A las 3 de la tarde de un martes cualquiera, sonó el timbre que indicaba el final de las clases en el instituto de South Park. Los alumnos comenzaron a salir de sus respectivas clases y, en apenas unos segundos, los pasillos ya se encontraban repletos de gente. Entre todo aquel barullo, un chico bajito de pelo oscuro intentaba abrirse paso para llegar hasta su taquilla, él era Kevin Stoley, el fan de Star Wars que, si bien nunca había destacado ni tenía una vida tan interesante como la de la pandilla de Stan, se las estaba apañando bastante bien durante sus años de instituto, tenía sus videojuegos, su merchandising de sus películas favoritas y, cómo no, a su mejor amigo...

- ¡Keviiin!-Le llamó Bradley a grito pelado desde la otra punta del pasillo.

A pesar de que Kevin pasaba desapercibido entre la multitud, Bradley siempre era capaz de encontrarle aunque estuviese a kilómetros de distancia, pareciera que tuviese los ojos de un lince. Bradley Biggle, aún a pesar de haber descubierto su verdadera identidad a los 10 años como el superhéroe Mintberry Crunch, había decidido quedarse a vivir en la tierra junto a su familia adoptiva para poder llevar una vida normal, y no utilizar sus poderes a menos que fuese total y estrictamente necesario. Así, acabó convirtiéndose en el mejor amigo de Kevin, ya que este sentía admiración hacia Bradley y sus poderes, y ambos disfrutaban pasando el tiempo juntos jugando a videojuegos, compartiendo memes, etc.

- No hace falta que me grites, ya te he visto.- Suspiró Kevin sonriendo levemente.

- ¿Qué vas a hacer esta tarde?- Preguntó el rubio apoyando la espalda en el resto de taquillas mientras Kevin guardaba sus cosas en la suya.- Ya que Garrison no se ha pasado esta vez mandando deberes podríamos...

Bradley iba a sugerir quedar para dar una vuelta o ver una película como los dos solían hacer cuando tenían tiempo libre, pero no continuó con la frase al darse cuenta de que su amigo había dejado de prestarle atención, ya que, a pesar de que intentaba aparentar que le estaba escuchando, Kevin mantenía la mirada en algo (O en este caso, ALGUIEN) que estaba en alguna parte del pasillo detrás de él. Cuando Bradley se dio la vuelta para averiguar qué era aquello tan interesante que Kevin había visto al fondo del pasillo, no se sorprendió al ver que se trataba de Red, que estaba allí hablando con algunas de sus amigas.

Por si se nos había olvidado mencionarlo al principio, además de sus videojuegos, su merchandising y a su mejor amigo Bradley, Kevin también tenía una chica que le gustaba, en este caso Red Tucker. Pero el asunto tenía dos problemas principales, el primero, que Red apenas percibía la existencia de Kevin como algo más que un compañero de clase, y el segundo, que Kevin, a pesar de que llevaba bastante tiempo enamorado de ella, nunca se atrevía a decirle nada que no fuese "Hola" al cruzarse con ella por los pasillos, en resumidas cuentas, que la cosa no avanzaba ni por una parte ni por otra.

- Kevin.- Le llamó Bradley moviendo la mano delante de su cara para intentar sacarle de aquel estado de empanamiento en el que ya llevaba, por lo menos, dos minutos.- ¡Kevin!

- ¿Qué?- Preguntó el moreno reaccionando por fin.

- ¿Por qué no vas a hablar con ella? Mañana es San Valentín, pídele una cita.- Intentó animarle el mayor al ver que Red y sus amigas habían empezado a caminar en su dirección para ir a la puerta principal del instituto.

- ¿Cómo voy a hacer eso? ¿Estás loco? Ni que fuera tan fácil pedirle salir a alguien.

- Ya...- Suspiró Bradley, él lo sabía bastante bien.

