Esta historia, como he dicho en el Summary, se desarrollará en el último año de 7 estudiantes. Ha pasado un año tras la guerra, y todos excepto Harry y Ron, que son aurores, volverán para terminar sus estudios.
No diría que hay un personaje principal en la historia, puesto que todos formarán parte de ella, pero empezaré a contarla con Hermione. Básicamente, por que ella es la que ha estado más apartada del mundo mágico, puesto que ha estado con sus padres en Australia.
Aviso ahora, el que quiera encontrar acción y batallas en esta historia, que pase de largo. Voldemort ha muerto y los mórtifagos están muy bien en Azkaban. Sólo hay una preocupación en las cabezas de estos chicos/as : El futuro.
Las parejas de este fic : Draco/Hermione, Ginny/Harry, Theo/ Luna ,Blaise/O.C
Disclaimer : Todo, excepto un personaje que saldrá a lo largo de la historia y algún otro nombre propio que me inventaré yo, pertenece a JK Rowling, yo sólo lo tomo prestado.
Alguna duda, sugerencia, error, comentad. Yo, responderé a todo religiosamente.
Este, es mi pequeño aporte a la comunidad de Fanfiction. Espero que os guste.
Muchas gracias.
Anna.
Capítulo 1 : Un año Después : Reencuentro.
Un fuerte olor a bacon inundó las fosas nasales de una joven castaña. Bufó. ¿Qué hora era? Seguro que tarde... anoche se quedó despierta leyendo hasta las tantas.
Hermione Jean Granger, abrió sus ojos chocolate y luego arrugó su nariz con desagrado. No porque no le gustase, si no por despertarse con un olor tan fuerte.
Se sacó las sábanas lavanda de encima y se puso de pie. Pasaba de calzarse, la verdad. Frotó su largo pelo enredado y se bajó la larga camisa desteñida gris que usaba de pijama,y que le caía de un hombro. Si no recordaba mal era de su primo que vino una vez a pasar un fin de semana y nunca la reclamó. En fin...
Con parsimonia se dirigió por el pasillo ( anoche se dejó la puerta abierta, razón por la que le llegó el olor de manera tan fuerte ) y con toda la eficacia y rapidez que daba un cuerpo recién levantado, bajó las escaleras de madera blanca siguiendo el olor de comida hasta la cocina.
Se frotó los ojos, incómodos por la luz que entraba por las cortinas celestes del fregadero y fijó la vista, encontrando lo que buscaba... Su madre.
La mujer baja y de cabello caramelo liso, hoy con una coleta alta, estaba frente la vitro pendiente de la carne. En el suelo, Crookshaks no se perdía detalle . Movía la cola de un lado a otro lentamente esperando que a Jean le cayese para poder darse un aperitivo.
Jean Granger, con esa brujería que sólo poseen exclusivamente las madres (y Albus Dumbeldore) que, sin mirar, ya sabía que su pequeña estaba allí.
''Ya pensé que no te levantabas...''- comentó la mujer con una voz divertida. Dándose la vuelta. Llevaba un vestido rojo de tirantes con un lazo por las rodillas -'' Estaba ya por coger el sifón''.
Hermione rodó los ojos divertida y caminó hacia la nevera para coger el zumo. - ''Tranquila mamá, que el olor de tu bacon es lo bastante fuerte como para despejar a cualquiera. - bromeó sentándose y sacudiendo el zumo de melocotón.
''Pues en estos 19 años de vida, no te he oído quejarte de mis desayunos.''- Le dijo con ritintín. Puso la carne en el plato y con cuidado se lo dejó delante. Luego, tranquilamente arrastró la silla y se sentó enfrente observándola.- ''Anda, come...''- sonrió.- ''¿No tenías que ir a Callejón Dragón a comprar las cosas para Hogwarts?''
''Callejon Diagon, mamá...-'' rió la joven poniendo los ojos en blanco.-'' Sí. He quedado con Ginny y Luna allí para comprar los libros y una nueva varita.''
