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Ella supo lo que pasaba cuando encontró a su abuela llorando amargamente en la sala de su casa, Sasori se había ido.

Sin pensarlo corrió hacia la estación de tren no supo por qué se dirigía ahí pero algo en su corazón le decía que él intentaba huir de la ciudad donde había perdido a sus padres y su mejor amigo. En menos de un mes había perdido a sus padres en un accidente vehicular donde solo Sasori había sobrevivido y a finales del mismo, Komushi, su mejor amigo había muerto inhalando humo del incendio que había afectado el conjunto habitacional donde vivía.

Sakura había intentado de todas las maneras posibles animarlo, pero Sasori había adoptado una extraña personalidad vacía e indiferente, totalmente diferente al niño tierno y amable que conocía.

¿Por qué tenía que pasar esto?— pensó mientras seguía corriendo a toda velocidad, sus pulmones empezaban a dolerle. Era buena corredora pero no había parado desde que vio a Chiyo-obasama llorar. Tenía que encontrarlo a cualquier costo, no lo dejaría ir así como así, no podía dejarlo ahora que se sentía tan solo.

Por fin vio la estación a lo lejos y apresuró su paso, pasó su carnet de pase y las puertas se abrieron para ella, cuando a lo lejos identificó una cabellera roja muy conocida para ella.

¡Sasori!— gritó ella con desesperación, mientras trató de alcanzarlo antes de que él subiera al vagón.

Sasori la miró con esa expresión vacía y dio media vuelta para subirse. Sakura sintió como si algo le estuviera estrujando el corazón pero continuó corriendo hacia él. Las puertas del tren se cerraron y empezó avanzar, ella corrió a lado de tren mientras este avanzaba.

¡Sasori! ¡No te vayas! ¡Por favor, no te vayas!— gritó mientras veía a Sasori por la ventana del vagón. — ¡Sasori!

Él no volteo a verla, ella continuó corriendo hasta que tropezó, fue cuando él reaccionó y pegó sus manos al vidrio mostrando un rostro de preocupación. Ambos se vieron y vio que él había movido sus labios para decir algo que ella no alcanzó a escuchar.

Cuando el tren se fue, Sakura lloró amargamente en el piso de la estación mientras sobaba sus rodillas raspadas. Se sentía culpable de no haber podido detener a su mejor amigo.

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—Sakura, Sakura…—alguien le llamaba con bastante insistencia.

—aaaaihhh— se quejó ella mientras se sobaba la cabeza. — ¿Qué demonios pasó? Siento que me estalla la cabeza—.

—Pues qué va a hacer frentesota. Mientras corrías por la pista, los del equipo de fútbol te aventaron un balón que impactó directo en tu frentesota— contestó una chica rubia de larga cabellera peinada en una coleta, vestía el uniforme de educación física que consistía en un short blanco y playera de color oscuro.

—Fue el idiota de Naruto, de nuevo ¿Verdad?— contestó Sakura sobándose las sienes con ambas manos y se sentó a la orilla de la cama de enfermería donde se encontraba.

—No deberías ponerte de pie tan de repente, la doctora te ha revisado pero fue un golpe suficientemente fuerte para dejarte inconsciente— dijo Ino preocupada poniendo sus manos en los hombros de ella para detenerla. — Además….—

—Basta ya, Ino—la interrumpió Sakura.— Esta vez le daré su merecido al maldito Naruto.

—Pues vas a tener que desquitarte conmigo porque yo fui el responsable del balón que te cayó— contestó una voz seria y varonil detrás de ella.

Sakura abrió grande los ojos y se volteó espantada para encontrarse a un chico de cabello oscuro sentado en una silla más a la esquina, cruzado de brazos y con cara de fastidio. Era nada más ni nada menos que el codiciado por todas las chicas (e incluso chicos) de la escuela preparatoria Konoha, el famoso y guapísimo Sasuke Uchiha. Ino se golpeo la frente pensando que Sakura jamás cerraba su bocota a tiempo.

