Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Matsuri Hino, esta es mi primer historia espero les guste

CAPITULO 1:

Reencuentro, enamorada de un desconocido.

Ya eran las 10:30 de la mañana, el tren estaba a punto de partir, sabía que el viaje seria un poco largo, pero en la carta que recibí de mi "padre" Cross era necesario que volviera, ya que un año atrás las escuela tuvo problemas con un estúpido vampiro que provocó una guerra entre vampiros nivel E creados por él y las sanguijuelas que estudian alli, debido a esto el plantel quedó en ruinas y decidieron reabrirlo hace dos meses, tambien para evitar otro incidente parecido Cross optó por poner mas seguridad ocupando prefectos y entre uno de sus elegidos estaba yo. La escuela no habia cambiado su forma de instruir: humanos de día y vampiros de noche, al parecer mi padre quería comprovar su idea que ambas especies podían convivir en un ambiente de paz, pero eso no se me aplicaba a mi.

-Perfecto, tengo que lidiar con esos monstruos – fruncí el seño mientras acomodaba mis cosas en el lugar que me correspondía y haciendo bolas la carta. Cuando al fin me senté decidí acurrucarme en el asiento y solo mirar por la ventana, de pronto una voz masculina me interrumpió. Al mirarlo vi que era apuesto, su piel blanca como el mármol, su cabello negro y ojos obscuros tambien.

-Disculpa…- me dijo con una voz hermosa y envolvente- ¿puedo sentarme alli?- me señaló el asiento frente a mi.

-Claro sanguijuela- sonreí, gracias a sus características pude darme cuenta que era un vampiro

-¡Ha! Ya veo, con que cazavampiros, eso me excita- El joven de ojos obscuros se fue acercando lentamente hasta que se posó en el asiento , tomó mi mano, la empezó a mirar y con su dedo trazó la linea de mis venas, antes de llegar al cuello quitó el mechón de cabellos que ocultaba esta parte de mi cuerpo .

-No quiero problemas- me alejé un poco- mantén tu distancia

-Disculpa pero tu olor me encanta, a cualquier vampiro lo volveria loco- sonrió- solo quiero provar un poco- se fue acercando de nuevo hasta quedar a centímetros de mi garganta cuando lo interrumpí

-No vuelvas a hacerlo, y menos donde hay tantos humanos, no quiero peleas asi que vete- puse mi mano en su pecho y lo alejé.

-Muy bien pero debo provar esa sangre- se carcajeó -y tal vez provarte a ti tambien- se levantó del asiento y se fue.

-Que molesto- pensé- odio a los vampiros.

Siempre supe que los vampiros existian, ya que mis padres eran exterminadores de esos monstruos, así que mis recuerdos llegaron a perturbarme en ese momento: cuando era niña viví muy feliz con mis padres hasta aquel catastrófico día que fue el fin de mi familia, yo regresaba de la escuela, era feliz porque la maestra me dio una estrella por mi comportamiento y buenos trabajos presentados, tenia que contarle esto a mis padres, al llegar no habia ruido alguno, de repente un grito de una mujer me espantó

-mamá- dije con voz temblorosa

No hubo contestación, al llegar a la sala que era el lugar de donde provino ese grito, quedé horrorizada, mi madre estaba recostada en el piso, un vampiro estaba agachado succionando su sangre

-no- dije y las lágrimas empezaron a salir

Al voltear era mi padre sin cabeza y desangrado, de alli no tengo ningún recuerdo, no se si me desmayé o no quiero recordarlo, sólo sé que ya me encontraba en la casa de Cross y de tras de él otros niños de mi edad aproximadamente, otros niños huérfanos debido al ataque de algún vampiro.

-Zero y Yuuki- sonreí- volveré a verlos.

Al llegar a la estación volví a mirar la carta hecha bolas para releer las instricciones:

Hija mia cuando llegues a la estación toma un taxi, dale el papel con la dirección al chofer, es fácil ¿no?

Así lo hice, el recorrido fue por el pueblo, algunas callecitas eran demasiado bonitas y coloridas y otras parecian de cuentos de terror.

