenos días, Sara-chan
-Este día no tiene nada de bueno- masculló
-Alístate cariño se nos hará tarde para…-fue interrumpida
-No es necesario que lo digas, en un momento estaré lista
Después de salir del baño, se comenzó a vestir, con un vestido negro y algunos accesorios que escogió de último momento. Mientras acomodaba sus cosas encontró el collar con el símbolo Uchiha que él le había regalado en su cumpleaños número 16, se lo pone y va hacia la sala. Eras una horrible mañana por lo menos para ella lo era. Al llegar a la sala encuentra a sus padres esperándola, su madre se dirige hacia ella y le da un abraza, su padre también parece estar triste, pero sigue teniendo ese típico semblante serio. De camino al cementerio se pierde en los recuerdos, mientras ve pequeñas de lluvia caer por la ventana del auto, cuando escucha a su padre decir:
-Ya llegamos, Sarada – dijo con un tono de tristeza
