Guardián
Escrito por Blessende / Traducción por Maru de Kusanagi
Parte del universo "Searching for Levi / Buscando a Levi". Año 2007. Capítulo uno de dos
El joven de diecisiete años hizo sonar el timbre, haciendo que Gale anuncie su llegada. Vestido con su parka verde, Eren pisoteó el marco de la puerta incansablemente. Por favor, que estés en casa, por favor, que estés en casa, era la plegaria en su cabeza. La puerta del departamento Nº 1263 se abrió tras lo que pareció ser una eternidad, y un hombre se alzaba detrás. Levi le echó al chico una mirada de sospecha. Como si Eren fuera la reencarnación de la mugre del piso que había limpiado la noche anterior. El mayor vestía una camiseta beige, con las mangas enrolladas hasta los codos. Estaba suelta del cinturón del pantalón del uniforme de los Cuerpos. Su cabello estaba revuelto, como si acabara de salir de la cama. En los dos años que Eren le había conocido, nunca había visto ni un ápice de descuido en el más bajo. Repentinamente, hacía ver a Rivaille… mucho más humano, y menos el semidios que había creído que era ése hombre. Eren lo miró, boquiabierto, perdido en sus pensamientos.
'¿Te vas a quedar parado ahí,' Levi hizo una pausa para toser '-y quedarte boqueándome todo el día, recluta?' le reclamó el hombre.
Y entonces, llegó la segunda revelación del día para Eren. Rivaille en verdad había tosido. Ya saben… ese ruido que uno hacía salir de la garganta. El adolescente nunca lo había visto hacerlo. Eren cerró la boca y sacudió la cabeza, preguntándose qué más el hombre podría hacer para desafiar las leyes naturales del universo.
'Eh, crío. ¿Qué quieres?', pregunto Levi, mientras esperaba tras la puerta. Se tapó la boca con una mano. La voz sonaba más ronca de lo usual. Hubo una arruga en la frente de Eren mientras acomodaba las piezas.
'No se presentó al entrenamiento de hoy. Pensé que algo estaría… anormal.' Eren analizó al hombre en las sombras.
Levi se veía más pálido que de costumbre, y tenía el rubor del alcohol o de…
'Está enfermo', concluyó Eren chasqueando los dedos (brillante como de costumbre). 'Tiene fiebre. Vaya, ustedes, los titánicos, no son tan inmunes como pensaba.'
Levi lo miró con una gélida e implacable mirada.
'Por más adorable que seas, rayo de sol…,' dijo con sarcasmo Levi, 'tengo un trabajo, además de tener que hacerte de niñera. Y no estoy enfermo. ¿Ya te puedes largar?'
Pero Eren ya trataba de ver más allá de él, espiar el salón y todo lo que vio fueron los pañuelos de papel desperdigados por la mesita de café.
'Ajá, está enfermo, Cabo. Puedo ayudarlo, sabe. Ser la ayuda extra en la casa-' trató de sobrepasar a su superior y entrar en la casa.
Pero Levi alzó una pierna, plantando el pie en el medio de su pecho. Le soltó un ladrido ronco, manteniéndolo en el perímetro de la puerta. 'Quédate. Afuera, gran burro.' Gruñó Levi, empujándolo hacia fuera (Maldita elasticidad a lo Spiderman, pensó Eren). 'Vuélvete a los campos de entrenamiento. La casa de un hombre es su santuario.' Enfatizó Rivaille la última palabra. 'No tengo tiempo para cuarantenizarte tampoco. Y, además, ya tengo un perro para que cumpla mis órdenes.'
Eren masculló, despreciando la comparación.
'Estoy seguro de que su robo perro no puede cocinar ni limpiar.'
Ojos grises mostraron un destello de impaciencia.
'Krobe puede hacer todo, salvo un lap dance.' Sus ojos se afilaron, y hubo un repentino destello en ellos. 'Je. Si quieres ofrecerte para eso, a lo mejor lo pienso.'
Eren se puso rojo hasta las orejas.
'¡Ni de broma!' dijo, indignado.
Levi sonrió, malicioso.
'Entonces, lárgate, mocoso.' Le amenazó con una voz baja antes volver a estallar en toses. El pelinegro se tapó la boca otra vez. Eren sintió el pie en su pecho temblar mientras Levi luchaba para reprimir las toses. 'Es… una orden.' Dijo Levi sin aliento, antes de quitar su pierna del pecho de Eren y dar un portazo en la nariz del chico.
Eren fue dejado solo en el silencio del pasillo. Sus ojos miraron el número del departamento. Dejando las bromas, se dio cuenta de que otra vez lo habían echado.
Levi.
¿Por qué no me dejas verlo?
Ese lado débil tuyo.
No tienes que ser fuerte todo el tiempo. Rayos, nadie puede.
