Hola chicas. Aquí estoy de nuevo con este fic que prometí. Se titula Nuestro lugar de refugio. El original es en portugués y estás escrito por TheQueen. Se trata de un fic corto, solo tiene cuatro capis, pero yo lo amé. Según su creadora, cosechó muchos éxito entre las lectoras de habla portuguesa, espero que aquí también. Es muy bello y cargado de sentimientos, y nos ofrece otra cara distinta de nuestras chicas.
Por supuesto se lo dedico a todas mis chicas del grupo, pero en especial a Antonia, ya que ella también me ha dedicado alguno a mí, y me piensa dar el capricho de adaptarme una de mis pelis favoritas.
Sin más, os dejó con este poema hecho fic.
Agosto
1ª Semana
Las gotas de lluvia caían sobre mí y sobre toda la ciudad de Storybrooke.
Hasta hace poco tiempo no tenía idea de lo bella que podría ser la lluvia. Sinceramente, no acostumbraba a apreciarla tanto…pero ahora, mirando esta lluvia que insiste en caer sin parar, percibo qué agradable es sentir el agua cuando salpica por tu piel expuesta o no, o el aroma a tierra mojada. El aire fresco y la brisa helada golpeando en tu rostro…
Muchas personas prefieren sentir las maravillas del sol, otras se contentan solo con sentir el aire gélido de un día nublado. Yo prefiero las sensaciones proporcionadas por la lluvia; así como algunos consideran que la lluvia es triste, otros se sienten felices al saber que van a caer pequeñas gotas del cielo. Lo bueno de la lluvia es que a veces la puedes utilizar como disculpa para otras cosas…De la manera que siempre hago cada vez que llueve.
No voy a decir que siempre me gustó la lluvia, porque no es verdad. Cuando era apenas una niña indefensa, acostumbraba a dormir con mis padres cuando llovía…por miedo a los relámpagos, al fuerte viento o al húmedo ruido que las gotas de agua hacían al caer en algún rincón del exterior. En aquella época yo era una niña tonta. Pero hoy, he perdido el miedo a la lluvia. Me gusta y necesito su presencia, pues la lluvia no es solo un día ceniciento de nubes cargadas. Es más que eso-por lo menos para mí-es tan bella como el sol. Creo que así como el brillo del sol trae mucha felicidad, el frío de la lluvia también puede hacerlo.
La lluvia es mi manera de estar sola. Me gusta pensar en la lluvia como una forma de libertad…
En este preciso momento está lloviendo, lo que me ha gustado mucho. Mientras que las personas tomaban sus caminos rutinarios para ir a trabajar, o estudiar, yo me dirigía a otro lado. Debería estar de camino a la escuela de Storybrooke como todos los otros adolescentes…Pero no, estoy disfrutando de la lluvia. Muchas veces hago esto durante las mañanas lluviosas y, sinceramente, no me importaba.
Mientras camino hasta mi lugar de refugio, reflexiono sobre mi vida en esta ciudad llamada Storybrooke.
Me mudé hace un mes. Vine de Inglaterra con mis padres por cuestión de trabajo, ya que mi padre había conseguido un buen empleo. Al principio no quería irme de un lugar al que me apegué mucho para trasladarme a otro del que no tenía ni la más remota idea de que existía. Fue algo doloroso tener que dejar algunas cosas atrás, incluido los recuerdos de los buenos tiempos que viví en el sitio donde crecí. Pero, no tenía remedio. No era una simple cuestión de querer o no querer…Era mi deber tener que aceptarlo y hacer del deseo de mis padres mi propio deseo, al final, ellos han hecho y hacen todo por mí, yo tenía que devolvérselo, aunque no fuera una de las mejores maneras. Cuando llegué a esta ciudad, me quedé confusa sobre lo que debería o no hacer, y desde qué punto tendría que comenzar. No espera bienvenidas agradables o la buena disposición de las personas…Mucho menos la amistad de los demás, incluidos mis compañeros de clase. Creo que antes de tener una falsa amistad, prefiero quedarme en mi sitio, digamos, solitario; sin preocuparme si ese tipo de personas me harían bien o mal. La verdad es que ese tipo de gente no me importa. No me importa si les caigo bien o si se fijan en mí. ¿Para qué preocuparse por ese tipo de cosas? Mis padres siempre dicen que más vale solo que mal acompañado. Y, en parte, estoy de acuerdo con ellos.
