Tentación inevitable

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Por: Mokona-kuchiki

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Primer capitulo: Lo que somos


Caminaba lentamente en medio de la noche de luna llena, los arboles enormes la rodeaban y la luna le permitía saber hacia donde se dirigía, su compañera sentir en las noches de soledad, sus paso blanca no emitían ningún sonido por la gruesa capa de nieve que ubría el suelo y eso le encantaba... Le encantaba salir de su encierro para sentirse libre Aunque estuviese prohibido le encantaba lo prohibido.

El invierno estaba en su apogeo y si no fuera por las ropas que moriría congelada llevaba lo era eso lo mas probable, aun así, le gustaba sentir el viento helado rozar su rostro, la única parte del cuerpo que no era cubierta, giro levemente para asegurarse de que nadie la siguiera, demasiado Tuvo cuidado al salir del castillo y mucho mas para burlar a sus guardias, pero antes de llegar al lugar que deseaba era capturada.

Apresuro sus pasos, Estaba segura de que faltaba poco y muy poco le emocionaba, perdió toda percepción del ambiente que la radiaba estando sumergida en sus pensamientos y no se percato de que era seguida sigilosamente a unos cuantos metros de distancia, siendo victima de pensamientos horrorosos por parte de esa entidad

- ¡¡HIME!! ¡¡CUIDADO!!

Escucho a lo lejos la voz de su amigo que formaba parte de su escolta, al girar no lo encontró un él, si no a una persona desconocida, el temor la invadió.

- ¿Que hace la princesa Kuchiki Tan Sola? - Esa persona hablo con burla.

Levanto lentamente su mano aquel sujeto y de Manera Sorprendente dejo salir unas enormes garras que se posaron en su cuello.

-Quiero saber... quiero saber si es verdad, que su sangre mi princesa, es tan exquisita-Comenzó a perforará lentamente su cuello un hilo de su brillante sangre escurrió por su cuello y Pudo ver como ese sujeto la miraba con deseo y locura, eso era lo que ella provocaba, era siempre lo mismo.

La sangre mancho la blanca nieve y hermosa, y el olor a sangre inundo el lugar, ella estaba tirada en el piso cubierta de sangre, no suya, sino de su agresor, y podía ver como era este partido por una gran espada que conocía un la perfección, inundo el lugar, de un momento a otro estaba tirada en el piso cubierta de sangre, no suya, sino de su agresor, y podía ver como era este partido por una gran espada que conocía a la perfección.

-Escoria... Púdrete en el infierno.

Término de desgarrar la piel del monstruo, acabando con su existencia rápidamente, convirtiendo su cuerpo en madamas que cenizas que se perderían con el viento al igual que ella.

- ¿Estás bien?

Lentamente levanto la mirada y encontró los hermosos ojos de su salvador.

-Si, Ichigo ...

Fue descubierta de nuevo.


La noche era perfecta para salir de casería, cazar una seres que no saben vivir y desprecian sus vidas en cosas tan nulas, que era aburrido Mientras que el bebiera de sus vidas pidieran clemencia, clemencia que el no daba, por el simple Hecho de odiarles, odiaba a todo Ser Humano que desaprovechara su vida, ese don y regalo tan grande que dios da A sus hijos, y los hijos del diablo, cual era su regalo, vivir en medio de las sobras y eternidades odiosas.

-Por favor no ... no, tengo dinero-su presa suplicaba y en medio del Temor saco un bolso lleno de monedas de bronce-Mire, todo eso es suyo, pero por favor, no ...

Miro levemente la bolsa que le había lanzado, la misma que hace poco vio arrebatarle de la mano a una mujer y sus hijos que lo mas seguro eran sus ahorros de su vida.

-Eres despreciable... - sus ojos verdes miraron A su presa.

-No ... no por favor ¡¡NOOOO!!

La sangre volvía a cubrir la magnifica pureza de la nieve, y el saciaba su odiosa sed, en poco tiempo ese sujeto dejo de moverse y su corazón dejo de latir, señal de que muerto estaba. Limpio la gota de sangre que escurría de su boca y lo tiro en lo profundo de la oscuridad de ese lugar, tomo la bolsa y siguió su camino, buscando a la mujer de antes y la encontró mendigando junto a sus hijos, presintiendo que no tentarían lugar donde dormir.

-Disculpe, creo que es suyo- hablo secamente como de costumbre, y dicho eso le entrego la bolsa.

-Muchas gracias señor- la mujer no sabia que hacer para agradecerle.

-No es hora para que usted salga de casa- le dijo

-Lo se señor, pero necesitaba el dinero para mantener a mis hijos- le mostro a un pequeño de no mas de tres años y pudo ver a la pequeña criatura que tenía en brazos- si no fuera por usted, hubiésemos dormido en la calle.

-…

Los vio alejarse rápidamente, como algo material puede cambiar la percepción del mundo de las personas, lo mas seguro es que esa mujer haya maldecido a dios por que el fruto de su trabajo hubiese sido robado, pero al serle devuelto le haya dado gracias, cuando diera lo que diera dios… deberían de darle las gracias por estar vivíos.

En un principio había planeado atacarla a ella, devorar hasta la última gota de sangre de ella y sus hijos… pero dudo, como ser humano dudo y eso no era un pecado, para los humanos no es pecado dudar y sentir, pero… el no era humano


Caminaban por el bosque Después de lo ocurrido, le había pedido que la llevara un cierto lugar que él también conocía también, y al final, pasando sobre unos arbustos llegaron.

Era un lago muy extenso, Siendo cubierto por el hielo era una magnifica vista.

-Pudiste haber muerto-hablo finalmente su compañero.

- ...

-¡¿Por qué sales sin avisar?! ¡Rukia!-el grito del joven inundo el ambiente y de los grandes arboles, los pájaros dejaron sus nidos asustados.

-solo, quería respirar un poco- contesto serenamente a lo cual el pelinaranja respondió con un notorio suspiro.

-En este lugar… ¿Las mataron?

-Sí

No dijo nada mas, sus palabras eran lo que mas sobrara en ese momento y aunque no lo fueran, no sabia como consolar a su amiga, tenia recuerdo borrosos de esos días en que la guerra estallo entre los vampiros y humanos, cuando a él y a su amiga les quitaron lo que mas querían, sus familias.

-¿Los odia?- pregunto.

-¿A quienes?

-A los monstruos que las mataron- tenía tiempo que lo quería preguntar…

-No- contesto firmemente mientras una brisa de aire frio los acaricio a ambos.

-¿Por qué?

-Porque… a mi madre y a mi hermana las liberaron de este futuro tan horrible y también- se acerco lentamente a el y lo envolvió en un cálido abrazo- si yo los odiara, te tendría que odiar a ti.

Aquel pelinaranja respondió el abrazo con uno más fuerte, sorprendiéndola no por el abrazo, sino por lo que siguió después. De nuevo la sangre manchaba la blanca nieve que los radiaba y su traje no era la excepción, los gemidos comenzaron a salir de su boca lo que excitaba al pelinaranja a seguir, pero entendía que si lo hacia, la mataría.

Se separo lentamente de ella y noto el color carmesí ene sus mejilla, por que siempre era así, ya debería de estar acostumbrada.

-Ichi…go- le costaba hablar, sin duda la tomo por sorpresa.

-No dejare que nadie mas disfrute de tu sangre… solo yo.

Esa era ella, Kuchiki Rukia, la princesa del reino de las almas puras, y él, la persona que se convirtió en monstruo por ella, Kurosaki Ichigo.


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