MAS VALE QUE LEAN ESTO QUE ES IMPORTANTE! Primeramente muy pocas cosas cambiaran del libro al fanfic, las cosas que cambie que serán porque las considero adecuadas para la relación de Kai y Rei, también para el resto de los personajes, o incluso la historia pero en si la esencia y la trama serán las mismas. Pasare la maravillosa historia de Dan Brown a mi narración, por lo cual espero hacerla menos tediosa de leer omitiendo algunas cosas que no considere de importancia ya que son 557 hojas y no creo que ustedes quieran leerlas ¬¬Uu como sea haré una adaptación que espero sea decente a nuestro amado anime de Beyblade y digna del libro. Bueno creo que es todo lo que tengo que decir.
"..." diálogos
'...' pensamientos
(...) cuando me meta para decir alguna cosa
Ahora los datos del fic:
Titulo: Código DaVinci. Espero que salga bien XS
Genero: AU, Shonen-ai, yaoi, misterio y lo que vaya saliendo según el libro.
Parejas: Kai y Rei seh ya dijimos que cambiare algunas cosas para que salgan así XD
Disclaimer: Ni la idea, ni la trama del fanfic me pertenece, todo ha sido tomado del libro "Código DaVinci" de Dan Brown y por lo tanto los derechos le pertenecen solamente a el, mientras que Beyblade pertenece a Aoki Takao, en dado caso ambas cosas el libro y el anime no tienen nada que ver conmigo, no hago esto con fines de lucro y no me estoy ganando nada, todo es de sus respectivos autores. (Notaron que es la primera renuncia de derechos seria que hago?)
Reparto:
Jacques Saunière: Dickenson Kon (no pregunten ¬¬)
Robert Langdon: Kai Hiwatari
Jérome Collet: Tyson Granger (pongo el nombre en versión yanqui para más comodidad XD)
Silas: Bryan Kuznetzov
.: PROLOGO :.
Museo del Louvre, París.
10:46 p.m.
Dickenson Kon, renombrado conservador avanzaba tambaleándose bajo la bóveda del gran museo. Tomo la primera cosa que tuvo a la mano, un Caravaggio. Aferrándose de la tela aquel hombre de sesenta y seis años tiro de la obra de arte hasta que al fin la desprendió y cayó ya sin fuerzas, con el lienzo sobre si.
Escucho el chasquido de una puerta metálica que automáticamente cerraba la sala, y pudo escuchar claramente el disparo de un arma de fuego.
Aun sobre el suelo y dándose la vuelta con algo de desespero, busco alguna parte donde esconderse en aquella amplia sala.
"No se mueva" -dijo una voz cerca de el-.
El conservador volvió despacio la cabeza, a cinco metros de donde estaba y del otro lado de la reja la imponente figura del atacante le miraba. Era alto, de una piel muy pálida, cabello lavanda (chales, ya con eso sabemos quien es ¬¬Uu) sus ojos eran de un lila aparentemente muy similar al de sus cabellos (¬¬Uu). El pelilavanda saco una pistola de entre sus ropajes y le apunto con ella.
"No debió salir corriendo" -el acento que usaba no era fácil de reconocer" -"Díganme donde esta".
"Ya se lo he dicho" -dijo de rodillas Dickenson indefenso- "¡No se de que me esta hablando!".
"Miente" -el ojilavanda lo miro severamente- "Usted y sus hermanos tienen algo que no les pertenece".
Con miedo Dickenson se alarmo, sin saber como era que aquel sujeto sabía eso.
"Y esta noche volverá hacia donde debe de estar, dígame y le dejare vivir" -y apunto con el arma a la cabeza del anciano- "¿O acaso prefiere morir por un secreto".
Al ver que no reaccionada el ojilavanda preparo el arma, ante lo cual el conservador se cubrió con las manos.
"¡Espere!" -grito con temor- "Le diré lo que quiere saber".
Y entonces Dickenson escogió con mucho cuidado sus palabras, diciendo una mentira ya aprendida y que rezaba jamar tener que utilizar como en ese momento, al terminar de hablar su atacante sonrió ampliamente.
"Si, eso me dijeron los otros".
"¿Los otros?" -Dickenson se alarmo-.
"También los encontré y me han dicho lo mismo que usted" -dijo el pelilavanda con desprecio".
Dickenson tembló, su identidad verdadera así como la de los otros tres sénéchaux era casi igualmente sagrada como el secreto que guardaban, y ahora se daba cuenta que sus senescales haciendo lo ya previsto le habían contado lo mismo a su atacante antes de su muerte, era parte del protocolo.
"Y ahora que usted ya no este yo seré el único que conozca la verdad" -el ojilavanda le apunto con el arma nuevamente-.