El castaño miró la puerta hoscamente, preguntándose si debía marcharse. Eso fue hasta que se percató de la casa de al lado.
..-..
La vecina, la señora Izzy Norman, era una vieja loca con cuatro gatos, dos de ellos droides, Jinxie y Cahoots, al tercero se le había muerto la batería y el cuarto era uno de verdad, vivito y coleando. Con un pelaje liso y color negro cuervo. Eren al instante le tomó cariño al negro, que le bufó y se sentó elegantemente en una esquina del sofá de la anciana. Le recordaba al cara de póquer de al lado. Todo lo que necesitaba era una chalina, y Eren estaba seguro de que Rayitas McLevi pasaría por el doble del cabo.
A pesar de la peculiaridad de su pedido, la señora Norman fue lo suficientemente amable como para dejarle investigar su balcón. Y, como pensó, era adyacente al del cabo, separados por un espacio de tres metros. Podía saltar esos tres metros. Pero no tenía su equipo de maniobras, y el muchacho necesitaba algo para atarse. Se volvió a la señora Norman, quien lo estudiaba con curiosidad a través de sus viejos y torcidos lentes.
'¿Puedo, eh… tomar prestadas sus cortinas?' preguntó Eren. Decidió probar su suerte un poco más. '¿Y un tazón de sopa de pollo mientras tanto, señora?'
La señora Norman lo miró con los ojos amplios.
'¿Quién eres, muchacho? No estarás pensando en saltar hasta la casa de Levi, ¿no? Estamos en el doceavo piso', dijo, señalando hacia abajo. '¡EL DOCEAVO PISO!'
Eren sonrió.
La vieja loca se dio cuenta de que el chico en verdad planeaba hacerlo.
'Pero, ¿por qué? ¿Eres un conocido de Levi? No pensé que ese enano tuviera amigos. ¿Cómo… es que estás relacionado con él?'
Eren frunció los labios.
¿Cómo estaba relacionado con Levi? ¿Qué era él para ese hombre? Sólo un fastidioso… ¿mocoso, que había irrumpido en su bañera? ¿Un cachorrito que necesitaba un dueño? ¿La mugre debajo de sus botas? ¿Un posible bailarín de lap dance?
Eren tuvo un escalofrió con lo último.
No, no, no iba a hacerle un lap dance a ese pendejo.
Aunque había una pequeñísima parte de su hormonal cerebro al que… no le habría molestado.
No. Mierda, no. ¿Dónde está tu dignidad, Jaeger?
Eren se dio cuenta de que la vecina loca seguía esperando su respuesta. Sacudió la cabeza pesadamente.
'Créame, señora Norman…. Yo también estoy tratando de descubrirlo.'
..-..
Aterrizó junto a la puerta del balcón vecino, en un revoltijo de cortinas y piernas. En el esfuerzo para equilibrarse, guardó el pote con sopa en su codo, y Eren perdió una zapatilla en el proceso. La vio caer desde el rascacielos, a los remolinos de niebla debajo. Mejor la zapatilla que él, se percató con una mueca. Se puse de pie, desenredándose de las telas de la señora Norman. Miró por el borde y le echó un vistazo al piso debajo.
Ok.
Nota personal.
Nunca volver a hacerlo.
Esos tres metros fueron lo más cercano a lo que estuvo de una muerte segura. Cojeó en un pie y anduvo hasta la puerta de vidrio. Las cortinas estaban echadas. Mordiéndose un cachete por dentro, el castaño tanteó el pestillo.
Cerrado.
Jodidamente genial.
Todo ese esfuerzo para nada.
Eren se quedó parado en la entrada de vidrio, preguntándose qué hacía exactamente allí. Y no solo allí en el sentido general. ¿Por qué seguía regresando al departamento de Levi, como un leal perro inu shiba? ¿A pesar de que Keith Shadis le había advertido de que estaría enterrado hasta la mierda si volvía a romper las reglas? ¿A pesar de que el mismo Levi le había amenazado en persona con desmembrarlo y diseccionarlo si Eren volvía a aparecerse en su departamento? (En retrospectiva, Levi siempre le estaba amenazando, y Eren siempre rompía las reglas).
En verdad, ¿por qué?
Obviamente, sabía la causa.
Admítelo, Eren. Todo es porque quieres hacerle un lap dance a ese tipo, sugirió una traviesa y desvergonzada voz en su cabeza.
Maldición.
Cállate, cerebro.
Eren notó que tenía compañía. Una pequeña figura reveló su cabeza por detrás de las cortinas blancas. Olisqueó un rastro en los bordes del vidrio y se sentó delante de esta sobre sus patas traseras. Eren reconoció la nariz metálica asomándose por entre las cortinas. Krobe era la encarnación droide de un cachorro de rottweiler. Lo vigilaba del otro lado del vidrio, sus brillantes ojos rojos fijos y destellando en la oscuridad del departamento.