''Estupendo cariño. Debes tener muchas ganas... hace mucho que no las ves...''
''Claro que si! Pero bueno...''- se encogió de hombros.- ''Nos hemos escrito, con Harry y Ron también. Todos hemos estado muy ocupados des de que terminó todo aquello. Y yo, para ser sincera, sólo quería estar contigo y con papá.'' - Jean sonrió tristemente.- ''¿Dónde está, por cierto? ''- se extrañó mirando hacia la puerta.
Su madre rodó los ojos. - ''La hija pequeña del primer Ministro, que le dolía una muela, y claro, como es una ''urgencia nacional'' '' – ironizó la mujer – ''Ha tenido que salir por patas hacia la ciudad.''- negó con la cabeza. - ''Seguro que es una tontería.''
Hermione asintió riendo y terminó de comer.- ''Me ducho y en media hora bajo ¿vale?'' - le dio un beso en la mejilla y a paso veloz salió de la cocina.
Nunca había sido muy cariñosa. Sus amigos la habían incluso tratado de seca, pero después de estar meses y meses con el miedo en el cuerpo de que sus padres no estuviesen a su lado y con la incertidumbre de no saber si podrían volver a recordarla... se reprendió días y días mientras estaba con Harry y Ron escondida, por no dar esas muestras de afecto, que aunque insignificantes para muchos, para un padre y una madre significaban un mundo. Ahora, no podía dejar de abrazarles y besarles cada vez que podía.
Subió las escaleras hacia su cuarto mientras se hacía un moño desordenado, y se dio una ducha rápida. Ya se había lavado el pelo la noche anterior para ganar tiempo, así que en dos minutos ya estaba secándose su delgado cuerpo.
Como aún hacia calor, se colocó unos pantalones vaqueros claros y cortitos, un jersey de tirantes de manga tres cuatros a rayas , y unos botines de piel marrones. Se puso un bolso marrón del mismo color y se soltó el pelo castaño acaramelado para darle dos retoques con el cepillo. Ya se había acostumbrado a tenerlo indomable... pero al menos, parecía más bonito ahora que se esmeraba a peinárselo un poco más. Se puso un clip negro en una banda, dejando su pequeña oreja.
Miró su brazo izquierdo con pesar... allí con letras grandes y caligraía desordenada un corte clamaba las palabras SANGRE SUCIA. El corte que le hizo Bellatrix Lestrange en la mansión de los Malfoy.
Mientras vivó unos meses en Australia, unos chicos ''emo'' le dieron una idea para disimular un poco eso y taparlo. Así que rebuscó en su armario y sacó una muñequera larga de rejilla. Muy Gótico. No era para nada su estilo, incluso le daba cosilla... Pero más vergüenza le dio cuando un día en una cafetería un niño pequeño se le acercó y le preguntó el significado de esas palabras, y por qué se había cortado el brazo así. Preferia la muñequera la verdad. No quería que sus amigos o los demás alumnos la miraran con lástima cada vez que tuviese que enseñar el brazo...
Ordenó su cuarto y colocándose dos gotas de colonia en el cuello cerró la puerta.
Cómo era de esperar, su madre ya la estaba esperando con el coche en marcha. Se había quedado con hambre así que cogió una tostada que quedaba en la mesa.
Corriendo salió hacia el coche y se sentó en el asiento del copiloto. Se abrochó el cinturón y se fijó que su madre tenía el coche en marcha pero no arrancaba. La estaba mirando sonriente.
''¿Qwé?''- le preguntó con la boca llena sin entender por qué la miraba así.
''Estás muy guapa, cariño...''
Hermione rodó los ojos e ignoró la risa de su madre. Se limitó a bajar la ventanilla y sentir la brisa mientras pasaban su calle.
El sol brillaba con todo su esplendor. Y el viento en su cara, junto con la música de Bruce, la pusieron algo nostálgica.
