Dedicatoria: A toda esa bola de locas que me ayudan a sobrevivir en este "Planet Hell",… a mi misma.
.: Tiene que ser pecado :.
Capítulo I: Comienzo
La pensión se encontraba sumida en un profundo silencio mientras depositaba sus llaves sobre la mesa del comedor.
Con pereza deslizo la mirada por la habitación, el tatami tradicional que cubría el suelo contrastaba con todos aquellos muebles occidentales.
Suspiró.
2 años. Hacia dos años que no respiraba el aroma que solo podía apreciarse en los lugares más remotos, alejados casi del bullicio de la ciudad.
Con un movimiento de cabeza deshizo la coleta dejando caer su cabello rubio sobre sus hombros. El vestido rosa pálido que lucia le hacia parecer una cualquiera.
"Anna, no seas amargada…llevas mas de 2 años sin verse" Le había dicho con picardía Jun aquella mañana antes de abandonar su modesto departamento en Shangai.
"¿Yoh...?" Su rostro se ruborizo notablemente al pronunciar el nombre de su prometido.
Le parecía una tarea difícil tratar de imaginar el aspecto del chico en aquel momento. Teniendo en cuenta su propia apariencia actual imaginaba que el chico estaría completamente cambiado.
Se examinó en el espejo de cuerpo entero colocado sobre una de las paredes.
Definitivamente había dejado atrás su figura adolescente. Tenía 18 años, y su cuerpo delgado por fin le producía una pecaminosa satisfacción ante el espejo.
Se podría decir que había sido bastante popular durante la Preparatoria. Del grupo intelectual, los que no le rinden a nadie.
Subió las escaleras con lentitud, deslizando las yemas de los dedos por aquellas paredes que albergaban tantas memorias de su infancia.
Fijó la vista en la primera habitación a la derecha, la suya. Se encamino hacia la puerta, pero antes de estirar el brazo para deslizarla sintió una punzada de curiosidad, la cual provenía directamente de la puerta de la habitación que reconmoción como la de su prometido.
Solo sería una mirada¿Qué de malo había en eso?
Dio media vuelta y se detuvo frente a la habitación de Yoh. Que le gustaba, que hacia…Quería saberlo todo.
Abrió la puerta y entró en la habitación.
Apenas y dio unos pasos y pudo percibir el dulce aroma de fragancia para hombre que exhalaba cada una de las cuatro paredes del cuarto.
Le producía una extraña sensación embriagante…aquel aroma, era completamente diferente al que había percibido en el chico el día que se despidieron en le aeropuerto de Tokio.
Sensei Kino había conseguido una beca para ella en una de las mas prestigiosas universidades de China, una temporada sola no le venia mal…además necesitaba reflexionar sobre algunas cosas.
Recordaba la expresión de decepción en el rostro del shaman cuando dio media vuelta para tomar el avión que los alejaría por 2 años.
Le había pedido, suplicado…que no se fuera, que la necesitaba. Había tomado aliento pare responder y se había marchado.
También estaban todas esas cartas que se había negado a responder, en las cuales le pedía de favor que contestara.
Era algo difícil de explicar. Había comenzado más de 100 veces cartas dedicadas al chico, tratando de explicarle lo difícil que había sido aquella despedida para ella.
Que se encontraba confundida con toda aquel montón de sentimientos que se había jurado no volver a sentir por nadie después del abandono de sus queridos padres.
Sus sonrisas, los halagos…hacían que los nervios se apoderaran de ella cada vez que le dirigía la palabra.
Tomó una de sus camisas y la apretó contra su pecho. En verdad le excitaba la sola presencia de saberse en el cuarto del castaño.
Le hubiera sido fácil ir e entregarse a alguno de aquellos chicos que corrían detrás de ella. Solo un rato de placer y un beso de despedida.
Pero había aguardado, esperando el momento de regresar a casa y volver a encontrarse con el joven con el que uniría de su vida…
Su cuerpo se tensó al sentir su mano deslizarse por su anatomía, cediendo al mínimo placer que podía otorgarse a si misma.
La puerta de la habitación se abrió de golpe provocándole un sobresalto, y sus ojos se encontraron con los del castaño, que la observaba complacido.
Sus mejillas se sonrojaron ante la figura de el joven, cuya camisa sin mangas dejaba apreciar unos perfectos brazos con una musculatura envidiable. Su rostro tenía un porte elegante y seguro.
"Yoh, yo…" Empezó pero no logró continuar.
El chico dio un paso hacia delante y sus ojos brillaron con una lujuria contenida mientras se deslizaba con lentitud la lengua por encima de los labios, y solo entonces pudo apreciar la larga melena castaña que caía con sensualidad sobre la espalda del joven.
Aquella no era la habitación de Yoh…
Era de Hao.
Continuará…
Comentarios:
Bueno…espero que les haya gustado….les prometo que de aquí en adelante va a haber mucha pasión entre estos tres personajes.
También los capítulos serán mucho mas largos teniendo en cuenta que este, el primero es bastante corto.
Sobre con quien se va ha quedar Anna…pues en realidad ni yo estoy segura de eso… las dos parejas son predilectas mías. Supongo que eso lo decidirán ustedes.
Agradezco cualquier comentario que quieran enviarme, y pido de favor a toda persona que se anime a leer esto que me deje un review. Chao!
Kanna