—Jajajajaja Sasuke-kun— rió apenada Sakura pensando cómo zafarse de tan bochornosa situación.—Seguro fue un accidente, no… no te preocupes. No pasa nada.— dijo moviendo su mano de un lado a otro con actitud despreocupada.

—Como sea, me alegro que estés bien. En verdad lo lamento—dijo Sasuke levantándose de donde se encontraba y se despidió haciendo una reverencia mientras se marchaba por la única puerta de la enfermería.

Cuando Sakura estuvo segura de que Sasuke se había marchado y ya no podría oírlas, suspiró fuertemente y le dirigió una mirada de odio a Ino, quien no se quedó atrás y la imitó.

— ¡Pudiste decirme que Sasuke estaba aquí!—se quejó Sakura pegando su frente a la de ella.

—Eso te pasa por no dejarme terminar de hablar—dijo Ino despegándose y dándole un suave golpe en la frente con dos de sus dedos.

—En fin, al menos tuvimos una oportunidad de hablarle ¿No lo crees?— Admitió apenada Sakura sobándose la frente.

—Tienes razón—Contestó Ino y las dos rieron con complicidad.

Las chicas se dirigieron a la salida de la enfermería para tomar las clases de la penúltima hora. Mientras caminaban por el pasillo, Ino parecía divertida con algo que Sakura ignoraba.

— ¿Qué pasa?— preguntó Sakura curiosa de la disimulada risita de Ino.

—Es solo que… bueno, mientras estabas inconsciente, gritaste "Sasori" seguro que Sasuke también lo escuchó. ¿Quién es Sasori, Sakura?—preguntó la rubia con gracia.

— ¿Grité "Sasori"? ¿Y Sasuke-kun me escuchó?— preguntó Sakura con un ligero sonrojo en su rostro y luego desanimada bajo la cabeza envuelta en un aura oscura. — Esto es lo peor…— se quejó angustiada.

—Sí pero cuéntame ¿Sasori es un exnovio? ¿Quién es es? Anda Sakura, cuéntame—preguntó Ino insistente propinándole juguetona un codazo. Quería saber quién era el tal "Sasori" en la vida de su amiga, tal vez un novio secreto del que no le había platicado.

—Él era…— Sakura no pudo terminar de explicarle cuando el profesor Kakashi se colocó en medio de las dos haciendo que gritaran sorprendidas.

—Pasen señoritas, llegan tarde— dijo profesor, que a pesar de que siempre llevaba una ancha bufanda a cuadros que cubría la mitad de su rostro, su voz se escuchaba perfectamente. Extendió su brazo para indicarle el camino al salón y ellas se dirigieron hacia la puerta.

—No más tarde que usted, sen-sei—contestó Ino de forma retadora deteniéndose a unos cuantos pasos de la puerta.

Kakashi la miró de reojo y antes de que ambos empezaran un duelo de miradas, Sakura tomó a Ino de los hombros y la empujó al interior del salón hasta su asiento y luego se dirigió al suyo. Cuando todos los alumnos tomaron su lugar, Kakashi se aclaró la garganta y comenzó su clase, pero la mente de Sakura parecía estar en otro lado, su mirada estaba fija en la ventana donde podía observar el árbol al que debía su nombre. Hacía mucho que no pensaba en Sasori, aunque visitaba a su abuela Chiyo periódicamente, una anciana de lo más agradable de la cual siempre aprendía cosas nuevas; la abuela que jamás había tenido. Siempre lamentó que Sasori no aprovechará el tener una abuela así de amorosa e inteligente.

Cuando ella tenía 12 años, Sasori, su amigo de la niñez se había ido sin indicar a dónde se dirigía o con quién se quedaría; por mucho tiempo ella lloró su ausencia, hasta que estuvo segura que él no regresaría. Tal vez era mejor de ese modo, después de todo en esa ciudad sólo había sido infeliz por las pérdidas que había sufrido, ni la abuela Chiyo ni ella habían podido aliviar su dolor.

