StarHeart
Summary:-¿Qué juego enfermizo estás jugando conmigo, Hinata? ¡Si realmente no sientes lo mismo que yo solo dilo claro y no estés dándome esperanzas de que podamos tener una relación en un futuro!-la miró de una forma que la chica no supo interpretar-Estoy harto-se acercó a ella en dos grandes zancadas tomándola del brazo con algo de brusquedad-Harto por estar esperando...
Me duele la cabeza, no he tenido muy buena suerte ya que TTwTT mi vestido no llegara a tiempo para que haga cosplay de Naruko y no hay pantalla para mi celular, aunado al infernal calor que hay por aquí solo puedo decir que estoy algo irritada… en todo caso, debería ponerme al dia con mis otros fics pero la verdad es que me da flojera por ello qui me tienen escribiendo un one-shot, bueno, eso depende de los comentarios si es que quieren continuación lo cual es muy probable ya que siempre me piden conti asi que esperare sus comentarios.
El pequeño rubio miró al cielo con tristeza desde aquel lugar que no podía considerar su hogar, aun no se adaptaba por completo a la perdida de sus padres ¿Y qué niño lo haría si de un día para otro perdiera todo lo que tenía?
Nunca conoció a su madre, ella había muerto después de que nació, su padre se hizo cargo de él por su propia cuenta, nunca busco otra mujer pero la pérdida de su madre le había afectado al grado de que poco a poco se fue descuidando, Minato Namikase fue un hombre cariñoso y trabajador que se sobre exigía mucho para poder cuidar de su hijo, trabajaba incansablemente para asegurarle un futuro hasta que cayó enfermo y perdió la vida dejando a Naruto huérfano a la edad de 8 años, posteriormente el niño fue remitido a un orfanato pues no tenía familiares cercanos o alguien que se hiciera cargo de su tutela, los únicos familiares que tenía vivían muy lejos y estaba seguro que no levantarían ni un dedo por él pues no estaban en muy buenos términos con sus padres.
Naruto lloró incasablemente la perdida de la única persona que tenía, aun a su corta edad entendía todo lo que su padre tuvo que sacrificar para criarlo, muchas veces Minato no pudo asistir a los festivales de la escuela por estar trabajando y en varias ocasiones llegaba muy tarde a casa y tan cansado que habían días enteros en los que no podía intercambiar ni una sola palabra con su hijo, a menudo se disculpaba por no tener tiempo suficiente para él y le extrañaba el cambio de actitud que el pequeño rubio había tenido pues lejos de meterse en problemas como siempre lo hacía había empezado a comportarse con más madurez de la que debía tener.
El niño había entendido que sus travesuras le causaban muchos problemas a su padre, lo cierto era que quería más atención por parte de su progenitor pero al ver todo por lo que Minato tenía que pasar nació en él el sentimiento de querer ayudarlo y tan pequeño como era lo único que podía hacer era mejorar su comportamiento, había prometido portarse bien, desgraciadamente su padre enfermo y falleció dejándolo solo en el mundo.
-"¿Por qué siempre estas mirando las estrellas?"-le había preguntado el pequeño Namikase a su padre una noche mientras ambos miraban al cielo desde su ventana, era como si él estuviera buscando algo allá arriba ya que en variadas ocasiones Naruto había sorprendido a su padre mirando hacia el infinito manto nocturno que se extendía en el firmamento.
-"Tenía la esperanza de encontrar mi estrella de nuevo"-contestó él con algo de tristeza en la voz.
-"¿Tú estrella?"-preguntó el niño extrañado y el hombre sonrió con melancolía.
-"Tal vez estuviera loco, pero solía conversar con una estrella cuando yo era niño, era una de un color muy hermoso y pasaba mis días esperando el anochecer solo para verla y contarle mi día"-rio con suavidad-"Si tienes suerte también encontraras una estrella para ti y serás tan feliz como yo lo fui."
Naruto suspiró con pesar al recordar las palabras de su padre, en su momento le había parecido una locura pero en las noches de soledad cuando esperaba a que Minato regresara del trabajo no encontraba nada mejor que platicar con una pequeña estrella solitaria y cercana a la luna, le había cautivado lo pequeña que esta era y la hermosa luz que irradiaba.
Esa noche también la estrella estaba ahí para él.
