Sal y sangre
Yo la sabelotodo, yo la ratita de biblioteca, había caído a la perdición, yo la señorita perfecta, yo la niña buena, la que no cometía ningún error cayó en los brazos de un hurón.
Aun no entiendo cómo fue que me deje vencer, lo recuerdo como si fuera ayer, me había quedado como siempre hasta tarde en la biblioteca, me iba a mi habitación, por que no me fui directo, pero no ahí estabas tú, siempre tú.
-¿Qué haces a estas horas levantada sangre sucia?-dijiste sintiéndote superior
-nada que te importe hurón-te conteste
-¿Cómo me llamaste sangre sucia?-dijiste molesto y me arrinconaste en la pared
-déjame ir Malfoy-dije, no me gustaba tenerte tan cerca, no me gustaba desearte más cerca, me asustaba sentirte, pero mas, era que algo de mí, te deseaba
-¿me temes? Sangre sucia-dijiste y una sonrisa surco tus labios
Por qué diablos tuviste que sonreír, por que me gusto verte sonreír
-contesta sangre sucia, ¿a que le temes?-dijiste y te acercaste a mi cara, sentí respiración y no pude evitar cerrar mis ojos, y aspirar tu aroma a menta, besaste mi cuello, y no pude evitar sacar un suspiro.
-lo disfrutas, verdad sangre sucia-dijiste y me besaste
Por que lo hiciste, por que me besaste, por que no me aleje, por qué demonios, me quede y duele más el saber que lo disfrute, poco a poco me dejaste y en tu rostro se volvió a dibujar esa sonrisa triunfante.
Te fuiste me dejaste en medio de la noche, con el sabor de tus labios en mis labios, y eso no fue lo peor, es que yo deseaba que se repitiera otra vez.
Y así fue se repitió varias noches, misma hora y mismo lugar solo besos y una que otra caricia y mi cuerpo siempre pedía más y una noche deje que mi cordura se muriera, me besaste como todas las noches.
Besaste mi cuello, y de mi boca salió un suspiro, buscamos como desesperados una salón solitario.
Por qué demonios me deje llevar por el deseo y no deje que mi cerebro pensara, pero no yo la sabelotodo, se dejo llevar, se convirtió en una más de la lista del "Dios del sexo de Hogwarts", mi cordura murió, y la remplazo el deseo.
Llegamos al salón, me besabas el cuello, poco a poco bajaste a mis pechos, desabotonabas mi blusa y yo tu camisa, sentí tus caricias tus besos, sentí como la ropa me estorbaba, hay en qué momento me perdí en tus besos, en tus caricias, solo sé que me equivoque cuando en lugar de pensar me deje llevar.
Me duele saber,
Que tú fuiste el dueño de mi cuerpo,
Pero más duele saber,
Que yo lo deseaba por dentro.
Yo la que me creía la más inteligente
Termine perdiendo con una serpiente
Yo que me creía la mejor
Ahora estoy llena de dolor.
Después de esa noche nos volvimos a encontrar eso es algo que yo nunca voy a olvidar,
Es ahí cuando vino el final
-todo en la vida tiene un fin sangre sucia, fue bueno mientras duro, pero no se volverá a repetir adiós Sangre sucia-dijiste
Quise matarte, y lo único que pude fue golpearte, lo más extraño fue que ni te inmutaste, ni siquiera cuando viste tu nariz sangrante y solo te marchaste.
En mi cabeza solo sonaban tus palabras, esas palabras del amargo final.
Mi mano manchada con tu sangre
Y en mis labios el sabor a sal
De las lágrima del coraje
De esa noche solo queda un recuerdo
De amargo sabor a sal
Una mancha de sangre
Esa noche quede reducida
A solo sal y sangre
FIN
