Capítulo I: La Danzarina Encapuchada.
Era uno de esos días alegres y bellos, el Sol irradiaba su luz con mucha fuerza, pero no quemaba ni calcinaba, sólo producía una agradable calidez.
La Comarca había amanecido, como siempre, en paz y armonía; y la mayoría de los hobbits llevaban un buen semblante.Eran las 11 de la mañana, en Hobbiton, y un hobbit madrugador estaba sentado al pie de un árbol, leyendo…
Su rizado y alborotado cabello oscuro caía sobre el rostro fresco, y levemente sonrojado, y su mirada azul y profunda devoraba ávidamente el contenido de aquel libro¡que por cierto era enorme! Y su concentración era tal, que no se había dado cuenta de unos fuertes murmullos que provenían de unos arbustos cercanos.
- Oye, Pip... ¿¡¡podrías bajar un poco tu voz!!?
- ¿Cómo quieres que la baje, si tú no me das el ejemplo?
- ¿Es que tengo que darte yo el ejemplo?
- Sí.
- ¿Desde cuando?
- ¡Desde ahora!
- ¡Shhhhtt!...¡Eso debería habértelo enseñado tu madre!
- Lástima, nunca tuve oportunidad de aprenderlo…
- ¡Sólo te pido que bajes tu maldita voz¿O prefieres que nuestro despistado primo nos escuche?
- Bueno, bueno, ya entendí viejo..
- ¡Pues qué bien! Ahora escúchame..
- Escucho.
- Déjame seguir..
- Sigue.
Las ramas del matorral se movieron con fuerza; Merry no había aguantado las ganas de pegarle un manotazo a su primo. Estaba perdiendo la paciencia.
-¡Oye!..¿Dónde quedaron tus ganas de pasar inadvertido? No tenías porque pegarme..
- Te lo merecías.
- Agradece que nuestra presa no se dio cuenta.
- ¡Ja! Agradécelo tú, ya que TÚ fuiste el culpable..si no, no te hubiera pegado, y YO podría haber seguido con mi plan.
- ¿Ahora quien está hablando fuerte?
- Bueno, como iba diciendo..la cosa es divertirse..
- ¡Eso jamás lo dijiste!..si no, habría puesto un poco más de ate..
El arbusto volvió a mecerse: el joven Pippin recibió de nuevo un golpe de Meriadoc.
-¡Déjame hablar, Pip!
- Bueeeno...
- Bien, ahora que no nos ve nadie, podemos pegarle un buen susto a nuestro viejo amigo..
- ¿Sólo eso?
- No, después podemos perseguirlo hasta Bolsón Cerrado, y pretextando estar cansados y enfermos de la cabeza, podemos quedarnos a almorzar.
- ¡Genial!
- Shhtt...ahora, hay que ser cuidadosos, agradezcámosle a ese bendito libro el haber distraído al chico.
- ¡sí! Como agradecimiento podríamos darle algo del botín..
- ¿Qué botín?
- ¡La comida, por supuesto!
- Ahhh…bueno, sí..
- Aham.
- Los libros no comen, Pip.
- Ahh...bueno saberlo.
- Ok, ya sabemos lo que hay que hacer.
- Yo no…
- ¡Santo Cielo!
Después de un rato de susurros escandalosos, logran ponerse de acuerdo para lograr su travesura del día.
- Ok, Merry. Todo listo.
- ¡Bien!
Pippin y Merry, se acercaron "sigilosamente" al árbol en el cual Frodo estaba apoyado, y se escondieron detrás, esperando el momento más oportuno.
Cuando el momento oportuno llegó, los dos traviesos Hobbits saltaron de detrás del tronco del árbol, y…
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Buuuuuuu!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Silencio.
Merry y Pippin se miraron.
¿Qué no era que Frodo debería haber saltado completamente asustado?
El hobbit no se había ni percatado de su presencia.
-¡¡¡¡¡¡¡¡BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!!!!!!
Nada. Todo seguía igual.
Merry miró a Pippin como diciendo 'nos descubrió, y se está haciendo el tonto! Todo por tu culpa Pip'.
Pippin de todas formas, no entendió la casi asesina mirada de su amigo.
Siguieron gritando.
-¡¡¡BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUAAAAAAARGGGGGGG!!!
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRG!
-¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
-¡WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
-¡¡¡¡¡MUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!!!
-…
-MUUUUUUUUUUUUAHAHAHAHAHAHAHHAHAA…
-…
Pippin miró a Merry con cara de 'sigue gritando,viejo'.
