Disclaimer: Los personajes de esta historia NO me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi autora de: "InuYasha: un cuento feudal de hadas"


Listón:

Una mañana tranquila en el Sengoku y una linda y joven miko recolectaba tranquilamente unas hiervas medicinales en el bello prado cerca de la aldea donde vive, es un caluroso día de verano y la joven se ha sujetado su cabello azabache con un largo listón color blanco que la hace parecer bastante a una mujer que falleció hace 54 años atrás, pero que había alcanzado el descanso eterno hace apenas 4.

Pronto el sol le es cubierto por la sombra de un muchacho con singulares orejas caninas

-¿Ya es hora de regresar?- pregunta la joven sin alzar su mirada

-Pronto será medio día, podrías deshidratarte, Kagome…- le responde el joven con una voz que demuestra interés por la miko

La muchacha simplemente acata con un movimiento leve de su cabeza, se pone tranquilamente de pie y alza su rostro con una dulce mirada dibujada en este

-Vámonos entonces- hace una leve pausa para sonreírle a su compañero –cariño…- esto último hace que el tímido hanyou se sonroje notablemente

Ya han pasado 15 meses desde que Kagome regresó al Sengoku y 7 meses de haber unido su vida a la de su amado InuYasha, y a pesar de que su relación se ha tornado más cariñosa, aún se viven los gritos y peleas que los unieron tanto y terminaron por enamorarlos el uno del otro durante la juventud, a veces por celos, por desacuerdos o simplemente por no perder aquella chispa que los hizo tan buenos amigos cuando la Shikon no Tama aun existía en este mundo; Van tomados de la mano sin entablar una conversación mientras se acercan a la aldea, donde todo, y realmente todo, empezó

-Quítate ese listón- dijo InuYasha sin apartar su mirada del camino

-¿Eh?...- preguntó Kagome desentendida dirigiendo una mirada curiosa hacia su esposo, pero este no apartó su mirada del camino, con dirección a la cabaña donde vivían Sango y Miroku, sus antiguos compañeros de viajes, para almorzar todos juntos

-No me gusta… cómo se te ve ese listón

-¿Por qué no?

-No eres tú…

-Ah ya veo- se defendió Kagome notablemente más molesta –El listón en mi cabello hace que te recuerde a…

-No lo digas- la interrumpió InuYasha de manera serena –Eso no es verdad- ultimó el hanyou soltando la mano de su esposa y adelantándose caminando dejándola atrás

Esto hizo que Kagome se entristeciera un poco y llevó sus manos hacia el nudo que sujetaba al listón con la intensión de soltarlo

-Kagome-sama…- Escuchó que la llamaban, interrumpiendo sus pensamientos, dirigió su mirada hacia donde venia la voz y vio a una aldeana que de inmediato reconoció

-¿SI? ¿Qué sucede Konomi?- le preguntó a la aldeana que estaba frente a ella

-Es…mi abuelo….

InuYasha había llegado a casa de Miroku y Sango, se encontraban todos sentados esperando a que el almuerzo estuviera listo cuando la anciana Kaede entró apresurada lo cual alteró un poco a todos

-¡Su excelencia!- exclamó la anciana haciendo referencia al monje

-¿Qué sucede Kaede-sama?- preguntó Miroku poniéndose de pie, InuYasha y Sango también se levantaron de sus lugares

-Necesito que venga conmigo…

Sango se había quedado en casa con sus tres hijos mientras que InuYasha y Miroku siguieron a la anciana Kaede hacia una de las cabañas de la aldea

-¿Podría decirnos de que trata el favor que necesita de mi? ¿Kaede-sama? – preguntó Miroku cortésmente

-Es por Ebisu-san, uno de los ancianos de la aldea… se encuentra muy enfermo y muy probablemente en sus últimas horas…- respondió la anciana Kaede con algo de tristeza

-¡Feh! Pero por qué tonterías nos alteraste a todos, vieja bruja…- refunfuñó InuYasha llevando sus manos hasta su nuca