Parecía que no hubiese pasado el tiempo. Que siempre, todo había continuado igual. Dichosas esas familias que jugaban con sus hijos esa mañana veraniega, que no se habían entrado del horror que había estado transcurriendo . Ella misma, pasó por esa calle una mañana soleada como la de hoy a desmemorizar a sus padres y poner un hechizo de protección al barrio. Y así, la vida continuó para esa gente, sin ser conscientes que vivían en una calle dónde muchos mortífagos pasaron para buscarla a ella y su familia. Y matarles. Contuvo un escalofrío.
Por suerte, todo había acabado. .
Tras la guerra, se tomó un año sabático. Se quedó en Australia unos meses hasta que pudo recuperar a sus padres, con alguna visita de Kingsley y Harry para ver si necesitaba algo. Se escribió con sus amigas, con Ron, y le ponían al tanto de todo lo que pasaba en el mundo mágico. Le insistían en que les visitara, pero se negó. Necesitaba esa distancia y recuperar el tiempo perdido con sus padres.
No les vería en meses en el colegio, se había pasado otros tantos sufriendo... sólo quería estar con ellos. Así que sus amigos entendieron su posición, y quedaron para comprar las cosas. Rezó para que Harry y Ron también las pudiesen acompañar al Callejón y ponerse al día de todo. Y abrazarles, apretarles contra ella. Les había echado tanto de menos... se preguntaba cuánto habrían cambiado las cosas en el mundo mágico. Sus dos amigos, ya de por sí, tenían una vida completamente distinta a la que les dejó cuando se marchó a Oceanía.
El primero, el flamante héroe del Mundo Mágico Harry James Potter, nombrado cómo el jefe de Aurores más joven de la historia de Inglaterra, y comprometido en secreto con su loca amiga pelirroja... se pasaba el día en ''la oficina'' investigando casos de las familias militantes mortífagas y haciendo comprobaciones de si estaban bajo coacción o era voluntad propia. Era un hombre muy ocupado. Ella misma creyó que se tomaría unas largas vacaciones para descansar de su ya agobiante vida que ya de por sí, ahora se había multiplicado por mil... pero no. Nada más despertarse en la Torre de Gryffindor tras la batalla adecentarse y comerse un bocadillo, se encaminó hacia el Ministerio para aceptar el puesto, y empezar a preparar el papeleo para las órdenes de detención y los juicios. Se alegraba por él, por que ella sabía que disfrutaba y a la vez, era su deber, su destino ocuparse de todo eso hasta el final de cada caso. Y según tenía entendido, era un as en lo que hacía... y ella no podía estar más orgullosa de él.
Por otra parte el pelirrojo Ronald, el hombre que había querido toda su vida estudiantil, tan capaz de desesperar a alguien como de tranquilizarle al segundo siguiente...la verdad, es que no sabía que pensar. La besó en la batalla, y se quedó con ella toda la noche como si de una sombra de tratara. Luego de deshacerse de la varita de Sáuco y ella tomar un avión a Australia, habían contactado por carta al menos dos o tres veces al mes,se había decepcionado mucho, por que si Harry, que era el jefe de Aurores tenía tiempo para escaparse alguna tarde del país para verla, el supuesto hombre que había marcado territorio en los Menesteres diciendo que era su chica : No había hecho acto de presencia, salvo contándole por escrito sus ganas de verla, besarla, y contándole sus batallitas de Auror. La verdad es que no entendía nada. Pero ella fielmente le había guardado la cara pese a muchos chicos que se le habían acercado esperando a aclararlo todo que por fin pudiesen estar juntos.
Sin darse cuenta, su madre ya estaba parando frente al Caldero Chorreante. Para los muggles, un edificio viejo quemado y abandonado. Dejó la palanca en punto muerto y la miró.
''Saldremos a comer fuera, mientras te vestías tu padre llamó y dijo que no vendría.''- le comentó Jean. - ''¿Vamos a un oriental, cariño?''
