Ladybug a Chat Noir lo mira y lo mira. Mentiría si digiera que no esta curiosa desde el día que lo conoció. Y eso fue hace una semana. Sabe que su cola y sus orejas no se ven muy reales. Pero... ¿Quién dijo que no lo eran? Además su cabello oculta sus orejas humanas si es que las tiene y no son remplazadas por las de gato.
Así que, ahora, que se reúnen por las noches ya que decidieron realizar patrullajes. Está decidida a averiguarlo. No obstante antes de que la interrogante sea formulada.
El gatito se lanza hacia sus piernas. Sus muslos, más específico... su regazo.
— Estoy cansado —Emite con voz somnolienta— Déjame recargar mis energías.
Ella primero se sonroja por la posición que se encuentra con Chat Noir y aunque su primer pensamiento fue apartarlo y pegarle. Ese se le fue cuando supo que era la oportunidad perfecta para cerciorarse si las orejas del gatito son reales o falsas.
Primero lo llamó y al no contestar supo que estaba dormido. Entonces con sus manos que temblaban ligeramente, tocó las orejas de gato y para su desilusión eran falsas, luego fue bajando tocando su cabello con la intención de encontrar las orejas reales que debería tener.
Al encontrarlas, las acaricio sin poder evitarlo. Gesto que ocasiono que un ronroneo sea emitido.
Ladybug se sonrojo, ocasionando una ternura inevitable. Y supo que a pesar de que no tenía orejas de gato. Chat Noir ronroneaba como uno. Por eso cerro los ojos y siguió acariciando (ahora su cabellos) entretanto oía ese sonido tan relajante.
