Hola!!, aquí con un nuevo fic... emmm que diré que amor siempre es doloroso, si no duele al menos una vez no es amor.
Advertencias: Muerte de personaje
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Minato x Hinata
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Disclaimer: los personajes usados en este fic le pertenecen a Masashi Kishimoto
Este fic participa en el "Reto: De amores y otras tribulaciones" del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.
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REMEMBER
"No llores, te veré pronto" es lo que dices.
Sonríes, acaricias mi rostro y veo tus ojos.
"No te vayas" es lo que quiero decir
…pero las palabras no dejan mis labios.
Los días pasan y tu no regresas,
La angustia agobia mi corazón.
Las oscuras palabras nublan mi razón,
mientras escucho sobre tu muerte.
Despacio, lentamente mi alma se pierde.
Si al menos lo hubiera podido decir,
si tan sólo la cobardía no me hubiera ganado.
Te habría dicho "te amo".
Una suave melodía inundó el ambiente, una lágrima recorrió mi mejilla y mordí con fuerza el interior de mi labio; mi cuerpo se estremeció con fuerza, sentí la mano de Ino en mi hombro pero su apoyo fue en vano. Quería gritar, quería llorar sin restricciones, quería, no lo sé, golpear algo… me sentía desesperada, frustrada, dolida, pero sobre todo me sentía abandonada. Por favor sostén mi mano una última vez, si tan sólo… por favor.
Una lágrima volvió a recorrer mi mejilla al ver su foto encima de la pequeña mesa. Una foto en la que él sonreía con calidez, en la que sus ojos azules se estrechaban de felicidad. Una rosa blanca cayó de mi mano y la sensación de pérdida abrumó mi corazón. Lo había perdido, él… él se había ido y no había nada que pudiera hacer al respecto. No me dejes sola…
El lugar estaba lleno de gente, señores feudales y otros kages habían asistido, toda la Nación del Fuego lamentaba la pérdida del Cuarto Hokage, la Aldea de la Hoja lo honraba como el héroe que era, Naruto lo lloraba como su único hijo y yo… yo podría haber sido una intrusa en su vida pero él era el amor de la mía. O había sido… no, él siempre sería el amor de mi vida. Nadie podría reemplazarlo, yo…
El amor nunca muere, cambia, se transforma… se pierde.
Hace dos años.
No, no, esto no puede estar pasando. ¿Por qué justo hoy?... yo nunca quise esto. Y-yo… t-tú eres egoísta. Mis pies tocaban el suelo con prisa mientras subía la capucha de mi sudadera y ocultaba mi rostro de la multitud; era día de San Valentín y una gran feria se celebraba en conmemoración a la fiesta del amor, había mucha gente y mi cuerpo se movía sólo por inercia hacia ninguna parte, buscando huir; esquivando a la gente, desapareciendo.
Viendo la gente pasar, buscaba una sola cosa: "oscuridad". En la oscuridad nadie vería mis patéticas lágrimas de un amor no correspondido, en la soledad nadie podría oír mis gemidos de dolor, mis gritos de desesperación, pero sobre todo, en la oscuridad nadie podría hacerme daño; nadie me vería.
Recargué mi espalda contra el tronco de un árbol y elevé mi mirada hacia el cielo nocturno, sólo la luna se dibujaba blanca, llena y solitaria en el oscuro firmamento, ni una sola estrella brillaba. Mis ojos, que compartían el color de esa esfera en el espacio, habían dejado de llorar, una de mis manos fue a mi pecho sintiendo el ritmo vacío de mis latidos desbocados; el dolor era fuerte cuando el engaño se hacía presente y yo nunca me había imaginado saborearlo, vivirlo.
Me había enamorado de un chico que siempre creí honesto, sincero, de ese rubio de ojos azules que nunca pensé que me aceptaría, pero lo había hecho, me había dicho que quería estar conmigo y yo le había creído. Le había entregado todo, mi cuerpo, mi alma, mi corazón… y dolía. Saber que no era correspondida dolía demasiado pero saber que Naruto había jugado conmigo era peor que mil dagas atravesándome una justo después de la otra.
*….*
Sus labios en los de ella, sus manos apretando su cintura con fuerza hacia él, sus azules ojos cerrados, sus alientos chocando, sus lenguas peleando. Sí, este no era un simple beso, no era uno de esos sencillos toques de labios en los que hay un "me gustas", no, este beso del cual yo era testigo derramaba deseo por todas partes. Gritaba: eres mía, decía: soy tuya. Ella, hasta ahora una de mis mejores amigas, rodeaba su cuello con ambos brazos, su mirada jade estaba llena de esperanza, anhelo y muchas promesas. Era la misma mirada con la que yo veía al mismo hombre que ahora la abrazaba.
