PRÓLOGO
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Sus pasos resonaban en el espacioso pasillo del palacio del reino fuego, habían pasado un par de horas desde la ultima vez que se encontró con su amada Katara y sentía la necesidad de hablar con ella, de pasar un tiempo a solas.
Tenia que admitir que desde que venció al señor del fuego y aun antes, desde que sus labios se encontraron por ultima vez en la isla Ember ansiaba tener aquella conversación que con tanta insistencia Katara había pospuesto hasta los limites del joven Avatar.
Sintió el frió suelo debajo de la planta de sus pies y una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo, recordaba tener una sensación de preocupación o ansia presente en su cuerpo desde la mañana de aquel día, casi como si su cuerpo le advirtiera de una desgracia.
parecía tener un mal presentimiento.
Pero el optimista maestro del aire confiaba que nada podría salir mal estando las cosas como estaban.
Queriendo sorprender a su querida maestra agua había ideado la forma de entrar en sus aposentos de forma furtiva; había pedido a su amiga maestro tierra le modificara la cerradura, sin ánimos de invadir su privacidad.
Una risita cómplice salio de sus labios al aproximarse a la habitación de la chica
Aquel silencio sepulcral del pasillo se extendía hasta aquel lugar, Aang decidio entrar sin advertencia como había planificado; abriendo la puerta de aquella habitación con la adrenalina al limite y sus nervios a flor de piel.
Sus pupilas se dilataron y su cuerpo perdió toda fuerza al encontrarse con aquella escena.
Petrificado en su posición soltó una exclamación de horror, casi como un suspiro; casi sin querer hacerlo.
Ambos individuos asustados y presurosos separaron sus cuerpos y le miraron con terror
Los minutos fueron eternos en aquel momento
Poco a poco los labios de Aang soltaron palabras en susurros, rompiendo en mil pedazos a la castaña frente a él.
- ¿porque no me lo dijiste? -
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Las vibraciones de las pisadas fuertes de cierta joven maestro tierra hacían vibrar cada viga del pasillo que recorría hacia el trono real del Señor del Fuego
Los guardias la miraban con temor al visualizar aquella expresión de enfado en su rostro
Las puertas del trono se abrieron sin que ella tuviera que tocarlas de forma literal ya que ambas contenían metal, una gran nube de humo se disipo en segundos por la misma persona que lo provoco al haber ejercido tanta fuerza para su propósito de abrir las puertas del lugar y las tres personas que se encontraban ahí pararon su conversación y solo un par se volteo de forma temerosa
- ¡son unos malditos! ¡unos traicioneros! - las acusaciones de la morena eran lo único que se escuchaba en el lugar, caminaba a ellos con el brazo izquierdo levantado y un dedo acusador señalandoles, su rostro se desfiguraba en rabia y se podría jurar que tenia instintos asesinos en ese momento
- ¡Toph! ¡por favor, cálmate! - el castaño de ojos azules que antes de la llegada de la joven morena discutía con la pareja frente a él corrió a ella para atraparla en un abrazo con ánimos de alejarla del lugar, la chica, fiera, gritaba a todo pulmón cada pensamiento ofensivo a la pareja que le miraba de forma perpleja y asustada
- ¡suéltame! ¡déjame ir! ¡los haré pagar lo que han hecho a Aang! ¡suéltame! - Toph sabia que podía quitarse de enésima al castaño en un segundo, pero su ira la había cegado al punto de ni siquiera querer usar su tierra control para atacarles.
Quería asustarles, amedrentarles hasta que la vibración de sus cuerpos temblando de miedo se quedara grabada en el suyo; podía sentir sus parpados llenos de lagrimas que no tardarían en recorrer su mejilla. su ira era tal que los brazos de Zokka vibraban a causa los temblores de la chica
- necesitas calmarte - la suaves palabras que el moreno había susurrado en su oído la hicieron detener el repertorio de groserías que escupía a la pareja delante de ella, quiso golpear a Zokka y soltarle un puñetazo a Katara en el rostro.