Otro detalle importante que quizás también se nos ha pasado comentar al principio es que, mientras que Kevin tenía una chica que le gustaba, Bradley también tenía una persona que le gustaba, y esta persona era ni más ni menos que el propio Kevin. Sabiendo este último dato os estaréis preguntando, ¿entonces qué demonios hacía Bradley animando a Kevin para que pidiese salir a Red? La respuesta era bastante simple, porque Bradley ya suponía que él no iba a tener ninguna oportunidad con Kevin si a él ya le gustaba alguien, y además, ni siquiera sabía si a él también le gustaban los chicos, así que la incertidumbre sobre si podría llegar a corresponderle o no era doble, por ello, Bradley había decidido que, en lugar de arriesgar su amistad dejándole saber que estaba enamorado de él, prefería permanecer en silencio e intentar ayudar a este a que Red le hiciese caso para al menos verle feliz, aunque tuviese que ser con otra persona.

Los dos chicos empezaron a discutir en voz baja mientras el grupito de chicas se iba acercando más y más a ellos, hasta que, justo cuando pasaron junto a donde estaban, Bradley le dio a Kevin un pequeño empujón, haciendo que este se chocase con Red a propósito.

- Ah, perdona...- Se disculpó el moreno inmediatamente mirando de reojo a Bradley, que ahora fingía buscar algo en su mochila para disimular.

- No te preocupes, no pasa nada.- Le restó importancia ella negando con la cabeza mientras el resto de chicas reían por lo bajo, pensando en lo torpe que debía ser Kevin por tropezarse de repente en medio del pasillo cuando este estaba ya casi vacío, o en la pena que daba al haber tenido que chocarse "accidentalmente" con Red para poder entablar una conversación con ella, o ambas cosas.

Las chicas hicieron amago de irse y, al ver que Kevin no parecía que fuese a hacer nada para evitarlo, Bradley le dio una patadita para que siguiese hablando antes de que Red se fuese.

- Espera.- La llamó Kevin tímidamente volviendo a mirar de reojo a Bradley, quien ya volvía a fingir estar muy interesado en su mochila. Red se dio la vuelta y le miró, indicándole que le escuchaba, al igual que toda su pandilla de amigas, que de nuevo se habían parado a esperarla, y ya de paso enterarse de qué era aquello que Kevin le tenía que decir.- Esto...- En ese momento Kevin solo quería que se lo tragase la tierra, ya que, él esperaba que cuando por fin se decidiese a pedirle salir a Red sería un momento un poco más... privado.- S-Solo quería decirte que... Me ha gustado mucho eso que has contado en tu exposición en clase de ciencias, de verdad no sabía que las llamas eran capaces de escupir hasta más de 2 metros de distancia.- Rió Kevin nerviosamente cambiando de tema.

Aunque no pudo verle ya que este estaba detrás de él, Kevin pudo notar cómo Bradley se dio una pequeña palmada en la frente ante la gilipollez que su amigo acababa de decir, mientras que, por su lado, las amigas de Red se estaban tapando la boca con las manos intentando no echarse a reír delante del moreno.

- Ya...- Musitó Red sin entender muy bien la situación.- Me alegra que te haya gustado mi trabajo, nos vemos.- Se despidió sonriendo levemente al ver que Kevin no parecía que fuese a decir nada más.

Las chicas inmediatamente rodearon a la pelirroja y empezaron a cuchichear y a hablar entre ellas a la vez que se marchaban, mientras que Kevin se quedó ahí de pie, aún con una risilla nerviosa, hasta que perdió de vista a Red y al resto de las chicas, y el pasillo se quedó en silencio.

- La he cagado.- Dijo Kevin tras haber pasado unos segundos en silencio, como procesando lo que acababa de suceder.- Ahora se pensará que soy un idiota...- Suspiró siendo él esta vez el que se dio una palmada en la frente debido al bochorno.

- Bueno, si te sirve de consuelo, yo tampoco sabía eso de que las llamas podían escupir 2 metros.- Respondió Bradley encogiéndose de hombros y soltando una risita.

- No te rías.- Se quejó Kevin dándole un golpecito en el brazo en broma mientras ambos por fin empezaban a caminar hacia la salida del instituto.

- De todas formas, aunque no tengas una cita con ella mañana, siempre tienes tiempo de pedirle salir después de San Valentín.- Kevin bajó la vista y asintió un poco con la cabeza, sin poder evitar desmotivarse un poco por perder aquella oportunidad.- Así que, si no tienes planes para mañana, podríamos...