''Suena bien.''- la besó contenta y bajó del coche.- ''Nos vemos luego.''- le guiñó el ojo y cerró la puerta.
''Paso a recogerte a las doce y media. Yo iré a hacer unas compras.''- Subió la ventanilla del vehículo y se adentró en el tráfico londinense.
En cuanto el coche desapareció por la esquina sonrió y suspiró girándose y miró la puerta emocionada. Estaba preparada para volver a su mundo. Hogar dulce hogar... miró a los lados para que la gente no encontrase raro que una joven entrase en un edificio quemado y abrió la puerta.
No le dio ni tiempo a poder sentir el olor familiar de la cerveza de mantequilla y Whisky de Fuego de Tom, por que un tornado pelirrojo se le tiró encima. Casi trastabilló pero pudo mantenerse en pie.
''MADRE MÍA! HERMIONEEEE!'' - Ginny la apretaba contra ella fuertemente... - ''Por las bragas de Morgana!''- la cogió de la cara con ambas manos- ''Estás preciosa... que cambiada estás.''- le pasó las manos por el pelo.- ''Qué pelo... que, qué todo! Dios! Tenía tantas ganas de verte... Estoy ansiosa por que vengas a cenar a casa, mi madre...''
''Ginny, Ginny... frena!''- reía Hermione de felicidad. Miró fijamente a su mejor amiga. No había cambiado nada. Su pelo largo y liso pelirrojo, sus pecas, sus ojos azules... vestía con una camiseta holgada azul marino metida por dentro de unos pantalones cortos blancos, un cinturón marrón, y sus pies decorados con unas brillantes chanclas rojas.
Dios, esos ataques de entusiasmo alguna vez le habían sacado la gotita... volver a sentirlos, era... Pff... sentía que podría hacer el Patronus más potente del mundo con la sensación que sentía. Cuánto la había hechado de menos.
''Hola Hermione, ¿Qué tal estás?''- La castaña se separó de su amiga pelirroja para ver que la persona, mas dulce, buena y extraordinaria del mundo le acariciaba el brazo.
Luna Lovegood, con su pelo rubio platino largo y rizado de lado, vestida con un vestido de tirantes verde lima y converse bajas naranja le sonreía con dulzura. La abrazó y sintió sus pequeños brazos rodearla fuertemente, luego de apretarla la dejó ir. Sonrió con dulzura al ver unos pendientes en forma de naranja en sus orejas...
''Muy bien Luna...''- les sonrió mirándolas alternativamente.- ''Os he echado tanto de menos...''- suspiró... - ''no sé ni por dónde empezar.''- se encogió de hombros emocionada.
''Bueno pues empiezo yo, dime que pacto con el diablo has hecho para estar así, rejodida''.- dijo Ginny mirándola de arriba a abajo.- ''Este año voy a tener que escoltarte de clase en clase.''
Hermione rió con ellas y rodó los ojos.- ''No he cambiado Ginny, simplemente, he ido a la playa con mis padres y he descubierto que el cepillo sirve para el pelo.''- rieron.- ''Por lo demás sigo siendo la misma.''- Mas o menos- ''Vosotras en cambio, no habéis cambiado nada...''- miró fijamente a Ginny- ''Huy sí!''- puso cara de fingida alarma- ''Eh, pelirroja... ¿Esto es una arruga? ''- le tocó el rabillo del ojo.
'' Bromeas.''- diji Ginny brutalmente. Conjuró un espejo y se miró detalladamente ante las risas silenciosas de sus amigas. Lo desapareció y entrecerró los ojos.- ''Bruja...''
''Cierto.''- rió encogiendo los hombros. Le encantaba picarla. -'' Solo era una broma melón...''- la agarró del brazo y seguidas de Luna saludaron con la cabeza a Tom para adentrarse en la parte de atrás. Dónde aguardaba el muro de la entrada al C. Diagón. - ''Bueno, venga, que hace dos semanas que no hablamos. Contadme cosas. Y Harry Ron, ¿Por qué no han venido?''
