Disclaimer: Los personajes de Kannazuki no Miko le pertenecen a Kaishaku, a TNK Studio y a Geneon Entertainment… Yo sólo me inspiro en ellos con fines recreativos ;).
KANNAZUKI NO MIKO: EL AMOR QUE TRASCIENDE
CAPÍTULO I: UNA CHISPA DE ESPERANZA
En un mundo divino denominado Izumo gobernado por el Dios supremo Riggardo el cual poseía inigualable belleza, masculinidad, sabiduría, una imponente mirada de color esmeralda, con un cuerpo fornido, una cara y piel tan tersa que lo hacían lucir extremadamente joven que su única imperfección era una pequeña cicatriz en su frente pero su color de piel era tan clara que sólo se podía igualar con la nieve, su cabello y barba de color gris perfectamente alineadas expresaban un genuino toque de elegancia. Ese mundo sólo era habitado por otros dioses y deidades, en ese momento se estaba a punto de llevar una conversación entre el Dios supremo y su hija mayor Galatea, diosa de la sabiduría; la cual era poseedora de una gran inteligencia que solamente podía ser igualada con su tremenda belleza. Sus cuerpo era extremadamente exuberante, su cabello era largo de color dorado, ojos color azul cielo que irradiaban una gran bondad y una sonrisa tan encantadora que podría persuadir a cualquier divinidad o mortal con su labia…
La hermosa diosa exclamó lo siguiente…
"Padre, me parece que ya es hora de poner fin al sufrimiento y dolor que le has impuesto a esas pobres sacerdotisas reencarnación tras reencarnación… Hasta tú ya debiste de haber perdido la cuenta de cuántas veces han pasado por ese cruel destino, matándose la una a la otra, cruzando también por el más cruel de los escenarios que es el de sellar el alma de una de ellas por varios siglos en ese templo lunar lleno de obscuridad e infinita soledad; esperando por su siguiente reencarnación sólo para reencontrarse con su amada y reconocerse para recordar todo su infinito amor el cual trasciende el tiempo y el espacio; experimentar ese gran sentimiento por un periodo muy corto para al final enfrentarse al Orochi, sellarlo; y llevar a cabo ese fatídico ritual. ¿Por qué sigues, padre? Jamás he podido entender ese actuar tuyo y será mejor que me expliques la verdad de una vez por todas…".
Le reclamó Galatea mientras le obsequiaba a su padre esa sonrisa tan encantadora y dulce la cual ni el mismo puede resistir.
"Amada hija escucha con atención puesto que esta será la primera y última vez que hablaré de este asunto… Hace más de ocho mil años e inclusive antes de conocer a tu adorada madre y que nacieras mi encantadora diosa de la sabiduría yo era realmente joven e inexperto y me encantaba tener una vida tranquila y sin responsabilidades pero eso terminó muy pronto puesto tuve que ascender al trono ante la abdicación de tu abuelo… y mientras atendía los asuntos de nuestro reino sentía una infinita soledad y que algo me faltaba a pesar de tener el amor de tus tíos y de tu abuela… Fue así que empecé a observar con detenimiento el planeta tierra constantemente hasta que llamó mi atención una mujer hermosa la cual poseía el cabello más hermoso del mundo que era de un rubio dorado deslumbrante… tenía un cuerpo perfecto, una sonrisa angelical, los ojos amatistas más bellos y expresivos que haya visto… y lo mejor era su corazón tan puro y tan lleno de infinita bondad que sólo podía existir uno así en el mundo entero… Ella era la princesa Kurusugawa del reino del norte y a pesar de su linaje de nobleza y poder militar era sumamente amable, pura, llena de energía y codiciada por todos los hombres e inevitablemente me enamoré ante semejante existencia la cual casi era igualada por la de un ser divino…".