Al final, no podemos esperar mucho de las personas.
Atravesé el puente del pequeño lago de Storybrooke y continué mi camino hasta el sitio al que me he acostumbrado a venir en días lluviosos como este.
El sitio es sencillamente hermoso; un pequeño jardín con árboles de hojas muy verdes, flores de colores bellísimos y un lugar de refugio para "desabrigados" de la lluvia como yo, sin mencionar la bonita vista que tiene todo esto…Descubrí este sitio por casualidad, y desde entonces, se ha vuelto el lugar al que huyo siempre que llueve.
Caminé por el sendero y sonreí al ver toda aquella belleza de la naturaleza. Continué caminando hasta llegar, finalmente, a mi lugar de refugio.
Paro de caminar, y mi sonrisa desaparece, dando lugar a un expresión de sorpresa. Allí, sentada en mi rincón, hay una persona…Concretamente, una bella mujer.
La mujer se giró hacia mí, también sorprendida.
Tenía pelo negro, un poco por encima de sus hombros. Un cuerpo, por lo que parecía, muy esbelto. Usaba prendas elegantes y zapatos altos negros. Parecía de aquellas mujeres que tiene el poder en sus manos…La mujer desconocida era sencillamente bella en todos los aspectos. Tenía en las manos un vaso con algún tipo de líquido en su interior, y a su lado una botella. Parecía ser sidra. ¿Quién bebería eso en plena mañana? Probablemente solo ella. Lo extraño es que casi nunca venían personas a este sitio, aparte de mí. Podía sentarme ahí y esperar el tiempo que fuera para que alguien apareciera a hacerme compañía, que esa persona no aparecería. Pero supongo que solo era una cuestión de tiempo para que eso pasase.
Ella se levantó y se sentó en el otro banco, dándome espacio para que yo también me sentase. Cerré mi paraguas y me senté, poniéndolo de pie a mi lado.
La lluvia todavía caía sobre mí y sobre la mujer que bebía como si no hubiese problema alguno en hacer aquello en plena mañana. Tal vez no lo hubiese…Quién sabe si no estaría pasando por una difícil situación y se llevó la bebida como una forma de olvidar ese "problema", ¿no? Aun no siendo una bebida muy alcohólica, creo que la bebida no tiene ese efecto. La bebida es más una forma de hacer que salgamos de nosotros mismos, que perdamos la noción de las cosas que hacemos. Creo que si una persona bebe mucho para olvidar los problemas de la vida no soluciona nada…es un efecto pasajero: cuanto más bebes, más te acuerdas de los problemas. Puedes beber hoy, ahora, y olvidarte de prácticamente casi todo, pero mañana, tan pronto como te des cuenta, estarás acordándote de todo de nuevo.
Pero no solo la bebida me está dejando intrigada. Es la mujer en sí. No sé, pero creo que la he visto por ahí, en algún lugar de Storybrooke. Tal vez caminando por la calle. Tengo la absoluta certeza de que no fue en el colegio, ya que es más vieja que yo para ir a la escuela. Todo esto me está intrigando mucho. ¿Quién será esta bellísima mujer? Estaba loca por descubrirlo.
Mientras ella degustaba su bebida, yo cogí mi mochila, busqué mi libro de astronomía y empecé a leer. Amaba la astronomía. Mi sueño es poder llegar a ser astrónoma algún día, y creo que tengo aptitudes para ello. ¿Por qué me gusta la astronomía? Bien, siempre me gustó observar las estrellas cuando era pequeña (podría odiar la lluvia, pero me gustaba mucho el cielo iluminado por las estrellas en la noche) Quería saber por qué estaban ahí, quietas. Quería conocer los planetas, las galaxias, las constelaciones, todo lo que envolvía a las estrellas. Hoy, tengo bastantes conocimientos sobre todo eso, y pretendo aprender mucho más para convertirme en una completa astrónoma. Eso exige años de conocimiento y estudios.