-¿De qué está enfermo Ebisu-sama?- preguntó Miroku ignorando el berrinche de su amigo

-Es un extraño mal llamado hongos de las montañas que ataca los pies y manos, debilita los huesos y causa fuertes fiebres…es curable si se trata a tiempo, es una enfermedad sumamente contagiosa, un simple roce de una mano infectada puede ser peligroso…- contestó sabiamente la anciana

-Ya veo…- dijo el monje con un semblante reflexivo

-Ebisu-san es uno de mis grandes amigos desde la infancia…si está cerca de morir espero que su excelencia le de la bendición a su alma para que descanse en paz…

-Gracias por confiar en mi Kaede-sama- respondió Miroku -¿Quién cuida de Ebisu-sama?

-Mandé a su nieta a que buscara a Kagome para que se haga cargo de tratarle la fiebre- respondió la anciana sacerdotisa a lo que las orejas del hanyou dieron un tirón al escuchar el nombre de su esposa, al menos acompañar al monje no sería en vano

Cuando llegaron a la cabaña, entraron de manera silenciosa y observaron a un hombre acostado en un futón sudando frío, siendo cuidado por Kagome, quien cambiaba el paño húmedo en su cabeza con extremo cuidado

-Kagome, ¿cómo sigue Ebisu-san?- preguntó Kaede acercándose a la muchacha

-Sigue con mucha fiebre, no he podido lograr que baje…- confesó la joven miko algo triste, apenas se estaba entrenando como sacerdotisa, pero si el anciano Ebisu fallecía por insistirle a la sacerdotisa Kaede que ella podría cuidarlo mientras ella iba a buscar al monje Miroku , se iba a sentir realmente culpable e inútil

InuYasha se encontraba algo mareado por el fuerte olor a hierbas medicinales que inundaba toda la cabaña, pudo detectar en el aire la tristeza de su mujer así que dirigió su mirada hacia ella y la noto con un semblante de intranquilidad, la conocía perfectamente, sabía que si fallaba en curar al anciano se sentiría profundamente culpable, sus orejas dieron un tirón cuando el aire comenzó a ser invadido por otra esencia que aún era muy débil pero si no se hacía algo podría hacerse más fuerte…la muerte

-¿Sucede algo InuYasha?- preguntó el monje al ver la intranquilidad en el rostro de su amigo

-No…no es nada- contestó el hanyou, quería confiar en que su esposa podría alejar la esencia de la muerte que se acercaba cada vez más al anciano

-Abuelo…- susurró Konomi con los ojos llenos de lágrimas mientras se acercaba al anciano que se encontraba acostado siendo atendido por las dos sacerdotisas

El anciano bañado en sudor abrió los ojos pesadamente y observó a su alrededor –Es un bello atardecer…- masculló de manera ronca –No…no quiero que este día se termine…

-Ebisu-san…- susurró Kaede al escuchar a su amigo de la infancia

-¿san? Soy sólo un niño…que está jugando en los alrededores de mi aldea… ¿Qué hago aquí?… pronto se hará de noche…- comenzó a decir el anciano mirando a su alrededor -¿Usted me trajo aquí? ¿Me lastimé acaso? Dígamelo…- comenzó a preguntar más desesperado viendo fijamente a Kagome

-Ebisu-sama…yo…- dijo Kagome desentendida de lo que decía el anciano

-Está delirando por la fiebre…- reflexionó Miroku

-Niños…jugando en los alrededores de la aldea en el atardecer…- comenzó a recordar InuYasha, entonces comprendió que el olor del moribundo hombre ya era conocido para él antes… en una de las manos de Kikyo cuando estaba viva…era uno de los niños que jugaban con ella todas las tardes…

El hanyou salió de sus pensamientos cuando escuchó un gemido de dolor por parte del anciano quien intentaba levantarse, los delirios lo estaban terminando de enloquecer, InuYasha reaccionó cuando se dio cuenta que el anciano pretendía levantarse para acercarse a Kagome

