Barba


Sin duda alguna, algo que Newt ama de su profesor favorito es su pelirroja barba. Es que, enserio, ¿Cómo demonios hace ese hombre para que ese montón de bello lo haga lucir tan atractivo? No tiene la menor idea, pero le encanta imaginar cómo se sentirá pasar sus dedos sobre ella, y las cosquillas placenteras que causará en él cuando roce su rostro al besarse.

Hay momentos en donde la ternura invade su sistema y el único culpable es ese mismo hombre; por ejemplo, aquella vez en donde estaban tomando el té en su oficina. Dumbledore comía unas galletas que Newt había comprado para él, y tan concentrado se encontraba que no notó las migajas que quedaron atrapadas en su barba, dándole un toque infantil a su apariencia.

Newt deseó poder quitarlas, perderse en su mirada y besar sus labios, saboreando el regusto a vainilla que de seguro estaba impregnado en su boca.

Pero, como siempre, sus fantasías se quedaron como utopías.

Después de todo, Albus Dumbledore solo sentía un inmenso cariño paternal por el menor de los Scamander.