Los personajes y derechos de esta historia pertenecen todos a la autora de Kaichou wa maid-sama, Hiro Fuyiwara.


TACTICAS AMOROSAS GATUNAS

Los humanos son extraños, ¿verdad?

Cuando quieren a alguien dicen tonterías, se ridiculizan, se ríen por cualquier cosa, se ruborizan, se toman su tiempo para tan solo cogerse de las manos… Son tan complicados que me exasperan. Porque digo yo, ¿no es más fácil oler el trasero de la persona a la que quieres? Si, deberían olerse el trasero el uno del otro y todo seria de una sencillez absurda.

Me estiro un momento, abriendo la boca de cansancio.

Anda, ahí está mi dueño, el rubio de ojos verdes. Le observo atentamente, con mi cabeza siguiendo el más mínimo de sus movimientos. Se le ve nervioso, o más bien, huelo su nerviosismo. Aprovecho para ir a pedir caricias, un gesto que le suele tranquilizar y además me gusta.

- ¿Miauuu? –pregunto enroscándome en sus piernas–.

- ¿Quieres comer? Ahora voy a por la comida.

¡Qué no quiero comer! me da ganas de decirle. Pero nada, sé que no me entiende. Humanos… Empiezo a destrozar el sofá para llamar su atención. Se da la vuelta y me mira. ¡Bingo! Se acerca, me coge por el vientre (¡qué me sueltes, rubio bruto!) y me quita del sofá para dejarme en el suelo. No me va a acariciar, esta demasiaaaado nervioso para eso. Peor para él. Le muerdo (con moderación, que en el fondo no soy tan malo) en la mano y él se aparta con una sonrisa.

- Eres exactamente como ella. Una fiera. Espero que no la arañes cuando venga, ¿eh Licht?

¡A si que es eso!

La chica, la de los ojos ámbar.

Justo cuando estoy pensando en ella, llega la humana. Mi dueño se precipita a la entrada como si hubiese un león persiguiéndole, pero me doy cuenta de que intenta tomar un aire tranquilo al abrir la puerta. Detrás esta ella, la chica. ¡Por mil ratones! ¡Acaba de llegar y ya está roja! ¿Sera una enfermedad o es que siempre tiene que estar ruborizada cuando ve a mi dueño?

- Hola, U…sui –dice torpemente–.

- Ya empezaba a morirme pensando en qué no ibas a venir.

¡Pero deja de decirle tonterías, humano tonto! ¡Huélele el trasero y a volar! Pero no, le tienes que coger la chaqueta y hacerla pasar al salón. ¡Ves, ahora estáis los dos sentados en el sofá sin saber qué decir! Malditos humanos…

Como soy un gato gentleman, me acerco a vosotros, historia de daros tema de conversación. Me subo encima de las piernas de la chica. La humana me mira y me acaricia la cabeza.

- Hola Licht… –murmura mientras que yo me pongo a ronronear–.

Para quienes no lo sepan, el ronroneo tiene dos objetivos: hacer entender a quién te está acariciando que te gusta y que quieres que siga. Sí, soy un gato muy listo.

- ¿Con qué eso querías, eeeh? –pregunta a su vez Usui–.

Un poco tarde, dueño mío.

- Misaki, ¿quieres que yo también te haga un masaje?

La humana se ruboriza y se levanta bruscamente.

- ¡Miauuuuuuuuuuuuuu! –protesto saltando hacia el suelo en una voltereta perfecta (por favor, tengo una reputación que mantener)–.

- ¡Maldito pervertido del espacio exterior! ¡Me llamas diciendo que venga urgentemente a tu apartamento, que tienes un problema cuando todo está perfectamente excepto tu cabello ligeramente revuelto y además dices cosas pervert…!

- ¿Desde cuándo te fijas en mi pelo Misaki?

Estos humanos, siempre peleando. Les observo con curiosidad desde una mesa. Los dos están ahora levantados, mi dueño mirando peligrosamente a la humana. ¡Eso es, ataca! ¡Venga, huélele el trasero! ¿Pero qué haces cogiéndola las manos? ¡No, no! Ay por favor, ¡ahora la besas! Miauu, miau, miau. Bueno, al menos ella pone sus patas, o brazos como dicen los humanos, alrededor de su cuello.

Supongo que no está mal. Pero podría ser mejor.

¡Ya está! ¡Mi mente felina ha tenido una idea magnifica! Mi dueño, me vas a tener que dar mil latas de sardinas por la ayuda que te voy a dar.

Me acerco cuidadosamente a la mesita delante del sofá. Un bonito jarrón con flores esta encima. Y lo mejor es que ese jarrón tiene agua. Mie, mie, mie (*típica risa maligna gatuna*), va a llover en sus cabezas. Espero un poco, historia de aumentar el suspense, y de repente, ¡entro en acción! Empujo la mesa hacia los enamorados, el jarrón vuela por encima de ellos, las flores y el agua se caen magníficamente en el pelo de ambos humanos, los humanos se caen en el sofá y el jarrón sale por la ventana detrás del sofá. Uy, lo del jarrón saliendo por la ventana no lo había previsto. Pero bueno, el resultado es el mismo: los dos humanos están en el sofá más abrazados que nunca.

- ¡Licht! –grita Misaki ruborizada–.

A su lado, Usui está muerto de risa. El humano acerca más la chica a él, para susurrarle al oído:

- Adoro a este gato. Las flores en la cabeza te hacen aún más guapa, Misa-chan.

Orgulloso, me doy la vuelta con un último "Miau" de adios para Misaki, y me voy a dormir en mi camita, pensando en las latas de sardinas que me voy a ganar.


Definitivamente me ha encantado escribir este one-shot, creo que es uno de mis preferidos. Es que ponerse en el punto de vista de Licht ha sido hilarante jajaja

¡Espero que os haya gustado y no duden en dejarme sus reviews (porfa-miauuuu como diria Licht)!