Capitulo 1: juramento antes de una tragedia.
-Ayano-
Como cada vez que las clases finalizaban Shintaro y yo fuimos directo al aula de clases especiales, con la intención de encontrarnos con Haruka y Takane sempai. Al llegar a la puerta de su aula noté como Haruka dibujaba y Takane dormía con sus audífonos puestos.
-¡Buenas tardes! - salude agitando mi mano.
-Buenas tardes- repitió Shintaro pero de forma menos enérgica.
-B-Buenas tardes- dijo Haruka sempai cerrando rápidamente su cuaderno de dibujo en forma nerviosa.
Shintaro tranquilamente se acerco a Takane sempai y levanto con cuidado uno de sus audífonos.
-¡Hola Takane!- Takane sempai salto de la impresión y al notar que Shintaro no se podía contener la risa descubrió que fue él quien la despertó.
-¡Oe idiota!- Takane sempai agarro a Shintaro del cuello de su camisa.
Yo y Haruka sempai reíamos de cómo les encantaba pelear a esos dos. Sabíamos que era inútil intentar separarlos o calmarlos, así son ellos.
-Ne Haruka sempai, ¿Qué dibujabas antes de que Shintaro y yo llegáramos?
-Haruka-
¿Qué le responderé? No puede saber que la dibujaba a ella…
-¿Sucede algo? Parece algo rojo ¿se siente bien?- decía Ayano-chan con un tono de preocupación.
-N-No es nada, no hay de qué preocuparse- negué con mis manos y con un tono de voz nervioso
-¿Seguro?- Ayano-chan se veía tan tierna cuando se preocupaba por mí, su sonrisa ladina y esos ojos brillantes en busca de una respuesta… ¡e-eh debo concentrarme!
-Sí, estoy bien…- busque mi cuaderno y sin que ella lo notara arranque una hoja, la que contenía su dibujo –Toma, puedes ver mis dibujos-
-Takane-
Genial, desperté de mal humor gracias al idiota de Shintaro. Tsk, no deja de gritarme.
-¡Déjame en paz!- le grite agitando mi puño.
-tsk ¡tu déjame en paz!- grito el idiota mirandome con desinteres.
Este maldito Hikkikomori le gusta pelear.
-¡Consíguete una vida!- le dije mientras me voltee para no verlo a la cara, entonces pude ver como Haruka le pasaba su cuaderno a Ayano.
-Lo dice lo chica que saco segundo lugar en un torneo de videojuegos- dijo Shintaro burlonamente.
-Pero aun así tú me lograste vencer, eso te hace alguien con menos vida- dije con actitud triunfadora mientras le mostraba mi lengua.
-Al fin reconoces que soy mejor que tú- dijo Shintaro con una sonrisa burlona y una ceja arqueada.
-N-No molestes Hikkineet- dije desviando mi mirada sonrojada de aquel pelinegro. ¡Odio que me haga sentir así!
-Shintaro-
No hay nada mejor que molestar a Takane después de clases. Ayano y Haruka estaban hablando y como me aburrí de molestar a Takane camine para hablar con ellos.
-¿Qué haces Ayano?- Me acerque a ellos y note que Ayano dibujaba algo en el cuaderno de Haruka.
-Mira Shintaro-kun, somos nosotros- dijo la chica de la bufanda roja mostrando un dibujo de cuatro personas algo… deforme.
-Mejor no te dediques al arte Ayano- dije entre risas mirando aquel dibujo.
-Oye…- dijo Ayano haciendo un puchero.
-Esta bromeando- dijo Haruka en un intento de consolarla.
-Shintaro idiota- murmuró Takane moviendo su cabeza en desaprobación.
-Es solo una broma- respondí molesto. ¿Ahora quienes son los que no tienen sentido de humor?
-Ayano-
Bueno, Shintaro-kun tiene razón, no soy muy buena en el dibujo, pero es algo divertido que puedo hacer con Haruka-sempai
-Yo creo que es lindo- dijo Haruka sempai con una sonrisa en su rostro.
-¿En serio?- dije esperanzada al recibir mi primera critica buena.
-Sí, de hecho me lo quiero quedar… ¿puedo?- me sentía muy ruborizada, a las personas normalmente no les gusta como dibujo pero… él se lo quiere quedar.
