Bueno, ¿Que puedo decir?, me encontré con un post viejo en Tumblr sobre HiccelsaWeek, y me encanto. Me gustaría poder dibujar, pero como no soy muy buena en eso, me conforme con llenar este espacio de historias aleatorias.
Las primeras serán con la temática de aquella semana, para después seguir con one-shots independientes. Todas aquellas ideas Random que no son del todo largas o suficientes para crear un fic, pero que se merecen su espacio.
Y si han leído algo de mis trabajos anteriores en los diferentes fandom, sabrán que no miento cuando digo que lo que aquí acontecerá sera muy variado.
Sin más, espero que les guste.
Tema: Día 1 : Fire and ice
Etiqueta: T
Categoría: Angust - Drama
Sinopsis: Hubiera sido bueno conocerse cuando pudieron tener una oportunidad. Antes de que ella tuviera su corazón congelado y él fuera más que solo un espíritu alimentado por la venganza.
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La guerra tendía a cambiar a las personas.
Les quitaba más de lo que les daba y no pedía opiniones de nadie.
La primera vez que entiende que esta pasando tenia 7 años y tan rápido como el fuego cayo, se terminaron las banalidades.
Ella había oído palabras y rumores que se colaban por los pasillos del castillo y se murmuraban sobre la mesa del comedor cuando ella y Anna se enfrascaban en una platica dejando a sus padres de lado. Pero naturalmente, el significado de "Avanzada" y "Montan dragones" no penetraban con la gravedad que deberían en su joven mente. Por su puesto, ver a todos los adultos preocupados la ponían nerviosa, pero cuando alguno de ellos se daba cuenta de su presencia, las malas caras y preocupantes palabras se iban y en su lugar aparecían sonrisas y elogios a los que estaba mas familiarizada.
Con ello, su preocupación se lavaba fácilmente.
Y fue fácil vivir así, jugando con sus poderes y su pequeña hermana dentro de las paredes de un castillo que se fortalecía y del que salia cada vez menos. Completamente cómoda con su despreocupado estilo de vida.
Eso claro, hasta que un ataque masivo cayo sobre su reino, destruyéndolo casi todo.
La vida, después de eso, no puede volver a ser lo mismo.
No cuando lo único que ves desde tu ventana es un reino en ruinas, con grandes columnas de humo elevándose al cielo y personas llorando y acarreando lo poco que les quedaba en sus manos.
No cuando puedes ver una pila de cuerpos irreconocibles por el fuego creciendo cada vez más, mientras te mantienes segura dentro de paredes gruesas y soldados armados rondando.
Nadie dentro de ese castillo fue dañado, y sus padres la consolaron diciendo que nadie lo estaría. Sin embargo, eso fue mucho peor.
La promesa de protección tras una puerta que jamas se abre se sintió más como un castigo, que como una muestra de afecto.
Lo piensa mientras puede ver a una mujer en ruinas cargar un pequeño cuerpo que a duras penas deja en la creciente pila en el centro del pueblo, ella llora todo el tiempo mientras claramente ignora sus propias heridas. O cuando oye los lamentos de una de las sirvientas al fondo del pasillo que conduce a las recamaras de la servidumbre, llorar y pedir a gritos por su hermana, que se encontraba afuera trabajando en los campos.
Y la verdad era, que lo que la separaba de lo que ocurría a fuera era en realidad muy delgado. Toda esa perdida y dolor a una pared de roca de distancia, y viceversa. Seguridad a la vista, pero fuera de las manos.
Ella tenia 7 años, y comprendió que todo era muy injusto.
Él ni siquiera recuerda que estaba haciendo o donde se encontraba cuando Gover llego y su mundo se quebró.
Quizás la noticia fue dicha sin mucho tacto para ser dirigida a un niño, pero sinceramente, no cree que haya alguna forma correcta para hacerlo, o que alguien este siquiera preparado alguna vez para la noticia de que tu padre, el único lugar seguro que conoces, quien es francamente tu todo y al que adoras a pesar de las cosa malas, ya no volverá.
No recuerda donde estaba, pero si la sensación en su pecho que solo puede describir como una "Crack" y ver como el mundo rápidamente se borra por sus lagrimas, mientras todo lo que podía oír eran sus sollozos. El aire no era suficiente y parecía que en cada bocanada en busca de el solo de ahogaba más rápido, al mismo tiempo que sentía un terror frió consumiéndolo.
Porque su padre no volverá, y él se quedara completamente solo en un lugar donde nadie lo quiere.
Él era solo un niño pequeño, pero no tendrían consideración especial, después de todo era ampliamente reconocido que la muerte solo era un riesgo laboral para su gente. Por lo que la repentina muerte del jefe fue tratada como se debía sin grandes ceremonias, y no se le permitió llorar más de un día abiertamente.
Al final, cuando el barco en llamas con el cuerpo cubierto de su padre se alejo de la vista de todos y la vida siguió con su curso, su tío fue nombrado jefe, y con su llegada también lo hizo Drago junto con su ejercito cambiándolo todo, prometiendo grandeza y acabar con el problema de los dragones al fin.
