Hola a todos! Les traigo una pequeña historia caprichosa que se instalo en mi cabeza tras leer cierto libro de Scamander.
Aclaración.
Es un AU. No todo va a ser igual.
Esa historia está basada en el MUNDO de Harry Potter. Personajes y tales de la saga tendrán un papel no protagonico.
Altere unas cositas de dicho mundo para que las cosas fueran algo mas fáciles de escribir, como porque rayos un chico americano termino en Hogwarts.
Esta historia es de magia con miembros de la familia Loud, por ende SON los protagonistas.
Harry Potter es, ante todo de JK Rowling. The Loud House es de Chris Savino y de Nickelodeon.
ADORO LOS ANIMALES MAGICOS!
Disfruten.
Prologo.
Hace tres años.
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- ¡Vamos Linc! - festejo una pequeña niña saltando de arriba para abajo. Llevaba una camisa azul y pantalones cortos del mismo color, así como su corto cabello rubio amarrado en dos coletas. Una enorme sonrisa estaba plasmada en su infantil rostro de tres años.
-Espera Lana… - se quejó el chico de ocho con diversión. - Eres muy rápida… - comento mientras se quitaba un poco de sudor de la frente, que estaba adornada por un curioso cabello blanco. El chico además tenía pecas y llevaba una camisa naranja parecida a la de la niña, con los pantalones cortos azules y sus zapatillas. Y una mochila en la espalda. – Debo admitirlo, el senderismo no está nada mal.
- ¿A que sí? ¿A que sí? - festejo Lana contenta antes de volver a correr alrededor como si fuera un avión. - ¡Quiero ver un oso! ¡Y un tigre! ¡Y un puma!
-No hay tigres por esta área. - señalo su hermano antes de mirarla con picardía. - Pero aquí hay uno que te va a comer. ¡Grar! - Lana grito y echo a correr divertida, su hermano haciéndole carrera detrás. Pronto Lincoln la alcanzo y comenzó a fingir que se la comía, haciéndola reír a todo pulmón. Cuando dejaron el juego el niño cargo a su hermana en sus hombros, caminando por los dos mientras ella disfrutaba el paisaje. - Me agrada que nos hayas traído a este campamento de hermanos Lana.
-A mí también Linc. -rio Lana divertida mientras miraba hacia abajo para verle. - Linc… ¿Después del paseo podemos hacer de nuevo lo de construir? Fue muy divertido.
-Ya no hay más de esos por hoy. -le recordó su hermano bajándole un poco el ánimo. L notarlo se apresuró a añadir. -Pero mañana podríamos hacerlo. ¿Qué opinas?
- ¡Ok.! - se alegró la niña de repente, comenzando a tararear una canción sin sentido ni ritmo. Lincoln lo soporto un rato antes de que sus oídos protestasen demasiado.
- ¿Oye Lana? - la mencionada lo miro. - ¿Por que me invitaste a venir? - Lana lo miro sin entender. -Podrías haberle pedido a Lori, a Leni, a Luna, a Luan, a Lynn, a Lucy, y a Lola que te acompañasen, pero me lo pediste a mí. ¿Por que?
-Porque eres más divertido. - señalo lo obvio con orgullo. - Lori es una mandona, Leni no le gusta el lodo, Luna es muy ruidosa, Luan no es divertida, Lynn es mala, Lucy da miedo y…- ante eso se desanimó mucho. - Lola no quería.
-Pensé que le gustaría. - acepto Lincoln extrañado. -A ella le gustan los campamentos.
-Yo también lo pensé… - refuto Lana antes de quejarse. - Pero Desde que mamá la metió a esa cosa de princesas ya no quiere jugar conmigo. Dice que soy muy inso…insfto…in… No sé, pero no quiere jugar conmigo. - Lana ahogo un sollozo. - Creo que me odia…
-Ella no te odia. Son gemelas. - le comento Lincoln con seriedad, pero no sirvió de mucho. Cuando paso un minuto y seguía así, una idea llego a la mente del chico. - Oye Lana, ¿y si hago la cosa de colores?
- ¿Lo de ayer? - pregunto de repente emocionada. Su hermano asintió. - ¡Sí! ¡Sí! ¡Amarillo! ¡Amarillo!