-Mira, ahí está…- balbuceaba el anciano intentando levantarse sintiendo dolor en sus huesos –tan bella como siempre…dicen que está muerta pero no es verdad…- esto último hizo que a la joven Miko se le congelara la piel, vio como el anciano acercaba más su mano a su mejilla pero entonces fue alejada por su protector esposo que la rodeo con un brazo para apartarla del anciano moribundo, el hanyou que la abrazaba por la espalda se puso alerta para alejarla más aún si era necesario

-Abuelo no debe levantarse- lloraba Konomi mientras intentaba recostar a su abuelo, siendo ayudada por el monje Miroku

La anciana Kaede se apresuró a preparar una efusión para calmar la fiebre y los preocupantes delirios del viejo Ebisu

-…estoy muriendo…ella vino por mí para acompañarme… al otro mundo…déjame tocar su hermosa cara- lloriqueaba el anciano intentando liberarse para tocar el rostro de Kagome, quien era protegida por el brazo de su esposo alrededor de su cintura, la joven miko sintió como InuYasha reafirmaba con fuerza el agarre que tenía en su cintura preparado para apartarla rápidamente si el anciano lograba liberarse.

-Keh, anciana date prisa con ese menjurje – ladró InuYasha, se estaba mareando por el intensificado olor a hierbas y a la esencia de la muerte que se hacía más presente, y para hacer las cosas más difíciles el anciano estaba confundiendo a Kagome con…

-Tan bella como siempre con ese listón que sujeta su fino cabello, …la hermosa y poderosa sacerdotisa Kikyo…- fue lo último que dijo el anciano antes de caer sin vida en el futón donde se encontraba acostado, Kagome quedó paralizada, su mente se bloqueó y su cuerpo no respondía…tanto…¿tanto se parecía a ella?

Las orejas de InuYasha se tensaron fuertemente al escuchar eso, el ambiente se tensó de manera significativa, intentó detectar alguna reacción en su mujer pero no encontró nada…

El silencio fue roto por el llanto de Konomi cuando vio a su abuelo acostado sin vida, Kaede cerró los ojos con tristeza y simplemente dejó caer el mortero donde preparaba la medicina

-Descansa en paz y encuentra la salvación, alma inocente- rezó el monje Miroku juntando sus manos en forma de oración

-Kagome…- le susurró el hanyou a su mujer al oído tratando de hacerla volver del shock en el que al parecer se encontraba –contéstame...Kagome- le pidió aflojando el agarre en su cintura, para girarla y encararla pero entonces Kagome se puso de pie sin decir una sola palabra y salió de la cabaña sin mirar a los presentes

InuYasha se puso inmediatamente de pie para seguir a su mujer pero entonces el fuerte olor de las hierbas lo mareo haciendo que callera de nuevo al suelo de la cabaña –Mierda…- gruño el hanyo poniéndose de pie –Estúpidos remedios humanos…- se quejó mientras salía de la cabaña

Al salir se concentró en buscar el olor de Kagome, pero no lo encontró, había utilizado una técnica para ocultar su esencia durante unos minutos –Keh, perra, como odio que haga eso…

Kagome corrió hasta el lago, para que InuYasha no la siguiera había decidió utilizar la técnica de escondite que le había enseñado la anciana Kaede, aún no sabía utilizarlo bien por lo que sólo duraba unos cuantos minutos, no sabía utilizarlo bien…no había podido hacer nada bien, un anciano enfermo cayó en los delirios de la fiebre porque ella no había sabido controlársela… -La hermosa y poderosa…Kikyo - pensó la muchacha mientras acercaba su rostro al espejo cristalino formado por el agua y divisó su rosado rostro, su azabache cabello aún sujetado por aquel problemático listón -Nunca he estado de acuerdo cuando dicen que me parezco a ella…ella fue siempre más hermosa…y más astuta…-

ella, era perfecta…ella podía hacerlo todo bien- sentía como sus ojos se inundaban por el agua salada que quería salir-… yo…yo sólo soy…- se decía así misma mientras en sus ojos se acumulaban más lágrimas

-Tú eres mi compañera, no sólo eso, eres una excelente sacerdotisa - escuchó la voz de InuYasha mientras se acercaba a paso lente hacia ella

-InuYasha…- susurró Kagome sin alzar su mirada del lago

-¿Qué sucede Kagome?