Y así, nos volvemos a encontrar, le saludó el chucho con un resoplido.
Eren le clavó la mirada al droide, y guio su atención al pestillo.
'¿Puedes abrirlo, robo perro?'
Krobe resopló, y levantó una oreja. '¿Me preguntás a mí, delincuente? Y ¿por qué debería ayudarte, asqueroso humano?'
Eren le sacudió un dedo delante de la cara.
'Mira', dijo el castaño, 'Tu amo está enfermo. Se está MURIENDO.' Eren dijo melodramáticamente. '¿No puedes verlo, Krobe? Necesita ayuda, y yo puedo ayudarlo.'
Krobe dio otro resoplido y entonces Eren tuvo deseos de estrangular al demoníaco engendro mecánico.
No, el adolescente debía perseverar. Podía hacerlo. Podía convencer al obstinado chucho en dejarlo entrar.
'¿Qué pasaría si en verdad se muere?', preguntó Eren, decidiendo intentar que el pobre chucho sienta culpa. '¿Qué pasa si se muere, y no queda nadie para cuidarte? ¿Quién rellenara tu tanque de aceite? ¿Quién te sacará a pasear? No habrá nadie para que le des la bienvenida a casa. Imagínate eso, Krobe. Nadie. ¿Quién te aceptaría? Podrías terminar siendo vendido al chatarrero. Si se muere, ¿podrás ser capaz de vivir con la culpa de haberlo dejado morir, eh? ¿PODRÁS?'
Eren Jaeger no estaba muy seguro de su consiguió llegar hasta el chucho droide. El castaño ocultó su cara en su mano y gimió sonoramente, esperando que la confusa lógica del droide se tragara su acto.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro-
Oyó un clic.
Eren sonrió mientras la puerta se abría.
..-..
Lo primero era sacar a Krobe del medo. Eren lo encerró en el cuarto de escobas, donde el droide ladró y rascó indignado por ser tratado como un saco de patatas. Le gruñó ferozmente detrás de la puerta cerrada, y Eren le oyó rasguñar las cuatro paredes del habitáculo. Evidentemente, estaba lívido por haber quedado atrapado.
Eren temía a medias que el hombre que descansaba en el living se despertara.
El chico caminó en puntillas y miró al otro lado del sofá.
No, sigue dormido.
Con un codo tapándole la cara, Levi estaba enterrado entre los almohadones. Eren puso el pote de la señora Norman en la mesa y se dobló en el espacio entre la mesa y el sofá. Observó al pelinegro en silencio, los ojos del adolescente clavados en el arco de esa bien definida mandíbula. El lento ascenso y descenso del pecho.
¿Estaría soñando el cabo? ¿Qué clase de sueños tendría ese hombre? ¿Serían agradables? ¿Pesadillas?
Había muchas cosas que todavía no entendía de Rivaille Levi. Como, ¿por qué insistía en estar solo y distanciado, cargando sus responsabilidades solo? Como, ¿por qué había tomado una degradación voluntaria del rango de Teniente a Cabo Primero un año atrás? Cuando Levi tomaba una decisión, preguntaba implícitamente a sus subordinados que confiaran en él. A pesar de que Eren había visto inseguridad en esos ojos grises, a pesar de que vieran impasibles. Y, aun así, para los miembros de su escuadrón de operaciones especiales, seguían siendo su indiscutido líder.
Era como si… su superhéroe de los cómics hubiese salido de las páginas.
Un héroe con fallas, sin dudas.
Pero, un héroe igual.
Y uno renuente.
Y uno a quien Eren no podía ignorar ni abandonar, por más que tratara.
Se tendió hacia delante, inclinándose sobre la cara arrugada. Los finos y adustos labios estaban expuestos para él. Y Eren se sintió inclinado a plantar un beso en ellos. Si Levi despertaba, Eren estaba seguro de que sería masacrado, diseccionado y seguramente desmembrado también.
Pero sería una forma maravillosa de partir.
Estaba a medio camino de su intento cuando Gale irrumpió.
Eren retrocedió con un siseo, totalmente sobresaltado.
Estúpida red.
Era un mensaje de Petra.
'Cabo, recibimos un reporte de inteligencia sobre una célula de insurgentes en el Distrito Brianne. Estamos reuniendo al escuadrón, y esperaremos futuras órdenes. Por favor, responda cuando reciba este mensaje.'
Eren cerró los ojos, esperando el despertar del hombre en cualquier momento.
Pero el silencio permaneció.
Levi seguía dormido.
Eren sonrió. Se quitó la parka y la puso alrededor de los hombros del hombre.
Déjeme cuidarlo por una vez.