-Este lugar es terrible los encargados a menudo nos tratan mal, realmente pareciera que se traen algo conmigo, no dejan que ningún niño se me acerque, nee, estrella-chan, ojala tu fueras alguien real, me siento algo tonto platicando contigo-lagrimas amenazaban con descender de sus mejillas-Así al menos tendría una amiga…-sollozó intentando contener su llanto pero le fue imposible-Solo quiero que alguien me comprenda, no quiero estar solo de nuevo, tú eres lo único que me queda.
El rubio lloró todo lo que pudo, hasta que ya no le quedaron más lágrimas y se quedó dormido cerca de la ventana deseando tener un amigo o alguien que pudiera comprenderlo, sin saber que la estrella lloraba con él al sentir su tristeza y una cantarina y dulce voz dijo:
-"Te prometo que yo estaré contigo."
Otro día más había comenzado en el orfanato, Naruto era nuevamente reprendido por los encargados y obligado a limpiar los pisos del pasillo como castigo por no atender a su clase de ética, maldijo por lo bajo, no importaba todo lo que intentara no ser reprendido, siempre era castigado por la cosa más insignificante que hiciera y hasta parecía que los adultos disfrutaban de hacerlo sufrir.
-¿Escuchaste? Hay una niña nueva dicen que la trajo un policía-dijo uno de los huérfanos que rondaban paseando por ahí con un amigo.
-¿Una niña? Hay que ir a ver.
-Si vamos-dijo el otro y ambos se fueron corriendo hacia la recepción para ver a la recién llegada.
Por alguna razón eso le cuando mucha curiosidad a Naruto y fijándose de que nadie lo viera dejo su tarea pendiente para ir a ver a la niña nueva.
Con sigilo se escabulló por los corredores de la institución hasta llegar a la recepción y entonces la vio era una pequeña muy curiosa, miraba nerviosa hacia el suelo a lado del policía que hablaba con la encargada sobre que había encontrado a la niña vagando por las calles, ella solo decía llamarse Hinata y que no recordaba quienes eran sus padres.
Era una niña muy bonita con ojos de un inusual color lila y cortos cabellos de extravagante tono a su lado, llevaba puesto un vestido blanco y sencillo, parecía muy tímida, oscura y rarita, eso fue lo primero que Naruto pensó al verla, ella no parecía consiente de nada a su alrededor hasta que advirtió los ojos curiosos del rubio, volteó su mirada hacia donde él se escondía y sus ojos se iluminaron mostrando infinita felicidad, ella sonrió de una forma que al rubio le hizo pensar que se veía muy linda, se perdió en la expresión de la peliazul hasta que advirtió la llegada del director de la institución y huyó antes de ser detectado por él.
Más por la tarde Naruto se encontraba solo comiendo en su cuarto, él era el único que tenía una habitación propia en donde pasaba la mayor parte del día, no lo dejaban almorzar con los demás niños y era reprendido si lo miraban hablando con otros por lo que siempre era confinado a comer a solas en su habitación, ese día extrañamente alguien llamó a su puerta y su sorpresa fue muy grande al ver que la niña nueva entraba rápidamente a su habitación con un par de postres consigo.
-Yo… te traje un flan-dijo entregándoselo con algo de nerviosismo-Esta es la habitación de Naruto-kun, es algo pequeña-murmuró algo cohibida.
El rubio no cabía en sorpresa de ver a la peliazul en su cuarto, nadie se le acercaba por temor a ser castigados, pero la nueva se había escabullido hábilmente para llegar hacia él.
-Tú no deberías estar aquí-susurró-si te descubren van a…
-Ya me lo advirtieron pero gracias por preocuparte Naruto-kun.
-¿Cómo sabes mi nombre? Y ¿Quién eres tú?-preguntó cayendo en cuenta que en ningún momento se lo había dicho y solo la había visto una vez en la recepción, ella pareció ponerse un poco nerviosa y el rubio temió haber sido muy brusco con su interrogatorio.
-Me llamó Hinata… los otros niños me lo dijeron tu nombre, también comentaron que no debía acercarme a ti pero…-con algo de timidez gritó-¡Yo estoy aquí para hacerte compañía!-cayó en cuenta de sus palabras cubriéndose la boca y reuniendo todo el valor que necesitaba bajo sus manos para hablar algo temerosa-Yo quería… bueno… yo solo… ¿Puedo… ser tu amiga?-preguntó jugando con sus dedos algo sonrojada.
