Disclaimer: Vocaloid no me pertenece ni ninguno de sus personajes, esta es una historia sin fines de lucro, solo para entretener. La trama de esta historia es mía, basándome en una imagen que encontré por ahí.

N/A: Detesto dar rollos al final de los drabbles, así que lo dejo aquí. Esto lo escribí con el único propósito de hacer llorar a Eliza, así que, esto es para ti (? Espero lo disfrutes :v


Ni siquiera amigas.

Selt Cunnighan.

Inhalo y exhalo aire demasiadas veces antes de por fin dirigirse a aquel lugar detrás de la escuela, alguien la esperaba ahí. Megurine Luka. Quizás aún no estaba lista, pero estaba decidida.

Los sentimientos que sentía por la chica peli rosa golpeaban tanto su corazón, pidiendo salir, gritar a los cuatro vientos que ama a alguien, y ese alguien es una chica como ella, Hatsune Miku.

Y mientras caminaba por los jardines del instituto hasta el lugar acordado, se dice a si misma que en este momento es feliz —a pesar de los nervios—, estaba contenta, y los rayos del sol golpeando contra su blanquecino rostro se lo confirmaba.

El tiempo de decir todo lo que siente por Luka estaba llegando.

Cuando llego al sitio acordado, detrás del edificio de ciencias sociales, pudo observar la silueta de Luka dándole la espalda, su cabello ondeando con el viento y el sol resplandeciendo en su rostro. Fue inevitable que el sonrojo inundara violentamente contra su rostro.

—L-Luka —llamo en un hilo de voz a la chica, haciendo que esta volteara a verle inevitablemente.

El rostro de Luka no mostraba ninguna emoción contundente, no era frio, tampoco nervioso y mucho menos enojado. Estaba neutral, como si no le interesara toda la situación que estaba ocurriendo.

—Miku —murmuro— ¿Tú me mandaste esta carta? —dijo mientras sacaba un sobre de su bolsillo.

Miku solo pudo ponerse más nerviosa de lo que ya estaba.

—S-si… lamento ser yo —susurro por lo bajo, evitando la azulada mirada de Luka—Es sólo que tengo algo que decirte.

Luka no respondió, solo la miro expectante, esperando saber que era lo que quería decirle.

—Te amo —dijo al cabo de un minuto, su cara estaba mucho más que roja.

Fue en este momento en que Luka la miro sin ningún tipo de expresión en su rostro, soltó un suspiro de resignación y entre abrió los labios dispuesta a responderle de la forma más cordial posible.

—Yo solo…

— ¡Espera! —grito Miku de repente, interrumpiendo el inevitable rechazo— Por favor, no. No me digas que me quieres sólo como a una amiga, esa es la peor manera de rechazar a alguien.

Y Luka solo pudo soltar otro suspiro de resignación ante eso.

—Es que ni siquiera te considero una amiga.

Y el mundo de Miku se derrumbó, junto a las inminentes lagrimas que corrieron por sus mejillas y el sollozo que escapo al ver a Luka retirarse de ahí. Sin mirarla, sin voltear nunca hacia atrás.