-Aquí es- me avisó el chofer

-Gracias- sonreí. Al bajar del coche visualicé un edificio con apariencia antigua y en la entrada dos varones que me esperaban, uno de ellos ocuapaba lentes y vestía raro- Cross- dije. El segundo… era demasiado guapo, su cabello plateado brillaba con el sol, que bien se le veía el uniforme algo desarreglado, caminé para encontrarme con ellos, el chico apuesto se me acercó para ayudarme con mi equipaje

-bienvenida Misaki- tomó mis cosas y caminó al interior del plantel

-Espera- grité- tu… eres ¿Zero?

-Si, hace años ¿no crees?- no volteó a verme solo siguió caminando cuando acabó de decir esto

Era verdad tan sólo viví un año con los pequeños huerfanos en casa de Cross, ya que quise estudiar fueras y hacerme cazavampiros, durante los 9 años fuera me llegaban centenares de cartas por parte de mi padre adoptivo o llamadas para saber como me encontraba, era divertido y demasiado cariñoso, cuándo supo que queria estudiar fuera no perdió el tiempo y buscó con quién podia quedarme a vivir sin problemas.

-Hija mia ya te extrañaba, estas hermosa- Dijo Cross mientras me abrazaba

-Yo también, ¿y Yuuki en dónde esta?- pareció que dije algo malo porque cambió su semblante de feliz a serio

-Al parecer hay cosas que no debes saber

-¿Por qué?

-Ya anda no discutas de todos modos regresará en una semana

-Que bueno, le daré un obsequio, ya que el año que viví con ustedes fue demasiado buena conmigo- le mostré a Cross el anillo que le daría

-¿Es lapizlázuli?- me dijo señalando la piedra en medio

-Asi es- sonreí

-Bueno basta de plática, vamos adentro- Epezó a caminar y yo lo segui, en el trayecto hacia los dormitorios diurnos me explicó el funcionamiento de la escuela, los horarios de ambos turnos, la hora del desayuno, la comida y la cena, así continúo hasta que llegamos a la entrada de un dormitorio- Aquí dormirás, como puedes ver tus cosas ya estan adentro y tu uniforme encima de la cama, mañana pasa a mi oficina por tus cuadernos y tus libros- me abrazó- que bueno que estas de vuelta hija- me besó la frente.

-Gracias por todo- lo abracé tambien.

-bueno no te distraigo más, tu primer recorrido como prefecta comienza hoy ya mañana las clases, Zero vendrá por ti para explicarte que debes hacer-fue caminando a las escaleras

-si- le grité

Ha! Que lindo cuarto, habia una mesita con un florero, las flores eran tulipanes, al lado un bello sillón color rojo y mi cama matrimonial con un edredón rojo tambien, las cortinas moradas eran muy bellas, para tener otro ángulo de mi habitación me senté en la cama, era muy cómoda asi que me recosté, poco a poco pesaron mas mis párpados hasta que quedé profundamente dormida

-Misaki- escuché entre sueños –Misakiii- ahora sentí como alguien me movía bruscamente

-¡Desperte!- grité, cuando mire le habia dado una cachetada a Zero debido a mi forma de levantarme

-¿Qué te pasa?- Me dijo friamente

-Lo siento, esque… lo siento-no supe que decir

-Que torpe eres- Me miró – Es hora del cambio de turno

-¿Qué debo hacer?

-Solo tranquilizar a las jovencitas-miró por la ventana

-Suena fácil- sonreí

-como digas- caminó a la puerta- te espero afuera y vistete rápido

Me levanté de la cama y me cambié lo más rápido posible, antes de salir heche un vistazo al espejo, la chica de cabello café, piel blanca y ojos verdosos estaba lista. Al salir vi que Zero estaba recargado en la pared se veía como un galán

-Listo vamos-caminé

Cuando llegamos a la entrada de los dormitorios nocturnos habian demasiadas chicas gritanto, corriendo, empujandose

-¿qué pasa aquí?-grité

-pasa lo de todos los días- dijo Zero mientras se recargaba en un árbol

-y ¿cómo lo controlas?

-es imposible lo único que logro es apartarlas un poco de ellos- señaló a los jóvenes que estaban a puento de salir del edificio de sus dormitorios

-bien intentaré algo- camine y me pare delante de ellas y comencé a gritar -¡Vallanse a los dormitorios ahora, no quiero reportes para ninguna de ustedes asi que caminen!

