Nunca llegó a imaginar las posibles pruebas que en los 7 muros podría haber. Tal vez llegó a creer que sería de lo más riesgoso, sin embargo...

Ver a Ray con una bebé en brazos, y que está resultase ser Emma...

Era inesperado... ¡Inesperadamente tierno! ¡Joder, que la quería sostener en manos!

Sí ya de por sí Emma era tierna, al volver ella ser un bebé, ¡Resultaba ser más tierna!

Quería tenerla en sus brazos, arrullarla, jugar con ella e incluso pensó, en retrasar sus planes sólo por la bebé.

Pero había un problema...

— ¿Qué demonios crees que haces? — cuestionó Ray, con mirada asesina y tal vez, un aura oscura.

Ray no le dejaba acercarse. Por nada del mundo.

A duras penas aceptaba que los demás lo ayudasen a cuidar de Emma, pero a él. A él le tenía prohibido acercarse a Emma.

— Vamos Ray, no le voy a hacer nada.

— Tu cara dice otra cosa. — cargó a Emma en brazos, quien rió al instante. — Además, te dije que te mantuvieras como a 5 metros de distancia.

— Pero...

— Pero por genocida, te anexo otros 2 metros más.

— ¿Qué? ¡Eso no es justo!

— Ah, ¿Entonces quieres 8 metros, eh?

No dijo más, después de todo, Ray era capaz de poner 20 metros o más de distancia. Simplemente tendría que conformarse con verla desde lejos.

Estúpido Ray.