Después...
Después fue una suerte que sobre viviera. En un mundo que se regia por la sobrevivencia del más apto, ya no había consideración para él por ser el hijo del jefe, ni siquiera por ser un huérfano. Si no seguías las nuevas reglas, si no mantenías el paso, eras rápidamente castigado.
No existía la piedad en ese nuevo mundo en el que su papá no estaba.
Y él pudo haber sido un niño pequeño, pero todo eso se acabo incluso antes de que la guerra iniciara.
La perdida era algo con lo que tuvo que aprender a tratar conforme la vida pasaba y ella crecía.
Aprendió a no extrañar los paisajes alguna vez verdes y que ahora se encontraban marchitos, a los barcos que nunca volvían del puerto y la gente que iba en ellos. Incluso los rostros y nombres de la servidumbre que se retiraba constantemente, ya sea por recorte de personal o por motivos personales. Nadie se quedaba mucho tiempo, y los que si lo hicieron murieron en ese castillo sin ver el final de la guerra.
Incluyendo a sus padres.
Y aun que ya no era una niña, lloro como una en su habitación congelada hasta que Anna fue por ella y prácticamente derribo su puerta, insistiendo en que ambas deberían de pasar el duelo juntas, como familia.
"No más puertas cerradas"
Dijo.
"No entre nosotras"
Le gustaría pensar que fue por eso, por el inquebrantable espíritu de su hermana y sus constantes ánimos junto con su apoyo que salio de ese cuarto y enfrento su coronación con la frente en alto.
Pero la verdad era que no fue así.
La realidad era que, la idea de la perdida y el vació que supone eso, era algo con lo que estaba tan familiarizada que después de llorar por sus padres, no supuso un gran problema levantarse y seguir adelante. Después de todo, era algo que había estado haciendo durante los años que había visto a su pueblo sufrir y ver a los que consideraba sus amigos y familia irse con el tiempo, mientras todo a su alrededor seguía marchando sin ellos.
La perdida era entonces, una constante.
Como la luz del sol, la vista de las aves, o las marchas de ejércitos aliados y enemigos moviéndose a su alrededor. Igual a una verdad fea y amarga que no puedes ignorar y con la que aprender a vivir, porque de lo contrario, si dejas que el dolor te impida tomar acción no solo perderás la vida paulatinamente, si no que dejaras que ellos ganen.
Que Drago gane quitándote las ganas de vivir, de luchar.
Y ella, sobre todo, tuvo que aprender a ganar esa lucha en particular.
No importa que ni siquiera fuera una adulta, o que cada decisión a tomar fuera diez veces más aterradora ahora que se sabia dueña de las consecuencias sobre ellas. Ni que en cualquier otra circunstancia fuera injusto perder a sus padres tan joven, y que la necesidad de un líder fuera tan apremiante que una adolescente tuvo que tomar la corona, negandole tantas cosas que sus esporádicos pensamientos sobre el "Y si..." de lo que pudo haber sido su vida, fueran tan dolorosos.
Porque hace mucho tiempo entendió que la vida era injusta, y ahora comprendía a base del día a día junto con las perdidas, que la guerra no esperaba a nadie.
Tiene 14 años cuando ya ha tenido suficiente de la vida de un paria que no puede, ni quiere, ser parte de esa nueva guerra. Porque una cosa es luchar contra los dragones que los han asolado por 300 años, y una muy diferente es erradicar y conquistar reinos y pueblos que no les han hecho nada solo porque Drago lo dice.
Así que naturalmente huye de Berk.
Nadie lo extrañara, y francamente él no extrañara a casi nadie. Su vida hasta ese punto se concentro en alejarse de las personas tanto como pudiera y sobrevivir gracias a la ayuda de Gover que no lo dejo solo, apoyándolo tanto como podía sin poner su vida en ello. Pero el hombre no podría encubrirlo para siempre, y no era justo que cargara con un estigma solo por procurar al hijo de su amigo.
Un jefe olvidado.
Por lo que decide que ya era su tiempo de "dejar el nido", he irse a un lugar donde simplemente no amenacen su vida por no ser lo suficientemente vikingo o no ser lo que se esperaba para poder servir a Drago cazando dragones o en su ejercito, a diferencia de todos los chicos con los que creció y pensó que conocía aunque fuera un poco. Quienes, ante su asombro pero no sorpresa, abrazaron fácilmente la nueva política que el conquistador de dragones trajo.
Luchas, gloria y grandeza eran solo para aquellos que sirvieran bien, y franca mente, ¿Que vikingo se resistiría a todo eso?.
Y, para su mal, el no debería de ser un vikingo entonces, porque nunca le sentó bien eso de matar o buscar la grandeza luchando a muerte. Por ello, su impopularidad no era una sorpresa. Mucho menos su negligencia posterior a tratar de ser aceptado.
