Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, ni los escenarios, solo son producto de J.K Rowling, yo sólo reacomodo los hechos : )…
"Rebeldía"
-¿Quién te envía mensajes a estas horas Hermione? –preguntó interesado Ron, al ver cómo desataba un pergamino de la pata de una lechuza que se había posado enfrente de su plato-. ¿Porqué no te llegó junto con las demás lechuzas al desayuno?.
-Eh… pues…supongo que…Víktor –respondió ella ruborizándose un poco-. –No sé porque me lo habrá mandado a esta hora…
Ron se quedó mirándola ceñudo un buen rato, sin ni siquiera poner atención a la carne con papas que tenía enfrente. De repente se le olvidó que estaba hambriento.
Hermione desenrolló el pergamino y desapareció de la vista. Con cada párrafo que leía sus cejas se juntaban más y más.
-¿Para qué habrá llamado Umbridge a Harry? –preguntó el pelirrojo tratando de trabar conversación con la chica-. Me pareció sumamente sospechoso, no le irá a poner otro castigo por la desaparición de Dumbledore ¿no es cierto?
-Mmm…no sé –dijo la chica sin ponerle mucha atención.
-Espero que Fred y George no se metan en problemas –suspiró resignado Ron-. Mamá estará hecha una furia…
-Ron, intento leer…-le reprochó la chica apartando la vista de la carta.
-Oh, bien, seguramente lo que te diga Vicky será más importante de lo que te diga yo –respondió enojado el pelirrojo.
-No seas ridículo –le dijo la chica sin mirarlo-. Te comportas como un bebito.
Ron ignoró olímpicamente este último comentario y se dispuso a comer, con una mezcla de hambre y rabia en cada bocado.
Luego de que el chico centrara su atención en su plato y no en ella y su carta, Hermione se dispuso a leer la carta de Víctor.
….sé que tu nunca haría nada que estuviera fuera de las normas –escribía Krum- tú siempre has sido muy correcta, y que ahora se presente esa Umbridge no significa que vayas a tirar todo por la borda. Te conozco y sé que nunca harás nada precipitado –Hermione de a poco iba sintiendo un calor que le subía por el cuello hasta la cara, y no era precisamente de amor contenido- …Harry Potter y ese Ron Weasley quizás, pero tú no y ¿sabes? Estoy muy contento de que siempre seas tan reservada y nada de impetuosa, sé que no te gusta para nada esa espontaneidad que tienen tus amigos de romper las normas…
Víctor le hablaba como si fuera el aburrimiento hecho carne ¿Qué se creía ese búlgaro al hablarle de esa manera? –pensó enojada Hermione-. ¿Pensaba que no podía hacer cosas espontáneas? Claro que sí, que se imaginaba el muy tarado... ¿Qué se imaginaba que era ella? ¿Una mojigata? Que lo único que hacía era hacer los deberes…no, no eso es lo que él pensaba, ¿Cómo que nunca haría nada precipitado? –releyó la castaña frunciendo el entrecejo.
-Ya le voy a dar yo espontaneidad… -dijo la chica en voz alta sin darse cuenta. Ron la miró con expresión interrogante, pero al ver el semblante de su amiga (parecía una verdadera leona, con los ojos echando chispas) se abstuvo de comentarios, aunque por dentro se alegró de que Hermione no estuviera contenta con Krum.
¡PUM!
Un fuerte estallido retumbó sobre el techo del Gran Salón. Los estudiantes que se encontraban allí se miraron un momento sorprendidos y rápidamente se levantaron de sus respectivas mesas dirigiéndose a las puertas para averiguar qué era lo que provocaba aquél estruendo.
Ron y Hermione también se pusieron de pie y siguieron a los demás alumnos, que salieron en tropel. A medida que los alumnos iban llegando al lugar del estallido, les llegaron los gritos de asombro y chillidos de unas chicas de Ravenclaw que pasaron histéricas por su lado tapándose las cabezas con sus cuadernos.
