¿Será sólo amistad?
BPOV
"Súper Mega mojada"
Iba devuelta de mi "súper cita" en el día de mi cumpleaños donde Jacob me dejó plantada, me subí a mi auto rápidamente ya que llovía muy fuerte, y de pronto comenzó a sonar mi celular, en la pantalla salía "Emmett".
-Aló
-Aló Bella, necesito urgente que vengas al departamento –dijo mi hermano
-¿Porqué? –dije sorprendida
-Es una sorpresa
Odiaba las sorpresas, colgué el celular y aceleré a lo que daba mi auto, doblé en la esquina tan fuerte y había una persona, y para mi suerte había un charco inmenso y lo dejé empapado, me bajé de mi auto y lo primero que vi fue a un chico todo empapado con los cabellos color bronce despeinados, sus ojos esmeralda, luego bajé hasta sus labios medios carnosos y luego corrí mi mirada y vi una guitarra que colgaba de su hombro, era simplemente hermoso.
-Este… yo… lo siento iba apurada y no me fijé, déjame ayudarte, te puedo llevar a mi departamento para que te seques
-No, no te preocupes siempre me pasa –dijo mirando el suelo
Su voz era como el terciopelo, demasiado hermoso y su olor, que decir quemaba mis fosas nasales.
-Por favor, así me sentiré mejor si te llevo a secar, porque si no pensaré todo el tiempo que puedes estar resfriado o muy grabe en el hospital –comencé a decir como loca
Comenzó a reírse, su risa era musical.
-Está bien aceptaré para que no te quede cargo de conciencia
Nos subimos al auto y caí en la cuenta de que estaba con un tipo que no lo conocía y eso me aba lo mismo.
-Sabes eres una chica muy buena y este país está lleno de gente mala, no deberías confiar en gente que no conoces
-Será mi problema, y sabes, tú crees que yo soy buena pues, podría ahora mismo llevarte a mi calabozo dejarte ahí y luego pedir dinero por ti
Creo que se asustó.
-No te preocupes es una broma., no tengo calabozo –admití
-Enserio me asustaste –dijo soltando un suspiro
Estacioné el auto y me bajé, él hizo lo mismo.
-¿Y tú te llamas…? –me dijo mientras subíamos las escaleras
-Isabella Swan, pero me gusta que me llamen Bella
-Bella… -repitió en sus labios sonaba como una nana
-¿Y tú? –pregunté
-Edward Masen
Edward, que antiguo nombre pero lindo.
Abrí mi puerta y fui a buscar toallas y ropa de Emmett.
-Puedes bañarte con agua tibia, aquí tienes toalla y ropa
Asintió, luego de que fue puse su ropa en la lavadora, cuando salió me di cuenta que su cabello color bronce seguía desordenado.
Escuché la puerta abrirse. Emmett.
-Isabella Marie Swan ¿Se puede saber que hace este tipo en mi departamento, y con mi ropa? –gritó
Creo que Edward al verlo se congeló.
-Tres cosas, no me gusta que me digan por mi nombre, así que dime Bella –le grité igual que él –segundo también es mi departamento y puedo traer a quien yo quiera y tercero esa ropa no la usas porque te queda chica, aparte es tú culpa de que este él aquí
-¿Mi culpa? –preguntó inocente
-Si, porque tú me llamaste que me apurara para que se yo y que viniera al departamento y yo iba tan apurada que lo mojé, y lo menos que puedo hacer es traerlo para que se seque, luego si se enferma va a ser mi culpa
-Ya, Bella cuida de todos, pero eso no importa cierra los ojos
-Emmett no me gustan las sorpresas
-Cierra los ojos ahora o quemaré tu libro de Cumbres Borrascosas
-No se te ocurra ponerle un dedo –lo amenacé
Me miró con sus miradas asesinas.
-Ya, me rindo cierro los ojos –dije poniendo mis manos en mis ojos
-Ya ábrelos
Hice caso y vi dos entradas en sus manotas.
-¿Qué es eso? –pregunté
-Dos entradas para un local grande, muy lindo y donde se puede comer
Lo único que piensa él, comer y comer.
-Feliz cumpleaños Bells –dijo Emmett y me tomó en brazos
-Gracias, pero no respiro –dije casi sin aire
Sus abrazos eran de osos.
-Eeee… Bella –dijo Edward –se me había olvidado por completo que estaba ahí –yo creo que molesto y a tu novio también ah y feliz cumpleaños
-¿Tú crees que esta cosa es mi novio? –pregunté señalando al grandulón
-Oye –oí el quejido de Emmett
Asintió
-Es mi hermano, y no molestas y muchas gracias
-Bella sabes tienes que estar a las nueve allá –dijo Emmett, miró su reloj -¡Y son las ocho y media!
-¿Tú con quién vas? –pregunté
-Con Rosalie
-¿Tienes entradas?
-Sip –dijo como un niño chico
Puse los ojos en blanco.
-¿Edward me quieres acompañar? –le dije mostrando las entradas
-Este… yo… no creo no tengo ropa y no te compré nada
¡Qué tierno!
-De la ropa no hay problema ¿Cierto Emmett? –dije con una mirada que no aceptaba un no
-Si hermanita
-Y por lo del regalo, si me acompañas me harías el mejor regalo
Lo conozco de una hora pero pareciera como si lo conociera de toda la vida.