Con el tiempo, dejo de siquiera intentarlo. No le veía el cazo cuando no quería ni por asomo llamar la atención de Drago sobre él, porque, una vez que sabia que existías terminabas arrepintiéndote ello. Algo así como estar en "su gracia" no existía, y a él le gustaba mas castigar que premiar. A comparación de antes, cuando el premio de ser reconocido era que su padre estuviera orgulloso y satisfecho con él, en le presente era lo contrario. Ahora lo que obtendría seria la satisfacción de alguien a quien francamente repudia, haciendo cosas que no quiere y de hacerlas se estaría fallando a si mismo, a lo que su padre le inculco.
"Se ve por los demás"
Y en aquel nuevo Berk, nadie tiene tiempo apara verse unos a los otros y ver en lo que se habían convertido. En como dejaron de luchar unos para los otros, y en su lugar luchaban por el capricho de uno solo.
Viendo todo ese panorama, fue fácil tomar sus cosas y un pequeño bote para zarpar en medio de la noche sin un rumbo fijo.
Ya no era un niño, ni el hijo de un jefe, mucho menos un cazador de dragones. Pero estaba en camino de ser un hombre, y de encontrar su lugar en el mundo.
Fue una noche de verano.
Ella estaba en una junta con su concejo cuando el ataque comenzó, igual a hace tanto tiempo. Y aunque no podía ver cuantos dragones inundaban el cielo, si podía suponer cuantos eran por el sonido de alas y rugidos que revoloteaban por el aire.
Y esos eran muchos más de los que alguna vez hubiera visto o escuchado. Desatando un nuevo tipo de infierno que la hacían preguntarse por la razón de que dejaran caer tal calamidad a un pequeño reino que apenas resistía y que no era una amenaza real.
No hacían nada, tratando activamente de salir de su camino, y aun así, ahí estaban. Atacando con una ferocidad injustificada a gente inocente, cuyos gritos, suplicas y pedidos de auxilio competían con el sonido de tantas alas y rugidos.
Le oprimían el pecho de una forma prácticamente física saber que su pueblo sufría, y que todo se estaba cayendo sobre sus cabezas a una velocidad abrumarte.
Pero ella ni siquiera pudo intentar hacer algo cuando de pronto, las puertas y ventanas del castillo estallaron antes de que figuras armadas y equipadas irrumpieran en el castillo llenando los pasillos con el eco de un sangriento grito de guerra.
Como hace tantos años.
Pero esta vez, los dragones recubiertos de metal también entraron acabando rápidamente a los guardias que intentaron defender o defenderse. Sin piedad o consideración, cualquier alma en su camino fue atravesada o degollada rápidamente mientras se abrían camino, abriendo puertas y entrando a salas en busca de la reina.
A quien nunca encontraron.
Y, en retrospectiva, eso fue mucho, mucho peor.
Porque si encontraron a Anna.
Y cuando Elsa la encontró, nubes oscuras de tormenta giraban bravamente sobre Arendelle tragándose la luna y las estrellas, derribando dragones, barcos y hombres. La temperatura bajo de golpe, volviendo el aire tan helado que respirarlo era equiparable a respirar fuego.
Los dragones pararon su vuelo, las llamaradas cesaron y todos corrieron cuando una lluvia de pequeños fragmentos de hielo cayo como un torrente sobre todo el lugar. Trayendo más sangre y destrucción, sin distinción entre invasores y lugareños. Pero eso no importo.
Porque conforme el calor en el cuerpo de Anna desaparecía, también lo hacia en el corazón de Elsa.
Habia sido una noche de verano vuelta una pesadilla de hielo, cuando ella descubrió que estaba equivocada.
La lucha contra esta perdida no era algo que podía ganar.
Sin embargo, el mundo sigue en marcha.
Conocer a su madre pudo suponer una gran alegría, pero, en su lugar, era más bien un chiste malo.
Malo porque, hey, vaya, mamá es una defensora de dragones, los quiere tanto que abandono a su esposo e hijo para no volver. Y esa no es la mejor parte, ¡sorpresa, sorpresa!, ella tiene una fuerza equiparable para hacerle frente a Drago pero no la usara porque, de nuevo, ama tanto a los dragones que no los usara en una guerra.
Amenos claro, que la guerra la quiera ella, por lo que entonces seria un propósito completamente justificado.
Si, todo muy divertido.
En especial porque esta muy mal que intente fabricar armas o medios defensivos contra Drago y su ejercito solo porque eso dañaría a los dragones. No importa que ninguno de sus métodos hiera realmente a algún dragón, si no que fueran más de retención y contención, porque eso es cruel.
Es cruel usar una red que aprisiona sus alas porque hay un riesgo de que pueda rompérselas, o que use bombas aturdidoras por que en la confusión pueden herirse accidentalmente con su entorno o unos a otros, tampoco es una opción dormirlos porque no hay una dosis general para ello, bien podría dormir a una especie de dragón y matar a otra, ignorando que en dichas bombas solo usa hierba especial que los deja prácticamente ronroneando.
Pero si la idea de luchar tipo, "are que todo mi nido de dragones te desgarre" o "dejare caer sobre ti toda la furia helada de un alfa", proviene de su agenda, entonces vaya Hiccup, estas siendo un caso difícil al negarte y decir que eso era peligroso para un dragón.
Porque al parecer no importa donde vaya, él nunca encajara y los dragones son convenientemente tratados dependiendo de los intereses.