-Ya, ya. Pero recuerda que no debes decirle a nadie, ni siquiera a papá y mamá. ¿Entendido? - Lana asintió vehementemente. Lincoln sonrió ante su entusiasmo y miro alrededor. Tras asegurarse que no había nadie cerca, cerro los ojos y se concentró, no abriéndolos de nuevo hasta que Lana rio y comenzó a jugar con su ahora rubio cabello. - ¿Que tal?
- ¡Genial! ¡Ahora azul! - pido Lana mirando el cambio, lento, pero cambio. La niña rio divertida cuando su hermano hizo un gesto de ser genial. - Lo puedes hacer verde?
- ¿Por qué verde? Parecería una planta. - se quejó Lincoln mirándola, recibiendo ojitos de perrito en respuesta. - Esta bien, pero después ya. - volvió a cerrar los ojos y su cabello cambia a un tono verde brillante. Lana rio abiertamente.
-Pareces un moco. - comento divertida en lo que el cabello de su hermano volvía al blanco natural, mientras que este solo miraba al frente con fastidio, pensando en lo que hacía para alegrar a sus hermanas… Cuando Lana se calmó ya iban a mitad de camino. – Lincoln… ¿Crees que yo también pueda hacer eso?
-No lo sé. - acepto su hermano con calma antes de mirar alrededor con duda. Lana no lo noto, por lo que siguió preguntando.
- ¿Porque no le dices a nadie más? ¡Es genial! - aseguro Lana alzando los brazos.
-Porque me van a decir raro. - acepto Lincoln deteniéndose un segundo. - Oye Lana… ¿no crees que hace mucho silencio?
- ¿En serio? - La niña cerro los ojos y escucho atentamente. - Pues sí… Espera. - Lana abrió los ojos y miro alrededor, notando cierta cosa curiosa. - ¿Qué es eso?
- ¿El qué? - su hermana acomodo su cabeza en el Angulo adecuado y tras unos segundos mirando lo pudo ver. Lincoln se asustó un poco. -Tal vez deberíamos volver…
- ¿Bromeas? ¡Es una aventura! - Lana se bajó sin reparos de su asiento en los hombros del chico, casi tirando a Lincoln en el proceso, antes de salir corriendo hacia lo que fuese que había visto.
- ¡Lana! - susurro Lincoln tratando de llamarla sin caso. El niño miro alrededor antes de suspirar. - Tenía que ser un buen hermano mayor… - se quejó antes de correr tras su hermana para asegurarse que estaba bien. Pronto la alcanzo y se agacho a su lado. Lana hizo un gesto de que guardara silencio y señalo el lugar con la cabeza, su hermano siguió la mirada y tuvo que ahogar una exclamación.
Tres hombres con largas capas negras estaban conversando cerca de unas enormes jaulas, de las que provenían sonidos de animales que definitivamente querían salir. Lincoln y Lana no necesitaban ser grandes para saber que ellos no estaban en ese lugar de buenas formas. Mientras miraban uno de los sujetos prácticamente desapareció mientras los otros se alejaron a una tienda cercana.
-Largo…. Vamos. -Lana los siguió con la mirada antes de correr a las jaulas, su hermano no dudo en seguirla mientras se quejaba por lo bajo. Corrieron hasta las jaulas sin ser vistos, los seres en ellas no cambiando en nada su ruido por lo que realmente pasaron desapercibidos. Lana suspiro y le sonrió con suficiencia a Lincoln, quien solo la miraba serio.
-Esto es peligroso Lana. - se quejó el chico con molestia. - Vamos de vuelta y llamemos a la policía.
-No. Vamos a sacarlos. -Objeto su hermana mirando alrededor. Lincoln rodo los ojos y la imito. Había un total de nueve jaulas de varios tamaños, pero lo que pauso momentáneamente el intento de liberación de los hermanos fueron las impresionantes criaturas que había dentro.
-Wow. - dijeron Lincoln y Lana a la vez.
