Disclaimer: Los personajes, lugares y demás pertenecen a J.K. Rowling, la trama es producto de mi mente y no saco ningún tipo de beneficio con ella.

Siempre me ha gustado el Oliver/Katie y tras pasar varias semanas dándole vueltas al tema, finalmente ha salido esto. No creo que alargue mucho la historia, no tengo en mente más de 7 capítulos, pero nunca se sabe xD

Espero que os guste y le deis una oportunidad :)


De escobas y besos a medias.

Capítulo I.

Y ahí estaba ella, Katie Bell, babeando por él.

En el momento en el que había entrado en la sala común, con su uniforme impoluto y la resolución mortífera en sus ojos buscando a los gemelos Weasley, Katie tenía claro que le iba a resultar imposible terminar la redacción de pociones. Si él estaba cerca ella se volvía inútil, y era algo que odiaba.

A Katie le había gustado Oliver Wood desde el primer momento en el que lo vio con el chip de entrenador encendido.

Fue en su segundo año, durante las pruebas que se habían hecho buscando a nuevos integrantes para el equipo de quidditch de Gryffindor. El entrenador de por aquel entonces estaba en la enfermería, y él, que ya sabía que al año siguiente se convertiría en el nuevo entrenador, se había calzado las botas del mando. Ver el modo en el que instaba a los aspirantes a darlo todo, la pasión que ponía, el brillo de resolución de sus ojos, su sonrisa.

Todo esto había hecho que para Katie, Oliver Wood pasara de ser el guaperas loco del quidditch de cuarto a Oliver es mío Wood.

Katie lo había llevado bien los dos primeros años, se conformaba con verle y estar con él durante los entrenamientos. Al siguiente año se había dado cuenta de que se estaba comportando como una estúpida al encapricharse por el loco del quidditch que jamás se fijaría en ella y había intentado olvidarse de él saliendo con otros chicos, sin suerte. Este, durante el banquete de bienvenida, se había dado cuenta de que no solo le gustaba no, Katie Bell estaba enamorada de Oliver Wood, y ahí es donde la cosa se había empezado a desmadrar.

Cuando se lo había contado a Leanne esa noche, esta casi había estado a punto de despertar a toda la torre de Gryffindor del grito que había pegado.

—¿Dónde está tu resolución de olvidarte de él? —le había preguntado cuando había conseguido serenarse.

—Imagino que se quedó en Grecia, remojándose en la playa y tomando el sol, lo que debería haber hecho yo —le contestó Katie.

En las siguientes dos semanas Katie se había dado cuenta de que las manos le sudaban y temblaban si él estaba cerca, de que no podía hacer otra cosa que mirarlo.

—Joder —susurró Katie, enfadada consigo misma.

Leanne levantó la cabeza.

—¿Qué…?

Se calló al oír a Oliver a poca distancia, concretando con los gemelos Weasley algo relacionado con las pruebas de ese año.

Rodó los ojos y apretó levemente el brazo de Katie, en señal de apoyo.

—Es un idiota que sólo piensa en escobas.

Ella asintió.

Suspirando, apretó la pluma contra el pergamino e intentó centrarse en su redacción mientras Leanne la miraba preocupada.

Cuando parecía que había conseguido centrarse mínimamente, notó una presencia junto a ella, y antes de que pudiese levantar el rostro, él susurró:

—Las propiedades del acolito… Interesante.

Por su cara Katie no sabía si intentaba ser gracioso, realmente lo pensaba o si se estaba riendo de ella.

—Oliver —dijo al fin, a modo de saludo, mientras soltaba la pluma y apretaba las manos formando un puño, disimulando sus nervios.

Con una sonrisa en los labios, Oliver acercó una silla a Katie y se sentó junto a ella.

—¿Cómo lo vas llevando este año? Quinto es duro.

—De momento bien.

Katie se sentía nerviosa y enfadada. Cada vez que hablaban ella se esperanzaba y no debía. Sabía que en nada su conversación acabaría dirigiéndose a temas de quidditch y era normal ya que eran compañeros de equipo, pero aun así… Ella sentía que también eran amigos, pero él jamás se abría a ella, ni a ella ni a ninguno de sus compañeros del equipo. Y si ni siquiera la trataba como una amiga cercana…

—Entonces todo perfecto. No tendrás problemas para llevar las clases y los entrenamientos al día.

La sonrisa que parecía iluminar el rostro de Oliver la dejó atontaba un momento, pero finalmente asintió y medio sonrió con una sensación de desilusión adueñándose de ella.