Su madre, para su mayor decepción, resulto ser la mayor hipócrita que haya conocido. Al menos Drago siempre fue claro con lo que quería, si bien endulzando las palabras, terminaba cumpliendo lo que prometió. Un Berk sin una guerra permanente con los dragones se termino cuando encontró el nido que los asolaba y destruyo a la reina; les prometió progreso y poder, y ahora lo tenían puesto que ahora todas las islas eran una sola nación que tenia el control del norte empezando a ser temibles por más que la guerra.
Si, al menos dejo claro desde el inicio que para él, los dragones solo eran un arma.
En lugar de cuidarlos y tratarlos como sus iguales para luego mandarlos a una guerra sin miramientos, una que francamente no entienden y donde están siendo usados como peones.
Luchando en nombre de un nido "libre", solo para ser capturados y obligados a luchar contra los que alguna vez fueron su familia.
Mismos dragones, misma guerra, diferentes intereses.
Y francamente, de no ser por Toothless, vivir en el nido de su madre no seria un infierno muy diferente a Berk.
Al menos con él puede ser el mismo sin ningún tipo de recriminación, aunque puede ser algo deprimente que tu único amigo sea un dragón, eso no impide que puedan divertirse volando juntos, teniendo pequeñas aventuras y probando sus prototipos de trajes de vuelo. Viviendo gracias a él, una vida que vale la pena, donde puede aprender todos los días algo nuevo y puede recordad las cosas que ya quedaron muy atrás.
Cosas como la lealtad, el compañerismo, el sentido de unidad y el valor.
Cosas que los dragones viven y tienen, a diferencia de muchas personas.
Por lo cual, es un poco gracioso, de la buen amanera, que haya crecido como persona viviendo entre dragones salvajes. Viendo de primera mano la humanidad que estos tienen, mientras el mundo a su alrededor es duro y cruel con ellos.
En ese punto no son muy diferentes.
La guerra le había quitado la oportunidad de una vida digna, pero en cambio, le dio un lugar al cual pertenecer.
Nadie intenta consolarla, no se atreven.
Demasiado asustados de sus ojos vacíos y la atmósfera helada que la sigue a todas partes y que hace que congele levemente todo lo que toca. Ella solo viste de negro ahora y mientras el tiempo pasa solo se ocupa de hacer a su ejercito más grande y mejor.
Ignorando las sugerencias de reforzar el castillo por que eso ya no importa. Una pared de roca, puertas de pesada madera, mil guardias , o hielo puro, nada de eso es un verdadero escudo contra la guerra de ahí afuera, que cuando quiera, tomara lo que le plasca cuando le plasca. Incluida ella.
Lo cual no le sorprendería si era más pronto que tarde viendo el estado frágil en el que quedo su reino, siendo sencillo intuir que atacarían en su momento más vulnerable, a pesar de que la primera vez que los atacaron de semejante forma no volvieron hasta tiempo después y no tan despiadados. Ahora las cosas habían cambiado, al saber de lo que era capas.
Un secreto que solo los habitantes del castillo conocían y que sabiamente sus padres mantuvieron en secreto por temor a lo que los vikingos harían si supieran, y que ella se guardo para si misma exactamente por la misma razón.
Bueno, ahora sabían, y estaba preparándose para lo peor, pasando todo su tiempo libre estudiando tácticas de guerra y como crear golems y armas con su magia. Ademas de atender y suplir otros puntos débiles como la poca capacitación de las ciudadanos ante situaciones de emergencia, los suministros y los lazos entre naciones.
Cosas que debieron de haberse atendido adecuadamente por su concejo en lugar de bagar por ahí pidiendo mayor seguridad para el castillo y mandando a su familia lejos, a lugares seguros. Perdiendo el tiempo y recursos en su propio bienestar, cosas que pudieron usarse para que el pueblo tuviera una ruta de escape en caso de ataque, o poner guardias nocturnos, mejorar el armamento, dar instrucciones de replegar a los guardias para evacuar en lugar de luchar si se atacaba el castillo.
Todas aquellas cosas que se supone deberían cuidar por ella mientras se ocupaba tanto de la guerra como el alimento y tratados comerciales.
Debieron hacer eso en lugar de perder el tiempo en una ruta de escape secreta que desembocaba a una cámara oculta, donde al parecer, solo había lugar suficiente para ella y ellos, decidiendo ignorar a su hermana de dichos planes y dejándola atrás, mientras tenían el descaro de asegurarle a la cara que ella estaría bien por que habían mandado guardias por ella.
Guardias jóvenes y no capacitados para la situación, que apenas pudieron hacer algo para protegerla antes de morir.
Su negligencia era un problema tan apremiante como lo era estar preparados para el próximo ataque, y ella estaba dispuesta a hacer lo necesario para evitar más muertes. Independientemente del costo.
Porque proteger a Arendelle es lo único que tiene.
Era el legado de sus padres, el hogar que tanto amaba Anna, una única linea de cordura ahora que esta completamente sola en un mundo tan vació.