El Dios supremo de Izumo hizo una leve pausa, entrecerró los ojos y continuó:
"Sin embargo a pesar de ser un dios no podía acercarme a ella tan abiertamente y confesarle mis sentimientos pues no me conocía puesto que yo solamente la observaba de muy lejos… Lo más triste era que ella se encontraba perdidamente enamorada de alguien más… Era de una chica atlética, de cabellera azul larga, de gran estatura, de tez blanca, era demasiado inteligente, poseía una gracia con la cual siempre brillaba y salía victoriosa en cualquier ámbito al que estuviera expuesta, era acechada por cientos de doncellas y caballeros de cualquier clase social, era la princesa Himemiya del reino del sur, la cual también estaba enamorada de la princesa Kurusugawa y prácticamente eran la pareja perfecta y estaban a punto de formalizar su relación… la cual las llevaría en un futuro no muy lejano al matrimonio así que me decidí a evitar esa unión a toda costa… Para ello me valdría de cualquier jugarreta o canallada y de mis poderes para lograr mi objetivo que no era más que quedarme con esa mujer tan maravillosa hasta el fin de los tiempos puesto que la convertiría en una Diosa para que tuviera vida y juventud eterna y pudiera permanecer a mi lado. Y así fue cómo conspiré en su contra… Escribí unas cartas citándolas a ambas en un lago, en una cita romántica a la luz de la luna sólo con la variante de una hora de diferencia. Me decidí a tomar la forma de la princesa Himemiya vistiendo unos ropajes de color negro, a diferencia de ella siempre vestía de color azul, una vez que llegó la princesa Kurusugawa me dispuse a platicar con ella cosas triviales para hacer tiempo y preparar la escena más romántica y apasionada que pudiera existir en lo que llegaba la princesa Himemiya, pasado el tiempo escuché a lo lejos el cabalgar de la citada princesa, enseguida tumbé a mi princesa en el pasto justo a la orilla del lago… Empecé a besarla y a acariciarla apasionadamente a lo cual ella no opuso resistencia y me secundó… Nuestros cuerpos ya desnudos sólo eran iluminados por la luz de la luna… En ese instante sentí la presencia de la princesa Himemiya observando a lo lejos a través de unos arbustos y pues ella veía solo una silueta de cómo alguien más le hacía el amor a su princesa… Y cómo ella gozaba y gemía de placer, no necesitaba ver más ya que su corazón prácticamente se detuvo y rompió en llanto. Mi plan había salido a la perfección puesto que ella se retiró del lugar sin reclamar o hacer ruido alguno y mi adorada princesa tampoco notó nada extraño así que salí triunfante. Pasaron dos meses desde que monté ese acto perverso y mi princesa no había tenido noticia alguna de la princesa Himemiya lo cual la tenía triste y desorientada… Transcurrida una semana más le llegó a mi princesa la noticia del matrimonio que se llevó a cabo entre la princesa Watanuki del oeste y la princesa Himemiya del sur… Su corazón se hizo mil pedazos, quería morir de dolor, no daba crédito de lo ocurrido y así logré mi objetivo, bueno… al menos eso creí... Decidí presentarme ante mi anhelada princesa para conquistarla y ganarme su amor pero no ocurrió así; constantemente fui rechazado por ella aparte había algo que cambió en su ser: esa luz, ese resplandor tan cálido que irradiaba como el mismo sol, el que tanto deseaba, se había extinguido por completo, pasaron dos años y no perdí las esperanzas y por fin logré el tan anhelado "Sí" sabiendo perfectamente que no me amaba, pero eso a mí no me importaba, solo deseaba tenerla a mi lado, por fin llego el día de nuestra boda en el cual le confesaría mi verdadera identidad para poder partir de ese mundo para siempre con ella a mi lado.
Eran las 10:00 am, faltaban tan sólo dos horas para la ceremonia, me dirigí al cuarto de mi futura esposa cuando de pronto escucho unas voces…:
"Te lo suplico por favor no te cases, te amo más que a nada en este mundo, me divorcié de mi esposa al año de que me casé, no podía engañarme más, te amo sólo a ti, a pesar de lo que me hiciste, eres mi sol que me ilumina todos los días, mis ganas de vivir, el aire que respiro… ¡Por favor no te cases con ese hombre!".
Enseguida escucho romper en llanto a mi prometida… Ella decía en susurros:
"¿Por qué? ¿Por qué me hiciste eso? Sin ninguna explicación… Si yo te amo con todo mi corazón, ni un solo día he vivido sin amarte, hasta el día de hoy mi alma y corazón te pertenecen, eres mi luna que ilumina todas mis noches llenas de soledad, a la que miro constante e incansablemente cada vez que se oculta el sol susurrándole que cuando volverás a mí lado… De hecho perdí la fe el día de hoy, me di por vencida y decidí unirme a alguien más sin amor sólo para olvidarte y arrancarte de mi corazón…".