Naruto estaba algo sorprendido, por un momento la habitación quedó en silencio, la situación era algo extraña aunque le divertía la presencia de aquella niña, pero más que nada estaba feliz de que por fin alguien se le acercaba.
-Entonces Hinata-chan, seamos amigos-le sonrió con alegría extendiéndole la mano y ella la tomó sonriendo suavemente.
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Los días en el orfanato habían dejado de ser tan terribles desde que Hinata había llegado, sí, los adultos aun le hacían la vida de cuadritos pero la peliazul siempre estaba ahí para darle ánimos, algunas veces la ojiperla era reprendida por ser sorprendida hablando con Naruto pero pese a los castigos que recibía nunca dejo de ser su amiga, ella solo decía que estaba ahí para hacerle compañía y el rubio no podía estar más feliz por ello.
Solo una vez el Namikase le había preguntado a Hinata sobre su familia, él ya le había contado que solo conoció a su madre por medio de un par de fotos que su padre había mantenido guardadas y que él había muerto de una enfermedad, la peliazul por su parte solo le contestó que ella no recordaba a sus padres.
Hinata nunca se lo dijo, pero sus recuerdos comenzaban desde el día en que fue encontrada por aquel policía, por alguna extraña razón su nombre y la leve imagen del rubio era lo único que había en su mente junto con el sentimiento de hacerle compañía, en su cabeza solo resonaba el nombre de Naruto y cuando lo vio escondido entre las plantas supo que él era la persona en sus recuerdos y que su misión era estar a su lado para ver que no perdiera su sonrisa.
Algo muy curioso era que desde el día que Hinata había entrado a su vida la estrella con la que hablaba todas las noches había desaparecido, tal vez había sido porque la estrella había concedido su deseo de tener a alguien que lo entendiera, quiso pensar que era gracias a su estrella que por fin tenía una amiga que lo sacara de la oscuridad en la que poco a poco se iba hundiendo, curiosamente había llegado la peliazul cuyo nombre significaba "lugar soleado" algo como eso no podía ser una coincidencia.
Pasaron 2 años antes de que Naruto quedara bajo la custodia de su abuela, una mujer fría y calculadora que había sido la responsable de su infierno durante el tiempo que estuvo en el orfanato pues había aportado grandes cantidades de dinero al orfanato siempre y cuando le dieran al rubio "un trato especial", Tsunade Namikase lo odiaba por ser el fruto de amor entre su hijo y la mujer que lo sedujo, ella nunca estuvo de acuerdo en el matrimonio entre sus padres, no podía permitir que el heredero de las empresas Namikase se casara con una mujer sin apellido y de dudosa procedencia que encontró en las calles.
Sin embargo, Naruto era el último Namikase que quedaba y por consecuente el heredero legítimo de las empresas por lo cual Tsunade tuvo que tomar su tutela para comenzar a educarlo y que fuera un digno heredero alejándolo así de Hinata cuando ambos tenían 9 años.
Su abuela no mostro ni una pizca de compasión durante su enseñanza, contrataba los maestros privados más estrictos que pudieran existir para que le dieran la mejor educación que el dinero pudiera pagar, vivir en la mansión Namikase tenía sus ventajas y desventajas, al ser él el único familiar que a Tsunade la quedaba y debido al parecido con su difunto hijo el acercamiento entre ella y su nieto fue inevitable.
La rubia incluso le contó la forma en que se conocieron sus padres, algo de lo que Minato nunca quiso hablar, según su abuela, ella solo quería protegerlo de la trepadora de su madre, el Namikase al parecer la había encontrado en las calles refugiándose de la lluvia en un callejón sin tener aparentemente recuerdo alguno más que él de su nombre, Kushina, ella tenía un carácter fuerte, alegre y explosivo ante el que Minato cayo rendido, obviamente Tsunade no iba a dejar que esa mujer se casara con su hijo pues creía fervientemente que solo se acercaba a él por su fortuna, e hizo de todo para separarlos.
Sin embargo el rubio tomó la decisión de dejar todo atrás para vivir con su amada lejos del dominio de su madre y al menos por un tiempo ambos fueron felices, Minato le contaba a Naruto que su madre era una persona muy hermosa de largos cabellos rojos y muy parecido a él en actitud que murió al darle a luz, cosa que al parecer Tsunada no sabía pues no se había tomado la molestia de investigar qué había sucedido con ella una vez que se había enterado donde se encontraba su hijo y que había muerto, la rubia supuso que Kushina lo había abandonado dejándolo a cargo del niño.