Y no le podría importar menos la opinión de los demás al respecto de sus decisiones para lograrlo.
No, ella estaba preparada para lo que sabia, no iba a hacer muy bien residido. En especial para ese inútil consejo que no vera con buenos ojos ser quitado de su poder y privilegios. A pesar de que ellos ya habían demostrado su incapacidad para el cargo. Mientras que por otro lado, no estaba dispuesta arriesgarse a que nuevos incompetentes cayeran en el cargo.
Por lo cual, era mejor tomar un enfoque directo y contundente. Siendo revocar cualquier otro tipo de autoridad sobre las decisiones del pueblo que no sean la suya una solución obvia. Esa era la única forma de asegurarse de que las cosas se hicieran adecuadamente, evitando al máximo que algo malo pasara o que intereses personales manchen un juicio.
Solo ella era la indicada para poder dirigir todo adecuadamente.
Se aseguraría de que esos horribles errores no volvieran a ocurrir, que nadie estuviera dentro de la seguridad de un castillo mientras el pueblo llora entre fuego y cenizas. No habría razón para que su gente se preguntara como seria la vida si hubiera un camino mejor, porque ellos tendrían un camino mejor. Libres de la negligencia de quienes deben cuídalos y que se ponen a salvo solo porque creen que merecen estarlo.
Su pueblo estaría seguro, no tendrían miedo, y dejarían de perder a inocentes.
Ella se aseguraría de ello.
Y si no estaban de acuerdo con sus métodos, bueno, tendría que suponer que estaban en su contra.
Tiene 22 años cuando su mundo se quiebra por segunda vez, pero en esta ocasión, no se queda a lamentarse al respecto.
Ni siquiera se forma un nudo en su garganta cuando su madre cree que es un buen momento para decirle que el destino de su padre no fue un accidente, que su muerte y la de todos los jefes fue orquestada por Drago al no ceder ante él.
No siente nada realmente cuando el quedo aliento de su madre postrada en cama se lo confiesa a media luz. Ni siquiera cuando toma su mano, y solamente entonces, después de tantos años, caza su mirada en busca de algo que francamente, es in capas de darle.
Su mente solo puede procesar el hecho de que ella lo supo todo desde el principio y no dijo nada. Pudo haberlo prevenido, pudo haber ayudado, pudo volver. Pero no movió ni un dedo tras la escusa de que era peligroso, para ella y los dragones, darse a conocer en un momento donde había una oportunidad de que alguien más resolviera el problema, como que uno de los jefes sobreviviera o todos lo hubieran hecho en absoluto.
Incluso cuando no fue así, siguió pensando que era mejor estar lejos y dejarlo vivir con el resto de los vikingos sin cuestionarcelo dos veces. A pesar de conocer a Drago y saber lo que estaba haciendo con la isla y los que alguna vez fueron su tribu. Quienes le hicieron un funeral, respetaron la que creyeron su muerte y nunca dijeron nada malo de ella o al respecto.
Simplemente, fue golpeado por la verdad de que, su vida y la de miles fue cambiada por la negligencia de una sola persona.
Y esa persona era su madre.
Quien vivió su vida en pro de sus propios intereses huyendo de todo lo que no le gustaba, incluidos su hogar, él, y su padre.
Pero contra todo pronostico no explota de ninguna manera al ser consciente de todo eso. No empieza a recriminarle, no llora, no grita, no sale corriendo. En lugar de eso se queda a su lado en silencio hasta que la enfermedad la vence y da su ultimo aliento entre hielo opaco y dragones, viendo su fría y delicada mano sobre la suya, casi maternalmente.
Como si hubiera sido una madre para él en lo absoluto, como si no lo hubiera abandonado a un sabiendo que la necesitaba, o que cuando al fin lo conoció, no hizo otra cosa que tratarlo incómodamente, como la otra parte de aquello que dejo por voluntad en primer lugar. Algo que no pertenencia a ella.
Es entonces cuando siente algo.
Y eso es una fría rabia.
Con el tiempo, admite, quizás se vuelve algo dura.
Y no lo dice por que así lo sienta o lo crea, si no que lo supone.
Al menos, parece ser cierto cuando el llanto de piedad a sus pies proviene de conocidos y desconocidos por igual, a los que no puede ver con empatia alguna. A pesar de creer firme mente que alguien debía de tener mano dura ante cualquier rostro, nombre, o escusa que le den en un intento de mantener su integridad o su vida; no puede evitar pensar que debería sentir algo.
Cualquier cosa.
Después de todo, no fue hace tanto que la imagen de la muerte era algo que no toleraba, mientras que la idea de la tortura o el castigo físico le generaban un nudo en en el estomago y un claro desagrado. Incluso recuerda cuando la sola idea de Anna apuñalaba su corazón hasta sangrarlo.
Ahora, sin embargo, la muerte sucede todos los días a sus pies ya sea por su propia mano o ha consecuencia de la guerra. No hay nada en su pecho o estomago cuando una prisionero destrozado se postra a sus pies escupiendo sangre e información, o cuando alguien lo suficientemente osado se aparece frente a ella intentando matarla porque, según su persona, ella era un mal tan atroz como lo era Drago.