Una de las jaulas tenía un extraño perro de dos colas que les ladraba animadamente, casi como si quisiera jugar. Otra tenía una extraña criatura oscura que parecía un buitre larguirucho, el cual estaba lanzando un lastimero sonido cada tanto. Una tenía un enorme buey que parecía ser dorado, el cual berreaba en su jaula sin muchos resultados para su escape. Una jaula con varios pájaros de colores brillantes que al parecer solo abrían el pico, haciendo esa la jaula más silenciosa del lugar
Había una jaula pequeña con un pequeño pájaro redondo y dorado que parecía cansado de escapar y estaba reposando en una rama caída que había dentro. Una con un perro grande con cuernos y viciosos ojos rojos que no paraba de gruñir. Otra jaula con una gran serpiente con cuernos dentro. Y un par de jaulas tapadas, pero de gran tamaño, donde se escuchaban zarpazos y cascos.
-Oh, pobrecito… -se acercó Lana a una jaula que tenía una bien encadenada y maltrecha ave de un color rojo cenizo. Lincoln se acercó y centro su mirada en los cansados, pero de cierta forma conocedores ojos del ave, quien lo miro fijamente. El niño no lo evito y trato de meter la mano dentro, solo para detenerse con el sonido de la jaula tapada detrás del pájaro. Lana se tapó la boca para no gritar mientras Lincoln alzaba los ojos y miraba fijamente el lugar.
-Que será… -Lincoln miro a su hermana y luego al pájaro, que por alguna razón pareció alentarle a moverse hacia la jaula. Sintiéndose un poco idiota por hacerle caso a un ave, el niño estiro un brazo y corrió un poco la tela de la jaula, revelado un enorme y majestuoso ser mitad pájaro mitad caballo completamente blanco. - Holey Shamoley….
-Es… Fantástico. -acepto Lana sin moverse del lado del ave. El pájaro-caballo los miraba con recelo, en especial al niño. Cuando sus miradas chocaron algo le dijo a Lincoln que no desviase la mirada y que fuese respetuoso. Tragando saliva hizo una ligera reverencia sin retirar la cabeza, Lana imitándolo poco después. El ser los siguió mirando hasta que les devolvió el gesto y se acercó al límite de la jaula, siendo detenido por un par de grilletes que hicieron mucho ruido.
- ¿Que sucede? - dijo la lejana voz de uno de los hombres.
-Oh rayos… -comento Lincoln asustado, buscando un escape. Tras ver que no había forma de hacerlo sin ser vistos, miro la jaula y tomo una decisión rápida. - Ven Lana. - y arrastro a su hermana dentro de la jaula del caballo-pájaro y trato de colocar de nuevo la tela, terminado justo cuando uno de los hombres de negro entro al área.
- ¡Cállense bestias!- se quejó dándole una patada a la jaula del buitre desnutrido. - Lo que nos faltaba, Lluvia. Espero que McGrow no tarde tanto con ese transporte muggle. Tenemos una buena carga aquí, ¿no lo crees? – afirmo burlándose del ave gris. Un sonido parecido a un estornudo se escuchó en la jaula detrás del ave. - Ja?- el hombre saco un palo de madera no muy grande de su cinto y se acercó a la jaula, tirando la tela para ver al animal que como siempre que haca ello se lanzó a atacar. - Trata de quitarte esas esposas caballito. Un hipogrifo albino es un gran ejemplar en el mercado. Te venderemos por muchos galeones…
- ¡Broser, si no hay nada allí deja de hablar con el pájaro y ven a ayudar! - llamo alguien desde afuera. El hombre llamado Broser se quejó y volvió a tapar la jaula con tela antes de retirarse, no sin antes lanzar una última mirada sospechosa a la jaula del hipogrifo. Dentro de dicha jaula, los dos niños se asomaron debajo de las alas del animal, quien hizo un gesto para que se bajasen.
-Gracias señor Hipo... Hipogrifo. -agradeció Lana bajándose y acercándose a los grilletes. -¿Como podemos romper esto?
-No lo sé, pero debe haber una forma. -acepto Lincoln mirando alrededor con duda. - No me gustó nada de lo que dijo ese señor. ¿Pero que hacemos?
-Buscare algo… -señalo Lana corriendo afuera antes de que la detuviera. Lincoln solo suspiro y trato de tirar los grilletes con fuerza. El animal lo miro con curiosidad.
-Se que no funciona, pero tengo que intentarlo. -se excusó el niño cruzándose de brazos. El hipogrifo dio un giro y le puso el pico en la cara. -Ey, deja eso, hace cosquillas… -rio Lincoln antes de comenzar a acariciarlo. - Sabes, realmente eres genial… Ojalá pudiéramos sacarlos de aquí, no creo que ninguno quiera ir al mismo lugar que esos tipos. -Un ligero quejido fue su confirmación. - Lo sabía.