El recuerdo de sus palabras era como una bofetada, saber que todo lo que me había dicho había sido mentira era como veneno que se esparce rápido en el cuerpo destruyendo todo a su paso. Él era el hombre que yo amaba, ella era mi mejor amiga, pero ya no más. No más. Naruto y Sakura eran las personas de las cuales yo no quería volver a saber nunca más. Ellos me habían traicionado, ambos habían jugado conmigo… ¿qué había hecho para merecer esto?...
Levanté mi mirada llena de lágrimas y me encontré con la del Uchiha, negra como noche de luna nueva, sus puños apretados y la sangre corriendo por estos. Le dediqué una suave sonrisa que hizo fruncir su entrecejo y empecé mi escapatoria. Sasuke debía estar mucho más molesto que yo, más indignado, sintiendo el doble de traición sobre sus hombros, después de todo Naruto y Sakura eran sus compañeros de equipo, sus mejores amigos. Ambos… pero no podía preocuparme por sus heridas ahora, tenía que lamer las mías o terminaría pudriéndome en este mar de egoísmo. ¿Era tan difícil de decir "ya no te amo"?, yo lo prefería por mucho. Este juego macabro que mataba mi corazón, que me hacía ver el mundo gris, llenando mis ojos de lágrimas, destruyendo todo lo que creí seguro una vez. Me sentía sola, abandonada y con mucho miedo…
*….*
Recordando aquella escena mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas y ellas volvieron a crear surcos en mis mejillas. Mis manos apretaron la tierra sobre la cual estaba sentada, mi rostro se deformó de dolor. Siempre duele más cuando alguien que amas es quien te hace daño. Mis labios dejaron salir suaves y desesperados gemidos mientras mi rostro se enterraba en mis rodillas y mis brazos rodeaban con fuerza mis piernas. Desolador, me siento tan sola, estoy tan sola, si tan sólo Neji estuviera aquí podría correr a abrazarlo y dejarlo sermonearme… Me perdí en mis pensamientos.
A veces las cosas no salen como uno quiere.
A veces simplemente…
pensarías que es el destino confabulando en tu contra.
Tomaste las cosas del corazón como un juego.
…Está bien, juguemos.
….
Naruto.
Ella era la mujer en la que Sasuke había puesto su interés, la única que no lo miraba como el resto, que no lo seguía como las demás y sobre todo que no chillaba como una fanática a su alrededor. Ella era la mujer en la que mi amigo había puesto la mirada, y, hoy la tenía frente a mi pidiendo una respuesta a su declaración.
Recordé a Sasuke jugando con Sakura, apostando como si ella fuera un juguete… sabiendo que ella era la mujer que yo amaba, recuerdo al Uchiha indiferente a las lágrimas de la chica de ojos jade, recuerdo a mi mejor amigo "divirtiéndose" con aquella chica de cabello rosa dueña de mi corazón; pero sobre todo recuerdo a Sakura llorando frente a mí, diciéndome lo mucho que lo amaba, que no le importaba nada mientras él estuviera a su lado… me recuerdo a mí mismo apretando los puños y aceptando su decisión.
…Observé a Hinata con atención, ese color rojizo que pintaba furiosamente sus mejillas la hacía ver adorable. Se ve linda así. —Sí, quiero estar contigo —dije rápidamente antes de arrepentirme de mi decisión y entonces la morena me besó haciendo que olvidara todo por el momento.
No lo vi venir y ahora estoy rota.
No vi venir tu traición y mi corazón se cae a pedazos.
No esperé esto de ti y te di todo lo que tenía.
Me robaste a mí misma y hoy estoy perdida.
…..
Hinata.
Una mano tocó mi hombro y sorprendida levanté mi rostro, había bajado la guardia y al reconocerlo me alejé de él como una niña asustada. Ver sus ojos azules llenos de compasión me hicieron esquivar con brusquedad la mano que se dirigía a mi rostro; él era tan idéntico al hombre que acababa de romper mi corazón que verlo me dolía.
Limpié mi rostro y con una respiración profunda regresé a verlo, después de todo él era el Cuarto. —L-lo s-siento yo n-no quería interrumpir —balbuceé maldiciéndome a mí misma por no poder hablar con claridad en esta situación, sobre todo con el padre de mi ahora exnovio y entonces él habló.