- ¿Y si en lugar de hablar con ella le doy una carta o algo así?- Le interrumpió el menor antes de que pudiese acabar la frase, como de costumbre.

Bradley le miró algo desilusionado al ver que Kevin ni siquiera había estado atendiendo a lo que decía, aunque eso era lo habitual cuando este estaba distraído pensando en algo importante, más aún cuando ese algo se trataba de Red. A estas alturas, el rubio ya estaba bastante acostumbrado a que Kevin le interrumpiese mientras hablaba o a que directamente no le escuchase, pero, aún así, no podía evitar entristecerse cada vez que esto pasaba, ya que gran parte de las veces, lo que Bradley intentaba era proponerle cosas para pasar tiempo juntos y tratar de que Kevin se fijase un poco más en él, pero nunca lo conseguía, al menos, no a la primera. Por esto, uno de los mayores temores de Bradley era intentar hablarle a Kevin de sus sentimientos, y que este no le escuchase.

- Eh... Claro, ¿por qué no?- Asintió el rubio a pesar de que, precisamente, lo que él iba a hacer era proponerle pasar el día de San Valentín los dos juntos.

- Entonces tengo que escribir la carta esta tarde para dársela mañana.- Musitó Kevin poniéndose el dedo en la barbilla.- ¿Vienes a mi casa y me ayudas?- Bradley levantó una ceja como preguntando "¿Yo?".- A mí no se me da bien escribir, y menos cosas de este tipo, además, dos mentes piensan mejor que una, ¿no?

- Está bien...- Suspiró Bradley a pesar de que no le agradaba mucho la idea.

Kevin sonrió satisfecho y ambos fueron a su casa, donde, nada más llegar a su habitación, se acomodaron cada uno en una silla frente al escritorio y encendieron el ordenador portátil para ponerse a trabajar en la carta lo antes posible.

- Bien.- Dijo Kevin en tono decidido abriendo un nuevo documento de texto en su portátil.- Y... ¿Cómo se hace una carta así?

- Pues...- Bradley se paró a pensar unos segundos, a decir verdad él tampoco tenía ni idea de cómo se escribía una carta de amor, no era el más indicado para dar consejos románticos, y menos en aquella situación.- Supongo que solo tienes que decirle lo que sientes, las cosas que te gustan de ella...

El moreno asintió y permaneció mirando el documento en blanco durante unos segundos, pensando en qué escribir, mientras Bradley simplemente se quedó en silencio, esperando, pero, tras al menos 3 minutos sin decir ni escribir nada, Kevin soltó un fuerte suspiro de frustración, ya que no era capaz de pensar en nada que poner.

- ¡Uuugghhh, no se me ocurre nada!- Se quejó el menor echándose hacia atrás sobre el respaldo de su silla.- ¿Cómo lo hace la gente en las películas y eso? ¡Es muy difícil pensar en cosas buenas de una persona cuando de verdad te hace falta!

- Háblale de las llamas.- Dijo Bradley en broma, a lo que Kevin volvió a darle un pequeño puñetazo en el brazo a modo de protesta.- Vale, vale, a ver... Podrías empezar diciéndole...- El rubio apoyó su mejilla sobre una de sus manos, pensativo, y miró a Kevin mientras este continuaba haciendo un puchero sin dejar de mirar fijamente la pantalla del ordenador.- "No hay nada como tu sonrisa".- Sugirió. Kevin dudó unos segundos, repasando la propuesta y finalmente asintió, escribiendo la frase inmediatamente.- "Tan... única y sincera. Parece que nunca te dieses cuenta de lo bien que puedes hacerme sentir con solo sonreír".

Kevin volvió a asentir y añadió lo que Bradley acababa de decir. Mientras el moreno esperaba a que Bradley continuase dándole ideas, este se fijó en que Kevin tenía aún en el antebrazo izquierdo los dibujos de estrellitas y planetas que se había hecho él mismo en clase el día anterior, parecía que hasta él mismo se hubiese olvidado de que aún los tenía, aunque Bradley se fijaba en estos siempre.