— ¿Dónde estarás… Sasori?—pensó Sakura cuando Tenten, su compañera que se sentaba a su lado le tocó el hombro levemente y le entregó un papelito doblado. Sakura lo tomó discretamente y lo desdobló para reconocer la caligrafía de Ino

La nota traía escrito lo siguiente:

"Sakura, cuéntame de Sasori, hoy en especial está muy aburrida la clase de Kakashi-sensei, dame algo con que entretenerme"

Sakura dirigió rápidamente su vista hacia Ino que se sentaba tres filas más a su derecha, al otro extremo del salón. En su rostro pudo distinguir los ojos de cachorrito a medio morir que solía usar para convencer a las personas y sus manos estaban juntadas en una súplica silenciosa, todo esto sin ser notada por Kakashi sensei que se encontraba de espaldas escribiendo en el pizarrón. Ella soltó un suspiró y decidió contestarle; últimamente Ino tenía una curiosidad que no podía saciar.

"Sasori, era mi amigo de la infancia" escribió ella y le pasó el papelito a Tenten que luego de un instante se lo regreso.

"¡¿Fue tu novio?! ¡¿Se besaron?! ¡¿Por qué jamás me contaste de él?! ●ω●" había escrito Ino con letra apurada parecía ansiosa.

"Ino podrías calmarte, no, no fue mi novio, éramos vecinos y nos hicimos amigos -.-" volvió a escribir Sakura y se dio cuenta que solo le estaba dando armas a Ino para interrogarla. Le entregó el papel nuevamente a Tenten que no parecía molesta de hacer de mensajera, al poco tiempo el papel regreso una vez más a ella con otra de las preguntas de Ino.

"¿Y era guapo? ●ω●" Había escrito y por primera vez Sakura, meditó un poco antes de responder, lo cierto es que Sasori habían sido cercanos pero jamás había pensado si era guapo. Tenía cabello rojo y hermosos ojos del mismo color pero por Dios, solo tenían 12 años que iba saber si alguien era guapo, a esa edad, los chicos que crees que son guapos en realidad no lo son.

"No lo sé, bueno… tal vez" escribió desganada y le paso el papel a Tenten. Que en cuestión de segundos se lo devolvió, era su imaginación o Ino se estaba volviendo la escribana más rápida del oeste.

"Pongamos un margen, ¿más o menos igual de guapo que Sasuke? ●ω●". Ahora Ino la ponía a comprar a Sasuke y Sasori y se molestó.

"¿Por qué metes a Sasuke en esto?¬¬"escribió Sakura con letra furiosa.

"Porque a ti te gusta Sasuke" le contestó ella rápidamente.

"Sí, si me gusta pero no tienes que andar recordármelo en todo momento #¬¬" Sakura estaba a punto de darle la nota a Tenten cuando kakashi la interceptó y comenzó a leerla en voz alta a todo la clase que empezó a reír. Sakura empezó a temer lo peor cuando Kakashi llegó a la última línea del recao pero para su sorpresa se detuvo, le dirigió una severa mirada a ella y luego a Ino.

—Al final de la clase las quiero en mi despacho—fue todo lo que dijo el profesor y continuó con su clase.

—Sí, maestro— contestaron ambas chicas.

Sakura suspiró y luego notó que alguien la observaba a lo lejos, se trataba de Sasuke, quien al percatarse de su mirada, la evadió y continuó prestando atención a la clase. Ahora ella se maldecía en silencio por haber escrito algo tan personal como que le gustaba Sasuke y para rematar también había hablado de Sasori. ¿Cómo había metido la pata dos veces en menos de un día?

A la salida, algunos de sus compañeros aún comentaban con gracia el evento de la nota. Ino se acercó a Sakura que estaba recostada sobre su banca con una expresión desanimada en su rostro.

—Lo siento, creo que nuestra red de comunicación fue descubierta—comentó Ino con gracia mientras le guiñaba un ojo y le sacaba la lengua.

