Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Stephanie Meyer, me pertenece esta Historia de la cual me hago cargo. Prohibida la reproducción, copia, o traducción de la misma, sin mi consentimiento.
Este es mi nuevo bebé, he estado trabajando en varios proyectos A LA VEZ, algo difícil, pero necesario, la culpa es de mi mente, es un volcán que vomita ideas, historias y fantasías. Por lo general me gusta terminarlas antes de publicar para no dejar a nadie en ascuas. Sé lo que es leer historias que le faltan páginas. Es como la vida incompleta, pero me comprometo solemnemente a entregar completas las historias. Tendrá capítulos largos y será larga, publicaré un capítulo semanal, lo suficientemente sustancioso para deleitarl s.
I
Alice estaba emocionada con su departamento. Estaba en pleno centro de la ciudad. Un viejo edificio, pero excelentemente bien conservado. Al estilo victoriano, con toques vintage. La pequeña mujer ayudó en la restauración del lugar, trabajo que realizó su madre durante poco más de un año, producto de la herencia de su abuelo el viejo Douglas Brandon III. Alice tenía vena de decoradora, todo lo que tuviese que ver con crear, restaurar o remodelar era su vicio y hoy dia su oficio más amado. Su madre Marie Alice en premio a su incesante trabajo le obsequió el mejor de los regalos. Uno de los pisos en el nivel 4. Justo el que daba al edificio gris de vidrios azules que quedaba frente a su balcón, ese que tanto le gustaba. Con una pequeña terraza para un mueble de dos puestos y un pub, el cual en un par de ocasiones aprovechó de usar, tomando una gran taza de café con mucha espuma y bien humeante, la sensación de frio por la altura y de calor por el café, le hacían sentir como en casa. Cuando descubrió eso, sabía que había encontrado su pequeño nido para vivir de forma independiente. Y saber que ese sería el regalo de su madre por todo un año de trabajo, ha sido la mayor satisfacción que había tenido la pequeña de 3 hermanos, después de su graduación como decoradora de interiores. Ya hacía 7 meses que se había mudado, aun seguía revisando ciertos detalles en el lugar. Era bastante acogedor. Una pequeña cocina en forma de "u" con un mesón para dos puestos de comida. Una pequeña sala con muebles mullidos, un balcón también pequeño pero que brindaba una hermosa vista, debido a que Alice pidió ventanales y puerta corrediza para no perder de vista a su edificio gris favorito. Una chimenea decorativa, ya que el departamento disponía de calefacción. Tres habitaciones. La más amplia obviamente era de la chica y Dos habitaciones disponibles. Dos baños. Uno en la habitación principal. Otro en el pasillo para compartir con las otras dos habitaciones restantes. El departamento era de unos 75 mts2 y a pesar de lo pequeño le parecía que la distribución era apropiada, cada espacio del mismo fue aprovechado de forma ingeniosa. Alice adora la distribución que le dio al departamento, para ello aprovechó hasta el mínimo espacio para agregar algún detalle funcional. Gabinetes bajo la escalera que daba hacia la azotea. Espacio aéreos en los baños. Puertas corredizas. Gaveteros bajo las camas. Muebles huecos. Todo lo que fuera reciclar para decorar era su gran pasión. Estaba a gusto. Sin embargo, cada dia que transcurría sentía que se hacía pequeña y el departamento empezaba a aumentar de tamaño. Era la primera vez que Marie Alice Brandon de 24 años vivía definitivamente sola. La primera vez que le tocó fue cuando tuvo que ir a estudiar diseño, pero adoraba tanto su casa que regreso con su madre, hasta que el viejo Brandon les heredó el edificio, como herencia y al que se dedicaron a restaurar para alquilar los departamentos y vivir de esas rentas. Eso también seria trabajo de la pequeña Alice, procurar que sus ocupantes fuesen responsables con el cuidado del edificio y los compromisos oportunos de inquilinos responsables. Sin embargo después de haberlo terminado en seis meses solo se habían mudado dos familias a los departamentos. Eso no era problema para ella, simplemente no quería inquilinos irresponsables. Ya había tenido un par de jóvenes que intentaron prostituir el edificio y simplemente hizo lo que tenía que hacer. Ella quería gente ejemplar. Aun cuando seis meses después eso le estuviera costando. Pero tenía que pensar muy bien cómo hacer para recibir más ofertas. Había incluso pensado en hablar con su madre para vender los departamentos. Pero eso de momento no era rentable. Debían cumplir con una serie de requisitos con el ayuntamiento antes de vender propiedades, debían esperar por los menos un par de años para declarar la individualidad de los departamentos. Una cláusula que había puesto el viejo en la herencia. Y no entendían porque, suponían que el alquiler devengaba más dividendos que la venta, o que el viejo quería que el edificio siempre fuera de los Brandon. Alice trabajaba por su cuenta y a pesar de ello tenía compromisos de remodelaciones en otros sitios, sin embargo había días en los que se sentía sola en aquel departamento. Por momentos pensaba en regresar a Katty, Tx, pero eso sería una especie de retroceso. Por alguna razón sabía que debía estar allí. Ella esperaba a algo, o alguien, pero no sabía que o a quien simplemente había algo dentro de sí que le decía que tenía que esperar, porque algo o alguien esperaba por ella.