-Linc… -susurro Lana entrando de nuevo, cargando pocas cosas. - No pude encontrar mucho pero tengo esto. - y lo coloco lo más silencioso que pudo en el suelo. Lincoln comenzó a revisar: una barra de metal, un telescopio, una esfera brillante, una cosa que parecía una cuerda pero se movía (el chico la lanzo fuera del área), un palito de madera y una cosa que parecía un cilindro dorado.
-Porque trajiste esto? -señalo Lincoln el palito.
-Ese tipo tenía uno. Y mira. -señal Lana tomándolo y concentrándose. Unas ligeras chispas salieron de la punta. Lincoln se sorprendió. -Es genial. Prueba tú. - el hermano lo tomo e imito a la niña… y aunque al principio no sucedió nada, al final unas chispas más grandes que las de Lana salieron de la punta. – Es como la varita mágica de Lola! Solo que no es rosa y no tiene estrella… ¿Crees que sirva?
-Tal vez… Si no funciona, usamos la barra. -señalo Lincoln cuando las chispas se apagaron. El niño coloco la punta del palo en el grillete y repitió lo anterior. - No sirve.
-Déjame a mí. -señalo Lana también intentándolo. Nada… - Uhmm… ¿Juntos?
-Vale. - acepto su hermano colocando su mano sobre la suya. Dos segundos después el palo dio un pequeño pulso blanco que efectivamente rompió el grillete, el cual ambos se apresuraron a agarrar para que no hiciera ruido. Los dos se miraron con confianza y asintieron. Siguieron con el otro y después salieron con cuidado de la jaula, donde estaban buscando la cerradura, pero la "varita" que traía Lincoln toco accidentalmente una barra y la puerta se alzó por su cuenta con un suave chirrido. - Genial…
-Vamos amigo. -pido Lana mientras el hipogrifo daba sus primeros pasos afuera. El animal parecía deseoso de hacer ruido, pero la niña se adelantó. - Shh! Aún tenemos que soltar a los demás. - dicho eso lo dejo y fue a la jaula del pájaro gris, donde Lincoln ya estaba trabajando en las cadenas que lo sujetaban. El ave miro de nuevo a la niña. -Hola amiguito… Te sacaremos de allí, no te preocupes. - afirmo confiada cuando la última cadena cayo. Entre ella y Lincoln quitaron el resto del pájaro y Lana lo cargo con cuidado. - Parece enfermo… Creo que lo lastimo… Lincoln…
-Tal vez deberíamos cubrirlo… Ya sé. -Lincoln metió su mano en la mochila con cosas inútiles y saco una gorra roja. - Es más seguro si lo cargas aquí. - explico dándole la vuelta para que Lana colocase al animal en ella. El ave dio un suave y melodioso gorjeo, que calmo un poco a los hermanos.
-Sigamos Lincoln. - El chico asintió y alzo el palito, preparado para soltar otro de esos animales. Mientras, e inconsciente de la situación, el grupo de obvios cazadores ilegales volvía a contar con tres miembros que estaban celebrando por adelantado su supuesta e inminente fortuna hasta que varios minutos después…
- ¿Que es eso? - comento uno de los tipos mirando las jaulas, donde el ruido parecía haberse incrementado considerablemente. Su compañero alzo la vista y lo miro fijamente, fastidiándolo. – Acabo de llegar, te toca. - el compañero se quejó y comenzaron a discutir… justo cuando el enorme y dorado buey salió de entre las jaulas, seguido de una bandada de pájaros multicolores, el buitre disecado y técnicamente una bala amarilla.
- ¿¡Como escaparon?!- se quejó el tercero, Broser, pronto sacando su varita del cinto. - Impedimenta! -Un haz de luz roja salió directo al buey, pero pareció no afectarle.- Que esperan idiotas, ¡atrápenlos! Yo iré a revisar que el resto siga ahí. – Inconsciente del desastre, dentro de las jaulas los niños estaban terminando de liberar a la serpiente, quien se enrosco un momento alrededor de cada uno antes de, literalmente desaparecer.