Pero sintieron una voz, que les cortó toda aquella inspiración.
-Uf .. ¡menos mal que se callaron!
Era Frodo, quien había despegado su mirada del libro, y ahora los observaba a ellos, con una mezcla de molestia y risa.
-Fr..¡Frodo!-pudo decir Pippin, asombrado.
- ¿Ves Pip, lo que haz hecho? –gritó enojado Merry-. ¡Frodo nos descubrió!
- Jajajajajaja- rió un desconcertado Frodo-. Pero como no los iba a descubrir, si gritaban tan escandalosamente tras esos arbustos.
- Oh, vaya –dijo Pippin con cara triste-. Se arruinó la diversión.
-¿SE arruinó?- siguió Ferry, mirándolo de mala manera.
Frodo los miró con una sonrisa.
-Hey, vamos¡la diversión puede seguir! –dijo él-. Vamos a refrescarnos al arroyo que está cerca de ese bosque-lo apunta- y luego los invito a Bolsón Cerrado a comer.
Los dos hobbits se miraron con una sonrisa de oreja a oreja, y aceptaron sin decir más.
-A todo esto…- empezó Frodo dudoso-. ¿Qué hacen ustedes acá?..digo, en Hobbiton; no esperaba verlos por aquí tan luego.
- Jajaja nunca esperes nada de nosotros, eh, Frodo –rió Merry-.
- Decidimos darnos una vuelta por aquí un poco antes- dijo Pippin-.Tu cumpleaños y el de Bilbo es pasado mañana.. ¡tampoco queda mucho!..además, queríamos verte primito.
Frodo sonrió otra vez, y los tres hobbits corrieron por las praderas y maizales, sin cansarse y con el sol de frente, hasta llegar al pequeño arroyo que fluía al borde del frondoso bosque.
Cerca del mediodía, estaban completamente mojados, y felices.
Pippin seguía lanzando agua como loco, Merry tomaba sol, estirado en una roca; y Frodo miraba tranquilamente sentado en la hierba.
Lo pasaba tan bien con sus primos, aunque eran algo diferentes de él, pero de todas formas, eran una muy agradable compañía.
Frodo era el mayor de los tres; pasado mañana cumpliría 21 años, sería mayor de edad, pero aún se sentía un muchachito de 15, lleno de fantasías y alegría.
Merry tenía 19 años, y el más pequeño, Pippin, sólo tenía 17.
Después de todo, pocos años los separaban, aunque en apariencia, nada cambiaba, eran todos igual de jóvenes.
Frodo estaba ya absorto en sus pensamientos, miraba hacia el horizonte, deseando perderse en él alguna vez, así como lo había hecho Bilbo hace 60 años; su ansiedad por vivir aventuras lo embargaban de nostalgia, sólo quería ver aquellas cosas que su tío le contaba y recordaba con emoción.
Dragones, montañas, elfos y otras cosas más llenaban su imaginación, pero lamentablemente..sólo su imaginación..
Estaba en La Comarca, y no tenía la certeza de que alguna vez saliera de ella; aunque en el fondo de su corazón, tampoco deseaba hacerlo, era su lugar de origen, muy preciado para él y un lugar bello y tranquilo donde viviría sin riesgo de nada.
Pensaba en eso, y en otras cosas, cuando sintió algo.
Despejó su mente de sus comunes pensamientos, y se prestó a escuchar.
Algo sonaba, desde los claros del bosque.
Era una especie de brisa, que suavemente traía consigo, una extraña voz.
Frodo miró a sus primos; Merry estaba ya jugando otra vez con Pippin, y no se habían percatado de nada.
Se levantó lentamente, y se abrió camino sigilosamente hacia lo profundo del bosque, sin que sus primos se diesen cuenta.
A medida que Frodo se internaba en el bosque, la brisa era cada vez más fuerte, y podía oír una dulce voz mezclándose con ella.
Era una melodía desconocida para él, pero bellísima.
No escuchaba claramente la letra, pero eso no importaba.
La voz era cada vez más audible, y cada vez más suave.
Frodo caminó más y más, la curiosidad le llevaba los pies, estaba deseoso por saber que ocurría.
Hasta que llegó cerca de un claro., y lo que vio, le sorprendió.
Se escondió tras un haya, para observar bien la escena que se presentaba a sus ojos.
Una joven era la dueña de tan dulce voz, y ahí se encontraba, danzando la melodía que salía de sus labios.