—Este año será nuestro año Katie —le dijo mientras le apretaba un hombro de modo amistoso.

Ojalá pensó ella.

—Ya no te entretengo más, el sábado que viene a las 11 en el campo. ¡No creas que te libras de hacer las pruebas!

Tras esto se fue, sonriente, a buscar al joven Potter.

—Te podría haber dicho que avisaras a Angelina y Alicia tú, se ahorraría buscarlas —le comentó Leanne mientras seguía con la mirada fija en la ancha espalda de Oliver. Era más que obvio, compartían cuarto.

—Si no lo hace él no se siente bien consigo mismo.

—Y eso, por supuesto, te lo ha dicho él, ¿no?

La mirada juguetona de Leanne hizo que Katie le lanzara uno de los pergaminos arrugados que llenaban la mesa a la cara.

—Qué graciosita estás hoy —le dijo en un intento de parecer mordaz pero sin evitar soltar una pequeña risita.

Leanne, con una mueca la mar de graciosa, recogió el pergamino y se lo lanzó a Katie, quien lo cogió al vuelo.

—Tu amorcito estaría orgulloso.

Katie suspiró.

—Ojalá.


La biblioteca estaba más llena de lo esperado para ser un viernes por la tarde, seguramente a causa de que el profesor Snape parecía haber tenido un mal día y había decidido fastidiarles el fin de semana a todos los alumnos que le fuera posible.

—No puede ser tan difícil —murmuró Katie, abatida.

Alicia, con una cara que dejaba claro que no estaba nada de acuerdo con esa afirmación, lanzó una pluma a la cara de uno de los gemelos Weasley, los cuales, milagrosamente, estaban en la biblioteca, sentados en su misma mesa.

—Alicia, Alicia… —George, el receptor de la pluma, sonrió malévolamente mientras se levantaba, con grandes intenciones de devolverle a Alicia el golpe de un modo que él consideraba tremendamente gracioso: perseguirla por la biblioteca lanzándoles pequeñas chispas con la varita.

Angelina, rodando los ojos ante el espectáculo de Alicia y Fred correteando por la biblioteca, se levantó y empezó a recoger sus cosas de la mesa.

—Me voy a la habitación, a ver si allí me concentro y acabo por fin la redacción. Katie, yo que tú haría lo mismo, recuerda que mañana tenemos lo de las pruebas.

Tras decir esto salió de la biblioteca con pasos largos, moviendo la melena levemente.

—¿Os habéis fijado que a mi ni me lo ha dicho? —comentó con gracia Fred.

Leanne y Katie rieron, quizá demasiado fuerte para ser adecuado en la biblioteca, pero Madame Prince estaba muy ocupada persiguiendo a George y Alicia como para darse cuenta.

Katie, sabiendo que Angelina tenía razón, recogió todos los pergaminos y plumas que había esparcido por la mesa y los metió en su mochila. Los libros que había estado consultando y otro par que había cogido para hacer un trabajo de adivinación no le cabían, así que los apiló y se los colocó como pudo sobre los brazos.

—¿Quieres que te ayudemos? —le preguntó Fred.

Katie negó con la cabeza, y sonriendo se despidió de él y Leanne, con la que había quedado en el Gran Comedor para la cena.

Al recorrer el pasillo hacía la salida, vio a Harry, Hermione y Ron sentados en una mesa, con gesto de fastidio.

—A ver si adivino, ¿Snape?

Los tres alzaron el rostro, y no hacía falta que respondiesen para que Katie supiera que tenía razón.

—Katie, creo que deberías impartir tu adivinación, desde luego pareces conocer mucho más el tema que esa Trelawney —murmuró Hermione.

Katie asintió, Trelawney estaba pirada. Tras recordarle a Harry que mañana eran las pruebas se apartó de la mesa, y salió de la biblioteca.

No había llegado ni a la esquina cuando el montón de libros que sostenía precariamente se precipitó hasta el suelo, haciendo un ruido que a oídos de Katie era ensordecedor, y esparciendo los libros a su alrededor.

—¡Katie!

Oliver, salido de la nada, apareció a su lado al momento. Los dos se agacharon a la vez, rozándose con las cabezas, lo que hizo reír a Oliver. Katie estaba demasiado avergonzada para poder hacerlo, no recordaba la última vez que algo se le había caído al suelo, y justo ahora, cuando la liaba, tenía que estar él cerca.