"La Astronomía es grandiosa por lo que es y bellísima por lo que saber hacer: hacer que nos maravillemos, cada día, con cada descubrimiento, con muchos de sus misterios…"
Esa es una de las frases con las que más me identifico. Es tan bueno poder maravillarse con los misterios de la astronomía, y es mejor todavía cuando son descubiertos después de tantas teorías.
¿Qué pensaría de todo esto la mujer sentada a mi lado? ¿Creería que soy una boba por pensar en todo esto? ¿Me sonreiría y me apoyaría diciéndome que nunca desistiera de mi sueño? No tengo otra manera de saberlo si no es preguntando, y no quiero parecer una adolescente tonta por preguntar cosas como esas.
Levanté los ojos del libro, y la miré por unos instantes: ella continuaba con su vaso de bebida en las manos, mirando para algún lado, distraídamente.
Creo que una mujer como esa no se preocuparía con los sueños tontos de una adolescente cualquiera como yo…
Me miró y sonrió.
Creo que en ese momento me sonrojé.
No quiero que se quede con una impresión bobalicona de mí.
«Hmmm…¿nos hemos visto antes?»
«No» respondió ella solamente
«Ah, discúlpeme, me habré equivocado» sonreí desconcertada
«No pasa nada…» murmuró ella
Asentí y devolví mi atención a mi libro de nuevo, mientras sobre nuestras cabezas, los truenos tomaban cuenta del silencio.
¿Qué esperaba? ¿Que dijese que me había visto caminando por ahí? Solo llevo aquí un mes…Así como no conozco a todas las personas de aquí, ellas tampoco me deben conocer. No debería preocuparme mucho por eso. Creo que en un tiempo me habré acostumbrado a la nueva vida en Storybrooke. Por lo menos así lo espero; no quiero prometer nada que después no pueda cumplir.
«¿Quién sabe…» la mujer desconocida comenzó, mientras recogía sus cosas y se levantaba «…si la lluvia no sea nuestra hora de encuentro…conspirando para que este sea nuestro lugar de refugio?»
La miré confusa, sin entender absolutamente nada.
Ella sonrió, abrió su paraguas, y se fue caminando bajo las gotas de agua.
¿Nuestro lugar de refugio?
«¡Hola, Emma!»
«¿Qué tal las clases, hija?»
Si mis padres supiesen que yo faltaba a clase cuando llovía…Probablemente me echarían una bronca enorme…O peor. No me gustaba mentirles, pero tampoco quería desaprovechar mis días de lluvia y quedarme sin ir al único lugar en el que me sentía totalmente bien…¿Eso hace de mí una mala hija? Quizás sí…quizás no…Verdaderamente ya no sé lo que es correcto o no.
Saludo a mis padres y les digo lo "bueno" que fue el día de hoy en el colegio, y me dirijo a mi cuarto, reemprendiéndome por mentirles de esa forma.
Me eché en mi cama y sin darme cuenta…estaba pensando en ella.
¿Quién sabe… si la lluvia no sea nuestra hora de encuentro…conspirando para que este sea nuestro lugar de refugio?
La misma frase resonó centenares de veces en mi mente. ¿Qué quiso decir con aquello? Se refirió a aquel jardín como nuestro lugar de refugio. Pensaba que solo yo lo llamaba de esa forma…Con una lugar para los desabrigados del húmedo vendaval…Ahora ella aparece por allí, tomando sidra y compartiendo ese espacio conmigo. No me importa. De ninguna manera. Incluso estaba empezando a pensar que nadie iba a aparecer por allí a hacerme compañía.
¿Quién sabe si cuando vuelva a llover me la encuentre de nuevo?
Encendí para ver el tiempo que haría mañana.
En los días de sol vuelvo a clase. Invento alguna disculpa por mi falta y todo queda ok.
A la mañana siguiente fui a clase, y tal como dijo el telediario, la mañana fue soleada. Los rayos de sol hacían que desearas la lluvia.
No es que no me guste el sol. Solo que prefiero la lluvia.