Frodo no entendía.
¿Quién sería aquella chica?
Pudo escuchar la letra de aquella canción, y se dio cuenta de que no era entendible para ningún hobbit, salvo para él y Bilbo.
Aunque, Frodo no entendía casi nada; pero sabía de que se trataba.
La chica estaba cantando en élfico.
¿Entonces, era una elfa?
Frodo abrió bien sus ojos.
¿una elfa en La Comarca?
No podía ser!..aunque, él nunca había visto a un elfo.
Bilbo podría responder sus dudas, obviamente; pero su tío no se encontraba ahí.
La chica bailaba alegremente en el claro, entre las flores y los pequeños pajarillos que habían acudido a su lado.
Frodo sonrió ante esa bella imagen.
Pero de todas formas, se encontraba dudoso.
Sabía, por Bilbo, que los Elfos eran altos, esbeltos, de piel blanca como la luna, y grandiosamente hermosos. Y con orejas puntiagudas.
Trató de observar bien a la joven, y se dio cuenta de que no era alta, mas bien, era demasiado baja para ser una Elfa.
Llevaba una enorme capa verde que ocultaba su figura por completo, de la cabeza a los pies, ya que además, llevaba puesta la capucha.
Sólo veía sus brazos moverse ágilmente mientras danzaba.
Frodo no podía cerciorarse de su carácter Elfo, ya que prácticamente, no la veía; salvo por los brazos, que según pudo apreciar, eran pálidos y delgados.
¿Y si era una pequeña niña Elfa?
Pero, una niña Elfa en La Comarca?
Eso era muy extraño.
Nunca se veían Elfos por esos lugares, y si no venían¿como podía una niña elfa estar ahí?
Habían pasado unos 15 minutos, y Frodo sintió unas fuertes risas acercándose al claro.
Pero no sólo él las había sentido, la chica también; y dejando su baile de lado, se marchó corriendo, como si le asustara que la descubrieran.
Frodo quiso correr tras ella, pero sus primos ya lo habían visto, y se acercaron rápidamente a él.
-¡hey, Frodo!-lo llamó Pippin.
-¿Qué haces aquí, viejo?- dijo Merry.
-pues..nada, sólo daba un paseo..-murmuró el confundido Frodo.
-jajaja.. ¿sin nosotros?-dijo Pippin, y antes de que su primo articulara un pretexto, siguió-. Bueno, no importa, ya es la hora del almuerzo, y quedaste en invitarnos a tu casa..
-oh, si –dijo Frodo aliviado-. Bueno..¡¡vamos!!
Los hobbits corrieron de vuelta al arroyo, recogieron algunas ropas que habían dejado secando, y se marcharon alegremente a Bolsón Cerrado.
Al llegar, se encontraron con Sam Gamyi, quien regaba apaciblemente unas gardenias del jardín de Bilbo, pero que al ver a Frodo, desbordaba de contento.
-¡hola Sr. Frodo!-le saludó energéticamente Sam, luego miró a sus primos-. Sr. Pippin, Sr. Merry¡mis saludos!
Los hobbits respondieron al saludo, y entraron a la casa, donde vieron al viejo Bilbo preparando una deliciosa comida en su cocina.
-mmmmm….¡pero que bien huele!- exclamó Pippin llegando casi al éxtasis.
- sii, que delicia-siguió Merry.
Frodo rió al ver sus caras, y Bilbo salió sonriendo, al ver las inesperadas visitas.
- ¿pero si no son los jovencitos Peregrin y Meriadoc?-dijo entre risas-. ¡Bienvenidos a mi hogar, queridos niños!
Los chicos lo saludaron cariñosamente, y Frodo, al ver sus caras de hambre, aclaró todo.
- tío Bilbo, vienen a almorzar.
-jajaja, pues ya lo sabía, ya lo sabía- dijo Bilbo-. Se nota en sus caritas jajaja; pues ya, ayúdenme a acomodar todo¡la comida ya está lista!
Los chicos asintieron y acomodaron la mesa algo apresuradamente, y Frodo recordó a la misteriosa niña del bosque.
Quiso hablar con Bilbo en ese mismo instante, pero sabía que no podía.
Sacó momentáneamente sus pensamientos de lado, y se dispuso a almorzar, como los otros.
Aiya a todos! Espero que les haya gustado este primer capítulo de mi historia. Pronto se irá poniendo más interesante..
Laitalë!
Lúthien.