-C-Claro, si quieres- le sonreí y me devolvió la sonrisa. Escribí mi nombre detrás de la hoja y se lo entregue.
-Creo que se está haciendo tarde, ¿Qué tal si nos vamos? Mis hermanos deben estar preocupados- pregunte, y todos asintieron.
-Se está oscureciendo, vamos rápido- dijo Shintaro-kun algo molesto.
Salimos de la escuela y nos pusimos a caminar por la obscura vereda hasta que me detuve frente a una casa con un par de luces encendidas.
-Aquí es mi casa, ¡adiós chicos!- dije moviendo mi brazo mientras caminaba hacia mi hogar.
-Adiós- dijeron al unísono los chicos y Takane sempai.
Luego de despedirme, abrí la puerta de mi casa y me quite los zapatos.
-Llegue- dije mientras caminaba hacia el comedor algo agotada.
-Bienvenida- dijeron mis queridos hermanos y hermana mientras me saludaban con un beso en la mejilla.
-¿Cómo estuvo tu día hermana?- pregunto Kousuke tomando mi bolso y caminando a mi habitación para dejarlo.
-Bien, estuve con Shintaro-kun, Takane y Haruka sempai. También hice un dibujo de los cuatro juntos, aunque me salió algo feo. Respondí mientras caminaba a la cocina y reía.
-¿Sigues siendo amiga de ese Hikkikomori? Dijo Shuuya mientras reía, pero antes de poder responderle Tsubomi ya lo había golpeado. No pude evitar soltar unas risas, cada vez que Shuuya decía algo que me molestase se llevaba un golpe de Tsubomi.
-Chicos, ya es tarde ¿Qué hacen despiertos?- dije mientras comía una manzana que estaba sobre la mesa.
-Esperándote, no nos gusta cuando llegas tarde- dijo Tsubomi algo preocupada.
-No tienen por qué preocuparse de mí, soy una heroína ¿No lo recuerdan?- dije con un tono rudo mal hecho, lo que causo en ellos unas risitas.
-Pero…- ¡nada de peros!- interrumpí a Kousuke antes de que terminara su frase.
-A dormir y punto- dije con firmeza y los tres menores fueron en fila a sus habitaciones. Suspire y tire a la basura lo que quedaba de la manzana que comía. Fui directo a mi habitación, pero un sonido me llamo la atención, era mi padre.
-Deberías irte a dormir- dijo fríamente. El ha estado actuando de forma muy extraña hace unos días.
-S-Si- dije cabizbaja apartándome del camino de mi padre, que al parecer iba hacia la cocina. Cuando lo perdí de mi vista entré rápido a su habitación y vi algo encima de su escritorio. Al acercarme note que había una carpeta con algo escrito en ella y fotos… de Takane y Haruka. Extrañada me puse a leer lo que decía, cada palabra era más horrible que la anterior.
-¿P-Padre?- susurre, el nunca haría algo así. En pánico abrí unos cajones y encontré lo que necesitaba, en el cajón había un libro de tapa azul, una foto de Mamá y sus pinches. Me lleve las tres cosas y salí corriendo a mi habitación y de Tsubomi con el corazón acelerado. Tsubomi ya estaba dormida. Me tape con las sabanas y me puse a leer lo que parecía ser un diario, escrito por mamá. Lo que leí parecía ser el cuento que me contaban cuando pequeña, pero luego del cuento había una clase de investigación sobre medusa, una serpiente que tenia pensamiento propio y que conseguía deseos. Hablaba también de cómo obtener poderes a través de… ojos rojos. A mamá le encantaba este cuento, pero según esto lo investigo siguiendo hechos reales, y a mis tres hermanos. Lagrimas empezaron a brotar de mis ojos al recordar aquellas noches en que me quejaba por escuchar el mismo cuento cada día.
-¿Ayano?- pregunto Shuuya desde la puerta con preocupación.
-Shuuya… ¿Qué haces despierto?- dije mientras me limpiaba las lagrimas.
-Yo… escuche un ruido- dijo algo triste. Suspire y lo tome de los hombros.
-¿Puedes guardar un secreto?- le dije susurrando mientras el asentía. Le conté todo lo que decía el libro de mamá, y que podría estar relacionado con la actitud de papá.
