Título: Caged bird
Personaje: Ushiromiya Beatrice, mejor conocida como Beatrice de Kuwadorian.
Notas: SPOILERS del EP7 'Requiem'. Menciones de Beatrice Castiglioni, algunos narrados bajo el punto de vista de Kinzo.
Rating: T
Género: Hurt/Comfort
Tabla de retos: Ventura
Tema: 09. Vida


La noche presagia tormenta, con los cielos ennegrecidos rodeando la isla, como si quisiera asfixiarla, desaparecerla en el mar. Las olas rompen contra los acantilados y las rocas sueltan un atronador sonido, un canto que casi parece bélico a la luz de los rayos. No es una buena noche para venir al mundo, que casi parece condenar el nacimiento de nuevos e indefensos seres; sin embargo, en una lujosa habitación de la mansión llamada Kuwadorian, una mujer rubia y de ojos azules hace sus últimos esfuerzos por traer una nueva vida a esa noche desapacible y fría.

Lleva casi 24 horas de trabajo de parto y su rostro, que siempre ha sido sonriente y sereno, se deshace en mil muecas de dolor conforme Nanjo le va dando instrucciones. Pronto tendrá a su bebé entre sus brazos, ese anhelado hijo suyo. Pronto sabrá si es una niña o un varón el que colme sus días solitarios en Kuwadorian con sonrisas y llantos por igual. Tan sólo un poco más, le indica Nanjo, tan sólo un poco más...

Puja nuevamente cerrando los ojos debido al esfuerzo y siente la mano de Kinzo aferrándose a la suya como si fuera él quien está dando a luz. Pronto, la tensión va desapareciendo de su cuerpo y aunque el dolor es desgarrador, una súbita paz comienza a extenderse por sus venas, como un poderoso sedante que incluso consigue opacar y hasta oscurecer el candelabro que ilumina la habitación, con diamantes incrustados brillando a modo de pequeñas estrellas.

Cierra los ojos al mismo tiempo que toda la presión la abandona. Es tan cálido, tan indoloro, las sábanas son tan mullidas y calentitas... Podría quedarse ahí para siempre y quizás se decida a dormir un rato antes de ver a su bebé, al que, por cierto, no ha escuchado llorar. Ya tendrá tiempo para verlo después... ¿Verdad?

—Es una niña, Kinzo —Nanjo sostiene un pequeño cuerpecito entre las manos, está ensangrentado y aunque no llora, respira con el mismo compás que un colibrí al aletear, signo inequívoco de que está viva—. Es una niña, Bice.

Bice ya no oye nada. Para cuando ambos voltean a verla, ensangrentada y sudorosa, todo aliento ha abandonado su cuerpo, que dormita eternamente con una sonrisa en los labios. Su último sueño se ha tornado en algo eterno... Y nunca habrá un después para abrazar a su hija, nunca, jamás.

Un trueno retumba en la estancia, mismo que desencadena el llanto de la bebé. No obstante, nadie puede precisar quién llora más fuerte, si la pequeña niña o el hombre, su padre, aferrado al cadáver de la mujer a quien siempre amó.