Soñado

Todo está muy oscuro. Aún así, reconozco estas calles simétricas, los tejados de pizarra, las homogéneas baldosas del suelo. El Seireitei. A mi lado se levanta la puerta de nuestro cuartel: el sexto escuadrón. Ahí siempre puedo hablar con él.

En mi garganta, un nudo denota una angustia repentina e inexplicable. Ahora, siento que algo inquietante me acecha por la espalda. Y oigo voces.

"Tendrás que esforzarte más, Abarai."

"No vas a llegar muy lejos así."

"Lo siento por ti, Abarai, pero conozco shinigami mejor preparados."

Lo reconozco. Es la sombra del fracaso. Esa persecución, la del poder y el reconocimiento, que me ahogaba, presionando mi orgullo. Lo que quedó definitivamente zanjado cuando me di cuenta de que, a pesar de que me acercaba cada vez más a mi objetivo, en lugar de superarlo, deseaba estar a su lado. Cuando comprendí que el odio es algo tan fuerte que se puede convertir en amor, aunque las cosas apenas cambien.

Una nueva voz enciende el farol que sostengo por el asa.

"Eres el nuevo teniente del sexto escuadrón, Abarai Renji. Enhorabuena."

Toda la ansiedad se evapora por completo. Respiro hondo, aliviado. Sin embargo, no puedo caminar. Estoy paralizado. Me mantengo a la espera de algo, o quizás alguien, atento a cualquier señal. Estoy solo.

El silencio me acompaña durante un tiempo, varios minutos, o tal vez solo segundos. De repente, otra voz. Un susurro, muy cercano. Esta vez no proviene de mi mente, no forma parte del recuerdo. Es un sentimiento, muy presente. Acompasa los latidos de mi corazón, aunque no logro descifrar sus palabras. Sé que me llama. Es él.

La voz se va, pero el deseo me inflama y me llena el pecho. Tomo impulso, lucho con todas mis fuerzas, rompo el extraño hechizo que me mantenía inmóvil. Un paso, y después otro, camino. Luego corro. En la masa de oscuridad y silencio que amortigua mis pasos, busco la voz, el único sonido, a veces cercano y a veces lejano.

Al débil fulgor de mi farol se unen nuevas luces. Estoy cerca. Sigo el eco, claro, dulce y melodioso. Doblo una esquina, idéntica a la anterior.

Me detengo en seco. Toda la luz se fusiona en un punto, situado en el centro de la calle, como luciérnagas dispersas que se reúnen.

Y admiro su rostro, iluminado como un ángel.

Vuela a mi encuentro, me abraza. El deseo cesa, como un río cuya agua se evapora, secándose la cuenca. Con una ráfaga de aire, renace como algo más inmenso, abrumador, que ahoga y deshace todas las palabras que intento formar en mi mente, antes de que pueda pronunciarlas.

Quiero amarle. Necesito darle todo mi amor a este ser que aprieta su pecho contra el mío, que se aferra con fuerza a mi espalda, como desesperado por tenerme, mientras cubre mis mejillas y mi cuello con el manto húmedo de sus besos.

No espero que él comprenda la enorme inmensidad que abarcan mis sentimientos. Solo anhelo, desde lo más profundo de mi alma, que los corresponda de esta manera, siempre. Que seamos libres.

- Byakuya... – suspiro, emocionado.

Él asiente con la mirada y se entrega a mí, como una mariposa dentro de una urna de cristal, resignada a ofrecer su belleza, consciente de la admiración que suscita. Lo atraigo más hacia mí, hasta que huelo su cabello, la flor de cerezo... Rodeo su cuerpo con el brazo y estrecho nuestro contacto. Él se estremece y le brillan los ojos, llenos de pasión, como rogándome que no lo suelte jamás.

Me siento tan feliz que creo que algo va a estallar en mi interior. Deseo dejarme guiar por mis instintos, liberar mi espíritu. Mi mano se desliza lentamente hasta perderse en su oscuro y lacio cabello. Mis dedos se enredan en un largo mechón que nace en su nuca.

Ahora ya no lo puedo reprimir más.

Suavemente, inclino su cabeza hacia atrás, deleitándome con la visión pura de su cuello desnudo, en apariencia extremadamente delicado, blanco como la porcelana. Él cierra los ojos.

Observo durante un instante sus labios entreabiertos, rosados, tan apetecibles que se me antojan como un dulce efímero. Y los beso, descargando en ellos el torrente de excitación que recorre mi cuerpo.


Gracias por leer!!

Como dije en Invierno y Cenizas, aquí está otro de mis fics de Bleach ;) El capítulo es corto, pero los demás serán más extensos xD

Esta vez es un Shounen Ai, con dos personajes que me gustan mucho: Abarai Renji y Kuchiki Byakuya, del 6to escuadrón.

Tiene 7 capítulos en total, y creo que tiene un poco de todo: romance, humor, algo de misterio... y algunas escenas que suben ligeramente la temperatura (no es que esto último lo diga yo, es la opinión de una lectora :P).

Espero ansiosa vuestros comentarios :)

Feliz 2008, y hasta la próxima!