- Otro que es genial. -dijo Lana abrazando al pájaro gris, que miro a Lincoln como pidiendo clemencia. El niño lo miro apenado, pero su hermana no lo noto. - Solo queda la última jaula… - la jaula tapada gruño. - EH…. No suena bien… -Lana se acercó sigilosa, pero su hermano se puso entre ella y la jaula.
-Yo lo hare, tu vigila. - pidió Lincoln antes de tragar duro y mirar de nuevo al pájaro gris y al hipogrifo (el cual sorprendentemente seguía a los niños) para avanzar hasta la jaula. Con dedos temblorosos agarro la tela, una curiosamente más pesada que la que cubría al hipogrifo, y usando toda su fuerza tiro. Con temor miro dentro y se le volvió a caer la boca. - ¡¿Eso es un dragón?!
-Que pequeño. -señalo Lana mirando el dragón apenas del tamaño de Lincoln. Era verde oscuro con prominentes cuernos dorados y una fulminante mirada amarilla. Igual que el hipogrifo estaba atado, pero además de ello traía un bozal. La niña se acercó. - Es muy lindo…. AH! - el animal se había lanzado contra ella.
- ¡¿En serio quieres sacer esa cosa de ahí?!- se quejó Lincoln alejándola más del dragón.
-Así que ustedes son los responsables de esto. - Los dos hermanos miraron a Broser, que parecía cabreado. - Un par de simples niños han arruinado seis meses de arduo trabajo. No me culpen si sus padres solo encuentran sus cuerpos en el bosque… -afirmo alzando su varita, pero no llego muy lejos ya que el hipogrifo se lanzó contra él, arañándolo con sus filosas garras. Aprovechando la confusión Lana agarro la mano de Lincoln con el palo y rápidamente abrió la jaula, quitándole uno de sus grilletes al dragón… el cual la miro.
-Oh, Oh…- acepto la niña asustada.
- ¡Vámonos de aquí! - grito Lincoln cargándola a ella y al pájaro para salir corriendo, justo cuando el dragón parecía liberar otra extremidad y con ello el bozal, lanzando una fuerte ráfaga de fuego en su dirección. El hipogrifo se hizo a un lado y dejo que le diera directo al hombre, que solo grito de agonía al recibir el golpe de lleno, quedando inmóvil en el suelo. Lincoln y Lana quedaron asustados por la escena, paralizados a tal punto que no notaron cuando el dragón se aproximaba a ellos… Hasta que el hipogrifo lo mando a estrellarse contra las jaulas, una de las cuales le cayó en el ala. El ave caballo Se dio la vuelta y se agacho frente a los niños, que solo lo miraron fijamente
-Linc… -lloro Lana asustada. - Creo… creo que quiere que montemos…
- ¿Qué? – comento algo perdido, pero un gruñido del lado donde estaba el dragón le trajo de vuelta a la realidad. Temblando como una gelatina Lincoln agarro a Lana y la monto en el animal, buscando alrededor algo para sujetarse hasta que vio la cuerda rara y casi con duda la tomo, mirando al hipogrifo. -Lo siento amigo, pero no se montar y esto lo hacen en las películas. - señalo mientras acercaba la cuerda. El animal solo lo miro, pero la cuerda se movió sola y se ató a si misma, formando una nada apretado ni dañino agarre para los niños. Lincoln no se quedó a maravillarse y subió detrás de Lana, lo que hizo que el hipogrifo se levantara y echara a galopar para después extender las alas. - Espera, vas a…-y voló.
-¡AHHHHHH!- gritaron los dos niños, ambos pegándose lo más posible a la aterciopelada piel de su montura, tratando de evitar resbalar por la velocidad en que ascendían. Tras unos segundos el viento pareció calmarse y Lana se sintió lo suficientemente calmada para mirar alrededor. Aun tenía el ave ceniza consigo y su hermano parecía que iba a vomitar, pero lo que más le impacto… Fue que estaban volando.
-Wo... Wo… ¡WOUJJJJUUUUUU!- festejo Lana con un tono de triunfo. - ¡Mira Linc! ¡Estamos volando!
- ¡Ya lo noté! - acepto su hermano sin levantarse.
