Capítulo 1: Intrusión
Era de día, pero una ciudad distinta. Aquella ciudad era Akihabara, en Japón. Un joven de unos 19 años de edad se encontraba en un callejón portando una pistola de calibre 9mm en su mano izquierda. Cerca del mismo joven se encontraba otro, pero muerto por un balazo en la cabeza. La gente del lugar se había concentrado en la salida de ese callejón pero se habían ido todos por ver al asesino. Cuando se habían ido todos, apareció una camioneta de color negro y de ahí salieron 2 hombres vestidos de negro. Uno de ellos portaba en su mano derecha una pistola Taser; este hombre apunta al asesino y dispara. El joven se percata de que aparecieron estos hombres y se dispone a dispararlos pero sintió que se clavaban 2 agujas en el torso a la altura de los pectorales y cerca de la entrepierna, respectivamente. Apenas las agujas del Taser tocaron el cuerpo del joven, una descarga eléctrica recorre su cuerpo dejándolo paralizado. Debido a eso quedo desmayado y los 2 hombres lo toman de los brazos y despojándolo de su arma.
Varias horas después, el mismo despierta dentro de un bombardero estratégico B-52 Stratofortress con "rumbo desconocido". Se desespera y otro hombre aparece enfrente de el pero vestido como un general en medio del campo de batalla. "V-Vater…" Se escucha de la boca de aquel joven asesino y en su cara aparecía un semblante de miedo. El padre del joven que justamente es el militar mira fijamente a los ojos del hijo y pronuncia en su alemán natal "En este momento nos estamos dirigiendo a París, Francia. Te convertiste a fuerza tuya en militar bajo mi mando y tu primera misión será tomar el control del Proyecto Cartago, de propiedad francesa y eliminar a las personas involucradas… Je, en esto último sos experto… Se te dará el arsenal necesario para cumplir esta misión. No cometas errores si no quieres volver a sufrir las consecuencias." Cuando termino de pronunciar esas palabras, el padre se va a la cabina de conducción y el joven sonríe cerrando los ojos pero sabiendo que no tendría escapatoria alguna. Después de la charla, el bombardero entraba en espacio aéreo francés.
Pasaron 3 días de aquel suceso. Los lyokowarriors estaban extasiados de mala manera porque minutos antes, Jeremie recibe la mala noticia de que un joven va a empezar a vivir en su habitación.
–¡No me puede pasar esto! –expresó Jeremie–. ¡Justo cuando empiezo a descifrar todo me tiene que llegar esto!
–Cálmate Einstein, seguro podemos distraerlo así podés trabajar –dijo Odd para calmarlo. –Solamente me pregunto quien será porque habiendo habitaciones libres y justo elige compartir con el… –se pregunta William pero un estruendo lo hace callar.
Un convoy de 5 VBL llega al predio de la academia y entra. Éstos estacionan enfrente del edificio administrativo (Donde estaban los chicos). Al ver esto, los chicos quedaron horrorizados por el solo hecho de que militares franceses entraron al lugar y se estacionan enfrente. Del VBL del medio sale el mismo joven asesino de Akihabara y acompañándolo, un cabo del Ejército de tierra Francés con una lista. El asesino iba vestido con unos borceguíes militares negros y muy lustrados, un pantalón camuflado y extrañamente en el torso, un sobretodo de corte gótico pero que deja entrever que tapa un correaje para pistoleras. Sus rasgos eran muy atractivos, como típico alemán pero tenía el pelo teñido de negro y lentes de contacto negras para no ser fácilmente identificado. El cabo se encontraba molestando al asesino por la decisión de estacionar en ese lugar, que podría ser contraproducente para el Ejército de tierra Francés y además arruinar la misión actual pero el cabo resulta aturdido por un golpe en la mandíbula provocado por el joven. Instantáneamente se acerca y le dice algo al oído que los chicos no pueden escuchar. Como si fuera un robot, al instante se para y empieza a dirigir a los soldados rasos que se encuentran dentro del resto de los VBL. Empiezan a sacar un par de armarios y varias cajas y lo llevan al medio del patio. En ese preciso instante aparece Delmas enojado y empieza a gritar a los militares
–¿¡Que diablos están haciendo!? ¿¡No ven que esto es una academia estudiantil en vez de una base militar!? –Inmediatamente se acerca el misterioso alemán al director y con un tono calmado pero serio le dice algo y le muestra una placa identificatoria. Los chicos miran con mucha atención todo esto y en sus mentes piensan:
Yumi: –¿Será alguien relacionado con los hombres que perseguían al padre de Aelita?
