EXISTEN JUEOS PEORES...
Ok gente, este es un nuevo fanfic que es una adaptación (o como quieran llamarle) al libro de ''LOS JUEGOS DEL HAMBRE'' si no lo han leído háganlo.
Espero que mi fic sea tan interesante como lo es leer el libro.
Obviamente este fic será Ichihime e incluiré otras parejitas por ahí, después.
Personajes:
Para las personas que no han leído este libro (¬¬) les dejo los nombres de los personajes reales de la trilogía y quienes harán de quien.
Orihime será Katniss; Ichigo será Peeta; Rukia será Madge; Grymjow será Gale; Aizen será Snow; Urahara será Haymitch; Yuzu será Prim; Karim será Rue; Kukaku será Sae la grasienta; Chad será Tresh; Kensei será Cato; Lisa será Clove; Shinji será Marvel; Yumichika será Cinna; Riruka será La comadreja; Rangiku será Glimmer; Moe Shishigawara será Marvel; Mashiro será Effie
Tratare de que todos los capítulos sean narrados por Hime :3
No me adueño de nada, ni de la historia ni de los personajes. La historia en la que me estoy basando le pertenece a Suzanne Collins y los personajes del anime le pertenecen a Tite Kubo nada más. Yo solo soy una fan haciendo una adaptación.
Día de la cosecha.
Yuzu había tenido una pesadilla. Lo supe porque al despertar ella no estaba durmiendo a mi lado, ahora estaba acurrucada cómodamente en la cama de mi madre entre los brazos de ella; Yuzu suele compartir cama conmigo pero cuando tiene pesadillas se pasa a la de mi madre y la abraza justo como ahora lo hace ahora.
Hoy era el día de la cosecha –razón por la que Yuzu tiene pesadillas desde hace años- lo que significaba que tenía que tomar una ducha y ponerme ropa presentable; cosa que es difícil siendo alguien del distrito 12 uno de los distritos más pobres de todo Panem. Vivir en el distrito 12 significa sobrevivir todos los días a él, es raro ver a alguien con el estómago lleno o escuchar a alguien decir que su comida fue deliciosa, porque no lo es en lo absoluto. Carne de perro salvaje, ardillas, palomas que se encuentra la gente tirada en la calle ya muerta, ratas, de todo. Lo más decente que hay en el distrito para comer es el pan de la panadería Kurosaki, ese es un lujo que solo las personas más ricas –por así decir- del distrito pueden comprar, entre ellas la familia de alcalde Kuchiki.
Panem es el mundo que está siendo gobernado por las crueles leyes del presidente Aizen, el hombre más detestable y corrupto de todo Panem. Este hombre se encargó de dividir a Panem en dos; El capitolio –los gobernantes de Panem y los encargados de los juegos del hambre- y los distritos. Todo Panem se divide en 12 distritos que alguna vez fueron 13; cada distrito tiene cierta área a la que ocuparse, unos más importantes que otros; los distritos que no sufren de hambre como nosotros son el 1,2 y 4. De estos distritos vienen los tributos profesionales de los juegos, los mejores preparados, los de la sangre fría, los que siempre ganan en los juegos.
Para antes de salir de casa, decido no tomarme una ducha ya que pienso salir y seguramente me ensuciare. Me reviso que mi cabello aun este trenzado –siempre suelo usar mi cabello en una trenza- sigue intacto a pesar de que no soy muy quieta a la hora de dormir. Me dirigí directo al refrigerador de la cocina donde Yuzu me había dejado un pequeño pedazo de queso de cabra que ella había obtenido gracias a la cabra que yo le regale hace años; envolví el pequeño trozo de queso en un pañuelo, tome mi morral que estaba colgado en una de las sillas de la cocina y después mi chaqueta de cazador que era de mi padre.
Hoy me reuniría con Grymjow en la pradera para cazar, como todos los días; la caza, para Grymjow y para mí, era el mayor sustento que les podíamos brindar a nuestras familias. Grymjow siempre se encarga de las trampas y de retirar las pieles de los animales que matamos. Mientras que yo me encargo de cazarlas con el arco de mi difunto padre.
Se supone salir a la pradera está estrictamente prohibido y está aún más prohibido la caza furtiva; lo que nos convertía a Grymjow y a mí en unos delincuentes, pero todo era por nuestras vida y la de nuestras familias.