Todas se callaron y me miraron, los susurros empezaron entre ellas

-¿Es nueva?

-¿Quién es?

-Es bonita

Cuando se callaron por completo se miraron unas a otras y en silencio abandonaron el lugar, no hubo respingos ni malas caras

-Increible- dijo Zero sin mirarme

-Facil- Sonreí

-Hola chicas, que hermosas se ven hoy como est… ¿Qué pasó aquí Zero?- Recalmó el vampiro de cabellos rubios

-Nada, solo una nueva prefecta- me señaló

-Hola – sonreí, ¿como podia ser gentil con un vampiro?

-Asi que tu-se acercó a mi mientras su grupo avanzaba a los salones- espantaste a mis admiradoras

-No claro que no

Tomó mi brazo y me obligó a acercarme mas

-Entonces tu seras mi nueva admiradora, y te pido que me beses, claro que si deseas darme de tu sangre no me negaré - quizo acercarse a mi cuello pero me hice para atrás

-No - La dí una cachetada

-¿Cómo te atreves…

-Dejala en paz Aidou, es nueva, no tiene idea de que hace, es torpe- Zero se acercó para quitarmelo de encima

-Lo siento esque no me divertia desde que Yuuki ya no es…

-¡Callate!- Lo interrumpió Zero

-¿Qué pasa con Yuuki?- Quize saber que pasaba pero nadie dio respuesta

-Bueno me voi- Dijo Hanabusa

-Camina es hora del recorrido- Dijo Zero

-Muy bien

Me llevó a caminar por los alrededores, que eran las canchas, los dormitorios, las aulas, los comedores, las caballerizas hasta que paramos en una fuente, ya estaba exhausta pero debia cumplir mi trabajo, al mirar a Zero su cabello se veía increible a la luz de la luna, era hermoso, el cosquilleo dentro de mi fue extraño ya que nunca lo sentí

-¿Qué miras?-me dijo friamente

-Ha nada jiji

-Bueno aquí nos separamos para la inspección, ya sabes que hacer

Asentí y caminé unos pasos, justo al estar frente a él me tropecé, alcanzó a sostenerme, pero eso no evitó que me abriera un poco la rodilla

-Auch- dije, al mirar salía una gotita obscura del pequeño orificio- Me corté un poco

-Debo irme- Zero dio media vuelta y salió rápidamente de alli

-Que extraño es él, muy misterioso, bueno me voi- me levanté y continué mi camino

Al otro día todo comenzó normal, conocí a unas chicas que se hicieron mis amigas rápidamente, al parecer Zero era cada vez mas frio conmigo, no sabia por qué, la rutina duró igual durante el resto de la semana, mi fin de semana estuve encerrada en la academia, mis amigas me invitaban a salir al pueblo, pero yo no quería extrañamente. Mi hermano adoptivo me evadía, que horribles días de fin de semana. El lunes no fue la exepción, ibamos a la misma clase pero no hablaba con nadie y cuando cruzaba palabra conmigo solo era para decirme lo torpe que era, así que lo enfrentaría de una vez.

Al acabar las clases lo seguí, cuándo lo alcanzé me pare frente a él

-¿Por qué me ignoras?

No contestó.

-Vamos dime algo-le reclamé

-Fuera de mi camino- me rodeó y siguió caminando

-Siempre ha sido asi de frio- Me dijo mi amiga Gizae- No habla con las chicas

-si ya veo- Agaché la cabeza

Llegué como de costumbre a quitar a las chicas de la entrada de los dormitorios nocturnos, no sabía por qué nunca reprochaban ni nada. Al comenzar a salir los estudiantes vampiros, Aidou me dedicó una mirada de pocos amigos, parecía que quería devorarme, yo sólo giré mi cabeza y el grupo continuó avanzando.

-No te preocupes, no puede hacerte nada- Dijo Zero

-No me preocupo tan solo…, espera ¿me hablas a mi?-Lo miré

-Si lo hago, Aidou es un cabeza hueca y mañana llegará su jefe Kaname

-Comenzaré a hacer el rondín- Le dije

-Muy bien- Avanzó al lugar contrario

Caminé por todos lados, no encontré nada, una voz me paralizó al llegar a los salones.