-estos presentimientos absurdos, van a volverme loca un dia- musitaba para sí mientras, salía del departamento.
Debía ir a comprar un kit para el baño, ya que a la taza se le había dañado el herraje y debía buscar a un plomero para que hiciera otras reparaciones necesarias.
OOOOOOOOOOOOOO
Rosalie esperó a que Royce despertara, para decirle que lo dejaba. Le había mostrado con pruebas, su infidelidad con su secretaria. Sin embargo ella no se sentía rota, ni herida, sino más bien liberada. Se había casado joven e ilusionada, con una gran boda pagada solo por sus padres. Royce Knight era una promesa del mundo de los negocios, pero resultó ser un mujeriego, apostador con vicios ocultos. Rosalie quería una gran boda de la que todo el mundo hablara. Y así fue. Debido al reconocimiento de su familia y su estirpe, la boda de Rosalie fue la comidilla, por poco más de 6 meses, cuando su marido protagonizo un gran escándalo en plena fiesta. Bochornoso por demás. Sin embargo, Rose lo tomó como la emoción del momento, pero con el tiempo ella misma se daría cuenta de que solo quería un cuento de hadas con mucho marketing, pero detrás de toda aquella fanfarria, no había nada más.
Royce no tuvo ninguna oportunidad de negar nada. Obviamente acusó a su secretaria de ser una putita oportunista y él, como macho cabrío, no tuvo opción que demostrar su gran hombría, la cual la mujercita estaba poniendo en duda. Rosalie no se había dado cuenta con quien se había casado, hasta ese dia. Sacó de su arsenal la fotos de Troy, el hijo de 2 años que tenía con la que él llamaba la putita oportunista. A los pocos minutos los mejores abogados de la firma de su padre, hicieron acto de presencia en su casa. Ella les explicó a sus abogados que quería la disolución del matrimonio, de una forma tranquila y amable, permitiría que Royce se fuera con lo que llevaba puesto y que si intentaba siquiera pelear un solo centavo de la fortuna, se encargaría de descubrir que había creado una pequeña firma fachada, para traficar con drogas, de las que por cierto Royce se había vuelto cliente vitalicio. El hombre palideció al escuchar tal amenaza, preferiría la peor de las torturas que ir a la cárcel, así que sin más accedió y se fue tal como Rosalie lo pidió, solo con lo que llevaba puesto.
Tiempo después Rose, se había enterado por la prensa que Royce había muerto en extrañas circunstancias, al parecer su pequeño secreto siempre salió a la luz, cuando fueron a visitarle por un ajuste de cuentas y la falta de cierta cantidad de mercancía que al parecer el hombrecillo, se había inyectado.
A raíz de aquella situación Rosalie decidió alegarse de la parafernalia. Se sentía como Rose DeWitt Butaker* al estar rodeada de tanta falsedad. Lo único que le quedaba era su familia y simplemente no quería que ellos se volvieran de plástico como el resto de su vida. Decidió entonces alejarse un poco de toda la cháchara familiar y emprendió su propio camino hacia alguna parte. Cuando se percató estaba terminando su carrera como abogado, aun cuando luchó contra su propio apellido para ser reconocida como Rosalie y no la hijita rica de Dalila y William Hale. Estaba recién graduada de abogada, simplemente quería empezar una pequeña firma. Rechazó la ayuda de su padre, explicándole que quería lograr cosas por su propia cuenta y no influenciadas por su herencia.
Llegó al aeropuerto y se dispuso a contactar a la hija de una amiga de su mamá. Su nombre era Alice. Al parecer su madre le había dicho algo acerca de unos pisos que estaban siendo alquilados con derecho a compra en un futuro no muy lejano. Dalila, le pidió que aunque fuese aceptara el visitar a la joven y ver si en ese edificio le gustaba alguno de esos pisos y ella se lo regalaría, con tal de que la mujer se quedara tranquila, Rosalie accedió en visitar a esa mujercita. Sabía que su mamá no iba a descansar hasta que no viera los benditos apartamentos y sabía que no la dejaría dormir hasta que no tomara uno de ellos, por su paz y tranquilidad.
-Sea donde sea, tomaré el condenado apartamento. Por ahora será lo único que voy a aceptar, por tu tranquilidad y por la mía también. Gracias Mamá- dijo amablemente al final antes de colgar su teléfono y abordar el taxi que la llevaría al centro, frente al Mall Sunset, un edificio gris de ventanales azules muy llamativo del centro de la ciudad.