El miedo invadió a Dickenson, si el moría entonces la verdad se perdería. Un disparo se dejo escuchar y el conservador sintió el agudo dolor de la bala atravesarle el estomago, se volteo con todo el dolor del mundo sobre si para ver a su atacante, quien ahora le apuntaba a la cabeza. Sin embargo solo se escucho el chasquido de un cargador vació.
"El dolor es bueno señor" -dijo el asesino antes de marcharse-.
Una vez estando solo Dickenson analizo la situación, todo estaba perdido pues para cuando lo encontrasen ya estaría muerto. Pero no tenia miedo a morir, tenía miedo a que la verdad se perdiese.
'Debo transmitir el secreto' -pensó arrastrándose aun con su dolor-.
Luchando por incorporarse pensó en sus hermanos que habían muerto y en el secreto que había pasado de generación en generación sin romperse la cadena. Pero a pesar de todo lo que habían hecho para conservarlo, Dickenson Kon era el único que sabía la verdad y estaba punto de morir.
Asombrosamente y temblando logro ponerse de pie.
Aguantando el dolor utilizo todas las fuerzas que le quedaban para comenzar con la tarea que de ante mano sabia que le llevaría todos los segundos que le quedaban de vida.
.: UNO :.
Kai Hiwatari apenas despertaba. En la oscuridad el repiqueteo del teléfono le había incomodado, estiro la mano buscando una lámpara de noche y en cuanto la encontró la encendió. Confundió por la elegancia exquisita del lugar se pregunto en donde se encontraba pues debido al cansancio aun no se ubicaba, mas ignorando aquello descolgó el teléfono.
"Diga" -hablo, con un usual tono de voz frió muy característico en el-.
"¿Monsieur Hiwatari? Lamento la molestia pero aquí alguien quiere verle, dice que es muy importante" -dijo la voz al otro lado de la línea-.
Desconcertado, Kai fijo su vista en una tarjeta arrugada que había sobre la mesilla de noche.
Universidad Americana de París
se complace en presentar
la conferencia de Kai Hiwatari
Profesor de Simbología Religiosa
de la universidad de Harvard.
El ojirojo gruño molesto, pues seguramente aquella conferencia había levantado quejas entre el publico mas conservador y quizás algún académico religioso le había seguido para hablar con el.
"Estoy muy cansado" -corto el, olvidándose de la cortesía-.
"Pero..."-el encargado hizo una pausa- "Su invitado es un hombre muy importante".
A Kai ya no le quedaban dudas, sus exposiciones sobre simbología y pinturas habían despertado interés incluso en el mismo Vaticano, y desde entonces muchos historiadores llamaban a su puerta siempre buscando lo mismo y no dándole tiempo al descanso.
"Si puede ser tan amable" -Kai intento no perder los estribos- "Anote el nombre, el teléfono de la persona que me busca y dígale que intentare contactarme después" -su colgó, sin darle tiempo al recepcionista de protestar-.
Sentándose en la cama el hombre suspiro, volteando y mirándose en un espejo que tenia frente a si. Vio sus azulados cabellos revueltos, sus ojos rubíes cansados, y completamente agotado. Pensó con algo de sarcasmo en que le hacían falta unas buenas vacaciones.
Todo el cansancio que había acumulado en el año parecía reflejarse en si mismo ahora. Recordó vagamente como el mes anterior los del Boston Mangazine lo habían incluido en uno de sus números en la lista de las diez personas más fascinantes de la ciudad. Y es que a sus veinticinco años ya era toda una cátedra en sus estudios, e incluso para su joven edad un maestro bastante reconoció casi a nivel mundial (déjenme, ocupo cambiar la edad XD no querrán a Kai haciéndola de un señor cuarentón).
El sonido del teléfono rompió los recuerdos bochornosos que una mujer le había hecho pasar en una de sus conferencias especialmente por el hecho de su edad y su atractivo. Gruñendo molesto más que de costumbre tomo el teléfono de mala gana.
"¿Qué pasa?" -dijo el de lo más seco-.
"Lamento molestarlo de nuevo señor Hiwatari, pero le llamo para informarle que la visita ya va en camino hacia su habitación" -explico el recepcionista al otro lado de la línea-.
Ahora si Kai estaba despierto... y molesto.
"¿Dejo subir a alguien sin mi permiso?" -gruño-.
"Disculpe monsieur... pero es que este señor...no me vi en la autoridad para impedírselo" -se excuso el hombre al otro lado de la línea-.
"¿Y quien demonios se supone que es?" -mas el recepcionista colgó, dejándolo con la bocina en la mano-.
Ka no tuvo tiempo de enfadarse mas, pues casi al instante tocaron a la puerta de su habitación. Aun molesto por la situación se puso de pie llegando hasta la puerta de madera.