Multitud de bengalas y fuegos artificiales llenaban el pasillo, Ron se rió a carcajadas al ver brillando en el techo palabrotas dibujadas por los cohetes. La profesora Umbridge trataba desesperada de hacerlos desaparecer, mientras le ordenaba a Filch que intentara hacer lo mismo. Filch con un reumatismo a cuestas y un lumbago con el que apenas si podía mantenerse en pie hacía todo lo posible por tratar de ayudar a su "queridísima Directora".
Hermione miraba con aprensión los fuegos artificiales y los discos relucientes, sabía que tarde o temprano Umbridge se daría cuenta de quién los había hecho explotar, y se hacía una idea sumamente acertada de "quienes" podrían haberlo hecho…
Se dirigió con firmeza a lo largo del pasillo para guiar a los estudiantes de primero y segundo a sus clases, pero inútilmente. Nadie le prestaba la mayor atención ya que estaban demasiado preocupados viendo como Umbridge corría despavorida mientras una bengala la perseguía incendiándole la túnica.
Esbozó una sonrisa. Era lo más divertido que haya presenciado nunca, ver al sapo viejo de Umbridge dirigirse como una loca hacia los jardines en busca de algo que apagara su túnica, lo recordaría el resto de su vida. De pronto recordó la carta de Víktor y se puso seria. Según él nunca haría nada espontáneo…
Tratando de sacarse de la cabeza ese pensamiento vio como Crabbe y Goyle salían de un aula mientras los demás estaban disfrutando como perdía el control Umbridge. Se dijo que no tenía muy buena pinta que ambos estuvieran solos allí, así que decidió investigar. Caminó sigilosamente por el corredor, miró a ambos lados para ver si había moros en la costa, y entró al aula.
Al principio pensó que estaba vacía, quizás solo estaba demasiado paranoica con respecto a los de Slytherin y por eso sospechaba cada cinco segundos que algo se traían entre manos.
-¿Tan rápido llegaron? –preguntó una voz fría que arrastraba las palabras-. Pensaba que al menos se demorarían media hora…
Malfoy se quedó mirando a Hermione con aprensión. Había salido de detrás de un estante sin darse cuenta de quién había entrado. Estaba sin camisa, y con el aspecto de haber estado haciendo un gran esfuerzo; gotas de sudor le surcaban la blanca piel.
-¿Y tú que haces aquí? –le preguntó Malfoy mirando a Hermione de arriba abajo
Hermione no contestó, estaba demasiado ocupada viendo el torso de Malfoy como para percatarse de que le estaba hablando. De improviso, se dio cuenta de que Malfoy era un chico. ¡Pero que descubrimiento! No sólo era un chico, sino que estaba bien, bien… -no encontraba palabras para describir lo sexy que se veía el rubio con un mechón en la frente y sus brazos fuertes agarrando algo que ni siquiera se tomó la molestia de fijarse.
-¿Me oyes? –preguntaba el chico mirándola con atención, agitaba la mano hacia la cara de la chica para ver si reaccionaba. Se acercó un poco más, decidido a zarandearla y gritarle si era necesario para que lo dejara en paz, pero la chica no daba señales de estar en este planeta.
Hermione al ver que se acercaba no pudo resistir el impulso de tocar su torso. Así sin más, el deseo de tocarlo fue más fuerte que el terror de ser encontrados en esa situación tan embarazosa. Apoyó su mano en él. Sin percatarse de que era enemigos por naturaleza, sin percatarse que Malfoy no pasaba un día sin llamarla "sangre sucia". Sólo así, con sus delicados dedos recorrió el surco que unía sus "perfectos" pectorales –Hermione rió a sus adentros.
Malfoy se quedó de piedra. ¿Qué le pasaba a Granger? ¡Estaba demente! La miró sorprendido, pero ni siquiera atinó a decirle que parara, que se había vuelto loca, pues extrañamente no podía mover ni un músculo. Dejó que ella lo acariciara y rozara con las yemas de sus dedos el recorrido de sus clavículas. De pronto se vio observando sus labios color cereza ¿Qué demonios estaba pasando?