-No…no pude salvar a Ebisu-sama…soy tan…inútil…

-Keh, no digas tonterías Kagome hiciste todo lo que estaba en tus manos, fue decisión del destino que ese viejo muriera…

-lo que estaba en mis manos…- susurró casi sin habla aferrándose con fuerza al suelo

-Venga mujer, vamos a casa

-Tengo que…tengo que regresar a la aldea

-De ninguna manera, ya Miroku y la anciana se harán cargo de la sepultura del viejo Ebisu, tu y yo iremos a casa, si quieres iremos a casa de Sango y Miroku por la noche- dijo InuYasha firmemente mientras se acercaba a su mujer para levantarla

Kagome sintió las garras de su compañero sujetar sus hombros y levantarla con cuidado del suelo, ella no se atrevió por si misma a girar para encararlo por lo que el hanyo se encargó de ello, pero la miko mantenía la mirada baja, no quería que él la viera llorar

"No me gusta cómo se te ve ese listón…no eres tú"

-¿No soy…yo?...

-¿Qué dices Kagome?

-Ebisu-sama me confundió con Kikyo…tanto… ¿tanto me parezco a ella?

-Keh, no digas tonterías mujer, ese viejo estaba enloqueciendo por la fiebre

-Una fiebre que yo pude curar si no fuera tan…

-Basta Kagome, tú no eres así…

-¡¿Así cómo? ¿Cómo ella? ¿Cómo Kikyo?- le interrumpió Kagome alzando su mirada llena de enojo y lagrimas

InuYasha se quedó sin habla por unos instantes, entonces Kagome volvió a bajar su mirada temiendo las cosas que podrían estar pasando por la cabeza de su marido en ese momento

-Tú no eres así de débil, no voy a permitir que sientas lastima por ti misma…- dijo InuYasha retomando sus palabras

"Tan bella como siempre con ese listón que sujeta su fino cabello, …la hermosa y poderosa sacerdotisa Kikyo…"

- Débil…no puedo ser tan fuerte como ella…

-Kagome, ya basta…- remató InuYasha comenzándose a desesperar por la terquedad de su mujer –Sé que te dije que no me gusta cómo te luce ese listón, y lo que dijo ese viejo antes de morir tampoco fue de gran ayuda, pero escúchame yo….

-¿La vez en mi?...

-¿Qué estupidez dices?

-Te recuerdo a ella ¿no es así? Te duele recordarla, es por eso que no quieres verme tan parecida a ella – alzó de nuevo su mirada exaltada

-¡Es suficiente Kagome! ¡Estás celosa por tonterías!

-¡Aún la amas ¿verdad? Acaso… ¿¡Acaso piensas en ella cuando te acuestas conmigo?- fue suficiente para el hanyou la sujetó fuertemente del brazo derecho presionando con fuerza luchando contra sí mismo para no enterrar sus filosas garras en la piel humana, entonces sintió como su mejilla era fuertemente golpeada por la mano libre de Kagome, su cara se ladeó un poco por el golpe pero inmediatamente después regresó su mirada endurecida hacia la arrepentida Kagome

-InuYasha…yo…discúlpame

-Ya olvídalo- dijo InuYasha soltando furiosamente el brazo de su compañera –Me largo- concluyó antes de irse corriendo a través de los arboles


¿Qué tal? ^^ este es un fic bastante corto de 2 a 3 capítulos más o menos :3 dejen sus reviews si quieren saber que sucede después de esta pelea ^^