PROLOGO
Almuerzo Para Cuarto
15 de febrero de 2000
-Mmmm que delicia
Piensa un joven respecto al sándwich de queso fundido, espinaca y huevos que estaba comiendo
Una sonrisa disimulada marca su rostro mientras toma varios sorbos de una taza llena de café caliente
Y no exageraba al demostrar su contento ya que en ese lapso, entre las 13:40 y las 14:00, era el único que tenía para sí mismo antes de regresar al trabajo
El muchacho se levanta del pequeño pero cómodo escritorio del que se encontraba sentado, prefería comer así ya que el hacerlo donde habitualmente se sienta para atender a sus pacientes le resulta algo... Estresante
El delgado chico se acerca a la única ventana del lugar para observar el paisaje. La vista no es la gran cosa ya que sólo hay edificios viejos alrededor, pero lo que a él le interesa es el cielo, ese cielo gris que tapa completamente el sol
Pero no le molesta eso, mas bien le agrada. Quizá por el hecho de que la oscuridad hacia relucir aún más su pelo rubio, aquel que porta elegantemente arreglado, o tal vez porque el sol así no podría dañar su pálida piel. Sea cual sea el motivo a él le agrada ese tiempo, le gusta observarlo cada vez que puede
Pasado unos minutos y unos buenos mordiscos a su sándwich decide volver a su escritorio, pero esta vez sentándose donde le corresponde, para así volver a tomar la costumbre.
Luego de terminar su almuerzo se vuelve a la taza de café y la toma hasta dejarla seca, necesitaría toda la energía disponible para afrontar la larga jornada que le espera
A la falta de unos minutos para volver al trabajo decide relajarse en silencio un momento, se inclina con su silla para así quedar recostado y mirar aquel cielo blanco que era el techo de su pequeño despacho
Tranquilidad, le gusta estar tranquilo
Aún cuando eso no le dure mucho, porque de un segundo a otro un fuerte ruido y un pequeño temblor lo hacen sobresaltarse cayendo de su silla directo al piso
Ante el susto provocado sus reflejos lo hicieron levantarse velozmente del suelo y en un "zaz" analizar la situación que tenía en frente
Y ahí lo comprendió todo. Su paz había sido afectada por aquellos dos sujetos que tenía delante, aquellos que se aparecieron como por arte de magia
No le fue difícil identificarlos ya que ellos eran muy distinguibles del resto de las personas. El moreno delgado y sus patéticos lentes circulares y el idiota pelirrojo que siempre anda detrás de él, los dos hasta los pelos llenos de lodo y sangre ensuciando el blanco de la habitación
-Potter, Weasley! ¿P-pero que demonios es esto?!- Alcanzó a vociferar el rubio
Los dos chicos solo se limitaron a sonreírle y hacerle un ademán de saludo con las manos diciendo al unísono "Necesitamos tu ayuda, Draco"
No sin antes señalar el cuerpo de una persona herida transposicionada al que antes era un ordenado escritorio