Había odiado a Naruto pues por culpa de su madre Minato se había sobre esforzado trabajando cuando pudo casarse con una muchacha de su clase en lugar de esa mujer que había encontrado, sin embargo su opinión había cambiado considerablemente cuando las ultimas pertenencias de Minato le habían sido entregadas luego de que el pequeño y viejo departamento donde el rubio había vivido los últimos años con Naruto fuera desalojado.
"Tal vez pienses que te he decepcionado madre y me disculpo por ello, sin embargo quiero que sepas que no me arrepiento de nada, pues a lado de Kushina fui el hombre más feliz del mundo, tuvimos un hijo ¿Sabes? Sé que tal vez no querías ser abuela tan pronto, me hubiera gustado que estuvieras en su nacimiento pero sé que sigues resentida conmigo por haberme fugado, le hemos puesto el nombre del héroe de los libros que escribió mi difunto padre, se llama Naruto y se parece mucho a mi… a partir de hoy yo cuidare de él solo… Kushina no soporto el darle a luz, murió un par de horas después de verlo y que eligiéramos su nombre"
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"En verdad me gustaría que lo conocieras, hoy ha dicho sus primeras palabras, me ha llamado papá"
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"Hoy él ha cumplido 5 años, su actitud es muy similar a la de Kushina, es un niño muy listo y travieso, seguro te desesperaría, pero apuesto a que no tardarías en encariñarte con él"
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Esos eran tan solo algunos fragmentos de las cartas que su hijo nunca le había enviado, tal vez fuera por el hecho de que la conocía también que sabía que ella no se tomaría la molestia de leerlas pues hasta donde el Namikase sabia su madre seguía muy enojado con él y cuando los sobres le fueron entregados estuvo a punto de quemarlos, pero en ellos estaban gravadas sin lugar a dudas las últimas palabras que habría podido escuchar de su hijo si no hubiera sido tan orgullosa para desinteresarse en la vida de su primogénito hasta que fue demasiado tarde, sin embargo durante mucho tiempo las había dejado guardadas sin atreverse a leerlas hasta 2 años más tarde cuando finalmente se sintió mentalmente preparada para afrontar que su hijo ya no estaba y para cerrar su ciclo de depresión solo le hacía falta leer las cartas y superar su perdida.
Le tomó un par de meses asimilar que se había equivocado en el tipo de persona que Kushina era y superar un poco del resentimiento en contra de Naruto a pesar de que el niño no tenía la culpa de nada, solo fue hasta que tres años después cuando el rubio tuvo el valor suficiente para enfrentarla y exigirle el porqué de su rechazo hacia él fue que Tsunade pudo deshacerse de un poco de su frialdad y de cierta manera hacer las paces con el adolescente.
Tsunade comenzó a ser un poco menos estricta y compasiva con su nieto y la relación entre ambos había mejorado notablemente al grado de que le permitió ir al orfanato para visitar a su amiga, sin embargo Hinata ya no se encontraba en el lugar y nadie supo decirle donde se encontraba, había sido adoptada por una pareja extranjera, era todo lo que sabían pero no había ni rastro de su paradero.
Y aquella fue la primera vez que su abuela intentó consolarlo.
-Tal vez algún día la vuelvas a ver, no abandones la esperanza.
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Ese día una Hinata de 20 años se despertaba con una sonrisa, había tenido un buen sueño, sentía que finalmente volvería a ver a esa persona a la que le había prometido estar a su lado, durante 10 años no paró de intentar encontrar al niño rubio de sus recuerdos, pues su única misión era cumplir la promesa que le había hecho aquella noche que lo había visto llorar, el destino quiso que un mes después de que Naruto fuera adoptado una pareja extranjera se interesara en ella, en un principio se había negado a ir con ellos creyendo fervientemente que si se quedaba en el orfanato algún día volvería a verlo, pero "alguien" la había dicho que aceptara irse con ellos pues hacia tenía más posibilidades de buscarlo en un futuro, así fue como la peliazul se convirtió en Hinata Hyuga viviendo con su nueva familia en los Estados Unidos.
Toda vez que había obedecido a esa "persona" las cosas habían mejorado para ella, pues el trato que le daban era muy diferente al que había recibido en él orfanato, se preocupaban tanto como lo hacía la persona a la que en el pasado había llamado "madre".