-Valla valla, mi admiradora esta cumpliendo su labor como prefecta- Aidou sonrió

-¿Qué quieres Hanabusa?- por una extraña razón comencé a temblar

-Bien, quiero mi paga- se fue acercando a mi, hizo que me fuera poco a poco hacia atrás hasta que choqué con un muro.

-No quiero problemas- dije nerviosa.

El sonrió, el acercamiento era mas. Cuándo llagó a mi cuello lo lamio –ho no- pense. Sus colmillos se fueron encajando poco a poco en mi carne, era doloroso, un líquido tibio comenzó a correr por mi cuello, las lágrimas no tardaron en salir.

-Vamos es mi paga, tu me golpeaste y yo te robo un poco de sangre- se carcajeó y volvió a succionarme

-Zero- fue lo único que mi garganta alcanzó a decir.

Ya me sentía débil, por mas que luché no podía moverme, de repente algo provocó que Aiou me soltará, el jóven de la cabellera plateada empujó a Hanabusa hasta un pilar de la construcción

-Dejala en paz estúpido, no te le acerques nunca mas- Gritó

-Hey calma- dijo Aidou- solo tenía sed, pero gracias a mi admiradora ahora estoy saciado- me sonrió

-Te odio- le dije- te o..dio...- Y caí desmayada

Al despertar ya estaba todo iluminado, cuando me icorporé un dolor me tomó por sorpresa, al sentir mi cuello habían dos puntitos apenas cicatrizados.

-Eres un estúpido Aidou- grité

-Al parecer estas mejor- cuando voltee estaba Zero sentado en el pequeño sillón rojo

-Si, estoy lista para las clases- sonreí

-Toma, ponte esto- me lanzó una gargantilla gruesa, con el dije del instituto, al ponermela tapaba perfectamente mis perforaciones

-Listo ahora solo me cambiare y…- Paré - ¿por qué tengo pijama? Acaso tu… ¿me cambiaste de ropa?- me sonrojé

-No pienses mal, le pedí a una estudiante que te cambiara, tan solo yo te curé un poco tus heridas

-Bien, entonces ya vallamos a cleses

-No tardes, mientras tanto yo ire a cambiar mi uniforme y ése sillón es incómodo para pasar la noche- Al terminar de decirlo salió de mi recamara

-¿Queeeeeeeeeeeeé?- pensé- Zero, en mi recamara toda la noche y cuidandome.

No supe cuánto pero al parecer mi rubor era extremo, quien pensaría que aquel frío y solitario jóven se quedaria a cuidarme toda la noche. No sabía por qué tenia esta sensación de mariposas en el estómago, era hermoso sentirlo, ¿lo sentía por Zero?, era muy provable que si, entonces estaba ¿enamorada?, ¿lo estaba?, pero no lo conocía tan bien eso era imposible ¿o no?, ¡haaa! Que vueltas daba mi cabeza asi que decidí levantarme y cambiarme ya.

Cuándo llegué al salón alli estaba él, suspiré, se veía más guapo que nunca, quería ir corriendo y robarle un ¿beso? Si era lo que quería un beso de sus labios.

-Vamos muchachos- interrumpió mis pensamientos el profesor- a sus asientos la clase ya comienza ahora

-Misaki- me llamó Zero- sientate a mi lado.

-Muy bien- me sorprendí

-El día de hoy veremos el teorema de pitágoras- habló el profesor para la clase

-¿Qué?¿matemáticas?- susurré

-Si quieres yo puedo ayudarte en esta materia- el muchacho me sonrió, era la primera sonrisa que me dedicaba, era hermoso, podía mirarlo todo el día y no me cansaría.

Acabaron todas las clases, en momentos lo miraba de reojo, no podía dejar de verlo, mi concentración fue mínima para las clases, sólo pensaba en él.

Ahora venía el momento de tranquilizar a las emocionadas fans de los estudiantes vampiros, gritaban como de costumbre, claro yo las calamba, siempre extrañamente me obedecian y cada vez me sentía más orgullosa de domar a las fieras, cuándo salian los alumnos de las clases nocturnas, el vampiro que me causó problemas me miró, yo me puse nerviosa de los pies a la cabeza, después era hora del rondín por todo el plantel. Terminé cansadísima, al llegar a mi recámara me puse la pijama y caí rendida instantáneamente.