"¿Quién es?" -pregunto toscamente el-.
"¿Señor Hiwatari?" -pregunto la voz del otro lado de la puerta- "Necesito hablar con usted, soy el teniente Tyson Granger de la Dirección Central de la Policía Judicial" -explico-.
Kai guardo silencio pensando. ¿Policía Judicial? La DCPJ era más o menos la equivalencia de la FBI estadounidense. Aun desconfiando y sin quitar la cadena de seguridad Hiwatari abrió la puerta, mirando al tipo del otro lado que lucia un color azul muy oscuro, y unos profundos ojos marrones. Lucia un uniforme lo que le daba el aspecto de un oficial.
"¿Puedo entrar?" -pregunto el ojimarrón-.
"¿Qué sucede?" -dijo Kai con natural desconfianza-.
"Mi superior necesita de sus conocimientos para un asunto confidencial" -explico Tyson-.
"¿Ahora? Por si no lo ha notado son mas de las doce" -reprocho el ruso (ejem, Kai sigue siendo ruso XD)-.
"¿Es cierto que tenia que reunirse con el conservador Dickenson Kon esta noche?" -pregunto sin más el peliazul-.
Cierto, ahora que lo recordaba el prestigiado conservador Dickenson Kon le habían pedido que se reuniesen, mas jamás se presento.
"¿Cómo lo sabe?" -afilo sus rojizas orbes en el otro-.
"Encontramos su nombre en su agenda" -respondió Tyson-.
"¿Le paso algo malo?" -Kai frunció el seño-.
Tyson suspiro y le alargo una foto por el resquicio de la puerta. Kai la tomo, y en cuanto la miro se quedo como piedra.
"Esta foto a sido tomada hace menos de una hora, en el museo de Louvre" -explico el agente-.
Kai aun siguió con su mirada en aquella imagen, pasando por la sorpresa, después por la repulsión y al último por la indignación.
"¿Quién fue el que le hizo esto?" -pregunto al instante, con seriedad de hielo-.
"Nuestra esperanza es que usted nos ayude a dar con esa respuesta, contando con sus bastos conocimientos de simbología" -dijo Tyson, aun conservando la actitud seria con la que había llegado-.
Kai volvió a fijarse en la fotografía. La imagen del cadáver le había hecho tener una sensación de deja vu, pues había recibido una fotografía similar hacia un año y todo había acabado cuando casi veinticuatro horas después casi muere en el Vaticano. Impaciente, Tyson consulto al reloj que traía en la muñeca.
"Mi capitán espera señor" -apresuro Granger mas aparentemente el bicolor no le escuchaba-.
"Este símbolo de aquí, y el cuerpo en esta extraña..." -murmuraba para si mismo Hiwatari-.
"¿Posición?" -completo el peliazul a lo que el otro asintió-.
"No puedo hacerme una idea de quien pudo hacer algo así" -dijo finalmente-.
"Creo que no entiende señor Hiwatari, lo que usted ve en esa fotografía..." -se detuvo a lo que iba a decir para después continuar- "Monsieur Dickenson se lo hizo a si mismo".
.: DOS :.
A dos kilómetros de ahí, Bryan cruzo la reja de la imponente residencia en la Rue de La Bruyere. El cilicio que llevaba atado al muslo se le hundía en la carne causando demasiado dolor, pero su alma no le preocupaba pues todo lo hacia al servicio del Señor (XP).
'El dolor es bueno' -pensó para si como un vago consuelo-.
Entro en la residencia, cruzo pasillos y subió escaleras llegando por fin a su habitación, tenia suelos de madera, una cómoda de pino y una cama. Solo tenia una semana en ese lugar, pero en Nueva York contaba con un refugio similar desde hacia años.
'El Señor es bueno me ha dado un techo y un sentido a mi vida' -pensó nuevamente (no se fijen, así tiene que ir el personaje ¬¬Uu)-.
Sin esperar demasiado se acerco a la cómoda, buscando en el último cajón el teléfono móvil, cuando lo encontró lo tomo y marco un numero.
"¿Diga?" -respondió una voz masculina al otro lado de la línea-.
"Maestro, he vuelto" -hablo Bryan-.
"Pues hable" -pidió su interlocutor-.
"Los cuatro han perecido, los tres senescales y también el Gran Maestre" -informo-.
"En ese caso supongo que esta con usted la información" -aseguro aunque un poco desconfiado-.
"Los cuatro coincidieron de manera independiente" -dijo el pelilavanda-.
"¿Y usted les creyó?".
"Su acuerdo era tan total que dudo mucho que se tratase de una casualidad".
"Menos mal" -suspiro el hombre al otro lado de la línea- "Tenia miedo que su fama de secretismo acábese imponiéndose -suspiro mas tranquilo- "Y bien discípulo, dígame lo que quiero saber" -pidió-.