La chica estaba realmente disfrutando el contacto con el muchacho. La invadía un placer morboso el estar allí con su peor enemigo y acariciarlo como si se relacionaran íntimamente. Ni siquiera se preocupó de lo que podría hacer Malfoy si ella avanzaba más hacia él. Nadie le diría jamás que no había hecho nada espontáneo…
De improviso subió sus manos hacia el cuello del rubio, mirándolo atentamente para comprobar si se movía, o la empujaba. No ocurrió. Lo acercó más a su cuerpo y comprobó extasiada de que él no oponía ninguna resistencia. Empezó a acariciarle el rubio cabello de la nuca…
Malfoy no sabía que hacer, no podía alejarse de ella, estaban pegados –literalmente- y francamente no estaba seguro de querer separarse de ella, el contacto de sus dedos le erizaban el pelo de la nuca. Inconscientemente la agarró de la cintura con firmeza pegándola mas hacia él. Le acarició la espalda con un dejo de violencia y comenzó a acariciarle la espalda por debajo de la blusa. La chica notó como se le ponía la piel de gallina allí donde él la tocara pero no hizo caso, sólo quería dejarse llevar.
Y ambos sin poder aguantar un segundo más, y sin dejar de acariciarse se hundieron en un beso cálido y furioso, lleno de lujuria, lleno de deseo. No hubo roce previo, no hubo reconocimiento de sus bocas…se sabían de memoria. Nunca sabrían cómo era que estaban tan seguros de ello, pero no les importó, lo único que importaba era estar así, pegados el uno con el otro, disfrutando al máximo ese placer prohibido…
Ya no importaba que ella fuera la mojigata de Hermione, ni que él fuera el ególatra que siempre había sido, sólo importaba besarla y saciarse de ella. La agarró aún mas fuerte de la cintura, Hermione soltó un gemido de dolor, pero lo único que provocó fue provocar más al chico, profundizando aún más el beso. Para ese entonces Draco estaba tan extasiado que lo único que quería era desnudarla allí mismo, tocarla y besarla entera, se había apoderado de él un deseo animal, simplemente no podía…no quería controlarse. Hermione estaba en igual situación, sólo que cuando se dio cuenta de que Malfoy intentaba arrancarle la falda, un poco de su antigua sensatez llegó a ella y sólo gracias a toda su fuerza de voluntad se soltó de las blancas manos del chico.
Agitada y con el pelo revuelto, miró al chico que también estaba con su rubio cabello disparado para todos lados. Estaba igual de agitado que ella y se notaba de que si hubiese sido por él hubiesen ido rodando desnudos por entre los estantes. Se estremeció, y haciendo gala de una indiferencia absoluta se hizo una cola con un listón que llevaba pendido de su muñeca y se dirigió hacia la puerta.
Malfoy la miraba anonadado, todavía con la respiración agitada y con el claro deseo de que la castaña se quedara, le gritó enfadado. "¿Y que hago yo ahora?"
-Una ducha fría no te haría nada de mal –le dijo ella mirándolo risueña. Tomó el pomo de la puerta y salió con expresión triunfante hacia el pasillo.
El rubio quedó plantado donde estaba, con un millón de pensamientos rondándole en la cabeza, y anhelando que la experiencia se repitiera. Esbozó una sonrisa.
-Ahora una ducha fría –suspiró resignado.
Hermione se dirigió con alegría a su sala común con la sensación de extremada satisfacción marcada en la cara. Cuando llegó vio un montón de alumnos que se apretujaban para hacer pedidos descomunales de las bengalas exhibidas de Fred y George. Se dirigió hacia Harry y Ron que estaban sentados en una mesa.
-¿Por qué no nos tomamos una noche libre? –preguntó ella al verlos mirar con desgano sus mochilas. Ron la miró con la boca abierta.
-¿Te sientes bien? –preguntó
-De maravilla –contestó Hermione, muy contenta-. Mejor que nunca. Creo que hoy me siento un poco…rebelde.
¡Hola!
Bueno aquí tienen un One shoot de Hermione, fruto de una inspiración inusitada por algo que me dijeron hoy. Es el primero que hago así que no me lo maltraten tanto, lo hice con mucho cariño…
Ojalá lo hayan disfrutado y espero me digan si les ha gustado mucho, mas o menos, o de plano que lo odiaron…lo que ustedes quieran, al gusto del consumidor los comentarios : )
Espero reviews contándome que les ha parecido!
Un beso grandotote!
Con mucho amor,
Sophie