Siento que incluso estando ahí, no lo estoy verdaderamente.
Ese no parece mi lugar.
Soy un poco idiota.
Mi despertador sonó a las 07:00. Soñé que estaba lloviendo…y bien, realmente lo estaba.
«¡Está lloviendo!» sonreí animada
Parecía una niña de lo boba que me ponía solo porque afuera caía la lluvia. Pero era algo incontrolable…No consigo controlar mi felicidad cuando la lluvia cae. Hay veces en que pienso que he vuelto a mi infancia y he empezado a amar la lluvia. Pero entonces me acuerdo de que era imposible que me gustara la lluvia cuando era pequeña…Era muy boba y miedosa. Creo que tuve que crecer para aprender a degustar las cosas que, realmente, se revelaron más bellas de lo que yo esperaba.
Un día las personas aprender a dar más valor a las cosas bellas.
Me arreglé rápidamente-incluso demasiado rápido-, cogí mi mochila, mi paraguas y corría hacia fuera. Mi madre gritó algo como "¡Emma, vuelve aquí y tómate el café!", pero no presté mucha atención.
Emprendí mi camino hasta el jardín, y caminé todo el tiempo sonriendo bobaliconamente. ¿Estaría ella allí? ¿Se acordaría de mí? ¿Por qué será que me dijo aquello la otra vez? Eran tantas preguntas sin respuestas…
Atravesé el puente del lago y continué caminando hasta llegar a mi destino. Y allí estaba ella.
Estaba bebiendo sidra de nuevo, y llevaba prendas del mismo estilo que el otro día…Estaba todavía más bella.
«Hola» me dijo
Le di una media sonrisa y murmuré un hola
La lluvia batía un poco más fuerte que la otra vez.
¿Por qué estaría ahí? ¿Tendría los mismos motivos que yo para faltar al trabajo y venir para acá en los días de lluvia? ¿Consideraría este lugar también como su refugio? ¿Cuál era el motivo real de aquella mujer para estar aquí, sentada bajo un "tejado mientras la lluvia batía sobre su cabeza?
Me gustaría saber…
Cogí mi libro de astronomía y comencé a leer. Pero el problema era que no conseguía concentrarme en la lectura de ninguna manera.
«Hey…» ella me llamó, y yo me viré para mirarla «¿Faltaste a clase de nuevo?»
Arqueé la ceja y sonreí de lado
«¿Y usted, faltó también de nuevo a su trabajo?»
«Sí…Tampoco he ido hoy…» miró para abajo
La primera conversación que estaba manteniendo con la desconocida.
«¿Y cree que es bonito tomar sidra de manzana en plena mañana?» dije con expresión divertida, lo que la hizo reír
«Lo creo» sonrió
«¿Al menos ha comido algo?»
Ella negó con la cabeza
«Pero…¿Quién toma bebida alcohólica con el estómago vacío en plena mañana?» pregunté
«Yo…»
«De esa manera va a acabar en un hospital»
Ella rio
«Solo tienes que saber que tengo un estómago fuerte» dijo «Debes pensar que soy una mujer bastante loca, ¿no?»
«No…»
«Claro que lo piensas, y no hay problema por ello. Creo que, al final, todos tenemos algo de locura en nuestro interior»
«Cierto…» sonreí
Estoy de acuerdo con lo que dice. Todos estamos un poco locos. Y esa locura a veces es de las mejores y otras, de las peores.
«Pero la mía es insuperable» dijo ella, y yo reí
«Tengo la certeza de que sí…»
Regresé a mi libro y ella a su bebida
Para ser una primera conversación incluso fue agradable.
Los minutos fueron pasando, convirtiéndose en horas. Una o dos veces miraba hacia ella para saber lo que estaba haciendo. Algunas veces fui pillada in fraganti, y sé que me enrojecía en ese mismo momento.
Vi que ya era hora de regresar a casa, así que guardé mi libro, y me levanté.
«Bien, me tengo que ir»
«Ah, claro, bien…»
«Nunca voy a clase cuando llueve, así que…»
«Nos veremos de nuevo. Probablemente cuando llueva» dijo ella
No podía esperar para que eso pasase.
