El siguiente fic particpa en el reto Crack Space para el foro "Yo amo Hetalia, ¿y tú?
Los personajes de Hetalia no me pertenecen.
Ship América x Rusia
Duro de admitir
No sé cómo iniciar ésta historia. Siempre me he jactado de ser "el héroe", no permito que alguno de mis amigos intente hacerme sombra pero me queda claro que no tengo las respuestas para todo tipo de situación.
Aclaro: no soy un cobarde, bueno, digamos que un héroe no puede hacerlo todo: recurro a Arthur para poder hacer algunos negocios o tenga que dialogar con Ludwig.
Me siento como un estúpido cuando Iván ésta cerca y ése tipo ¡Me tiene hasta la coronilla!
Sé que no debo enojarme y sentirme presionado por esto pero, en este día de San Valentín… bueno, ustedes saben que cuando llegan a éstas fechas se organiza un intercambio de regalos y maldita sea la hora en qué acepté participar: Feliciano con su clásico vee nos reunió a quienes participaríamos en la actividad, colocó varios papelitos envueltos en donde estaban nuestros nombres y tendríamos que sacar un papel para conocer a nuestro "amigo" a quien le vamos a obsequiar algo.
Kiku, Francis, Ludwig…. Por mencionar algunos, pasaron y se notaban satisfechos al sacar su papelito, pero, cuando llegó mi turno y al descubrir quién sería a la persona que me tocaba regalarle…. Sentí que aquella habitación se hizo oscura y como si se tratara de una película de terror, escuché en mi mente el inicio de la Tocatta y Fuga de Bach cuando observé el nombre: Iván Braginsky.
Oh my God!
¡¿Por qué me tocó Iván?!
-Tranquilizate Alfred, sólo es un regalo que le vas a dar Iván… te tocó regalarle a la persona que siempre ha competido contigo, sólo es un …
Me interrumpí porque imaginaba que vendría Steve Rogers para decirme: "Lenguaje". Debo reconocer que Iván es la única persona a quien parece tener inmunidad hacia la magia o algunos amuletos malditos y eso lo vi cuando Arthur invitó al ruso a sentarse en su afamada "silla maldita" y salió sin ningún rasguño.
Para pedir sugerencias de regalos, me acerqué con las personas que lo conocían anteriormente, primero fui con Feliks pero no me gustó la idea, quizás en otro momento lo hubiese aceptado.
"¡Puedes regalarle una bomba nuclear y se lo dejas caer en su casa!" – Me comentó a su estilo presumido. – "Y así podré llegar y le diré que Varsovia será su nueva capital" – Soltó una carcajada siniestra, algo me dice que el Joker se inspiró en él a la hora de reírse, bueno me refiero al Joker animado para aclarar.
Como no me convenció del todo, me acerqué con los países balcánicos: "Lo sentimos pero… Iván es muy especial con sus regalos" – Estaban nerviosos, evadiendo el tema.
Y si esto no fuese suficiente, escuché a lo lejos los gritos de Bielorrusia: "¡Voy a matar a la persona que le tocó obsequiarle a Iván! ¡Él es mío!" –La vi que estaba en una especie de trance psicótico y me asusté cuando Toris se acercó discretamente susurrándome al oído: "Iván se tiene que esconder cuando ella se comporta de esa manera".
Para completar la escena, pasó México a nuestro lado y con celular en la mano llevaba abierto su reproductor de música y escuché aquella indirecta bien directa: "¡Ese compa ya está muerto, sólo qué no se ha enterado!"
Tuve que retirarme y heme aquí: discutiendo conmigo mismo sobre qué regalarle a ¡ése ruso de su Putin padre!
Respiré profundamente para despejar mis ideas, fui por una hamburguesa y una Coca – Cola para tener mi mente activa y empecé a recordar nuestros enfrentamientos: Cuando salió la película The Avengers, él sacó una película llamada Guardianes, una versión rusa del concepto americano; Sin olvidar que Silvester Stallone se ha enfrentado a los rusos siendo Rambo y Rocky…
-¡¿Qué puedo regalarle a él?!
"Quiero hacer amigos"
Escuché que alguna vez lo dijo cuando llegó por primera vez a nuestro grupo: Iván no hablaba mucho, tiene ideas atrevidas como lanzarse de un helicóptero para poder disfrutar de la nieve, Me robó la victoria al llegar primero a la casa de Ludwig durante la Segunda Guerra, nos mantuvimos en plena guerra fría hasta que, se dieron los cambios en su casa y de nuevo pude hablar con él.
Desde entonces, Iván ha construido sus propios juguetes bélicos como los míos, aunque algunos dicen que son mejores los de él. También en otras áreas como el deporte y la ciencia nos ha llevado a tener logros. Por eso hemos competido, él también quiere ser un héroe… un héroe como ¿yo?
Sentí miedo al llegar a una conclusión demasiado acelerada: ¡¿Acaso le gusto?! Mis mejillas tomaron un color carmín y sacudí mi cabeza varias veces reconociendo que el competir con él me hace sentirme vivo, enfrentarlo con mis juguetes, tenerlo frente a mí… aunque por dentro pueda temerle.
-¿Y si le pregunto a él?
Continuará….