"Los cuatro confirmaron la existencia de la clef de voute (la legendaria clave de la bóveda)".
"La clave, tal como lo esperábamos" -dijo emocionado su Maestro al otro lado de la línea-.
Según la tradición la hermandad había creado un mapa de piedra: Una Clef de Voute o clave de la bóveda. Una tablilla en que se encontraba gradaba la localización del secreto mas grande de la hermandad, que su custodia por ser una información tan trascendental justificaba por si sola la existencia de aquella importante organización.
"Cuando la clave sea nuestra ya solo estaremos a un paso" -explico el Maestro-.
"Estamos cerca, ya que la clave esta en París" -explico el ojilavanda-.
Después, Bryan explico como aquellas cuatro personas intentando salvar sus vidas vacías de Dios revelaron desesperadamente el secreto, las cuatro le contaron el lugar de la localización de la clave oculta ingeniosamente en una antigua iglesia parisina: Saint-Sulpice.
"¡En una casa de Dios" -exclamo el Maestro- "¡Como se burlan de nosotros!" -guardo silencio por unos instantes asimilando el triunfo que habían logrado- "Le ha hecho un gran servicio al señor, ahora debe traerme la piedra esta noche, estoy seguro de que comprende todo lo que esta en juego" -hablo con seriedad-.
"Es que la iglesia es una fortaleza y mas de noche ¿Cómo se supone que entre?" -replico un poco, a pesar de que sabia de la sublime importancia del asunto-.
El Maestro le explico con seguridad como iría el asunto de ahora en adelante, pues no por nada era un gran hombre influyente. Cuando Bryan colgó era presa de una impaciencia enorme. El Maestro le había dado una hora, tiempo que considero suficiente para hacer la penitencia necesaria por sus pecados antes de entrar a la casa de Dios. Mas estaba seguro que seria perdonado pues había sido en contra de los enemigos de Dios y hacia siglos que se perpetraban esos actos por una causa justa.
Sin mas recurrió a la vieja practica de castigo físico que los seguidores de el "Camino" llevaban a cabo arcaicamente, pues todos aquellos seguidores llevaban consigo una correa de piel llena de púas metálicas que se clavaban en la carne como un recordatorio del sufrimiento de Cristo. Hacia ya mas de dos horas que llevaba puesto el cilicio mismas que eran el tiempo mínimo para portarlo, pero sabia que aquel día era un día especial. Agarro la hebilla y apretó mas provocando sin duda un terrible dolor que sin embargo se suponía traía consigo la limpieza del espíritu.
"El dolor es bueno" había susurrado Bryan repitiendo el mantra sagrado del Padre Josemaría Escrivá. Aunque había muerto en 1975 su sabiduría había sobrevivido. Y las mismas palabras las susurraban miles de devotos que en todo el mundo que se arrodillaban y se entregaban a la práctica de limpieza conocida como "Mortificación corporal".
El pelilavanda siguió con esas prácticas de "purificación espiritual" sin importar el dolor que su cuerpo recibía, ni tampoco la sangre que corría.
Continuara...
CcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcCcC
¿Y ahora que bicho me ha picado con esto? Pues miren la idea me ataco ayer, cuando distraídamente escuchaba música y pensaba que escribir para los nuevos capítulos de mis fanfics, cuando repare en mi pequeña colección de libros donde los gruesos de Dan Brown sobresalen, cuando me fije en el titulo del Código DaVinci una idea me llego a la mente, ya saben lo clásico de un fanfic pero la deseche pues es una tontería, mas no pude olvidarme de ella, ya saben es de esas típicas ideas que te están atormentando sin dejarte hacer nada mas. Y la verdad ya me había cansado de intentar escribir otras cosas y pensar en esa boba idea, así que mandando todo al demonio decidí llevar a cabo la dichosa idea. La narración es muy similar al libro, y los diálogos son casi exactos, lo único que trato de hacer es una adaptación mas corta por lo cual no me puedo llevar el crédito de nada porque son palabras ya escritas antes. Fíjense todo lo que escribí lo resumí de 26 hojas, todo un reto XD Como sea considero que esta historia nadie la leerá, sin embargo como se me ha metido neciamente a la cabeza tengo que hacer este fanfic X3 weno ya me voy que tengo otras cosas que escribir, al menos ya estoy mas tranquila y ahora si esta será mi ultima locura, pues ya tengo bastante fanfics largos en proceso así que hasta que no acabe no publicare mas historias largas. Si alguien lee esto nos vemos en el próximo capitulo.
Atte. Celen Marinaiden. "En este mundo solo existen victimas y victimarios... yo pertenezco al segundo grupo..."
