Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen, son propiedad de Hiro mashima.
-Ahh que pereza – Decía el hombre tirándose sobre el sofá. Suspira y se sienta frente a su mesa donde ya tenía el café preparado. Da un sorbo antes de coger uno de los papeles que había sobre la mesa. Se escucha la puerta de la casa abrirse y cerrarse - ¿Ya estás de regreso Natsu? – Pregunta el hombre, escuchando unos pasos acercarse.
- Si padre – Natsu deja caer su mochila al suelo.
- Ha llegado una misión muy interesante, pero no tengo ganas de moverme – Confiesa el hombre pasándole a su hijo un papel.
- ¿Qué hay que hacer? – Pregunta sin mirar el papel.
- Tienes que matar a este hombre – Le enseña una foto de un señor viejo – Después salvas a la chica y la llevas de regreso a casa, con su padre – Le resume el contenido de la hoja.
- ¿Solo eso? – Pregunta sorprendido - ¿Qué ha hecho este hombre para que el padre de la chica quiera cargárselo? –
- A cometido el peor error de su vida – Dice sonriendo – Tienes que llegar antes del 6 de mayo, a Crocus – Le señala el calendario – Después de la boda.
- ¿Antes del 6 de mayo? Pero si estamos a cuatro – Se levanta corriendo.
- Ten cuidado- Le despide su padre viéndole salir por la puerta.
El viaje fue largo para el chico, por algún motivo los transportes no le gustaban nada de nada, el día 6 llego a Crocus por la mañana, localizo el hotel al que vendría por la noche y se marchó a comer para pasar el rato. No estaba nervioso por lo que iba a hacer, lo había echo en montones de ocasiones, no pasaría nada nuevo.
-Bien, ya es hora- Mira su reloj y se marcha en busca de su objetivo.
La noche había caído sobre Crocus. Lucy se quitaba ese horrible vestido de novia, que acababa de utilizar, su actual marido la estaba esperando en la cama y ella estaba haciendo tiempo para no salir y verle, era un buen hombre, pero no era un hombre para ella. Suspira y decide salir y afrontar su destino. Al salir se encuentra una escena muy conocida para ella, un chico apuntando una pistola a la cabeza de su esposo que no reaccionaba ya que estaba dormido, pero esta vez no iba a permitir que eso volviese a ocurrir.
-No lo hagas – Grita ella poniéndose entre la pistola y su marido.
- Vaya vaya – Dice el hombre mirándola de arriba abajo, baja la pistola previniendo que pudiese pasar algún accidente - ¿Tu eres su mujer? – Pregunta mirando al anciano que hay tras ella.
- Te manda mi padre ¿verdad? – Pregunta ella sin moverse de delante de su esposo.
- Haber bonita, muévete, tengo que trabajar – Dice el queriendo parecer amable, pero ella le miraba con odio.
- No te dejare que le mates –Dice firme y sin vacilar.
- ¿Por qué le defiendes? – Pregunta el riéndose - Es un matrimonio de conveniencia ¿No? Ni siquiera le amas, le mato y te ahorro el mal trago de tener que tirártelo.
- Me da igual si es un matrimonio de conveniencia, estoy harta de verles morir, por mucho que les odie – Dice ella a punto de llorar al recordar las muertes que había presenciado antes. – No quiero ver morir a nadie más – Se pone firme e intenta evitar que sus lágrimas caigan para no parecer débil frente a él.
- Nunca antes he fallado un trabajo asique… - Dice el comenzando a estresarse- O te mueves o te mato – Le da las dos opciones poniendo su pistola en la frente de la chica.
- Mátame entonces- La chica le mira decidida y él se sorprende ante su respuesta.
- Como quieras – Le dice, y ella cierra sus ojos esperando a que el sonido de la pistola se escuchase, pero ese sonido no llega, todo lo contrario, nota la mano del hombre coger la suya, la sube delicadamente por su brazo hasta llegar a su cuello. Lucy sorprendida abre los ojos, él la empuja contra su pecho y pasa su brazo izquierdo alrededor del su cuello– Nunca he fallado un trabajo – Repite en voz baja junto a su odio.- Asique concederé a medias tu deseo - pone su mano sobre los ojos de la chica, con la mano que le queda libre alza su pistola y dispara a la cabeza del hombre, manchándoles a ellos y a gran parte de la habitación de sangre – Cierra los ojos – Le pide el en el mismo momento que retira la mano de la cara de la chica – Sera mejor que no dejemos tus huellas – La toma en peso y ella no se resiste ¿Cuántas veces había pasado ya por esto? Natsu se acerca a la venta y sale junto ella del mismo modo que había entrado.