OOOOOOOOOOOOOOOO
Rosalie subió al ascensor. El edificio era pequeño, apenas cuatro pisos. Pensó en algo más grande, pero se autocastigó. Si quería ascender por sus propios esfuerzos, debía ser más modesta y aceptar ese regalo. Si no sería falsa toda esa intención de querer alejarse del lujo y de lo banal para al final volverse la niña berrinchuda que ha sido. Recordó que un berrinche la llevó a un matrimonio de catástrofe y salió airosa por lo obcecada que es, pero que realmente fue peligroso, todo por alardear del poder supremo que tenia del dinero. Sintió escalofríos en su espalda al imaginarse que de no haberse puesto alerta ante aquellas señales probablemente estaría tan muerta como su ex marido y sin ella saber ni una sola palabra.
-Eso fue una señal, no la cagues Rossi- se dijo para sí misma.
Llegó al nivel 4 del pequeño edificio. El ascensor abrió sus puertas y la invitó a bajarse, asomó su cabeza mirando de lado a lado el pasillo. Observo que en ambos extremos había una ventana que permitía la entrada de la luz que iluminaba modestamente el pequeño pasillo. Bajó del ascensor con dirección hacia la derecha y en la puerta más cercana a la ventana derecha. 4-A marcaba el departamento y 4-A es el departamento que su mamá le había pedido que visitara. Tocó el timbre y se dispuso a esperar. La puerta se abrió y una pequeña mujercita de cabello puntiagudos cortos, de muy baja estatura con una flameante sonrisa y unos dientes como de comercial de tv la recibieron
-Hola-
-Hola, busco a Mary Al…-
-Alice, soy yo. Y tú debes ser Rose cierto? Mi madre me ha dicho que la tuya le pidió que vinieras a ver los departamentos, ¿pero qué haces allí?, entra por favor-
Y prácticamente la haló de la puerta haciéndola entrar con sus tres maletas.
-Debes estar agotada, tengo entendido que vienes de Detroit, ¿cierto?-
-Aja- contestó Rosalie sin observar mucho a la chiquilla. Miraba curiosa el departamento. La decoración era bonita, pintoresca con aires victorianos. Era un departamento relativamente pequeño en comparación a la casa de sus padres e incluso a la casa de ella y Royce, cuando estuvieron casados. Lo que le agradaba de aquello es que el departamento se veía impecable. Suponía que como ella iría de visita, necesitaba que la impresionaran.
-¿quieres un café?. Acabo de preparar un poco. También tengo magdalenas. Las he hecho yo misma-
Alice la arrastró hacia el mesón de la cocina y la invitó a ocupar el asiento elevado. Alice de forma efusiva seguía hablando sin parar, colocó el ponquecito en un pequeño plato blanco con pintas de color rosa. Una taza de café delicadamente decorada. Rosalie se sentía como si estuviera en una merienda con Barbie. Rose miró el ponquecito que tenía un apetecible aspecto y casi muere cuando la chica le informo que era relleno de crema.
-tomaré el café, pero la magdalena no. Estoy a dieta-
-o vamos, debes estar de broma. Además un simple ponquecito, no te hará engordar-
-créeme, el problema es que si me gusta el puto ponqué, querré otro y otro. No tengo tanta voluntad para negarme al dulce-
Alice rió bajito ante el comentario de la rubia. Era una mujer impresionantemente bella e impecablemente arreglada. Se notaba a leguas que tenía un gusto exquisito para vestir, además de que la chica se veía regia en el chaquetón rojo que envolvía su cuerpo y aquellos tacones a juego con su chaqueta.
-ponte cómoda mujer, quítate ese sobretodo y hablemos de negocios-
A Rosalie le impresionó lo confianzuda que es la enanita, pero por alguna razón, no se sintió mal por ello. Sin embargo mantuvo su seria postura para que la pequeña mujer no se confiara. Ella era Rosalie Hale, recién graduada de abogado y acabaría con la ciudad.
-quiero ver los departamentos que están disponibles-
-bien, termina tu postre e iremos por ellos-
-antes me gustaría terminar de ver éste departamento, si no te importa-
-oh no, para nada, por el contrario eso me haría muy feliz-
Al terminar el condenado ponqué que sabia deliciosamente bien, invocó a todas tus fuerzas para no pasar el dedo por el plato y lamer el puntico de crema que se había salido de la magdalena. Agradeció que la enana la arrastrara por el departamento. Era realmente lindo, pequeño, pero muy bien distribuido. Le llamó la atención la disposición de espacios que regularmente permanecen ociosos, como los gabinetes bajo la escalera, o el espacio bajo el colchón. Es muy creativo. Se sintió agradada y esperó que existiera un departamento justo para ella.
