Disclamer: Los personajes no son míos, sino de sus respectivos dueños Tite Kubo de Bleach y Akira Amano de Katekyo Hitman Reborn.
Tsunayoshi Sawada, o simplemente Tsuna, solía ser un chico inútil normal, hasta que descubrió que era el descendiente de una familia de la mafia italiana, de las más poderosas y su futuro designaba a ser el Décimo Vongola, su entrenador personal es llamado Reborn, uno de los Arcobaleno, la familia de bebés más fuerte de la mafia, a pesar de que su apariencia sea por una maldición.
Los miembros de su futura familia mafiosa actualmente son sus amigos en quienes confía y protege siendo de forma recíproca; actualmente todos se entrenan para ser la generación Vongola más fuerte.
—¡Tsuna! ¡Esfuérzate y recuerda mantener bien nivelados ambos brazos!
Le animaba Yamamoto, después de batear convirtiendo su instrumento en su katana al ver al otro tratando de lograr hacer el X-Burner sin ningún fallo.
—¡Vamos, Décimo! —Gokureda se distrajo en su entrenamiento de tiro para apoyar a su amigo.
El castaño se quejó al desviar por enésima vez el tiro, se dijo a sí mismo que tenía que seguir. Determinado, volvió a cargar.
Reborn miraba atento a cada uno de los allí presentes, Gokureda afinaba sus tiros con el Flame Arrow en modo Tormenta Solar; el samurái practicaba la Embestida de la Golondrina con un árbol, Ryohei combatía con Kangaryuu y Lambo jugaba; siendo que tropezó cayendo con su bazuca de 10 años en el futuro transformándose en el Lambo adulto.
—Are are…-—dijo con su típica voz suave posando su mano en el rostro— Estaba relajado en mi casa hasta que me llaman.
—Lambo —llamó el Arcobaleno del Sol— Ayúdanos un poco con Tsuna —pidió.
—Bueno, ¿Y qué se supone que debo hacer? ¿Luchar acaso?
—Sí, sólo haz que él te persiga para animarse y poder afinar más su ataque-
—De acuerdo.
Se colocó sus cuernos y empezó a llamar rayos para poder realizar la Electro Cornata, Tsuna se preparó.
Algo curioso ocurrió, todos efectuaron un ataque al mismo tiempo, siendo el X-Burner de Tsuna que atrajera a las llamas de los guardianes formando un agujero multicolor en medio de todo y apareciendo después de cerrarse poco a poco tres personas totalmente diferentes. Un joven alto, blanco de cabello naranja vestido con ropajes negros portando una katana, a su lado una mujer más bajita de cabello corto y negro con vestimenta parecida al otro trayendo también una espada, también un par de jóvenes los cuales uno tenía hebras rojizas y largas amarradas en una cola vestido con las mismas prendas negras pero con una tela peluda rosa alrededor de su cuello sin perder masculinidad sobre su frente posaba un pañuelo blanco cubriendo parte de unos curiosos tatuajes en el rostro y sosteniendo en su mano una extraña espada grande y curvada como serpiente, el otro poseía cabellera negra corta y vestía un traje blanco con algunos adornos azul claro en su rostro níveo lo enmarcaban unos lentes sin aro y su mano tría un arco grande y peculiar color blanco y negro.
—¿Pe-Pero qué sucedió? — la chica habló, sorprendida.
—¿Cómo llegaron estos tipos? —preguntó por lo bajo el Lambo aún mayor siendo igualmente escuchado por los recién llegados.
—Entonces ya no estamos en la sociedad de almas.
Susurró el pelinaranja seriamente, al darse cuenta de que el panorama había cambiado drásticamente y que estaban siendo observados aún en esa forma.
El Décimo Vongola, retornando de nuevo a su típica personalidad, preguntó: —¿Quienes son ustedes?
—Somos —el arquero habló ajustándose los lentes.
—Shinigamis —serio, con un pequeño aire de superioridad, respondió el pelirojo.
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