Por desgracia las cosas no siempre salen bien y las personas que la adoptaron murieron en un accidente de auto cuando ella tenía 16 años volviéndola a dejar huérfana, fue algo trágico para ella pero "esa mujer" la dio los ánimos para seguir adelante y también fue ella quien le recomendó mudarse a Japón para que cumpliera con su objetivo.
Si quería volver a ver a Naruto tenía que ser muy paciente y esforzarse, eso era lo que Hinata pensaba cada vez que iniciaba un nuevo día, esa mañana también se esforzaría apenas llevaba un mes trabajando en el café Luna, la peliazul con el paso del tiempo se había convertido en una joven muy amable y hermosa, más de un chico había caído preso de su cautivadora y dulce personalidad, pero ella no hacía caso a ninguno pues solo tenía una cosa en mente.
Su día en la cafetería había estado medianamente bien, trato de ignorar el regaño que le dio su jefe por llegar tarde, no dudo en amenazarla para despedirla se llegaba tarde nuevamente ni aunque le explico que había ayudado a una niña que se había perdido en el parque, debido a su retardo le habían encargado un par de tareas extra limpiando todas la mesas del lugar.
Una de los clientes había dejado su cartera, Hinata había alcanzado a verla y sin perder tiempo la tomó saliendo del lugar para perseguir a su dueña sin hacer caso a los gritos de su jefe. Que amenazaba con despedirla si no regresaba, pero la pelizaul no alcanzo a oírlo.
-¡Disculpe, disculpe!-llamó algo cansada de haber salido corriendo tras la rubia que estuvo a punto de perdérsele de vista.
Tsunade finalmente volteó a ver a la molesta chica que al parecer le estaba gritando y antes de que pudiera reclamar algo ella llegó a su lado entregándole su cartera.
-¿Qué es lo que…?
-La olvido-exhaló algo cansada-Olvido su cartera en la cafetería-se la entregó con la respiración agitada mientras la Namikase tomaba el objeto extrañada comprobando que efectivamente era suya, algo desconfiada la revesó, tenía una buena cantidad de dinero en efectivo que estaba segura tentarían a cualquiera a ser tomados, y mientras se aseguraba de que estuviera en orden la joven recibió una llamada.
-¿Eh? Pero… No puede despedirme, solo salí a devolverle la cartera a una clienta-reprochó Hinata algo conmocionada siendo de inmediato escuchada por la rubia que la miro con curiosidad mientras ella hablaba por teléfono, al parecer su jefe le dijo un par de cosas más-Pero… es mi único trabajo si usted me despide yo…
Antes de que la chica pudiera decir algo en su defensa su jefe corto la llamada, la peliazul entonces suspiró y miró hacia el suelo con preocupación, su estancia en Japón no había sido muy buena hasta el momento pues al ser extranjera muchos no querían darle trabajo, parecía que su día iba bien y de repente había sido despedida, al parecer la suerte no estaba de su lado y en esos momentos la invadían unas ganas inmensas de llorar, parecía que su tiempo se estaba acabando.
-Disculpa… ¿No tienes empleó?-preguntó Tsunada viendo que la joven parecía estar a punto de quebrar en llanto.
-Ah, bueno yo…-apenas y había reparado en que aún se encontraba con la señora a la que le había devuelto su cartera.
-Fuiste una persona muy gentil y honesta al devolverme esto intacto-dijo alzando el objeto-Al parecer por eso te despidieron y ya que ha sido mi culpa ¿Te gustaría trabajar para mí?
-No, fue su culpa-se apresuró a contestar la ojiluna-Pero la verdad si me gustaría el empleo…-admitió algo nerviosa.
-No eres de aquí ¿cierto?-preguntó examinándola de pies a cabeza, claramente era una extranjera.
-No… vengo de Estados Unidos aunque originalmente era de aquí, regrese para buscar un viejo amigo que me gustaría volver a ver, le prometí que iba a estar a su lado pero por cosas de la vida no he podido cumplir esa promesa-sin saber porque habló de forma natural y abiertamente antes de darse cuenta de lo que había dicho.
-Así que un amigo eh-dijo la rubia intuitiva-¿No será un viejo amor? Dime como se llama, tal vez pueda ayudarte a buscarlo.
-Dudo que pueda ayudarme a encontrar a Naruto-kun, pero gracias por querer intentarlo, es suficiente con que me haya ofrecido trabajo.