Bajo ambas manos en forma de puño y con paz y armonía el moreno del bumerang la fue soltando
- necesitamos que nos escuches Toph, podemos explicarlo - aquel par de perlas verde opaco se agrandaron al escuchar como la maestra agua pronunciaba tales vocablos en forma de suplica, apretó aun mas sus puños y con enfado se dio media vuelta hasta llegar a la entrada de la habitación real, se detuvo antes de retirarse al completo
- ¿escucharles? ¡ja! - soltó una risa amarga - ¿como Aang tal vez debió escuchar lo que hacían antes de verlo con sus propios ojos? - sin voltear grito aquel reclamo disfrazado de cuestión - no debería detenerme siquiera a meditar si escuchar o no lo que han estado haciendo a sus espaldas - las lagrimas recorrían las mejillas de la joven maestro agua mientras contemplaba como Toph se iba dejando aquel amargo recuerdo en sus memorias por ocho largos años.
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El ruido de las gotas de lluvia caer sobre los cúmulos de agua que se habían formado por aquel sendero que llevaba a la salida trasera del palacio del reino fuego era lo único que la joven heredera de la dinastía Bei-Fong escuchaba mientras abrazaba sus rodillas contra su pecho, las silenciosas lagrimas surcaban sus mejillas perdiéndose entre las gotas de agua que caían del cielo
Un sollozo salio de entre los labios de la pálida chica, sus ropas empapadas le calaban el frió hasta los huesos y considero retirarse de aquel sendero donde por ultima vez sintió las pisadas ligeras del ultimo maestro aire
Después de los gritos que dio en el salón del trono corrió a toda velocidad a la habitación del monje
No había hablado con él a la cara desde que le encontró vagando entre los pasillos del palacio la noche anterior, le había visto con la mirada perdida y lo podía sentir demasiado decaído
Cruzaron palabras triviales, mas por parte de la chica que del joven Avatar, este se había limitado a no decir mas de tres palabras.
Durante largos minutos se habían quedado parados junto a una ventana, donde supuso Toph el chico contemplaba la ciudad
- ¿que consideras traición, Toph? - la fría voz de Aang hizo estremecer a la joven maestra, jamas había escuchado tal desgana de labios de su hiperactivo amigo, pero en aquel momento decidió ignorarlo
Lo medito un momento y orgullosa respondió
- las mentiras son imperdonables, pies ligeros - golpeo su espalda con ánimos de levantar su animo y con media vuelta se retiro del lugar
Apretó mas sus piernas a su pecho sin parar de llorar
Aquella misma mañana Zokka le había despertado de forma desesperada para contarle los hechos, el mismo se había despertado mientras escuchaba como Katara lloraba de forma desconsolada en el pasillo, salio encontrándose a Aang mirando a su hermana de forma decepcionada mientras esta le suplicaba que escuchara lo que tenia que decir
Zokka bastante confundido salio para tratar de esclarecer lo que ocurría, recibiendo el grito desesperado de su hermana, diciendo que Aang había confesado irse
Una corta discusión se situó en medio de tal lugar, con vergüenza su hermana declaro el motivo por el cual Aang había decidido irse, este solo se limito a desaparecer de forma desesperada en su habitación para no volver a salir; un Zokka enojado y bastante desconcertado decidió ir con el Señor del Fuego para que junto con su hermana contaran lo que desencadeno dicha situación
Preocupado el moreno no tuvo otra opción que ir con Toph al verse acorralado con lo ocurrido, no sabia como reaccionar, como actuar.
Cuando Toph escucho todo lo que había ocurrido corrió a la habitación del monje con expresión afligida
Aang se limito a ahuyentarla, argumentando que no tenia nada que hablar con nadie
No se había detenido a pensar que quizá eran las ultimas palabras que se dijeran en varios años
Decepcionada y bastante enojada con paso presuroso se dirigió a la sala del trono para hacer evidente su ira
Logro entender la pregunta que Aang le había hecho cuando se encontraron por la noche vagando en los pasillos, se sintió herida como si a ella fuera a quien traicionaron
Una vez mas corrió a la habitación del chico encontrándola desierta, soltó insultos al aire, maldecia el momento que provoco aquel suceso, golpeo el suelo y pudo notar su huida
Como quiso alcanzarlo, como quiso pedir que no le dejara sola, que ella estaría para él.
Pero fue tarde.
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•Continúe•
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Notas del autor.
Hace milenios que no subía nada a FFN.
Esta historia originalmente es una que ya he subido antes. La he re leído y la he modificado, tengo muchas ganas de sacar adelante esta historia. Espero que les guste.
Saludines~
Sin más que decir
Se despide Alexiel Izumi~
