N/A: ¡Hola a todos! Con ésta breve historia me sumo a la participación en el Reto Especial "Ave atque Vale, del foro "Hasta el Final de la Pradera". He querido rendir tributo al propio reto, que pretende despedirse de trilogía que ha marcado una generación entera, haciendo que tres personajes muy importantes se despidan con sus propias palabras, ya que no tuvimos la oportunidad de leerlos (obviamente) en los libros. Además, he querido incluir a Katniss como piedra angular de los tres capítulos, puesto que está presente en cada una de las tres muertes en la historia original.

Aquí os dejo con tres drabbles que se centrarán en los últimos momentos de vida de tres personajes sin los que Los Juegos del Hambre no hubiesen sido lo mismo.

Disclaimer: Aunque me gustaría, no me pertenece nada del maravilloso mundo que creó Suzanne Collins. Como tampoco lo hace, desgraciadamente, la potente frase de Salvador Allende que se incluye en éste primer fragmento.


Finnick Odair

–¡Katniss! –suplico.

No puedo verla y sé que ella no puede oírme, pero también sé que sabe lo que debe hacer, por eso se lo pido. El futuro de Panem depende de ella y no puedo quedarme aquí y entorpecerla. He cumplido la promesa que hice antes del Vasallaje de los Veinticinco, la he mantenido con vida hasta mi propia muerte, a ella y a Peeta. Ojalá cuando todo esto acabe sean capaces de encontrar de nuevo el camino el uno al otro, igual que Annie y yo hicimos, si sobreviven. Ojalá ellos puedan disfrutar de todo lo que a mí se me ha negado y el futuro tenga algún sentido para toda la gente que dejo atrás, en este agujero lleno de bestias y miseria humana.

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

Y mientras el olor a rosas inunda mis fosas nasales y las aguas fecales cubren mi cuerpo, mi mente halla paz y mi corazón, sosiego. Cierro los ojos, ajeno a los monstruos que arrancan mi carne a trozos y beben sangre de Vencedores. Su nombre es lo último que pronuncio, "jaula, jaula, jaula" lo último que escucho y en la oscuridad que precede al olvido recito en silencio mis votos matrimoniales, prometiéndole a la eternidad que estaré siempre esperando por ella.