Si no peor.
Lo cual, ni siquiera era gracioso.
O relevante, en realidad. No cuando lo que el pueblo ignorante creía saber que era mejor para ellos se estaba volviendo una molestia, como si supieran algo de todo el trabajo que es ser una fuerza armada, un reino con economía estable, o como mantener un estilo de vida digno.
Ellos no sabían nada sobre todo lo que ella hacia, ni apreciaban tener comida, ropa o medicinas. No, ellos solo eran débiles de corazón que lloraban a sus hijos en la guerra, quejándose del régimen firme que se aseguraba de que todos tuvieran una ración igual de comida cada día. Únicamente aprecia que invertían su tiempo en hacer escándalo por las ejecuciones de quienes amenazaban todo eso.
Lo que había construido para su bien.
Aunque era claro que no comprendían que los sacrificios de unos eran el bien de muchos más.
Pero quiere creer que en algún momento, ellos verán las cosas como las ve ella. Y que su mano dura no es una de tiranía, si no algo que tenia que hacerse por el bien mayor.
Le toma un tiempo, pero al final logra que él y Toothless tomen control total del nido doblegando al alfa.
Habia sido una dura pelea, donde el dragón se negaba por todos sus medios a ceder el poder a quienes claramente consideraba unos traidores al nido y a su antigua amiga humana. En su lucha acabo con media estructura de su refugio hecho de hielo y causo un pequeño tsunami poniendo en peligro al esquizofrenico nido, antes de detenerse por fin. Cuando quedo claro que de seguir peleando solo se acercaba más a su propia muerte.
Una opción que estaba ahí, escrita en sus ojos y casi suplicada en su respiración profunda e irregular. En el gruñido que dejaba claro su deseo de seguir peleando aun cuando se encontraba medio agonizante en el suelo. Porque quería pelear, quería defender, y prefería la muerte que doblegarse dejando su nido a manos de alguien que ya no conocía.
El Bewilderbeast era una fiel representación de la lucha por los otros, por los suyos. Fue noble, fiero y francamente valiente.
Nunca tuvo una oportunidad.
No con el conocimiento que tenia de el y del nido en general, o de Toothless mismo. Y admite que fue casi como hacer trampa, pero francamente no podría importarle menos.
Un dragón alfa, un nido, algún ejercito... Fichas canjeables, reemplazables, puramente estratégicas.
¿Que más daba si terminaba uniéndose a la guerra?, al menos su causa si era justa. Sin hipocresía que pretendía mostrar que los dragones eran mejores que las personas, o ideas radicales de conquistas y extinción donde se imponía sobre otros.
No, él detendría todo eso.
Destruiría a Drago y todo lo que construyo, se aseguraría de que ese imperio hecho con sangre y fuego se acabara con él, así fuera lo ultimo que hiciera. Y si para ello tenia que jugar sucio, que así fuera.
Usaría a los dragones, destruiría y construiría nidos de ser necesario sin culpa o doble moral.
Porque él no pretendería que los dragones eran simples victimas, no es tan sencillo como eso. Y por supuesto que no buscaría una convivencia pacifica de ellos con los humanos, puesto que ese puente voló en miles de pedazos hace mucho tiempo atrás.
Lo único que él buscaba era llana venganza.
Y después de obtenerla, el mundo bien podría hacer las cosas bien, o seguir matándose si quería.
No seguiría pretendiendo que le importaba algo de eso.
Después de todo, el voluntariamente se entrego a un punto muerto, donde ya no pertenecería a nada ni a nadie. Ni siquiera a si mismo.
Hay un rumor.
Sobre un ejercito que no es el suyo, atacando al de Drago, y ganando.
Admite que eso era curioso, incluso hasta llegar a ser bueno, si al menos dicho rumor no advirtiera de la posesión de dragones en dicho ejercito. Pero por desgracia los tenia.
Así que a lo que ella respecta, era solo otro ejercito de bestias seguramente bajo el mando de alguien más en busca de poder, probablemente no muy diferente al auto llamado conquistador de dragones que tanto había asolado sus tierras.
Por lo que da la orden de disparar a cualquier dragón a la vista, portara armadura o no.
Misma plaga, diferente titiritero.
Habia una molestia.
Un ejercito que atacaba indiscriminadamente y arruinaba sus planes si se cruzaban en batalla. Algunas veces, hasta indirectamente.
Y era francamente frustrante, porque llego a pensar que si ambos querían acabar con Drago, lo mas lógico era unir fuerzas y terminar rápido con una guerra que había durado más que suficiente.
Pero no.
Quien quiera que fuera, debía de detestar a todos los dragones por igual.
O a él, lo cual no seria una sorpresa. Después de todo, la lista de enemigos que lo tenían escrito en rojo y juraban venganza crecía a cada instante, pero al menos había hecho algo para ganarse eso.
En este caso, sin embargo, el trato hostil injustificado no era algo que podía darse el lujo de ignorar como hace con tontos valientes, que creen que es un blanco fácil para derrocar y hacerse de un ejercito perfectamente capaz y armado. Pero esto, las bajas, los bloqueos, rehenes y hasta la nueva noticia de que había infiltrado espías en sus filas era un nivel de problemas ridículo para quienes podrían seguir sus caminos e intereses completamente por separado, sin meterse uno con el otro.