La Namikase reflexionó un poco viendo muy curioso que la persona que esa chica estaba buscando se llamara igual que su nieto, parecía mucha coincidencia que ella viniera de Estados Unidos y además su actitud y físico se le hacían sospechosos, el pelo azul y los orbes luna que había descrito el rubio concordaban con el aspecto de la chica frente a ella, aunque solo para comprobar decidió hacerle un par de preguntas.
-¿Cómo te llamas?
-Hinata, Hinata Hyuga-contestó con una sonrisa, la mujer abrió un poco los ojos escondiendo muy bien su sorpresa.
-Dices que antes vivías aquí ¿En dónde?
-Pues antes de irme a los Estados Unidos vivía en un orfanato, ahí conocí a Naruto-kun pero por desgracia tuvimos que separarnos, sé que algún día podre volver a verlo, por ese motivo estoy aquí.
Definitivamente esa chica era la Hinata de la que Naruto alguna vez le había hablado, pero el rubio había cambiado mucho e internamente se preguntó si le alegraría ver a la peliazul, la chica parecía muy entusiasmada con la idea, casi parecía.
-Casi parece que estuvieras enamorada de ese chico-comentó prestando atención a la expresión de la joven, la Hyuga ladeó la cabeza un poco extrañada de dicho comentario.
-¿Enamorada?-preguntó con tal inocencia que dio a entender que no sabía nada referente al tema.
-¿No lo estás?-cuestionó extrañada, dada la honestidad de la chica hasta el momento pensó que no dudaría en confesar aquello.
-No lo sé-contestó con honestidad-Solo sé que quiero volver a verlo para cumplir mi promesa y que él me sonría de nuevo.
-Ya veo-la Namikase sonrió satisfecha con su respuesta, tal vez la presencia de esa chica sirviera para que Naruto volviera a ser el mismo de antes.
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Por culpa de un amor no correspondido el rubio se había vuelto una persona amargada y desconfiada de la gente, al parecer la chica de la que se había enamorado solo buscaba su dinero, a decir verdad todas las mujeres que se le acercaban solo lo hacían por eso así que había tomado una actitud fría y distantes hacia las personas a menudo concentrándose más en su trabajo pues con 20 años Naruto ya había tomado el dominio de las empresas Namikase y estaba próximo a ser presentado hacia la sociedad como el empresario más joven y guapo.
Para Naruto la monótona vida habría seguido igual hasta que ella entro de nuevo a su vida tal y como una fresca brisa primaveral había vuelto a encontrar su lugar soleado.
-Mira qué no querer recibir a tu abuela chiquillo insolente-gruñó la rubia al entrar de improvisto a su oficina toda vez que el Namikase seguía revisando papeles.
-Ibas a entrar de todas maneras-dijo sin prestarle la menor atención a la mujer parada frente a su escritorio.
-Anda y yo que solo quería presentarte a tu nueva secretaria-dijo con ironía captando la atención de Naruto quien levanto la vista algo fastidiado.
-Espero que al menos esta sea más competente que la anterior y no me cause tantos dolores de cabeza, sinceramente si tengo que aguantar a otra tipa que esté intentando seducirme cada 5 minutos voy a estallar.
-Bueno, a decir verdad dudo que tenga experiencia en este campo de trabajo así que tendrás que ser muy paciente con ella, esta chica necesita mucho el empleo.
-Si resulta que es una inútil voy a despedirla sin pensarlo 2 veces-gruñó el rubio.
-Dudo que lo hagas-dijo con una sonrisa maliciosa abriendo la puerta-Te presento a tu nueva secretaria, Hinata Hyuga.
La susodicha entró sin atreverse a mirar a su jefe, estaba algo nerviosa pues según había escuchado su nuevo jefe era alguien un poco gruñón que seguro la despedía después de una semana dado que ella no tenía experiencia como secretaria, los pensamientos y el nerviosismo la consumían al mientras trataba de reunir valor necesario, cabizbaja seguro no iba a lograr dar una buena impresión.
-Yo estaré trabajando con usted a partir de ahora-dijo en tono suficientemente audible para que el hombre frente a ella lo escuchara, notó que él se puso de pie instantáneamente al tiempo que ella levantaba la vista y entonces sus ojos se abrieron con sorpresa al toparse con los orbes azules que reconocería sin importar que.