Ulrich: –Me da muy mala espina este tipo…
William: –¿Qué es todo esto? ¿Qué harán acá?
Odd: –Tengo hambre… Seguro se viene algo malo
Jeremie: –¡No puede ser! ¿Estarán buscando Lyoko? Esto está mal, ¡Muy mal!
Aelita: –¿Me estarán buscando? –Mientras mira horrorizada– No puede ser que esté pasando esto…
Al instante el director Delmas empieza a reír nervioso y mientras se dirige a los chicos, secundado por el alemán, a este mismo le da sus más sinceras disculpas por el malentendido. Ambos llegan al grupo y el director se apresura a presentarlo.
–Chicos, el es… –duda un momento.
–Nikolaus Von Goeth, pero prefiero que me digan Klaus. Un gusto. –Continúa lo que decía Delmas, con una sonrisa mientras estira su brazo derecho en señal de saludo.
–Odd Della Robbia –se adelanta y toma la mano–. El gusto es también mío.
–William Dunbar –toma la mano de Klaus y sonríe–. Bienvenido.
Klaus voltea para ver a Yumi y se le escapa en alemán:
–Oh, ¡eine schöne japanische! Erlauben sie mir mich vorzustellen richtig (Oh, ¡una bella japonesa! Permítanme presentarme apropiadamente). Acto seguido, se arrodilla ante ella, le toma una mano y se la besa, para sorpresa de todos. Ni lerdo ni perezoso, Ulrich quiere acercarse violentamente para separar a Klaus de Yumi pero con una rapidez casi inhumana, Klaus toma la pierna derecha de Ulrich, da un paso hacia atrás, de repente gira sobre si mismo y estampa contra el piso al guerrero. Aprovechando la confusión, el asesino realiza una especie de llave con sus piernas y aprovechando su peso, hace fuerza hacia abajo mientras toma su cuello con su brazo derecho en claro estrangulamiento. Para finalizar, baja el cierre de su sobretodo, toma una pistola Glock 24 y se lo apoya en la sien.
–¿Cómo te llamas? –pregunta Klaus, haciendo que solo Ulrich escuche.
–U-Ulrich Stern… N-No me mates… –Le suplica con una voz casi ahogada.
–Ja, alemán y judío. Para tu información, soy nacionalsocialista o mejor dicho, nazi. Podrás cruzarte en mi camino pero jamás te entrometas porque no vas a sobrevivir mucho tiempo. ¿Entendido? Dime quiénes son los que no se presentaron –Le replica con una voz siniestra.
–Y-Yumi Ishiyama… Aelita S-Stones… L-Laura Gau… Thier… Y… Je…Jeremie Belpoir… No me mates… Por favor… –De vuelta le suplica, ya casi ahogado.
Apenas Klaus escucha el nombre de Jeremie, sonríe de oreja a oreja y suelta el cuello de un Ulrich a punto de estar inconsciente. Al instante guarda su arma, se sube el cierre y se para, soltando las piernas ajenas. De vuelta gira sobre si mismo y con una sonrisa falsa, comunica:
–Je, disculpen a todos por el exabrupto… Suelo reaccionar mal a cosas que considero agresivas y bueno, pido disculpas. Sin más que decir, me retiro… Ishiyama, Gauthier, Belpoir, los veré pronto… –Se acerca a Belpoir y al oído le dice– Y a vos te veré mas pronto, je je.
Se va hacia los militares que miraron la secuencia con desgano, como si ya hubieran visto situaciones parecidas en otros lados.
Pasaron 3 horas de aquel incidente, los chicos se encontraban en la enfermería debatiendo sobre quien era aquel joven que vino con militares pero Ulrich se encontraba con una preocupación extra. ¿Acaso iba a sufrir casi lo mismo que sufrieron los judíos en la Segunda Guerra Mundial? ¿Podría ir a la habitación de Jeremie pero sabiendo que podría estar Klaus? Trató de olvidarse de eso y siguió con la charla. Laura se encontraba dirigiéndose a la enfermería pero un sonido metálico la detuvo y la dejó paralizada del miedo. Atrás de ella estaba Klaus apuntándola con una pistola USP P8 del Heer alemán.
–Llévame a donde esté la supercomputadora. O mejor dicho, el proyecto Cártago –Impone con un tono siniestro.
–N-¡No lo voy a hacer! ¿Quién te crees que sos? –También se impone Laura.
–Simple, teniente de la Bundeswehr con autorización para ejercer mi mando en este país y descendiente de nazis de la Segunda Guerra Mundial.
–¿Y a mi que me interesa que seas nazi y que seas de esa fuerza? –Se impone aun más Laura.
