Disclaimer: Percy Jackson y co. no me pertenecen :(
~Nos volvemos a encontrar~
El sol brillaba con intensidad, el cielo estaba despejado... un día perfecto ¿no? Definitivamente no, este no era un buen día para la tripulación del Argo II.
Hace un par de días Nico, Reyna y el Entrenador Hedge habían partido a Nueva York con la Atenea Partenos; hace un par de días los siete habían sido atacados por Apate, Eris y un grupo de empusas. Pero haber sido atacados era lo de menos, lo importante fueron los efectos de dicha batalla.
Siendo Apate la diosa del engaño, Eris la diosa de la discordia y las empusas expertas en el encantamiento vocal, habían dejado las mentes de los siete hechas trizas. Sus mentes estaban aturdidas por las dudas que llenaban sus cerebros y más que nada esto causó desconfianza entre los héroes de la profecía, por suerte las dudas se disiparon cuando decidieron reunirse y contar todos sus secretos e inseguridades... pero hubo una misteriosa persona de la que nadie sabía nada, esa persona aun causaba dudas en las mentes de los semidioses... el distante hijo de Hades, Nico di Angelo.
Así que durante ese 'perfecto día' mientras surcaban el cielo rumbo a Atenas, un remolino color morado se situó a la mitad de la cubierta del barco mientras tomaban forma humana. Era el titan Prometeo.
"Perseus Jackson, nos encontramos de nuevo a vísperas de una guerra y como puedo observar, de nuevo tienes la cabeza llena de dudas ¿eh? Aunque esta vez no es de tu enemigo sino de tu camarada." saludó Prometeo con su muy usual calma.
"¿Qué quieres Prometeo?¿Otra vez vienes a manipular mi mente?" respondió Percy con un tono tan frío que podría hacer a Khione temblar.
"¡Oh no! Estoy en deuda contigo, sino fuera porque pediste que perdonaran a algunas deidades en la guerra pasada yo estaría atado a esa roca de nuevo. Te juro por el río Estigio que no manipulé nada esta vez. Yo vine a mostrarte, a mostrarles algo que los hará dejar de dudar." siguió explicando el titan haciendo caso omiso del tono que grosero del hijo de Poseidón.
"¿Y bien?...¿Qué es?" preguntó el salvador del Olimpo, algo agresivo pero menos arrogante.
"Todos dudan de la misma persona, todos menos su hermana y el hijo de Júpiter. Déjenme mostrarles."
Y todo se volvió oscuro...
Nota: Si se preguntaban porque los siete no desconfiaron de Reyna ni de Hedge fue porque si saben algo de sus vidas. Por ejemplo, Frank sabe que Hedge está por ser papá y Jason, Piper y Leo ya habían convivido con el. En el caso de Reyna, Jason creció con ella por lo que prácticamente se sabe su vida.