Oliver, que iba mucho más rápido, apiló la mayor parte de libros a sus pies y los cogió con gracia, dejándole a Katie solo con un par.

—Ibas a la sala común, ¿verdad?

Katie asintió, y su yo interior empezó a pegar saltitos de emoción al comprobar que Oliver no le daba los libros, si no que enfilaba el pasillo directo a las escaleras.

Se apresuró a seguirle el paso.

—Gracias —se obligó a decir para no parecer aun más tonta.

No sabía que le pasaba, pero desde luego si Oliver no se había dado cuenta, no tardaría. Desde que se dio cuenta de que estaba enamorada de él, se sentía incapaz de ser ella misma con él delante, cosa que era rematadamente estúpida. Seguramente él acabaría dándose cuenta. ¿Katie silenciosa? ¡Pero si no callaba ni dejado del agua!

—¿Snape? —le preguntó Oliver, girándose hacía ella y sonriéndole justo cuando llegaban a las escaleras.

—Como no. Estamos todos igual, sobre todo Gryffindor.

—Espero que no lo haya hecho para boicotearnos las pruebas.

—No lo creo, parecía que estaba más enfadado con el mundo en general que normalmente.

Oliver asintió en silencio, absorto en lo que esperaba que ocurriese mañana en las pruebas. Éste era su último año, e iba a conseguir la copa sí o sí.

Katie sabía que él no la había escuchado realmente, pero aun así no le importó demasiado, aun no sabía como tratar la situación. Estaba claro que ahora no se conformaba solo con verlo en los entrenamientos y con una relación cordial como la de ahora, no, y tampoco estaba segura de si sería capaz de empezar a salir con otros chicos como había hecho el año pasado para tratar de olvidarlo. En ese caso, ¿qué iba a hacer? Ahora ya no era un simple encaprichamiento, ahora dolía.

Sacudió la cabeza, espantando los pensamientos que le zumbaban, y trató de disfrutar de su compañía.

—¿Esperas mucha afluencia a las pruebas? —le preguntó, girando a la derecha en la bifurcación del pasillo y esquivando al fantasma de la Dama Gris.

—He estado preguntando y hay algunos que están interesados, pero no creo que vaya a cambiar mucho la plantilla.

Katie asintió. Eran sin lugar a dudas el mejor equipo de Hogwarts, el más fuerte y preparado, pero por cosas que siempre escapaban de sus manos, acababan perdiendo, la mayor parte de las veces de forma injusta.

—Ganaremos.

—Estoy seguro. Vamos a entrenar más y mejor, y por tanto, jugaremos más y mejor.

Katie tragó saliva, sabiendo lo que vendría. Agujetas eternas.

Cuando iban a traspasar el hueco de la Señora gorda, un par de críos de primero salió corriendo entre risas, empujando sin miramientos a Katie, que trastabilló y chocó contra Oliver, el cual soltó los libros para poder cogerla a ella.

—¡Tened más cuidado! —les chilló.

Katie recuperó el equilibrio e intentó soltarse de Oliver, pero él la apretó con más fuerza.

—¿Estás bien? Estás muy pálida.

La empujó suavemente hacia la pared, apoyándola en ella y agachándose un poco para que sus cabezas quedaran a la misma altura, mirándola con fijeza y sujetándola por los hombros.

Katie no sabía como reaccionar ante tal escrutinio, pero tener a Oliver tan cerca la estaba poniendo enferma.

—Sí —dijo al fin.

Oliver, que no parecía del todo convencido, frunció el ceño, pero finalmente la soltó. Recogió los libros de nuevo del suelo y le hizo un además a Katie para que entrara a la sala común delante de él.

Una vez dentro, dejaron los libros en la primera mesa libre que vieron.

Katie estaba repentinamente feliz. Él se preocupaba por ella, y habían estado casi abrazados.

—Menos mal que no te has torcido el tobillo ni nada de eso, sería un mal comienzo de temporada.

Katie se desinfló al momento. Esa felicidad que la había embargado repentinamente se había ido tan rápido como había venido.

—Sí.

Se despidió de Oliver y cogiendo todos los libros como podía, subió por las escaleras directa al dormitorio de las chicas de quinto curso, cabreada consigo misma por haberse enamorado de él.


Tarán :)

Hasta aquí el primer capítulo. Espero que lo hayáis disfrutado y que os haya dejado con ganas de más.

Se agradecen muchísimo los reviews, las críticas, los tomates... Todo :)

LainaM.