Al despertar toda mi mañana comenzó igual, tan solo que hoy llegaba Yuuki, era muy feliz y con entusiasmo empecé el día, me cambié y no olvide ponerme la gargantilla para ocultar las marcas de mordidas. Llegué al salón y platiqué con mis amigas un rato, tomé asiento al lado de Zero, eso me puso aún más feliz, no pude evitar una sonrisita.

-¿Qué te pasa Misaki?- Me llamó el muchacho de ojos morados

-Nada, tan sólo que regresa Yuuki- sonreí

-Que bueno que te hace feliz- Zero fingió su sonrisa

-Quiero saber ¿por qué cada que hablo de Yuuki o me evaden o me ignoran?- queria saber

-Algún día lo sabras- y se giró a otro lado.

Al parecer dije algo que lo molestó ya que las clases pasaron en silencio, no habia palabras por parte de él, esto hacia que me sintiera incómoda. Por fin al acabar tuve que ir una vez más a aplacar al mar de hormonas que esperaban con ansias la salida de los apuestos jóvenes de la nocturna.

-¡vamos muchachas, dejen el paso libre para los chicos!- les grité, alguna me contestó

-ya te obedecimos demasiado, además Aidou pensará que ya no lo quremos- y los gritos comenzaron

-sii! Tenemos que quedarnos

Me comenzaron a empujar y por más que intentaba calmar las cosas, más problemático se volvia, en un momento perdí el equilibrio y me fui hacia atrás, sabía que el golpe seria duro, pero no fue así ya que alguien alcanzó a sostenerme, al mirar a mi salvador me sonrojé demasiado, era Zero. Las chicas comenzaron a caminar hacia atrás, pero cuándo empezó a salir la clase nocturna todas se amontonaron con ellos.

-Te dije que no era fácil- aún seguia sosteniendome

-Si, gracias por salvarme- sonreí

El sonrió y me acarició mi mejilla, era la primera vez que hacia algo como esto. Cuándo me levanté el joven me sostenía ahora de la cintura, nos fuimos acercando un poco más, levanté mi mano hasta su cuello, el inclinó su cabeza poco a poco, hay ¿qué pasaba?, me besó en la mejilla y aún sin levantarse me dijo al oido

-no se qué me pasa cuando estoy a tu lado- se rio bajito- pero me gusta sentirlo

Se levantó para mirarme, yo no podía articular palabra, el momento era embriagador, hermoso y romántico, al parecer yo lo amaba, estaba enamorada. Zero empezó a acariciar el lugar dónde estaban las heridas de la mordida.

-¿Te duele?- me preguntó

-Ya no tanto- no podía mirarlo, mi rubor era demasiado, el levantó mi barbilla, queria ver mi rostro

-que hermosa eres

Alli venia el beso esperado de dias atrás, comencé a levantarme de puntitas, el se iba acercando más, todo iba bien hasta que… un grito nos interrumpió y provocó que nos separaramos, alli todo había acabado

-¡Zero!, ¡Misaki! – Gritaba Cross a lo lejos

-¿Qué pasa?- le contestó Zero

-Yuuki me llamó, dijo que llegaba hoy como a las 8 de la tarde

-En tres horas- me emocioné

-Bueno, nos vemos en la entrada para recibirlos- Nos sonrió mi padre adoptivo y se fue corriendo cantando y dando saltitos algunas veces.

Cuando miré a Zero, ya no tenía el mismo semblante, ahora estaba serio, muy serio, me dolia verlo así porque tal vez su corazón le pertenecía a Yuuki, yo no era la dueña sino Yuuki, los celos se adentraron en todo mi cuerpo, en esos momentos detestaba demasiado a esa mujer, decidí irme a mi recamara, en el camino algunas lágrimas salieron sin querer. Me senté en mi pequeño sillón a relajarme y pensar un poco mas la situación.

-Tal vez es un amor no correspondido- pensé- Tal vez Zero la ama, pero ella no, que egoista soy, ¿Cómo puedo pensar eso de Yuuki si ella me trató tan bien en la casa de Cross?.