–Te tiene que importar mas porque si quiero te mato en este preciso momento. No soy un soldado mas, soy un asesino y espía. Me molestás y te mato. Por eso Ulrich Stern es una de las personas que figuran en mi lista de asesinatos. –Con un tono muy frío amenaza Klaus.
Laura, al escuchar eso, le invade un terror en su cuerpo y un dilema en su cabeza. ¿Ayudar al asesino y traicionar a Jeremie o negarse y morir?
–Ok… Sígueme. –Empieza a caminar hacia el bosque, dándole la espalda.
–Buena decisión, serás recompensada al final de mi misión. –Al decir eso, una sonrisa de oreja a oreja se le nota.
Sabía que la iba a matar cuando obtenga la supercomputadora, así como también iba a matar a los guerreros.
Después de varios minutos llegan a la fábrica. Toman el ascensor y llegan a la sala de comando. La alegría de Klaus se hace notoria. Había encontrado el Proyecto en menos de una semana, su padre se iba a sentir orgulloso y anonadado y tendría un puesto en su fuerza privada. De repente, Laura se aleja del joven y quiere acercarse al puesto de comando. Está a punto de tocar el teclado cuando un ruido metálico y un disparo la detiene súbitamente. Klaus había bajado el percutor de su P8 y había disparado hacia Laura pero errando a propósito.
–Aléjate de eso, conozco parte de su funcionamiento. Seguro ibas a activar una vuelta al pasado así cuando te hubiera visto cerca de la enfermería no hubieras estado. –Le ordena con una voz neutra y la mirada fija en su mira.
Sin decir una palabra, Laura se aleja del comando, dirigiéndose hacia el ascensor. Klaus iba apuntándola mientras se alejaba para después sentarse en la silla y activar la interfaz. Por último, toma su celular que estaba en un bolsillo de su sobretodo, teclea unos números y llama a alguien.
–Hola, prosigo en alemán. Estoy en el objetivo, ¿Qué hago? ¿Eh? ¿Entrar dentro? ¡Pero si tiene uranio! Ah… ¿Sabe los comandos? ¡¿CÓMO?! ¡NO VOY A UTILIZAR A MI REHÉN PARA QUE ME META DENTRO! Bueno… Lo haré. Heil Hitler.
Corta la llamada y apenas guarda su celular, golpea el apoyabrazos. Se baja, voltea hacia Laura y se acerca hacia ella.
–Señorita, le ordeno amablemente que me introduzca en el supuesto mundo virtual que se encuentra dentro. Si coopera, le perdono la vida y la de alguien más. –Le pide con una sonrisa verdadera.
Laura, al ver al asesino sonriendo, se queda tonta porque veía a un joven hermoso y sin decir una sola palabra, se dirige al puesto de comando para iniciar el escaneo y virtualización.
–Por favor, ve al ascensor y baja al piso de abajo. Estoy iniciando los procedimientos para que vayas.
Sin decir una palabra, Klaus toma el ascensor y se dirige a los scanners.
Notas del autor
Este fic había nacido cuando recién estaba lanzándose la 3º temporada en Jetix y yo siendo "buena persona". Desde que hice varias cosas y mi mente estaba cambiando, hice que el nuevo personaje (Antes se llamaba Nicholas Stern y el siendo un chico normal, para después pasar a un soldado vestido de civil pero que protegía la supercomputadora) cambiara como yo. Ahora que me estoy basando en el principio de CL: Evolution, se me hace mas fácil mostrar a Nikolaus von Goeth como asesino y llevar propios pensamientos míos hacia el personaje.
Otro detalle para destacar en esta saga va a ser la precisión sobre la física y vehículos militares o armas. Por ejemplo, la distancia de Japón a Francia son de 9000 km y un jet comercial no llega. Usar un avión comercial para llevar a los pilotos y a Nikolaus nada mas me parece inútil así que hice corta y puse el B-52 Stratofortress por su alcance y por el poco personal que lleva. También los VBL que entran a la academia, es uno de los vehículos que usa el ejército Francés.
Nikolaus es básicamente un joven que siempre estuvo metido en el mal ambiente desde chico porque su padre no le daba atención. Desde los 11 asesina personas y nunca le importaron las personas, por ende siempre estuvo solo. El ve al mundo como si fuera un campo de tiro y aprovechando sus permisos militares, se dedica a matar a diestra y siniestra.
Sobre sus gustos, le apasionan las armas y de música le gusta el estilo llamado "Martial" (Triarii es un buen ejemplo) aunque también escucha metal gótico y demás ramificaciones que forman parte de la escena gótica, como Lacrimosa o Sopor Aeternus.