Todos los distritos tenían un cierto perímetro asignado –del cual está estrictamente prohibido salir- y para asegurarse de que nadie se salga del perímetro se colocaron cercas electrificadas. Por suerte para nosotros–por ser uno de los distritos de menor importancia para el capitolio- está cerca no suele estar encendida casi nunca, es muy rara la ocasión en que se encuentra electrificada. Siempre, antes de pasar por el hueco que tiene la cerca –que lo hicimos Grymjow y yo- me siento junto a ella y me aseguro de no escuchar el zumbido que me indica que está encendida.
Otro día más en el que la cerca no está electrificada.
Me paso la cerca sin dificultad alguna saliendo del distrito 12, dándole la espalda por completo a ese pobre y desesperanzado lugar. Siempre suelo esconder mi arco y su carcaj en un tronco hueco; las cosas de Grymjow no estaban ahí, el seguramente ya estaría por ahí instalando una trampa o quizás hasta quitándole la piel a su primera presa del día; siempre solemos reunirnos en el mismo lugar: se trata de un amplio terreno despejado de árboles, ahí un pequeño acantilado en el cual solemos sentarnos a disfrutar de nuestros almuerzos –ya que él y yo jamás almorzamos en casa si no aquí, juntos-
-Hasta que llegas- me reclama apenas escucha mis pasos detrás de él.
-No te importara cuando veas lo que traigo hoy- le respondo mostrándole el pañuelo donde portaba el queso de Yuzu. Grymjow saca de su morral un pedazo de pan, el cual no se veía nada mal. -¿De dónde lo has sacado?- por la mente me pasa que seguro Grymjow robo de la panadería de los Kurosaki; el como yo no es capaz de comprar ni las sobras de esa panadería.
-No lo robe si eso es lo que piensas- siempre sabe lo que pienso.
Sin darle más vueltas al asunto me siento junto a el dándole la mitad del queso para que él lo unte sobre su pedazo de pan. Hoy era uno de los días en que sentíamos que comíamos como reyes, el queso de cabra sobre el pan recién hecho, unas fresas que Grymjow había cortado antes de que yo viniera hacia acá y por último, el té de menta que la madre de Grymjow sabe preparar a la perfección.
Las hojas de menta y las fresas que encontramos en la pradera nos han ayudado a Grymjow y a mí para conseguir algunas cuantas monedas; recogemos una gran cantidad de estas y después se las vendemos a las personas con más dinero del distrito. Lo mismo pasa con las ardillas, conejos, pavos y de más que logramos encontrar y cazar en la pradera. Obviamente nadie nos delata.
Después de terminar nuestro almuerzo comienza la hora de la caza. Grymjow sabe usar el arco porque yo le enseñe algunos trucos y yo se usarlo porque mi padre me enseño a usarlo; cada vez que él tenía tiempo libre me ayudaba con la práctica del arco y pensar que lo que decía que saber usar el arco jamás me ayudaría para conseguir comida, vaya que equivocada estaba.
Al terminar nuestra hora de caza tenemos 3 conejos, 2 ardillas y 2 pavos. Los cuales los llevaos al quemador, el quemador era el ''mercado negro'' del distrito; en ese lugar es donde Grymjow y yo podíamos intercambiar nuestro trabajo del día por comida o vender lo que teníamos. En especial, siempre íbamos con Kukaku para intercambiar nuestras presas por comida. Las hojas de menta las guardábamos para mi madre y la madre de Grymjow y las fresas las vendíamos al alcalde Kuchiki, él y su hermana Rukia amaban las fresas.
-¿Nos vemos en la cosecha entonces?- me pregunta Grymjow una vez habíamos terminado de dividirnos la comida y el dinero en partes iguales.
-Sí, te veo más tarde- Ahora era cuando tenía que tomarme una ducha y ponerme el antiguo vestido de mi madre que me había preparado sobre la cama. Yuzu y mi madre habían aprovechado mi ausencia para bañarse y alistarse para la cosecha, ahora solo faltaba yo. Como siempre, mi peinado sería un trenza la cual mi madre se ofreció a hacer. Un vez con mí peinado ya hecho, mi madre se dispuso a esperar afuera a que yo ayudara a Yuzu a arreglarse su ropa; como el conjunto que traía ahora –una playera de botones blanca y una falda color azul claro- era mío, y a causa de eso la blusa le quedaba aguada y a falda, bueno a la falta mi madre le puso unos cuantos broches para evitar accidentes.