No podía seguir así.
Por lo que, si insistían tanto en interponerse en su camino, entonces esta molestia tenia que ser tratada de la misma forma que el ejercito de Drago.
Solo otro enemigo a acabar.
No sabe que esta pasando con exactitud.
Todo son gritos y vuelo de dragones frenéticos en campo abierto mientras todos los ejércitos de aliados y enemigos luchan por sus vidas, en una refriega que se vuelve absolutamente frenética en el instante en que Drago cae muerto.
Pero aun sin su líder, el ejercito con dragones acorazados sigue luchando, defendiendo un imperio naciente con sangre y fuego. Es claro que se negaran a la derrota tan fácilmente, y que probablemente, independientemente de los resultados, esta lucha solo sea el inicio de una nueva guerra para retomar el control.
Ni siquiera sabe como fue que el hombre que creo todo esto y cuya cara ha visto solo una vez en su vida murió. Apenas puede ver entre tanto movimiento y caos su gran cuerpo atravesado por una espada, mientras se encontraba colgando de la mitad de su cuerpo sobre el lomo de un dragón masivo igualmente muerto.
Sin embargo, es capas de sentir el suelo temblar ante explosiones, el pinchazo de la nieve natural de las montañas que cae levemente, o el calor de bolas de fuego o llamaradas que van y vienen, mientras saborea el oxido en su boca y sostiene su costado sangrante manteniéndose apenas en pie.
Esta, literalmente, en medio de la guerra y no podría importarle menos.
Ella sonríe.
No tan brillantemente como antaño, ni siquiera jovial o divertida. Sus labios entumecidos se alzan por completo y deja ver una sonrisa que sabe manchada en sangre, para después dejar salir una risa puramente histérica. Riendo tanto que le duele las costilla y solo abre más su herida.
Y es que, esta en medio de la maldita guerra y es la única de ese viejo y frió castillo que queda.
La ultima de su familia, quien nunca intento sobrevivir pero lo hizo. Quien, en el camino, perdió casi todo lo que tenia y gano solo cosas que desprecia.
Era un chiste sin gracia y un destino injustamente cruel, pero era lo que tenia, ¿no?.
Después de prácticamente una vida en guerra y todo lo que eso significaba, esto era todo lo que quedaba.
Una mujer medio loca con un corazón congelado.
Él la ve primero.
Y es curiosamente como se la había imaginado.
Un espectro de nieve cubierto de tierra y sangre, sosteniendo su costado herido. Ella ríe de una forma sonora y tan rota que en lugar de ser algo trágico es francamente espeluznante.
Habia oído hablar de ella con el tiempo, cuando era necesario conocer la cara de quien tantos problemas le daba y debía quitar de su camino. Lo primero que le advirtieron, para su sorpresa y descontento, fue su belleza fría y su apatía general para todo y todos. Luego fueron las historias de su reinado tan duro y cruel como el invierno mismo, valiéndole su particular apodo.
Sin embargo, personalmente siempre había creído que todas esas palabras alabando sus atributos físicos o murmurando sobre su falta de humanidad, eran exageraciones de la gente. Y ahora de la tenia de frente, sabia que estaba en lo correcto.
Eso de ahí, no era una reina del hielo o una bruja helada.
Solo era alguien roto.
Podía verlo si prestaba atención en las astillas de dolor en sus ojos azules, o la forma en que su nariz se arruga casi como si en lugar de reír estuviera llorando. Esta mucho más claro para él, cuando ella por fin lo ve y el reconocimiento llega a sus ojos al saber quien era aquel hombre a unos metros de ella. Estos se vuelven sorprendentemente agudos a la par que su risa se detiene y solo queda una sonrisa estática afilada manchada en sangre que gotea espesa.
Lo reconoce.
Es el aspecto de alguien que esta tan jodido por dentro que ese frió exterior es lo único que queda.
Ya no hay nada dentro de ese cuerpo que respira y se mueve; ni miedo, cariño, piedad o sueños. Solo una cascara que se mantiene en pie gracias a un solo propósito.
Uno que en el caso de ella quedo muy claro cuando levando su mano y le arrojo un pedazo de hielo afilado. Directo a su corazón.
Por su parte, mientras esquiva su ataque y llama a Toothless para irse de ahí ahora que su propósito al fin fue alcanzado, observado el desastre a su alrededor; piensa vagamente que quizás, en algún punto, las cosas pudieron terminar de otra manera.
Una donde nadie tuviera que terminar como algo sin corazón.
En la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca.
Ellos nuca tuvieron esa oportunidad
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¿Esto realmente puede llamarse un Hiccelsa?. Bueno como sea...
Según intertet, la frase final es de Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés. Yo no lo se de cierto, lo supongo.
¡Feliz año nuevo! ... y navidad. (¿Que son un par de días más u otros menos?)