- ¡Vamos Linc, mira esto! - instó la niña mirando del cielo a la tierra. El ave gris ululo débilmente, pero con cierta alegría. - Ves, hasta Ace cree que deberías verlo.
- ¿Ace? - Lincoln alzo la vista para mirar a su hermana que rio divertida.
-Es el nombre que le di. ¿Te gusta? Es como tus libros de colores. -festejo Lana con alegría. Lincoln iba a corregirla, pero su mirada capto el horizonte y se quedó callado. El niño se levantó mejor en su resbaladizo asiento y miro alrededor con los ojos abiertos. Lana sonrió. – ¿Ves? No es tan malo.
- ¡Je, Je JA! - acepto Lincoln antes de mirar abajo, donde pasaban sobre los árboles. - ¡Esto es genial!- Lincoln miro al cielo y mermo un poco su sonrisa: A lo lejos veía nubes de tormenta.- Bueno, eso no tanto.
- ¡Mira! ¡El campamento! - señalo Lana un cercano lugar donde veían las cabañas. - Bájanos aquí por favor. -El hipogrifo giro levemente la cabeza y comenzó a descender en picada. Los niños solo rieron divertidos, incluso después de que el animal se detuviera y Lincoln resbalara de la grupa. -¡Wuju! ¡Otra vez!
-Creo que paso. -acepto Lincoln levantándose mientras se sobaba la cabeza. -Ven Lana. - pidió alzando los brazos para atraparla. La niña se dejó caer y miro al animal. - Ves, salimos bien. - dijo con una sonrisa antes de ir al hipogrifo y abrazarle la pata. -Gracias amigo. Nos salvaste.
-Si viejo, gracias. -acepto Lincoln acariciándole la cabeza. El hipogrifo acepto la caricia un rato antes de acercarse a Lana y hacerle cosquillas. La niña rio en lo que se colocó al lado de su hermano, justo a lo lejos escucharon voces. Los dos miraron al hipogrifo- Me imagino que tienes que partir.
- ¿No te puedes quedar? - rogo Lana con lagrimitas. El animal le dio un golpecito con su pico antes de mirar a Lincoln y hacer una reverencia. Los hermanos se la devolvieron y, sin más, se fue de nuevo, dejando unas pocas plumas de recuerdo. Lana se agacho y agarro algunas. - Linc…. ¿Lo volveremos a ver?
-Seguro que sí. -acepto su hermano con una sonrisa. - Pero recuerda…
-Es un secreto. -acepto Lana mirando a Ace antes de sonreír. - Lincoln…
-Sí?
-Creo que se hizo en tu gorra.
-Rayos.
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Actualidad.
- ¡Vamos Lincoln! - llamo Lana ahora de seis con una gran sonrisa, resaltando sus faltos dientes frontales. - Si no te mueves, te dejare.
-Lana… más despacio. -se quejó el chico de once mientras arrastraba la bicicleta con la que habían llegado al lugar. - Estuve... pedaleando… desde la casa… ¿No… puedes… ir más despacio? - se quejó antes de dejarse caer. - Porque esta zona no es de ciclismo….
-Oh, vamos, no seas un quejica. - se burló su hermana mientras se reacomodaba la gorra. - Arriba hombre! No tenemos todo el día. Mamá dijo que teníamos que estar en casa a las cuatro.
-Ya se, Ya se…- Lincoln suspiro y se levantó, reanudando a marcha.
-Me pregunto que tal estará Ace… Hace tiempo que no lo veo. - comenzó a decir Lana mirando al cielo con cariño. Cierto sapo salió del bolsillo de su overol y croo. - ¿Tu que piensas Hops? ¿Listo para conocer a otro de la familia?
-Creo que le caerá bien. - rio Lincoln alcanzándola. - Aunque me parece que deberías cuidarte de Breeze. La última vez estuvo muy cerca.
-Si… No quiero que intente comerte de nuevo. -acepto Lana con tono de disculpa. El sapo trago y asintió. - Aahh, no tengas miedo. Mama te cuida. - Los hermanos guardaron silencio y siguieron su camino hasta que llegaron a su destino. Era un pequeño claro en el bosque cercano, llegando al cementerio, con un feliz riachuelo pasando tranquilamente por el medio. En el claro ya había alguien esperando, alguien muy conocido. - Winter Breeze!- soltó Lana contenta corriendo hacia el animal. Al estar cerca se detuvo e hizo la reverencia, siendo rápidamente respondida ates de lanzarse a abrazar al hipogrifo. Lincoln dejo la bicicleta apoyada en un árbol y se acercó.