-¿Yuzu? ¿Yuzu que tienes?- mi hermanita se encontraba arrinconada en la cama, estaba llorando. No recibí respuesta por parte de ella, no necesitaba la respuesta para saber porque se preocupaba. –Yuzu…- me siento junto a ella en la cama y la atraigo hacia a mí para abrazarla. –Es tu primer año; apenas este año tu nombre aparece en esa urna. No serás elegida-
La cosa era sencilla. Para que tu nombre apareciera por primera vez en la urna de los tributos tenías que tener 12 años. –Yuzu acababa de cumplirlos apenas este año- y también, con 12 años puedes empezar a pedir teselas –con esto tienes una porción de cereales por un año- por cada papeleta con tu nombre escrito en ellas que agregues en la urna ganas las teselas. A Yuzu – a pesar de tener 12 años- jamás le permití pedir teselas las veces que me pidió querer hacerlo; seguro es de las pocas personas que no han pedido. A diferencia de mi…
-¿Estas segura Orihime?-
-Más segura no podría estar- pude notar como al decirle esto se calmó un poco. – ¿Nos vamos ya? Mamá nos espera abajo- Yuzu asintió ya sonriendo un poco. Utilizo mi mano para limpiarle las lágrimas que le recorrían el rostro. –Vale, ya quedaste-
-Gracias- me agradeció sonriendo, era tan normal en ella sonreír.
Nos reunimos con mi madre afuera de la casa –donde ella nos esperaba- para después dirigirnos a la plaza central. En pocos momentos íbamos a saber quiénes serían los pobres tributos que tendrían que ir a pelear a muerte en la arena; de eso se trataban los juegos del hambre. Cada año en Panem se realiza una ''celebración'' en la cual 2 tributos de cada distrito –un hombre y una mujer- tienen que ir a la arena para pelear contra los demás a muerte. Al final, el único tributo que queda vivo es proclamado por todo Panem, se vuelve asquerosamente rico y gana una casa o más bien mansión en la aldea de los vencedores que hay en cada distrito; todo esto son los juegos del hambre. Matar para vivir.
Al llegar a la plaza del distrito, justo enfrente de esta estaba el edificio de justica de dónde venían todos los agentes de paz –los encargados de mantener el orden en cada distrito- frente a este edificio se encuentra una enorme plataforma con dos urnas y un micrófono, al lados de la plataforma habían dos pantallas enormes, las cuales ahora mostraban como todas las personas del distrito empezaban a llegar.
De un lado tenían que estar las mujeres y del otro los hombres. Así como en la plataforma hay dos urnas –una con los nombres de todas las mujeres del distrito y la otra con todos los nombres de los hombres- aquí tienen que haber dos grupos. La asistencia es obligatoria por lo que todo el distrito ya está aquí.
La cara del presidente Aizen aparece en Pantalla dándonos la bienvenida desde la seguridad de su casa –que está en el capitolio- da introducción a la representante del distrito –que es quien sacara los nombres de las urnas- y para finalizar su emisión termina con un Felices juegos del hambre. Si él se atreviera a jugar su propio juego se daría cuenta de que no son nada felices.
Mashiro Kuna –la representante del distrito- aparece con su muy colorido vestuario. Lo que no me sorprende, cada año viene con un nuevo estilo, nuevo color de cabello, maquillaje nuevo color de atuendo, color de cejas y hasta el corte de cabello es diferente cada año. Camina hacia el micrófono con rapidez; que la verdad no sé cómo lo hace con esos tacones tan grandes, y nos da la bienvenida al igual que lo hizo Aizen.
–Bueno, las damas primero- avisa acercándose hacia la urna donde están todos y cada uno de los nombres de las mujeres del distrito 12. Con todo el suspenso del mundo, Mashiro coge uno de las papeletas de la urna. Me resulta desesperante la forma en que retira la cinta de las papeletas, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Aunque, de seguro es mejor que se tome todo el tiempo del mundo; estoy segura que Yuzu no saldrá elegida, su nombre aparece por primera vez este año; sería como buscar una aguja en un pajar. Finalmente le ha retirado la cinta, comienza a abrir el pequeño pedazo de papel.
Más de ochenta papeletas en esa urna tienen mi nombre –gracias a que pedía teselas- El nombre de mi hermana no saldrá de la boca de esa mujer, no, no lo hará, seguro el nombre que Mashiro está apunto de pronunciar no es el de…
-Inoue Yuzu-
Fin
¿Bueno que tal? ¿Les gusto?
Por ahora no hubo nada de IchiHIme, pero PROMETO que después habrá Ichihime.
Espero que les haya gustado.
