Ya saben... todo esto pertenece a los creadores de Hellsing y... realmente nunca he escrito esto pero... ya saben.

Después de tanto tiempo he decidido hacer esto de nuevo.


Integra sufrió mucho en la cárcel y la ausencia de aquel vampiro, pero no se podía rendir, tenía que salir y recuperar su apellido aunque si llegaba a tener a un niño o niña no se lo heredase, sabía que si regresaba tendría que tener descendencia por si regresaba el vampiro… el vampiro que amo en secreto pero no acepto por miedo a que todo fuera un engaño, a que todo fuera una trampa, no lo soportaría, se hubieran cambiado los papeles, ella no sería esclava de nadie, además la reina necesitaría protección y… no, esta vez el amor no podía ganar, con lágrimas en los ojos pensaba mil cosas, mil excusas, sabía que tendría que obedecer a la reina como una esclava… que rabia, pero así era.

Paso el tiempo, Integra salió de prisión, salió con una condición, se tenía que casar y tener un hijo… no podía creerlo, pero tenía que obedecer ¿Dónde quedo esa Integra que conocimos? Seguro se fue con el vampiro para nunca volver. Walter la recogió en uno de los autos y le dijo "Que bueno que regreso ama" pero ella no respondió, tenía rabia dentro de sí, solo se sentó en el asiento trasero y miro por la ventana, llego a la mansión esta estaba completamente reconstruida, solo la observo un momento y entro, se encontró con Seras que le dio un fuerte abrazo, pero Integra ni se inmuto, no quería nada de eso, aun no reaccionaba, aun no, llego a su recamara y se recostó, todavía no sentía el estar fuera, todo era una cárcel por sí solo, tenía que seguir ordenes de la reina sin decir ni pio para recuperar su apellido, el apellido que recibió de su padre, el apellido que tenía que defender hasta el último momento. En su cama recordó al vampiro, aquel vampiro que desapareció sin dejar rastro, aquel vampiro que amo, daba una vuelta y otra, no soportaba el lugar, no soportaba estar lejos de él.

Por la mañana ya tenía trabajo, uno muy especial, no, no era un vampiro lo que tenía que cazar, esta vez era algo más difícil para ella, tenía que conseguir esposo, como odiaba la idea, no lo soportaba, no podría recuperar nunca su apellido, ahora sería Integra de "X" o Integra de "Y" no soportaba esa idea, tenía que hacerlo, ya tenía 35 años y le quedaba poco tiempo para que su flor se marchitara.

Pasaron unos meses y al no ver movimiento la reina hizo que Integra se casara a la fuerza, todavía le estaba dando la opción de elegir, pero su fecha limite llego y ella no había encontrado a nadie, con lágrimas en los ojos Integra se casó, con el primero que encontró la reina, sin importarle que fuera un honorable caballero o un… tonto, por así decirlo, en realidad, fue literal, el primero que encontró, se había acercado a ver qué pasaba y de inmediato empezaron los preparativos aprovechando que era soltero, no se hizo fiesta ni nada de eso, únicamente una ceremonia y se acabó, la menor noticia posible del tema, sus lágrimas no eran de felicidad ni de tristeza, eran de rabia, no quería casarse… y menos con aquel hombre, se veía tan tonto y… no era su tipo.

La noche de bodas Integra tomo demasiado, mientras más rápido empezara con su misión más rápido terminaría, aquella noche Integra perdió la conciencia de lo que hacía, y al fin perdió lo que no quiso ceder nunca a aquel vampiro.

En la mañana despertó con la peor jaqueca de su vida, y un dolor menos común, se colocó las gafas y lo primero que noto fue su desnudes en la cama… su temor empezó al oírse unos ronquidos a su lado, ronquidos de nadie más que su nuevo esposo, integra se sentía increíblemente sucia, peor que si estuviera empapada en lodo y sangre, fue a la ducha y trato de relajarse, pero le carcomía la repugnancia, por más que se bañó no pudo quitarse esa sensación, al final se dedicó a llorar, no salió de la ducha en todo el día.

Día tras día el despertar junto aquel personaje era una sensación horrible, despertar con un desconocido, que a leguas se notaba la odiaba, pero ¿Qué más podía hacer? "ordenes de la reina"

Pasaron 8 meses, él bebe estaba a punto de nacer y todos andaban preocupados, al fin Alucard hizo su aparición, en ese momento el esposo de Integra estaba en la oficina, encargándose del papeleo, el papeleo que Integra solía hacer día tras día, Alucard ignoro la nueva presencia y fue directo a donde se encontraba Integra

He regresado – Dijo el vampiro

Sí, pero demasiado tarde – Dijo Integra haciendo ver al vampiro que ahora ella estaba embarazada y con tono molesto

Eso no importa, tú siempre serás mi condesa y aunque tú te vayas yo cuidare de tu descendencia – Dijo Alucard saliendo de la habitación e Integra rompió en llanto.

Paso un mes más, al esposo de integra le molestaba la presencia del "nuevo" vampiro, pero no podía hacer nada por el momento. Nació él bebe, un varón muy saludable, que no heredaría el apellido Hellsing, sino otro, el apellido de su padre Rutland, que aunque fuera otro apellido parte de la sangre que corría por sus venas era Hellsing, aun así, la reina ordeno inmediatamente que se le sellara a Alucard y a Seras por miedo a que no obedecieran.

Integra envejeció, con aquella amargura de ver sellado a su amado, ella ya no era dueña de nada, no era su casa, ni su servidumbre, no era su ejército, no era su nada, es más, ni siquiera era dueña de su propia vida. Vio a su pequeño crecer, irse y regresar, educándose, adquiriendo nuevas experiencias, todo para ser un buen Hell… cierto, él no tenía ese apellido, aun así él se haría cargo de la protección de la reina.

Su esposo la odiaba, al final dormían en cuartos separados, él hacía papeleo y ella… ella se dio por vencida, ella ya no era la misma, ella ya no era una Hellsing, ya no tenía ningún compromiso con nadie, y esperaba tranquilamente su muerte, una muerte provocada por cáncer, cáncer que adquirió con tantos cigarrillos fumados… Integra murió, al final su apellido había sido Rutland y no se le recordó como una Hellsing.


Muchas gracias, nos leemos pronto