Sakura volvió a suspirar y tomó sus cosas para dirigirse al despacho de Kakashi sensei.

—Qué más da, vamos a ser la comidilla en las redes sociales—comentó Sakura desganada.

—Bueno, al menos no estarás sola— la abrazo Ino para animarla.

Sakura le sonrió y ambas se dirigieron al despacho de Kakashi. Al llegar, tocaron la puerta pero nadie les abrió.

— ¿Crees que olvidó que nos castigaría?— preguntó Ino con actitud optimista.

—No lo creo, se veía muy decidido a castigarnos— respondió Sakura tomando el pomo para abrir la puerta pero en cuanto intento abrirla alguien la cerró en sus narices.

—¡No entren!—Gritó la voz de kakashi desde el interior del despacho. Se oía agitado y que varias cosas se estrellaban contra el piso.

— ¿Kakashi-sensei, está bien?— preguntó Sakura preocupada.

—Sí, si estoy bien… ¡Basta, Hanare!... Sakura, Ino las veré mañana—gritó el profesor desde el interior.

—De acuerdo— dijeron ambas chicas y se alejaron de ahí un poco confundidas.

— ¿Dijo Hanare?— preguntó Ino pensativa

—No, dijo aléjense…— contestó Sakura que no había escuchado bien.

Ino siguió meditando golpeando su barbilla con su dedo índice.

— Hanare, Hanare… ¿No es la profesora de música?— dijo al fin.

— ¿En serio?—contestó confundida Sakura.

Ambas chicas llegaron a las taquillas y tomaron su habitual camino a casa hasta que llegaron al punto donde sus caminos se separaban, se despidieron y Sakura continuó pensando en los eventos del día, estaba a punto de llegar a su casa cuando creyó ver cierto chico pelirrojo dar la vuelta en la otra calle, justo donde vivía Chiyo-obasama. Corrió asomarse pero cuando lo hizo, no había nadie.

—Vamos, Sakura, ya imaginas cosas. Recordar a Sasori ahora me está haciendo alucinar— dijo dándose un pequeño coscorrón a sí misma.

Entró a su casa y como era habitual, el silencio la recibió. Sus padres viajaban mucho por negocios, por lo que vivía prácticamente sola. En algunas ocasiones solía ir con la vieja Chiyo para comer juntas, otras veces, como ese día sacaba

comida precocinada del refrigerador y la calentaba en el microondas mientras veía algún programa en la t.v; la cocina no era su fuerte.

Hizo su rutina habitual y al anochecer apagó la luz de la sala para dirigirse a su habitación. Fue cuando se percató que alguien la miraba desde la ventana de la sala, no podía ver su rostro a través de la delgada cortina que cubría la ventana pero podía ver su silueta y dedujo que se trataba de un hombre. Nerviosa de que se tratará de un ladrón, corrió a la puerta principal para cerrarla y luego a la puerta trasera. Tragó saliva nerviosa cuando regresó a la sala para revisar si el mirón continuaba allí y se encontró con que se había nerviosa y tomó su celular, pensó en marcar a Ino para contarle lo sucedido pero si era alguien hostil quien se encontraba afuera, tal vez pudiera herirla si ella trataba de ir a visitarla. Revisó su lista de contactos y miró el número de Naruto, eran amigos pero a veces podía tornarse molesto, siguió deslizando y se encontró con el número de Sasuke, con tan solo pensar en llamarle, Sakura desechó la idea, cómo podría hablarle luego de que Kakashi sensei hubiera leído el papelito que se había escrito con Ino en clase.

Escuchó pasos en la puerta de entrada y sin fijarse, por los nervios presionó la tecla de marcado.

—Hola— sonó por la bocina del celular. Era la voz de Sasuke que provenía de ella.

—Hola...— repitió la voz de Sasuke pero Sakura no pareció notarlo al oír que alguien tocaba a la puerta.

—Por favor… vete…— dijo Sakura en un chillido.