-Hi… ¿Hinata eres tú?-preguntó sin dar crédito a la hermosa figura frente a sus ojos, ella sonrió de la misma forma que le había sonreído la primera vez que se vieron.
-Me alegra mucho verte Naruto-kun.
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Tsunade podía verlo muy claro, la presencia de esa chica había logrado que Naruto volviera a ser el mismo de antes, al principio no daba una en su empleo, la misma Namikase tuvo que enseñarle incluso a cómo manejar la computadora correctamente y llevar la agenda electrónica de su nieto, pero al final había valido la pena, Hinata tenía la misma escancia que había sentido con Kushina, curiosamente en ambos casos las susodichas habían aparecido de la nada y sin recuerdos, era demasiado extraño para ser una coincidencia.
La Namikase tuvo que reconocer que la única persona que pudo reparar el corazón herido de Naruto fue Hinata, pero la relación entre ambos no parecía avanzar nada, Tsunade no podía negar que no se opondría a la idea de que ellos se casaran, no quería cometer el mismo error que con su hijo, debió darse más tiempo para conocer a Kushina antes de juzgarla y eso era lo que había hecho con Hinata pero…
La susodicha era completamente ajena al tema del romance o en lo que a sentimientos respectaba, a Naruto no le costó nada enamorarse de la peliazul, el problema era que desconocía los sentimientos de ella y en los últimos meses eso lo había vuelto un poco obstinado e irritable, pues los celos lo comían vivo cuando algún otro hombre se acercaba a conversas con la ingenua chica que no caía en cuenta del coqueteo de los hombres.
Hasta cierto punto a la rubia le había parecido gracioso ver a Naruto enojándose por los hombres que asediaban a la chica, entonces él se alejaba y ella lo seguía dejando atrás a sus pretendientes mostrando abiertamente que tenia preferencia por el rubio, pero este comenzaba a hartarse de la situación, no quería que ella lo siguiera, si no que les dejara en claro a esos hombres que solo estaba interesado en él.
Y cierto día para Naruto fue suficiente.
-¡Deja de seguirme!-le gritó enojado una vez que se detuvo en medio de los jardines de la mansión Namikase, esa noche la luna llena se alzaba en todo su esplendor mientras que dentro de la mansión se celebraba una glamurosa fiesta por el cumpleaños número 21 del rubio.
-N-Naruto-kun-murmuró algo entristecida de la forma en la que él reaccionó-¿Qué sucede? ¿Porque estas tan enojado?-se atrevió a preguntar.
-No lo entiendes, realmente parece que nunca lo has entendido-murmuró con rabia contenida sin dignarse a voltear a verla.
Tener sentimientos románticos por Hinata era tormentoso y problemático, ya no soportaba ser solo su amigo y se lo había demostrado miles de veces indirectamente, tanto así que era imposible que ella no captara la situación, lo que lo llevó a pensar que ella sabía de sus sentimientos pero fingía que no para no tener que contestarle y herirlo, pues a pesar de todo ella no dejaba de lado los acercamientos entre ambos que no hacían más que confundirlo.
-¿Qué juego enfermizo estás jugando conmigo, Hinata? ¡Si realmente no sientes lo mismo que yo solo dilo claro y no estés dándome esperanzas de que podamos tener una relación en un futuro!-la miró de una forma que la chica no supo interpretar-Estoy harto-se acercó a ella en dos grandes zancadas tomándola del brazo con algo de brusquedad-Harto por estar esperando una señal de tu parte, eres demasiado injusta Hinata.
-Naruto-kun ¿Qué estas…?
Ni bien terminó de hacer la pregunta cuando sus labios fueron sellados por los del rubio frente a ella, si bien Hinata era ajena al romance y los sentimientos sabia claramente que estaba siendo besada, para comprender mejor el tema referente al amor Tsunade la había hecho leer unas novelas, la forma en que su boca estaba siendo tomada era brusca y salvaje, completamente diferente a como debía ser un beso de cariño y ella se asusto, le costó un poco de trabajo ser completamente consiente de la forma en que el apuesto rubio la tenia apegada a su cuerpo.
Con gran esfuerzo logró separarse de él tomando unos segundos para recuperar el aliento, ella tocó temblorosa sus labios y su mirada se topó con la dolida del rubio.
-Entiendo-susurró con desesperanza y tristeza dándole a la joven la espalda-Desearía nunca haberte conocido.
Hinata no supo de qué forma reaccionar ante aquella abierta declaración.