-Debes proteger a Tsubomi y a Kousuke, promételo- dije de forma seria con un semblante triste.
-P-Pero hermana, para eso estás tú…- dijo confundido mientras me tomaba la mano.
-Tienes razón, para eso estoy yo- dije soltando unas pequeñas lagrimas mientras en mi rostro se creaba una sonrisa penosa.
-Si yo no estuviera ahí, ¿los cuidarías? - dije cubriendo con mis dos manos la suya.
-C-Claro, somos una familia- dijo desviando su mirada avergonzado.
-Buen chico, ve a dormir- lo dirigí hacia la puerta, le bese la frente y luego la cerré.
-Shuuya-
No entiendo que acaba de pasar, ¿Qué piensa hacer Ayano? Debo ser fuerte, y no decir esto a nadie, aunque me haga un mentiroso. No pude dormir bien por las palabras incrustadas en mi mente. Siento que es mi culpa por ser un monstruo, pero a Ayano no le gustaría que yo piense así. Debo confiar en ella.
La noche termino y no había conciliado bien el sueño, pero actué como si nada y me despedí de Ayano que iba a la escuela. Después de unas horas sin poder relajarme y con mis hermanos despistados fui a la habitación de Ayano y debajo de su cama estaba aquel libro azul. Lo saque y me puse a leerlo. Lo entendí.
-¿Hermana? -
Corrí a toda velocidad hacia su escuela.
-Ayano-
Luego de despertar más temprano que de costumbre agarre los pinches de mi madre y me los coloque al lado izquierdo de mí cabello, guarde el libro azul bajo mi cama a partí a la escuela. Escribí una carta que tenia escrita mi despedida a Haruka sempai y la guarde en mi bolsillo. Al llegar a la escuela choque contra Takane-sempai, ella estaba corriendo.
-¿Takane sempai, pasa algo?- dije que preocupación al ver a la hiperventilada chica.
-Haruka… esta en el hospital. Esto es por mi culpa, el se desmayo y no lo noté.- dijo la chica de coletas con unas lagrimas en los ojos.
-Tranquila, no es tu culpa- dije en un intento de consolarla. –Aunque deberías estar en el hospital con el- dije extrañada, Takane sempai nunca lo dejaría solo.
-Fui a buscar sus cosas, Shintaro está con él- dijo secando sus lagrimas.
Creo que ahora es el momento.
-Takane sempai, cuando vuelva al hospital… por favor dele esto a Haruka sempai. Dije entregándole un sobre de papel. Takane sempai lo recibió un poco confundida.
-Debo ir a… ordenar unos papeles, mande saludos de mi parte- dije mientras volteaba moviendo mi mano para luego caminar.
-Haruka-
Esta mañana me desperté un poco mareado, pero sin tomarle importancia me levante y antes de ir a la escuela uní el dibujo que hizo Ayano y en el que dibuje a Ayano los con un clip y los guarde en mi bolsillo. Llegue a mi aula y vi a Takane, dormida como de costumbre. Me senté en mi silla y me quede esperando al sensei. Después de un rato mis mareos se hacían más fuertes hasta tener que apoyar mi cabeza contra la mesa.
-T-Takane…- susurre con la poca fuerza que me quedaba y me desmaye.
Desperté en un hospital recostado en una camilla y con Shintaro-kun a mi lado.
-¿Shintaro?- pregunte en voz baja llamando su atención.
-¿Takane y Ayano?- pregunte al no ver a las dos chicas cerca.
-Takane fue a buscar tus cosas y Ayano no ha llegado al parecer- dijo con un tono de desinterés.
-Takane-
He estado mucho rato durmiendo con mis audífonos puestos, al despertar pensé en hablarle a Haruka, pero cuando voltee.
-¿Estas dormido?- no recibí respuesta alguna de parte del chico.
-¿¡Haruka!?- moví sus hombros pero no reacciono. Se había desmayado.
Rápidamente lo intente levantar, pero no había caso. Era muy pesado y alto. Llame a emergencias y a Shintaro. Estos dos llegaron rápidamente. Emergencias llego en su auto y los medicos subieron a Haruka a la ambulancia.
-Shintaro, ve con él- el pelinegro asintió y se subió al vehículo.