-¿quien decoró tu departamento?, debiste haber gastado un dineral para que quedara tan lindo-
-oh, gracias Rose. Puedo llamarte Rose, ¿cierto? Creo que sí. Pues, no fue mucho yo misma lo decoré, trabajé con mi madre en su restauración y simplemente aporte ideas para el decorado. Soy diseñadora de interiores-
-disculpa la pregunta pero, ¿qué edad tienes?, pareces de 15 años-
Alice se carcajeó ante el comentario
-tengo 24-
-¡Wow! 24, igual yo- dijo con pensamiento quedo -Pero es un secreto. Espero que sepas guardar secretos. No acostumbro a decirle mi edad a nadie- remató en tono amenazante.
-no te preocupes, soy una tumba- indicó Alice haciendo el gesto de cerrar su boca como si tuviera un zipper en ella y sonrió.
Rosalie miró tres departamentos que Alice consideró que llamarían su atención. Estos no estaban decorados, simplemente restaurados. El que le agradó a la rubia, era uno de piso de Parket. La Habitación principal era más grande que la de Alice y tenía dos ventanales que daban hasta la calle, cada uno con un pequeño balcón, excelente para compartir la vista y mirar el movimiento allí afuera. Solo le faltaría equiparlo.
-¿quiero saber cuáles son las condiciones para comprar el departamento?-
-ah, bueno. De momento sería alquilado, pero podríamos realizar un contrato de arrendamiento con opción a compra. Este es uno de los requisitos que ha dejado mi abuelo, para poder disponer de esta herencia-
-¿acaso no confiaba en Ustedes?-
Alice se encogió de hombros
-pues la verdad no sé por qué hizo esto. Aunque no me quejo, el no era malo-
-o tal vez cuidaba sus intereses. De momento la figura de renta es más accesible a la compra. Por cuando el bien deja de ser tuyo obviamente. En cambio con la renta puedes colocar condiciones y reglas para mantener el departamento, el edificio y la paz de los habitantes-
-supongo que sería por eso. Creo que mi abuelo quería que tratáramos de conseguir a las personas adecuadas para vivir-
-¿personas adecuadas?-
La enana se volvió a encoger
-cariño, en este mundo hay gentes de todo tipo, no existen los adecuados, ni los perfectos. Si sigues esta política, jamás ocuparán el edificio. Tu abuelo impuso una clausula un tanto absurda. Esto es un edificio, no el país de las maravillas-
-entiendo. Me ha costado un poco habitarlo, pero sin embargo tengo fe. Puedo creer y creo, además tú eres una gran chica, puedo verlo. Estoy segura de que serías una excelente inquilina-
-tu abuelo te entrenó bien. Con ese discurso casi me sacas las lágrimas. Pero hablemos de negocios reales. El lugar me agrada. No me gusta que aun esté tan deshabitado. Me hace sentir como que soy única en el mundo. Creo que debes hacer algo por la seguridad del edificio, es decir, ¿cuantos departamentos son?-
-16-
-es decir 4 por cada piso-
-aja-
-no todos son de la misma medida, por ejemplo este me parece más espacioso, cuantos metros tienes-
-todos tienen 75 m2, solo que las distribuciones son diferentes. Por ejemplo este es de solo dos habitaciones, por eso la amplitud de la habitación principal. Cuando mamá lo trabajó, dijo que el fuerte era esta vista y le pareció fantástico que este espacio se ocupara para una habitación, o una gran sala. Es genial-
-Sí, es cierto, pero este espacio será para mi habitación. No se hable más-
Alice sonrió y aplaudió.
-yo quiero comprarlo. Bueno mi madre me lo va a regalar. ¿Hay posibilidades de que en vez de un año de arrendamiento sea menos?, es decir, ¿que tal tres meses para empezar? Si me vuelvo insoportable, me echas y listo. Y si no te soporto a ti, me largo y asunto resuelto-
-me parece justo- indicó Alice sin dejar de sonreír
-Bien. Voy a necesitar comprar algunas cosas para ocuparlo. ¿La calefacción sirve?-
-Todos sus servicios están activos. Energía eléctrica, agua, calefacción-
-No hay línea telefónica-
-eso todavía no-
-ok, haré la solicitud. Enana, has cerrado un negocio. Tienes a la mejor inquilina que jamás podrás tener-
Dijo estrechando con fuerza la mano de la mujercilla haciéndola bambolearse por la fuerza.
*Rose DeWitt Butaker: Persona ficticio de la Película Titanic (1997) interpretado por Kate Winsley. Era una joven aristócrata harta de las banalidades de la vida opulenta. Su Madre negocia su matrimonio para salvarse ambas de la ruina en la que la había dejado su Padre antes de morir.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Otra invención mía espero que les agrade a mis lector s
Bienvenid s a mi mundo