Ginny sacó la varita para golpear tres veces el muro enladrillado.-''Trabajo.''- contestó la última pregunta.- ''No hay mucho que contar, simplemente adecentando Grimauld Place, Harry apenas tiene tiempo, y decidimos que cuando nos casemos viviremos allí. Limpiarla fue fácil, me costó apenas tres días con magia, ahora, tuve que tirar muchas cosas roñosas. No te haces idea de la fortuna que me he he hecho vendiendo objetos oscuros en el Callejón Knorturn... y pues, mi familia va tirando... la pérdida de Fred fue insoportable.''- bajó la mirada.- ''Pero bueno''- se encogió de hombros-'' la vida sigue.''
El muro se abrió y pasaron a la calle principal llena de gente y gritos de ofertas.
''Yo he roto con Neville''.- anunció Luna. Con voz tranquila, normal, cómo si dijera que hoy hacía sol.
''¡¿QUÉ?!''- casi se rompe el cuello girándose hacia ella. Y lo decía así, tan pancha.
''Si, yo también reaccioné así cuando me lo dijo hace unos días.''- comentó Ginny negando con la cabeza. Decidió no insistir por que Luna le cambió de tema rápidamente con unos nargles.
''P-pero... ¿Por qué Luna?'' - preguntó Hermione-'' ¡Si te gustaba mucho!''
''Tu lo has dicho, gustaba. Ya no.'' - comentó Luna.
La castaña buscó explicaciones mirando a Ginny, pero sólo encontró negación en su cabeza, alegando que ella tampoco entendía nada. Luna, con ese don de escuchar lo que no se decía habló. Suspiró antes de hablar.
''Sabéis perfectamente mi situación en casa. No estaba pendiente de él, me agobié, lo último que me faltaba era eso.''- negó con la cabeza.- ''Sé que quería estar a mi lado, y apoyarme, pero su mera presencia, me ponía de mal humor, no se despegaba de mi, y no pude aguantarlo más''
Hemione y Ginny se miraron.- ''¿Tan mal se han puesto las cosas, Luna?'' - dijo con voz seria la castaña.
''Mucho.''- sólo pudo decir la ravenclaw.- ''Tenéis que entederme. Antes que un novio que quiera estar pegado a mi besuqueándome para animarme, prefiero pasear y reírme con mis amigas.''
No dijeron nada. Pero entendían su postura. Y la de Neville, el pobre, con lo que preocupado era, debió quedar muy impotente al ver que la chica que quería tanto, no le quería a su lado en el momento más duro de su vida, despreciándolo. Literalmente. La dulce Luna Lovegood incapaz de decir nada fuera de tono, diciendo palabras hirientes.
''Quizá le traté un poco mal''.- admitió Luna.- ''Y pagué todo con él, y no tenía la culpa.'' - hizo un mohín.
''Sí.'' - asintió Ginny tocándole el brazo.-'' Le verás en Hogwarts, y verás que todo estará bien...Neville es muy comprensivo. Seguro que ya sabe que no estabas en tu mejor momento.''
Luna sonrió. Siempre conseguían animarla... tenían razón. Nunca es tarde para pedir perdón.
Se formó un incómodo silencio, demasiado.
Pasaron en silencio delante de unas tiendas de ropa muy exclusiva y Ginny, de repente vio su salvación. No permitiría que nada estropease su reencuentro.
-''Madre mía, 289 galeones ese traje... ¡Pero si está más pasado que los balcones de madera!''
Las risas no tardaron en llegar y bajo la mirada de satisfacción de Ginny por haber aligerado su ambiente... volvieron a hablar y se alejaron de esa tienda tan cara.
Este es el primer capitulo, subiré otro próximamente. Muchas gracias por haber gastado vuestro tiempo leyendo esto. Y que no os haya decepcionado.