Me puse a correr por los pasillos para buscar las cosas de Haruka, pero golpee a alguien. A Ayano.
-¿Pasa algo?- dice ella un poco aturdida. Le conté todo lo que había pasado y que los dos chicos estaban en el hospital. No pude evitar soltar lágrimas llenas de culpabilidad. Ayano me consoló y me dio un sobre para Haruka.
-Está bien, no es tu culpa, ve al hospital y entrégale el sobre a Haruka- dijo mientras se despedía diciendo algo sobre papeles. Agarre el bolso de Haruka y corrí al hospital. Cuando llegue Haruka estaba hablando con Shintaro con ojos entre cerrados.
-Haruka-
Veo a Takane entrando a toda velocidad a la habitación con mi bolso en sus manos. Ella me entrego un sobre de papel un poco arrugado. No comprendía porque me lo paso.
-La escribió Ayano- dijo Takane entre jadeos de cansancio por correr tal distancia. Tome el sobre con delicadeza y lo abrí para leerlo.
"Querido Haruka sempai:
Hay algo que amenaza la felicidad de mi familia, de Takane-sempai y de usted. Pero no se debe preocupar porque yo me encargare de salvarlos. Seré la mejor heroína y daré mi máximo esfuerzo. Si otra persona está leyendo esto, realmente lo siento mucho.
-Atte: Ayano Tateyama"
Después de leer aquellas palabras quede anonadado. ¿Que está pensando esta chica?
-Ya eras mi heroína- susurre apretando el sobre contra mi pecho y cerrando mis ojos. Después de eso escuche gritos hasta que todo se volvió negro.
-Shuuya-
Luego de descubrir que Ayano iba a hacer algo así corrí a su escuela. Debo detenerla a toda costa.
Llegue a su escuela y fui a buscarla a su aula, no estaba ni ella ni su amigo Shintaro. Empecé a entrar en pánico. Busque en los baños, aulas y comedores. Ella no estaba, había un solo lugar en el que no había buscado. Corrí hacia el último piso de la escuela, un área que se caracteriza por no ser techada. Ahí estaba mi hermana, sentada en la baranda que la separaba de una horrible caída, hablando con alguien que alguna vez fue mi padre.
-Ayano no lo hagas, por favor no tienes que ser la heroína haciendo esto- grite de forma desesperada.
-Shuuya por favor…- dijo cabizbaja Ayano.
-¡Dijiste que no nos abandonarías jamás!- estas palabras solo creaban una mueca en la cara de mi hermana.
-¿Qué piensas hacer niña? Haciendo esto no salvaras a nadie- dijo aquel monstruo riéndose burlonamente.
-Dímelo tú, deseas matar a mi familia y amigos, pero qué harías si… yo tuviera ojos rojos- dijo Ayano mientras se estiraba hacia el lado contrario del edificio. Esto recién dicho causo molestia en el monstruo.
-¡No lo hagas! No vale la pena…- digo intentando convencerla.
-Si tengo ojos rojos y el no puede obtenerlos entonces no matara a nadie más- dijo Ayano con unas lagrimas asomándose en sus ojos.
-Shuuya, cumple tu promesa ¿Sí? A pesar de tener miedo debo ser fuerte, por ustedes porque… los amo- fue lo último que dijo mi hermana antes de lanzarse del edificio. Intentando detener su caída agarre su bufanda, pero solo aquella prenda queda en mis manos, no Ayano. No pude evitar llorar, mire a mi padre reír y voltee mi mirada hacia él.
-No importa lo que ella haga, encontrare otra manera de que mi deseo se haga realidad- dijo este marchándose del lugar, dejándome ahí, arrodillado en el suelo abrazando una bufanda, que alguna vez fue de la persona que más ame y admiré en el mundo. Mi hermana.
-Ayano-
Después de decir mis últimas palabras me lancé de espaldas de aquel edificio y lo último que vi fue la sonrisa, de mi padre. Cuando creí que iba a caer al suelo todo se volvió negros. Estaba recostada en una calle negra y parecía estar en frente de mi escuela. Pero era diferente. Todo estaba desolado y parecía ser la única persona en kilómetros.
-Esto es… ¿El Daze?- dije en un susurro inaudible.
