N/A: Primero que nada, esta historia no es de drabbles, más bien son capítulos cortos (muy). Hace poco me mudé a una residencia en otra ciudad (para estudiar) y por alguna razón la idea de McGonagall escuchando más de lo que cuenta no dejó de darme vueltas en la cabeza. Terminé escribiendo como "notas" en mi celular mientras viajaba por autobús.
Obviamente, la pareja principal es DRARRY. Por favor, si no les gusta, simplemente no lean :)
Voy a ir actualizando diariamente, aunque tal vez no los fines de semana. Desde ya disculpen las tardanzas, o las faltas de ortografía!
Gracias por leer :)

Disclaimer: Los personajes y el universo de Harry Potter son pertenencia de J. , yo solo los utilizo para liberar mi imaginación.

oOoOo

Tercera Persona, Testigo: McGonagall

8vo Año, Hogwarts

Un pasillo cerca de las mazmorras

Minerva McGonagall era una gran hechicera, noble y justa sucesora de Albus Dumbledore. Había ganado su fama con esfuerzo y dedicación a su trabajo, acentuándose aún más cuando debió asumir como la nueva directora del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Todos podían tener apelativos diferentes para la profesora de transformaciones; elegante, estricta, maternal, responsable, sabia, inflexible, poderosa… Era considerada de muchas formas por distintas personas.

Pero Minerva, ya a esta altura de su vida, se consideraba a sí misma de una sola manera; espectadora. Testigo de muchos secretos, aventuras, historias y vidas de los cientos de alumnos que conocía cada año. No porque ella fuese metida, o cotilla, sino que las cosas, de una forma u otra, así se daban. Pero siempre fue una bruja prudente y los susurros en medio del pasillo o las notitas enviadas en clase, jamás salieron de su boca.

Aun estando acostumbrada a todo eso, la conversación que aquella vez escuchó en un pasillo oscuro, cerca de las mazmorras, la sorprendió completamente.

-¿Es en serio?

-Me ayudó en su momento, pero ya no me pertenece…

En otra situación, habría dado media vuelta y se habría marchado, más la identidad de esos dos fue lo que la abstuvo de hacerlo.

Draco Malfoy mostró por primera vez una expresión en su rostro en lo que iba del año, cuando tomó en sus manos con cautela, la varita que Harry Potter le extendía con seriedad. Eran de los muchos alumnos que regresaron un octavo año para completar sus estudios, luego de que el mismo Harry por fin acabara la guerra eliminando a Voldemort.

-Se siente extraño… como volver a montar la escoba después de años sin hacerlo…

Vio a Harry sorprenderse por el comentario que el rubio hacía mientras sostenía la varita entre sus dedos y sonreía melancólicamente. Al ser consciente de lo que decía, Draco desvió la vista y recompuso su máscara de indiferencia. McGonagall hizo una mueca ante eso, curiosa.

-Podrías también volver al Quidditch…-Harry no recibió respuesta, por lo que algo incómodo, decidió terminar el raro encuentro- Es una buena varita, cuida de ella.

McGonagall extrañamente se sintió algo decepcionada al ver a Harry voltearse con intención de irse. Suspiró y decidió también alejarse.

-Gracias

La voz de Draco sonó tan baja y rasposa que Minerva dudó sobre que hubiese sido su imaginación. Lo mismo sucedió a Harry, pero al voltearse y ver a Malfoy allí parado, enfrentándolo con nerviosismo y el orgullo herido plasmado en sus ojos, supo que no lo había imaginado. Draco Malfoy acababa de darle las gracias con mil emociones reflejadas en sus grises orbes a pesar del serio semblante. Tanto Harry como McGonagall, supieron que el rubio no le agradecía sólo por devolverle la varita.

Harry simplemente asintió, sin palabras, tentado a sonreírle, pero se abstuvo de eso. Pareció ser suficiente para Draco, quien se giró en dirección a las mazmorras en silencio y a paso lento.

McGonagall se sonrió orgullosa por sus dos alumnos y también decidió retirarse. Cuando ella desapareció, Harry aun miraba en la dirección por la que Draco se había ido.