Un Triángulo Complicado

Por Irethtook

Mynian jamás había oído hablar sobre los "laigreks" y para ser honestos, nunca le dio importancia a las dichosas criaturas. Fue hasta que se aventuró a entrar a la Academia Jedi cuando empezó a entender el miedo de los saqueadores a estos... estos... bichos gigantes. No es que ella temiera a los laigreks, simplemente que eran tan resistentes y al parecer interminables que apenas si llevaban explorado la mitad de la Academia y ya se sentía exhausta.

Sus compañeros sólo la observaban y veían la cara de fastidio que ella portaba en ese momento.

"¿Y quién no estaría harto de tanto laigrek? Matamos uno y siete vienen al entierro." Pensó Atton riéndose de su propia broma.

"¿Listos?" preguntó Mynian mirándolo extrañada.

Bao-dur y Atton revisaron sus armas y asintieron con la cabeza, preparándose los tres para los muy probables enemigos que encontrarían en el siguiente cuarto.

Mynian se dirigió a la siguiente puerta y oprimió el botón pero no abrió, con un gruñido puso su sable de luz bajo su axila y trató de quitar el seguro de la puerta. Al abrirse, rápidamente tomó su sable de luz entre las manos y lo encendió lista para atacar, pero en lugar de encontrar laigreks o mercenarios se topó con un hombre alto y rubio de hermosos ojos azules que portaba parte del atuendo jedi.

El hombre se inclinó haciendo una reverencia y aunque no podía ver a Atton, Mynian casi podía jurar que él estaba moviendo los ojos en señal de exasperación.

"¿Quién eres?" preguntó ella mientras analizaba al hombre que tenía enfrente.

Este hombre al parecer era un historiador y trabajaba para la República. Sin embargo, había algo en este hombre que le parecía vagamente familiar. ¿Acaso le había visto en otro lugar? O ¿le recordaba a alguien más?

"¿Nos hemos visto antes?" le preguntó ella cuando vio que se había quedado callado.

"Ha conocido a muchas personas, me temo que tal vez me confunde con alguien más". Fue su respuesta, aunque no sonó muy convincente.

Ella se le quedó viendo, como si sólo al observarlo la respuesta llegaría sola. "Tal vez", le contestó. Lo acababa de conocer pero sentía que no podía desconfiar de este hombre, la Fuerza que emanaba de él era inocente y amigable casi pura. Desechó sus inquietudes y se dispuso a despedirse.

"Bueno nosotros debemos irnos." Dijo sin muchas ganas de despedirse de él.

Antes de que ella diera la vuelta para partir el Discípulo, como así se hizo llamar, la agarró gentilmente del brazo.

"¡Espere! Ya que compartimos los mismos objetivos ¿por qué mejor no le acompaño en su misión?"

Sin dar tiempo de responder a Mynian, Atton se acercó rápidamente y jaló no muy sutilmente a su compañera jedi rubia.

"Lo siento pero ya no hay cupo." Contestó descortésmente un Atton muy enfadado.

Mynian colocó una mano en el hombro de Atton tratando de tranquilizarle pero él no le quitaba la vista de encima al Discípulo.

"Me daría mucho gusto que nos acompañaras en nuestro viaje" dijo sonriéndole al Discípulo a quien le brillaron los ojos al escuchar esto.

Bao-dur sólo meneaba la cabeza. "Estos dos le traerán muchos problemas al General, y de paso a nosotros" pensó divertido mientras observaba la mirada amenazadora que Atton le daba al Discípulo y la mirada de ternura que le dedicaba el Discípulo a su General.


Notas: Esta es mi primera historia, nunca en mi vida había escrito una espero que les guste. Y si no les gusta o algo no les agradó y quieren que cambie, déjenme sus opiniones porque son muy importantes para mí ya que estoy dispuesta a aprender. Gracias ;D