-Hola amigo… -saludo tras pasar por las reverencias, acariciando el pico del animal. - Espero que tuvieras un buen vuelo. Te trajimos algo. - dicho eso se arrodillo y saco una mochila que tenía, sacando con algo de asco una bolsa con un filete dentro. - Asqueroso…
-No seas niña Lincoln. ¡Yo se lo doy!- festejo Lana tomándolo sin miedo y mirando al animal. - ¿Listo, chico? ¡Ahí va! - y lo lanzo al aire, siendo atrapado fácilmente por el hipogrifo, quien comenzó a devorarlo. - Ja! Te dije que le gustaría.
-Sí, si…- acepto Lincoln mirando alrededor tras cerrar la mochila. - No ha llegado. - Lana lo imito y se apagó un poco. Hops salió de su escondite y se le planto en la cabeza, tratando de calmarla.
-Tienes razón, seguro solo esta tarde…-sonrió la niña a su pesar.
-Seguramente está en camino. - comenzó a decir Lincoln cuando un canto melodioso les hizo mirar arriba, haciendo a ambos sonreír. - ¿Ves?
- ¡Ace! - celebro Lana al ver al ave acercándose. Contrario a su apariencia al conocerlo, y tras muchos sustos para los hermanos, ahora era una hermosa y gran ave de color rojizo y dorado, que parecía volar como si estuviera hecha de fuego. Ace dio un giro en el aire antes de dirigirse en picada a los hermanos, deteniéndose limpiamente frente a ellos. Lana no tardo en lanzarse a abrazarlo. - ¡Te tardaste mucho! ¡Mira! Te presento a Hops. Hops, este es Ace, de quien te hable.
-Esa es una entrada. -reconoció Lincoln divertido, acercándose a acariciar sus plumas. El ave gorjeo suavemente, llamando la atención del chico a su pico. - ¿Que tienes ahí amigo?
- ¿Que es? - pregunto Lana extrañada tratando de tomarlo, pero Ace se alejó y se quedó mirando a Lincoln. - Creo que es para ti. -su hermano agarro el sobre, sorprendiéndose por el detallado sello que traía.
- ¿Una carta? - inquirió con curiosidad dándole la vuelta y abriendo los ojos como platos. Lana lo noto y miro a Breeze, quien solo movió la cabeza y siguió lamiendo sus patas. -Pero como…
- ¿Que dice? - pregunto Lana acercándose para tratar de leer. - "Lincoln Loud, armario al fondo del pasillo, 1216 Franklin Avenue, Royal Woods, Michigan" … Hey, tu cuarto no es un armario.
- ¿Porque crees que es tan pequeño? - refuto su hermano saliendo de su estupefacción para mirar a Ace. - ¿Quién te dio esto? -El ave miro al sobre y después a Lincoln. - ¿Quieres que lo abra?
-Eso es obvio, por algo te lo dio. - refuto Lana cruzándose de brazos. Hops la imito. Lincoln solo los miro antes de volver a darle la vuelta al sobre y abrirlo.
-Hay dos hojas… Dice esto: "Querido señor Loud; Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en… el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería." -termino mirando a su hermana con perplejidad. Lana estaba con la boca abierta, igual que su hermano. Los animales alrededor solo veían a los humanos con fijeza. Una sonrisa se comenzó a expandir en el rostro de la niña hasta que finalmente alcanzo toda su cara.
- ¡Lo sabía! ¡La magia es real!
Y con esto las cosas comenzaron a cambiar para ambos hermanos.
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Listo!
Les gusto? Sinceramente surgió de una mezcla de estar enganchada a The Loud House y mi hermana prestándome su ejemplar de "Animales Fantásticos y donde Encontrarlos". Sentí que volví al libro uno y ya que tenía otro fic en el fandom pensé, ¿por que no?.
Quiero que trate dos perspectivas: La vida en casa y la vida en escuela. Aun no se bien como desarrollarlas, pero ya vendrá la idea.
Espero les haya gustado! Nos vemos en el siguiente cap.
Ciao.
