Soremade
-¿Rem?
Acaricia lentamente la cuarta hoja de papel de su cuaderno, cual se encuentra casi vacía de nombres de víctimas. Parece tan normal a simple vista. Lívida, insípida, sin vida y a la vez tan maldita.
-¿Qué sucede, Ryuk?
Su mano cadavérica y blancuzca tiembla. La pluma que se mantiene en su mano se mueve entre sus largos y delgados dedos, inquieta. Su mente piensa en el nombre de aquel maldito y en la acción que desea realizar. Y a pesar de eso, Rem no hace nada. Permanece inmóvil y completamente estática al momento. Sus miembros de repente dejaron de responderle.
Tiene que hacerlo, y lo sabe. Más que perfectamente, pero el problema no era saberlo o no, si no hacerlo. Cierra sus ojos color ámbar, fríos y centellantes al notar la energía de Ryuk cerca, quién comienza a reír divertido por la creciente debilidad que emprende a padecer. Permanece callada, y trata de no pensar en nada. Por lo menos no en él.
-¿Puedes hacerlo?
Ryuk murmura entre carcajadas, apareciendo a sus espaldas y Rem solo suspira con desgana y se dice que era imposible que él pueda estar serio sólo una vez en momentos parecidos a ése. Pero especula segundos después que él nunca fue serio, y que menos ahora en ése preciso momento puede serlo. Le oye murmurar unas palabras acerca de lo deliciosa que es la muerte y forma en sus labios una mueca-sonrisa.
Piensa en lo que ha hecho durante su vida, ahora que sabe que es el final de ella. Su larga y oscura vida como shinigami, un dios de la muerte. Puede que el momento más importante de su vida haya sido alguno que pasó con Amane Misa, aquella dulce e inocente niña que idolatra y ama a Kira, el dios del nuevo mundo que estaba a punto de crear junto con ella. La pequeña que pudo abrir su corazón, además de haberlo ganado.
-No.
El nombre Yagami Light no fue nunca escrito. Ryuk solo abre los ojos con sorpresa al ver el nombre que con tanto deseo el dueño de su cuaderno deseaba ver.
Ríe maliciosamente, sin poder evitarlo.
Acaricia la suave y dulce ceniza que cae al piso a la vez que el cuerpo de Rem se deshace. Murmura unas palabras y Rem solo alcanza a fruncir el entrecejo antes de desaparecer y ser llevada por el dulce viento que mágicamente había aparecido en la estancia.
-Hasta entonces, Rem.
Lo edité y creo que salió mejor :) Gracias a AdeAndaRio y Yuki-dono por haber comentado previamente.