—Hay cosas que no puedes evitar en este mundo, pero lo que sí puedes hacer es decidir que harás al respecto Hinata —lo vi ponerse de pie y mirar la luna para terminar con una mirada que taladraba la mía.
Suavemente me puse de pie hasta que estuve frente a él, —no lo haga —murmuré felicitándome a mí misma por no desviar la mirada—, no intente siquiera justificar a su hijo. —Esta vez mi tono había sido mucho más duro debido a la ira que habían provocado sus palabras en mí. Lo escuché bufar y la mirada que había desviado hacia mis puños se trabó nuevamente en sus ojos.
—No lo hago, y ambos sabemos que debes parar de engañarte a ti misma —las palabras de Minato fueron como una bofetada, sentí mis ojos llenarse de lágrimas pero las contuve, no iba a llorar frente a él.
Levanté mis manos en señal de rendición y negué con suavidad, ésta no era una conversación que deseaba tener con él, podría ser con Ino pero definitivamente no con el padre de Naruto, no ahora, no nunca.
Simplemente quisiera saber como salir adelante.
No quiero quedarme estancada.
Debo superarlo pero tu recuerdo nubla mi mente,
y no me deja pensar en nada más que en ti.
Recuerdo cuando te pedí formar parte del escuadrón ANBU, recuerdo la paciencia que tuviste al mostrarme por qué no debía pertenecer a ese lugar. No sabía como evitar a Naruto y Sakura así que los enviaste a varias misiones fuera de la Aldea, e hiciste lo mismo conmigo cuando ellos regresaban.
Recuerdo cuando fuimos a una misión juntos, salvaste mi vida dos veces, me diste la oportunidad de estar a tu lado esa noche; viendo las llamas de la fogata me contaste sobre la mujer que había sido tu esposa y como se había sacrificado para salvar a Naruto del Kyuubi. Tu voz sonaba tan suave, tan nostalgica. Me hiciste participe de tus recuerdos y yo te hablé de los míos, incluso de cómo me había enamorado de tu hijo y lo feliz que había estado cuando correspondió mis sentimientos.
Recuerdo que viste mis lágrimas caer por mi rostro y dijiste que aún llorando era hermosa… recuerdo que esa noche te vi como hombre por primera vez y después de esa noche no había una sola en la que no pensara en ti, en la que no anhelara la luz del día sólo para poder verte nuevamente, escuchar tu voz, estar a tu lado.
Muchas veces me daba miedo pasar tanto tiempo contigo pero mi cuerpo necesitaba tu cercanía, al menos verte. Empecé a aceptar la presencia de Naruto, incluso hablar con Sakura me daba igual… yo estaba enamorada de ti y no tenía tiempo para pensar en el pasado. Aún así nunca los volví a considerar mis amigos. Ino se volvió mi confidente y cuando no estaba contigo la buscaba a ella, realmente era una buena amiga y ahora que Sasuke estaba sin una novia ella tenía esperanza de salir con él algún día. Recuerdo la emoción en su rostro cuando me contó que el Uchiha la había invitado a cenar… también recuerdo la envidia que sentí, porque yo no podía invitarte a ti, Minato. Eras el Hokage, podrías haber sido mi padre, había estado enamorada de tu hijo… el miedo me abrumó y con el paso del tiempo me di cuenta que perdí la oportunidad por un miedo estúpido, por evitar el qué dirán, por pensar más en la opinión de la gente que en lo que sentía mi corazón por ti.
—Sí, todos los preparativos están hechos —dije respondiendo a tu pregunta, la cual me había sacado de mis pensamientos, te ibas de viaje al país del Viento, había una misión que debías cumplir. No estaba al tanto de todos los detalles pero sabía que tanto tú, como el Kazekage, estaban poniendo en riesgo sus vidas, eso me tenía muy nerviosa…
Me quitas el sueño.
Últimamente eres todo lo que quiero.
Si supieras cuanto te deseo…
Si supieras cuanto daría por uno de tus besos.
Me estoy muriendo, entre el dilema de lo correcto y lo incorrecto.
Me estás llevando al infierno.
Pequeña niña quiero perderme en tu cuerpo.
Pequeña luna, no te merezco.
….
Minato.