-Ojala pudieras simplemente desaparecer, verte es sencillamente doloroso Hinata.
Hubo un momento de silencio, sin que el rubio se diera cuenta una luz descendió a las manos de la peliazul dejándole en la mente un claro mensaje "Se acabó tu tiempo".
-Ya veo-susurró ella quedadamente-Hey Naruto-kun ¿Realmente quieres que desaparezca?-le preguntó inocentemente mientras ocultaba sus llorosos ojos tras su flequillo.
-¿Qué no me escuchaste?-ironizó irritado-Quiero que desaparezcas-No se digno a mirarla, no quería, se había enamorado como un estúpido de ella y era doloroso porque después de aquel beso él no tenía la más mínima intención de que volvieran a ser amigos, necesitaba estar lejos de ella al menos por un tiempo.
-Entiendo… yo, fui realmente feliz contigo ¿Sabes? No sé porque, pero mi corazón se siente como si estuvieran a punto de estalla cada vez que estoy contigo, es completamente diferente a lo que leí en los libros, no puede ser amor, se supone que no puedo ser capaz de sentirlo así que me disculpo contigo porque no se dé que forma llamarlo, de todas maneras, fue divertido mientras duro, aprendí muchas cosas del mundo humano, hice lo que pude para mantener mi promesa, lamento haberte dejado solo tanto tiempo y me alegro de haberte conocido-un sollozo se escuchó por parte de la joven.
Naruto se paralizó por unos segundos, algo no estaba bien ¿Por qué sus palabras le sonaban a una despedida definitiva? Una opresión inundó su pecho y sentía que estaba por perderla definitivamente.
-Adiós Naruto-kun.
Su presencia desapareció del mundo humano, el rubio miró al lugar donde segundos antes esa chica estaba parada, observaba el lugar preguntándose ¿Qué hacia él ahí mientras adentro celebraban su cumpleaños? Pero más importante que nada ¿Por qué sentía un enorme vacío en el pecho?
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-"Pequeña estrella sin corazón, te daré la oportunidad de forjar uno nuevo. ¿Quieres conceder el deseo de ese humano cierto? Puedo ayudarte con ello, pero ¿Afrontaras las consecuencias?"
-"No sé porque, pero solo quiero verlo sonriendo, quiero ir a donde él esta."
-"¿Dejaras por ello tu puesto en el manto estelar? Tu estancia en la tierra será efímera comparada con el castigo que te espera cuando los astros reyes se den cuenta de tu ausencia, si aun así estas dispuesta a renunciar a la vida que llevas como estrella yo te mostrare el camino hacia la tierra."
-Nee, estrella-chan, ojala tú fueras alguien real, me siento algo tonto platicando contigo-ella podía ver al niño llorando y una sensación dolorosa oprimió su pecho-Así al menos tendría una amiga…
-"Quiero que él siempre sonría, que ya no este solo, quiero poder ser su amiga, así que por favor Kaguya-sama, bríndeme un poco de su ayuda, no me importa si al final soy condenada al más oscuro de los abismos del universo, si puedo saber que al menos logre ser la causa de una de sus sonrisas entonces con gusto aceptare el destino que se me imponga."
Las estrellas no pueden desarrollar corazones, los heredan, cuando una estrella muere, su lugar en la bóveda celeste es ocupado por una nueva estrella que obtiene el conocimiento y el corazón de la anterior, pero el ciclo se rompió cuando una estrella bajo de los cielos, el corazón de esa chica no se encontraba en los cielos, si no en la tierra.
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¿Merezco comentarios? ¿Debe haber continuación? Pues eso depende de lo que ustedes decidan, a mi me gusta la tragedia y me dolio escribir esto, quiero que sepan que la trama surgió solita, yo tenia otros planes, por ejemplo, Tsunade iba a seguir siendo una abuela mala y Naruto iba a negar su amistad con Hinata por ser "pobre" luego no se que diablos hizo Naruto pero cambio la perspectiva de su abuela… no se que diablos paso aquí, juro que los personajes actuaron como se les diò la regalada gana y no como tenia planeado, por que si, esto iba a ser un ¡Lo juro! Pero ahora parece que necesitara continuación.
Entonces ya saben, dejen sus comentarios, ahora si me disculpan, voy a sentarme por aqhi a pensar en que momento perdi el control de la historia e intentare borrar el nudo en la garganta de lo triste que me pareció lo que acabo de escribir.