No puedo creer que tardara tanto en escribir algo, y que fuera otro proyecto de todas las cosas. De verdad creo que hay algo mal con migo.
¿Sabían por ejemplo que esto empezó como un ejercicio para aflojar mi bloqueo y poder continuar con "El señor de la guerra"?, ¡JA!, pobre ingenua de mi yo pasado que creyó eso de todo corazón. Es más, otro ¡JA, JA! para rematar.
No lo hagan amigos, en especial si tienen un cerebro con la capacidad de concentración de un maldito maní. Escribí como tres historias semi completas solo para esta temática, porque ideas llegaban y tenia que escribirlas a pesar de que ya tenia una casi por terminar. Era como auto apuñalarme, para al final, sufrir por la indecisión de saber cual publicar.
Espero que esta haya sido la correcta.
Y hablando de ello, creo que seria digno de mención como fue creado todo este UA, solo por si alguien le interesa como fue que quebré mi cabeza contra el teclado.
Aunque si no te interesa, pero crees que este trabajo se merece un Review para saber como lo estoy haciendo, eso es igualmente bien apreciado.
Sobre el UA:
No tiene nombre o temática en realidad, esto fue un hipotético "Que hubiera pasado si...?" de principio a fin. Una completa fusión de la temática del día (Fuego y hielo) junto con mi pregunta personal del ¿Que hubiera pasado si Drago realmente se hubiera salido con la suya en aquella reunión de jefes?.
Y eso desato una maldita cadena, donde la idea de demostrar la naturaleza de los dos elementos (incompatibles) se llevara acabo en un mundo donde eso fuera posible, solo generaba más y más preguntas que tenia que responder en nombre de cada personaje involucrado. Y ahí estaba yo, tratando de respetar el carácter de cada personaje pero al mismo tiempo dándole uno nuevo.
¡Y fue difícil!, por que lo que tenia que cambiar, era lo que los hace ellos y al mismo tiempo las razones por las que me gusta el personaje.
El UA en si mismo:
Todo parte con la premisa de que Drago logro acabar con todos los jefes de la reunión ( cuya linea del tiempo no recuerdo y decidí situarla cuando Hiccup era pequeño), y al tener los lugares vacantes aprovecho para hacerse del poder (En este caso, digamos que manipulo al padre de Snotloud para ocuparse de Berk). Con el campo libre y prácticamente dirigiendo a las tribus vikingas fue muy fácil para él llevar el dominio a otras partes. (Seamos sinceros, el parece ser del tipo de personas que siempre quiere más).
Con alguien como él por líder era fácil esperar que las cosas se pusieran feas. Como se ve al manejar y tratar a su flotas junto con sus hombres en la película, su régimen es el miedo. Creándose así un ambiente mucho más hostil contra Hiccup, quien ya de por si no la tenia fácil.
Cronológicamente en esta historia es en este punto donde la guerra comienza, y donde la vida paralela de Hiccup y Elsa es retratada como recuerdos.
Todo el mundo cambia incluso antes del accidente que la aislaría por años, lo cual nunca paso. Sus poderes en este mundo fueron solo un secreto y no un eje central de sus vidas. Sin embargo, el encierro se vio reflejado de otra forma, bajo otras circunstancias y con otro significado. Seguía estando aislada, pero solo físicamente con el reino.
Por otro lado, sus emociones fueron desgastadas. Suele pasar en tiempos duros, después de todo.
Lo mismo con Hiccup que decide irse al no sentir ningún lazo. En ese viaje se encuentra con Valka (que vamos, tenia que pasar tarde o temprano) pero la relación no va muy bien. Ella solo ve por los dragones y es algo distante con él (En personalidad, tome un poco de la valka de los borradores del guion que se supone seria la mala). Naturalmente, siendo Hiccup, trata de encontrar algo que los una (en este caso, la vergonzosa y torpe adolescencia sucede en el nido del Bewilderbeast), crea mecanismos para ayudarla en sus peleas, pero no son muy bueno o de plano no les da una oportunidad. Es también, cuando conoce a chimuelo (No lo derriba, pero hey, estuvo cerca).
Creo en realidad, que todo lo demás queda claro.
-En mi cabecita, si Valka ya conocía a Drago de antes tenia sentido que supiera al menos de alguno de sus planes.
-Un dato curioso, quien mata a Anna en realidad fue Astrid (Supongo que no seria sorpresa suponer quienes van en esa incursión con ella).
-La pelea de Hiccup con el Bewilderbeast en realidad fue una metáfora de el venciendo lo poco bueno que quedaba dentro de él.
-También el fragmento de Elsa después de la muerte de Anna es una representación, pero esta es irónica. Se queja de que el mundo a su alrededor esta equivocado porque piensan que saben mejor, jmmmm.
- Y si, Hiccup fue quien mato a Drago.
Este UA fue prácticamente hecho para desgastarlos y convertirlos en su antítesis. Un golpe emocional tras otro en un mundo donde no les daban la oportunidad de ser ellos. O mejor dicho, nunca se las dieron.
Cabe aclarar que la guerra no termino, pero Hiccup salio por completo de ella. Elsa sin embargo, se quedo ahí.