Me fui relajando poco a poco, me dieron ganas de bañarme, no lo dudé y fui directo a la ducha, al parecer el agua caliente me relajó, pero entonces si Zero no me amaba, ¿Por qué había intentado besarme? La verdad no entendía, en fin. Salí de la bañera y me cambié, después busqué el anillo para obsequiarselo a Yuuki, al mirar el reloj faltaba 1 hora, abri la pequeña cajita que resguardaba el anillo.

-Hermoso- musité mientras miraba la pequeña piedra Lapizlázuli que adornaba el anillo

El sonido de la puerta me provocó un sobresalto, al voltear era Zero, su respiración era demasiado agitada, me acerqué para ver que le pasaba.

-¿Estas bien?- pregunté y acaricié suavente su mejilla

No hubo respuesta por su parte, tan solo tomó mi mano y comenzó a besar mi muñeca, en tan solo un instante me empujó a la pared y su mano seguia sosteniendo mi muñeca, la retenía contra la pared y con su brazo libre me acorralaba, seguia agachado, no me miraba y su respiración era igual. Vi como su cabeza fue descendiendo poco a poco hacia mi cuello, antes de llegar a él se detuvo, con la mano libre tomó un mechón de mi cabello y lo olió.

-Delicioso- susurró en mi oido.

Me comenzaba a poner nerviosa, todo mi cuerpo comenzaba a temblar y no me respondía, estaba estática, mi corazón empezó a latir más rápido, el de nuevo comenzó a descender hasta que sus labios tocaron mi piel, besó mi cuello con demasiado frenesí, lo lamia y también lo mordía un poco, ¿Qué pasaba?, mi cuerpo no respondía, ahora la mano libre del muchacho trazaba una linea desde mi brazo, mi cintura y se quedó en mi pierna, primero la masajeaba hasta que la rodeó con su mano y la levantó a la altura de su cintura, pronto su boca subia sin dejar de besarme, al llegar a mi mejilla descendió hasta mi boca, el beso se tornó mas frenetico aún ya que mordía mi labio inferior y lo lamia tambien, yo le respondí el beso y adentre mi lengua en su boca, el empezó a masajearla, hay Dios todo me daba vueltas, su mano todavia mantenía pegada en la pared a la mia, así que la fue subiendola hasta que nuestros dedos se entrelazaron. Sentí como masajeaba con más fuerza mi pierna y las mordidas en mi labio eran mas rudas, lo alejé un poco para poder respirar pero solo se alejó para besar mi garganta, cuando me dí cuenta que podía moverme puse mi mano libre en su cabello y enredé mis dedos en sus cabellos. Cuando se alejó de mi garganta me miró y volvió a besarme en la boca, mis dedos ahora jalaban sus mechones, bajé poco a poco mi brazó y comencé a desabrochar sus botones, el no se negó, una mirada fugaz hizo que me fijara en el reloj, las 7:56, era tardisimo. Lo aparté como pude, el tan solo me miró como desubicado, aún no soltaba mi pierna y nuestros dedos estaban entrelazados todavia.

-Lo siento, yo no quise… perdón- No sabia que había pasado

-Perdoname- me dijo mientras abrochaba sus botones y salia apresuradamente de la habitación.

Realmente no supe en dónde podia acabar esto, pero ¿por qué el habia hecho eso?, y peor aún fue mi reacción, no quise evitarlo, al contrario, queria que pasara mas, hasta que me di cuénta que lo que hacia estaba mal. No perdí mas el tiempo y fui a la entrada del colegio a recibir a Yuuki.

-Ven hija mia- me llamó Cross

Caminé a donde estaban el joven de ojos morados y mi padre, al mirar al frente había estacionado una limusina blanca, de ella bajaban una joven rubia y ojos azules, un chico de cabellos rojizos tambien ojiazul, un joven demasiado apuesto y muy bien arreglado, adiviné que era Kaname y al final… Dios parecía ver a un ángel, la última joven en bajar era hermosa, su cabello color castaño y sus ojos cafés, su piel blanca y lisa.

-Yuuki- musité por lo bajo

Miré de reojo a Zero, el no dejaba de mirarla, con esto comprendí que la amaba mas que a nada en la vida, esta acción logró arrancarme una lágrima imperceptible para los demás, me daba por vencida ya que él no era ni seria para mi.

Juju, espero les haya gustado el primero, los deje picados vdd? soy mala :D