Disclaimer: Los personajes son de Cassandra Clare. And don't mess with her.
Titulo: Salón de Armas.
Summary: Sangre corriendo por su dedo. Besos perdidos en los labios del otro. Y gemidos brotando con cada movimiento. / Regalo para Cafesitodeldia.
Pareja: Jace/Alec
Dedicatoria: Anna Banana Elephant Rossi, esto va para usted :3 Espero se pase un cumpleaños bien bonito, & encuentre el libro del dragon bajo su almohada a la mañana siguiente. Si fuera al punto cero en Paris, desearía muchos meses de amistad con usted. LoveLoveLove, Mrs. St. Clair –si, me dolió hasta teclearlo T_T. De su Meredith Paul (L)
Nota: Gracias a mi espo Leeh por betearlo. Te amo, bitch. Es lo más corto que he escrito en toda mi vida. Gosh, es muy cómodo hacer lime. Lo haré más seguido x)
Salón de Armas.
La afilada cuchilla penetró la piel blanca como si fuese mantequilla. Se tintó de un rojo escarlata, y se escuchó una maldición. Alec alzó la mirada para encontrarse con las gotas de sangre manchando la alfombra de sus padres.
-Jace, ¿estas bien?
El rubio negó con la cabeza y se levantó, dirigiéndose a la salida. Las paredes tapizadas de armas para matar todo tipo de bestias, daban eco a sus voces. La preocupación rebotó en las cuatro paredes, ganándose un ceño fruncido de Jace.
Fue capaz de suprimir un suspiro.
Él era hermoso. Rasgos finos, pero rudos. Labios gruesos, y siempre enrojecidos. Qué no daría él por poder besarle.
-Estoy bien, iré a ver a Clary para que me ayude a curarme.
Clary. Esa estúpida mundana que le había robado lo que él más quería. Un fuego recorrió el cuerpo de Alec de los pies a la cabeza, y acortó la distancia que lo separaba del rubio.
Jace pegó su espalda a la pared, y abrió los ojos de la sorpresa. Unos ojos azules lo miraban a un palmo de distancia, y podía ver los contornos de sus pupilas dilatadas. Su respiración agitada, y su mano tomando el dedo sangrante.
Antes de que Jace pudiera leer sus intenciones, Alec alzó la herida, y la tomó entre sus labios. Succionó la sangre que salía, y siguió lamiendo por un par de minutos. Jace dejó de sentir. No era capaz de hablar, y sus pulmones no respondían. Quería moverse. Quería correr. Alejarse de esta locura.
Pero algo en su bajo vientre punzó, y supo que sus pies no obedecerían sus órdenes –y tal vez fuese mejor así –. Quedarse donde estaba en este preciso momento.
Alec alzó la cabeza, dando un último beso a la herida, y se encontró con los labios entreabiertos de Jace. Lo tomó del cabello, y mordió los labios que se posaban contra su boca. Los gemidos de Jace se perdían donde empezaban los de su compañero, y pronto la cercanía no fue suficiente.
El miembro de Alec punzó contra la pierna de Jace, y éste se separó abruptamente. Lo empujó con el ceño fruncido, y salió por la puerta principal en busca de Clary.
Alec se tocó los labios, y sonrió. Los labios de Jace estarían hinchados, cuando se encontrara con su novia. Esa sería una explicación digna de escuchar.
Alec se relamió los labios, saboreando aún la sangre de su parabatai, como si fuera el nectar más dulce que hubiese probado.
Y lo era. Claro que lo era.
¿Reviews?
-Ellie.