¿Dónde están todos? ¿Qué hice mal? Dije juntando mis piernas contra mi pecho.
-Shintaro-
Haruka después de leer aquel papel parecía estar bastante triste y cerró los ojos. Su pulso empezó a cambiar y los doctores entraron en pánico. Takane está muy afectada, el estrés empeoro también su salud por lo que tuvo que recostarse en una camilla cerca de Haruka. Pero ¿y Ayano? Ella siempre viene cuando nuestros amigos tienen problemas.
De repente cuando los doctores empezaron a reanimar a Haruka una hoja cayó al suelo.
-¿Ayano?- leí la carta y quede sin palabras. ¿A qué se refiere esta chica? Guarde la carta en mi bolsillo y salí de la habitación encontrándome con el padre de Ayano, sin darle atención alguna corrí a la azotea. Cuando llegue había un chico llorando, lo iba a ignorar hasta que lo noté. La bufanda de Ayano estaba en sus manos. Me acerque a él. Es hermano de Ayano.Él estaba sollozando mientras abrazaba la bufanda roja. Toque su hombro y levanto su mirada, aunque se veía molesto.
-¿Qué haces aquí?- dijo el chico secando sus lágrimas.
-Busco a Ayano…- dije mientras se apagaba mi voz.
-Ya es tarde, saltó- dijo el rubio poniéndose de pie y dándome la espalda para abandonar el edificio. Ahora lo comprendo.
-¿P-Por qué? …- dije con una voz temblorosa y llena de dolor.
-Haruka-
Desperté en una camilla, pero estaba solo, rodeado de agujas. Todo era blanco, me sentía completamente solo. ¿He muerto? Era una pregunta que pasaba por mi mente. Mientras pensaba escuche una voz, al dirigir la mirada vi a una dama pequeña de ojos rojos.
-¿Cuál es tu deseo?- fue lo único que decía. Esto se siente tan real, no es un sueño.
-Y-Yo quiero… volver con ellos. Quiero ser mas fuerte… ¡no quiero volver a abandonarla!
La dama asintió y me mostro lo que parecía una persona dormida, era igual a un personaje de videojuego que me gustaba dibujar.
-Pero… no quiero ese cuerpo. Quiero ser yo mismo- dije con desilusión.
-Está bien, el cumplirá tu deseo, pero estará consumiendo tu alma. Mientras más tiempo se demore, menos alma quedara en tu viejo cuerpo. - dijo tranquilamente aquella dama mientras se marchaba con el nuevo cuerpo.
-¡No! Devuélvemelo- grite con todas mis fuerzas en vano, ya se lo habían llevado.
-Konoha-
Desperté en una cama… ¿Dónde estoy? Me levante y camine hasta llegar a una puerta. La abrí y vi a una chica de cabello oscuro de baja estatura acompañada de un chico de cabello café claro también de una baja estatura.
-¿Quiénes son ustedes?- pregunte, el chico de cabello café se veía molesto. No recuerdo como llegue aquí ni quiénes son ellos, pero siento que los he visto antes.
-Soy Hiyori, el es Hibiya- dijo la chica con amabilidad, que al parecer se llama Hiyori.
-Es la tercera vez que te lo decimos en el día- dijo Hibiya algo molesto.
Me sentí algo incomodo al estar con estos niños desconocidos y como reflejo metí mis manos en los bolsillos y me encontré con dos dibujos arrugados. Y en uno tenía escrito "Ayano"
-¿Ayano?- dije en voz baja, ese nombre me suena…
-"Debes encontrarla "–escuche que una voz masculina decía eso, pero parecía que la voz viniera de mi cabeza. ¿Quién es ella?
-¿Dónde está Ayano?- dije esta vez en voz alta preguntando a los dos niños.
-¿De quién hablas?- dijo Hibiya con un rostro interrogante.
-¿Ayano Tateyama?- dijo Hiyori algo confundida.
-Tal vez, debo encontrarla- dije dirigiéndome a la chica de cabello oscuro.
-Era mi prima. Pero ella se sui…- Hiyori no termino la frase y se veía un poco deprimida.
-Iré a buscarla- dije mientras abría la puerta.
-Lleva dos años diciendo lo mismo- murmuro Hibiya pero lo ignore.
