Susurró una vez más, deseando una mirada, una simple palabra.

No dijo nada, se ocupó de llorar en silencio y decir sus sentimientos en palabras suaves, débiles.

Freddy le abrazó simplemente, suspirando robóticamente; sus brazos rodeando los brazos de la escritora con palabras amables, dulces, suaves.

Los dos OC de la autora la vieron caer de una manera frágil. El peluche de Freddy que había tenido de regalo de navidad tratando de ayudarla con palabras dulces y amables

No podía.

La inspiración se había ido.

Él se había ido y realmente le había dado en lo más profundo.

Los animatrónicos, los guardias y los OC la vieron derrumbarse una vez más, murmurando palabras inentendibles.

Golden Freddy decidió decir algo.

—Karoru Gengar, no debes llorar…

Ella ignoró todo. Y una sonrisa falsa apareció, encogiéndose de hombros mientras la computadora se mostraba enfrente de ella, orgullosa.

—Estaré bien.

Eso juró, pero sabía que estaba mintiendo.

Esperó entonces. Espero fervientemente una oportunidad. Esperó que su única amiga que el accidente automovilístico le acababa de arrebatar siguiera viva.

Esperó en vano.

Entonces decidió refugiarse de nuevo en su burbuja solitaria y sonreír falsamente.

—Tengo que seguir viviendo.

Y eso fue lo que Karoru Gengar hizo.