De alguna forma ella había entrado en mi corazón, poco a poco había ido abriendo un espacio donde jamás había habido uno para otra mujer que no fuera Kushina, ella había muerto ya hace 17 años y una niña justamente de esa misma edad me hacía sentir nuevamente como un adolescente que no podía controlar sus impulsos.
Me negaba a mí mismo el placer de tocarla, sólo Dios sabe cuanto quería besarla, abrazarla y borrar todos los malos recuerdos que mi hijo había dejado en ella. En este momento pensaba que mi propio hijo era un idiota por haberla dejado marcharse, por engañarla pero a la vez estaba agradecido, porque gracias a ello ahora yo tenía una posibilidad con ella. Sabía muy bien cual era la forma en que me miraba, sabía que yo no le era indiferente. Pero cada vez que me decidía a tocarla la veía y daba un paso atrás, no era correcto. Esta atracción que tenía por ella era simplemente una locura.
La observé arreglando y terminando los preparativos para la misión a la cual iría junto con el Kazekage, era arriesgada y sabía que me tomaría un tiempo volver. La vi temblar, vi sus labios mientras ella se acercaba a mi con unos papeles y no pude resistirlo más. La besé, maldita sea… sus labios eran el cielo, mis brazos apretándola hacia mí era algo con lo que sólo había podido soñar, sus gemidos eran gloria y yo estaba pecando. Hinata Hyuuga definitivamente era mi infierno personal, si tuviera más tiempo la haría mía aquí mismo pero ella no se merecía eso. Merecía un hombre que la amara… y no estaba seguro de poder ofrecerle eso.
Hay cosas sobre las cuales no tienes el control.
Tal vez estuve tan débil que no pude detenerlo.
Y mi corazón empezó a alegrarse cuando estabas a mi lado.
A tranquilizarse cuando hablabas…
Aprendió a amarte lentamente, sin mi permiso.
Cuando me di cuenta ya era demasiado tarde.
Ya estaba enamorada de ti.
Y no había nada que pudiera hacer al respecto.
...
Hinata.
—Gracias —murmuré mirando a Minato a los ojos, sabía que esto era imposible, sabía que lo nuestro era imposible pero aún así yo me había enamorado de él. Lo amaba, más de lo que nunca había amado a nadie, ahora entendía que lo que había sentido por Naruto no era más que una bonita ilusión, y daba las gracias por todo lo que se había puesto en mi camino para separarme de él y encontrar al hombre que realmente amaba.
Contra todo lo que pensaba él se inclinó y rozó sus labios con los míos, yo abrí sorprendida mis ojos pero no me retiré, me acerqué aún más a Minato, queriendo más de sus labios, haciéndolo un beso real él ahuecó mi cabeza con una de sus manos y profundizó el beso, yo me entregué a él por completo y lo rodeé con mis brazos, soltando un gemido de satisfacción. Sentí una llama crecer en todo mi cuerpo y el rubio se separó tomando mi rostro, quería quedarme más tiempo con él, mis ojos se llenaron de lágrimas aunque no vi la razón. —Te veré pronto Hinata —y entonces él se marchó.
Sentí mi corazón estremecerse.
Quería sentir su calidez, quería estar en sus brazos… quería ser suya.
Mi corazón latió fuertemente recordándome que ya lo era.
Yo ya le había dado todo de mi.
Se lo diría cuando regresara, le diría que lo amaba.
Que no me importaba lo que todos en la aldea dijeran,
Yo quería estar a su lado y sólo a su lado, pero…
Él nunca regresó.
Y ya no podría decirle,
han pasado dos años ya de su muerte y siempre pienso en ese momento.
Pienso en muchos "y si…", realmente no lo he superado aún.
Realmente no creo que pueda superar un amor así.
Yo lo perdí y ahora sólo me quedan recuerdos…
Aún recuerdo sus palabras, esas que me hicieron querer acercarme a él, aún recuerdo el sonido de su voz, la melodía de su risa, la calidez de sus brazos y ese único beso. Sí, yo aún recuerdo como si fuera ayer al hombre que aún amo… Minato.
*….*
—¿Estás lista para dejar los recuerdos atrás y mirar hacia el futuro? —dijo la voz de un hombre, me sorprendió regresar a ver y darme cuenta que era Sasuke Uchiha a quien le habían pertenecido esas palabras. Sí, estoy lista… le dediqué una sonrisa y asentí sabiendo que nunca dejaría de amar a Minato pero dándome la oportunidad de seguir adelante.
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Espero que lo hayan disfrutado.
Lex.