- "Hay muchas cosas que me gustan de ti, como cuando te aburres en clase y te pones a garabatear en la mesa o en tus apuntes".- Musitó manteniendo su mirada en los pequeños planetas que adornaban el brazo del menor.- "O cuando llegas a clase con el pelo todo despeinado porque has perdido el bus y has tenido que venir corriendo...".

Kevin continuó redactando todo lo que Bradley decía sin apenas plantearse lo que estaba escribiendo, estaba tan concentrado tecleando que ni siquiera se estaba dando cuenta de que, de hecho, Red no era del tipo de persona que solía llegar tarde a clase (O a los sitios en general). Sin embargo, Kevin sí que lo era, ya que siempre se olvidaba de cambiarle las pilas a su despertador de Darth Vader, así que era algo normal en él perder el autobús al instituto y tener que ir corriendo hasta allí.

- "Y, aunque me gustaría, no soy capaz de encontrar la forma de decírtelo en persona".- Continuó Bradley. Llegado a ese punto, las palabras ya le salían casi sin pensar con solo mirar a Kevin, por una vez este le estaba escuchando, por fin le estaba escuchando.- "Pero si pudiera... Te diría todo lo que veo en ti, todo lo que haces que me hace sonreír, te diría que quiero estar contigo, porque lo eres todo para mí. Pero es como si nunca pudieras oírme, si de verdad pudiera decirte no sabría ni por dónde empezar, ¿qué puedo hacer cuando la distancia entre los dos es tan grande?"

Al ver cómo este continuaba dando ideas sin parar, Kevin miró a Bradley de reojo algo dubitativo, ¿desde cuándo se le daba tan bien a su amigo escribir cosas románticas? Ambos empezaron sin tener ni idea de qué hacer y de repente Bradley había empezado a dictar cosas como si fuese un escritor experto. Nada más se dio cuenta de que Kevin le estaba observando, Bradley sintió sus mejillas calentarse levemente, pero, al contrario de lo que él habría hecho normalmente, no apartó la vista, y ambos se quedaron en silencio unos segundos mirándose fijamente, dejando la carta de lado por primera vez en todo el tiempo que llevaban allí.

Pasaron diez, veinte, e incluso treinta segundos en los que en la habitación de Kevin solo reinó el silencio mientras los dos chicos continuaban contemplándose el uno al otro perdidos en los ojos contrarios, como esperando a que alguno de los dos dijese o hiciese algo, hasta que, tras sobrepasar el minuto, finalmente Bradley sintió el impulso de hablar, rompiendo con la pacífica atmósfera en apenas dos palabras.

- Te quiero...- Dijo bajando un poco el tono de voz, pero aún sin apartar la vista de los ojos de Kevin. Este permaneció callado, como procesando lo que el rubio acababa de decir, y volvieron a pasar cinco, diez, quince segundos... Hasta que, al notar cómo esta se empezaba a oscurecer, Kevin volvió a llevar su vista a la pantalla del ordenador sin decir nada.

- Esa es una buena forma de acabar la carta.- Asintió el moreno añadiendo eso tras lo último que habían escrito varios minutos atrás.

En ese mismo momento, Bradley sintió un pinchazo en el estómago y lentamente bajó la vista al comprender que, aunque esta vez Kevin había estado escuchándole todo el tiempo, este no se había dado cuenta de que todas aquellas cosas que había estado diciendo para poner en la carta no estaban destinadas a expresar los sentimientos de Kevin por Red, sino los suyos por Kevin.

Aún así, en apenas un par de segundos, el rubio volvió a levantar la cabeza y sonrió levemente, siguiéndole el rollo a su amigo para no preocuparle, a pesar de que podía notar cómo sus ojos empezaban a picar y su pecho a doler cuanto más tiempo pasaba.

- Seguro que le va a encantar.- Musitó esbozando una triste sonrisa, tratando de aparentar que todo estaba bien, y que aquel "Te quiero" solo habían sido dos palabras más que añadir a una carta de amor que no era para él.

...

Próximo capítulo: 14 de Febrero.

Capítulo basado en la canción: "If I could tell her" del musical Dear Evan Hansen.