—¿Sakura?—preguntó Sasuke.

Los toquidos en la puerta se volvieron más frecuentes que pareció que alguien aporreaba sus manos contra ella.

— ¡Sea quien seas, vete!— gritó Sakura soltando el celular y sacó del armario, un bate de béisbol que agarró con fuerza en sus manos temblorosas.

—No te muevas, voy enseguida—gritó Sasuke por el celular. — ¡Sakura, háblame!

Sakura no escuchaba a Sasuke, su atención estaba fija en la puerta y en la persona que estaba afuera de ella.

—Oye…— Una voz seria y suave le llamó tras la puerta.

— ¡Vete!— gritó ella cuando de repente escuchó la voz de Sasuke afuera de su casa.

— ¡Oye tú! ¡Espera!— gritó Sasuke viendo como el individuo al notar su presencia decidió escapar por la barda del jardín.

Sakura corrió hacia la entrada y abrió la puerta. Encontró a Sasuke agitado que veía por donde había escapado el intruso.

— ¿Estás bien?— preguntó el chico mientras recuperaba el aire perdido en su carrera.

Ella lo miró y comenzó a llorar. Sasuke se aproximó a ella para tocar su hombro y tratar de serenarla.

—Lo… lamento… estaba preparándome para dormir cuando lo vi afuera de mi casa viendo hacia el interior— explicó Sakura entre lágrimas, estaba vestida con su pijama de dos piezas color rosa y calzaba un par de pantuflas .

—Lo importante es que estás bien, vayamos adentro—dijo Sasuke, ayudándola a caminar hacia el interior de su casa.

Luego de unos minutos Sakura se había calmado y tomaba una relajante taza de té que Sasuke había preparado en su cocina. Ambos se sentaron en el pequeño comedor que había ahí.

— ¿Vives sola?— preguntó Sasuke sorbiendo un poco del té que había preparado.

Ella afirmó su pregunta bajando la cabeza.

—Lo lamento, no fue la forma adecuada de preguntar.—Se apeno el joven— Por otra parte, fue un poco extraño que me llamaras, no sabía que tenías mi número—

—Naruto… me lo paso como un favor. Lo siento, no pensaba llamarte, estaba tan asustada que te marque por error— explicó ella desviando la vista con un leve rubor en el rostro.

—Ya veo, está bien. Me alegró que lo hayas hecho, me da miedo pensar que te hubiera pasado si me tardaba un minuto más. —dijo el chico tranquilamente.

Sakura no pudo evitar abrir bien los ojos al escuchar sus palabras, no podía creer que Uchiha Sasuke hubiera venido a rescatarla, era como la historia de un príncipe que salva a su princesa; tan perdida estaba en sus fantasías que olvidó el incidente del papelito y el susto mortal que se había llevado hace poco con el intruso.

—Bueno, creo que debo irme, ya es un poco tarde. — dijo Sasuke sacándola de sus fantasías.

Sakura lo siguió hasta la entrada y antes de que él se alejará, ella le habló.

—Gracias Sasuke— hizo una reverencia.

Sasuke le dirigió una sonrisa y con las puntas de sus dedos golpeó su frente.

—Si alguien vuelve a molestarte, no dudes en llamarme, tienes mi número. —dijo el chico y dio media vuelta para irse.

—¡Muchas gracias!— gritó ella al verlo partir.

Sakura se quedó un largo tiempo en la puerta de su casa y con la yema de los dedos tocó su frente, sin poder evitar sonreír. Sasuke Uchiha había ido ayudarle e incluso le dijo que podía llamarlo de nuevo, luego de llevarse el susto de su vida le había pasado lo mejor del mundo.

Antes de irse a dormir, revisó dos veces que todo estuviera cerrado a cal y canto. Y embobada pensó en Sasuke mientras se cubría con las cobijas de su cama, fue cuando cayó en cuenta que no sabía cómo había llegado Sasuke tan rápido a su casa si jamás le había dado la dirección.