En eso entro abriendo lentamente la puerta sin hacer ruido alguno pero muy en mis adentros explotando de rabia y de una furia irracional porque veo a mi amada en los brazos de la princesa Himemiya fundiéndose en un beso tierno y apasionado, parecía que sus labios no se despegarían nunca hasta que escucho en unísono sus voces apasionadas susurrándose un te amo…
Ellas aún no se percataron de mi presencia y mi adorada princesa murmuro…:
"¡Está bien amor! ¡No me casaré con ese hombre y ambas olvidaremos los errores de nuestro pasado para poder ser infinitamente felices y comenzar de nuevo!".
Ellas se disponían a besarse nuevamente hasta que no pude contenerme más y grité:
"¡Felicitaciones! Así que a pesar de todo lo que hice para separarlas no tuve éxito… Permítanme presentarme: soy el dios supremo Riggardo".
Empecé a explicar todo referente a mi "amor" por la princesa Kurusugawa y lo que hice por separarlas, ellas se sorprendieron mucho al saber de mi identidad. Tomé a mi amada princesa de la mano dispuesto a llevármela a la fuerza a mi mundo pero ella oponía resistencia mientras me gritaba que me odiaba… que jamás sentiría amor por alguien tan despreciable como yo y ella me miró fijamente a los ojos con desprecio…
"Me causas infinita repugnancia y hagas lo que hagas jamás podrás tener mi amor, ese solo le corresponderá a mi amada princesa, a mi luna resplandeciente… ¡Nuestro amor trascenderá hasta el fin de los tiempos!".
En ese instante la princesa Himemiya toma un florero de bronce, estampándomelo con brutalidad en mi frente haciéndola sangrar, me parecía imposible que alguien pudiera herirme físicamente siendo un dios pero rápidamente comprendí que era por estar en ese mundo, sin utilizar mis poderes al cien por ciento y caí de rodillas sujetando fuertemente mi herida que no dejaba de sangrar… Cuando levanté mi cabeza ellas se encontraban abrazadas como completamente aterradas por la manera en que reaccionaría al ser un Dios. Me levanté lentamente, liberé mis poderes de Dios completamente para poder curar mi herida y detener el sangrado aunque quedó una pequeña cicatriz en mi frente lo cual me puso nuevamente furioso. Dirigí una mirada a ellas con un profundo odio y las condené… No sé cómo es que se me ocurrieron todas esas ideas y las llegué a articular en una maldición pero fue lo que me salió en el momento...:
"Ambas serán castigadas por esta insolencia y desprecio: las condenaré a ser las sacerdotisas de la luna y el sol por la eternidad pues ambas reencarnarán una y otra vez repitiéndose siempre la misma historia en la cual lucharán contra mi rival la deidad de la oscuridad el Orochi que intentará destruir su mundo, el será inmortal y la única forma de contenerlo será sellando su alma en el templo de la luna con la ayuda de mi hermana la Diosa de las espadas Ame no Murakumo la cual sólo podrá ser invocada si mantienen la castidad de sus cuerpos con total pureza; y también para poder restaurar su bello mundo tras los destrozos y muertes dejadas por el paso del Orochi tendrá que entregar su vida cualquiera de ustedes dos pero eso sí; con la única condición que debe morir una a manos de la otra; ustedes de momento no recordarán nada de sus vidas pasadas… Nacerán el mismo día en distintos lugares, y al cumplir los 16 años empezará su castigo y lo mejor de todo… nunca recordarán el amor que se tienen…".
Acto seguido reí con demencia y ellas me miraban con un profundo desprecio y temor al saber lo que les esperaba… Luego les dije burlonamente…:
"Tengo todo el tiempo del mundo puesto que soy un Dios para observar ese amor infinito que trasciende el tiempo y deseo saber cuántas veces soportarán el separase, el arrebatarse la vida sin llegar a odiarse y créanme que será muy divertido observar esta penitencia que llevarán por la eternidad".
Ellas se tomaron de las manos, se miraron fijamente a los ojos y se abrazaron con mucha fuerza. En ese instante la princesa Kurusugawa le dijo a su amada:
"Juro que jamás me olvidaré de ti, sea como sea te reconoceré y nunca podré olvidar este amor tan inmenso que siento por ti".
La princesa Himemiya le tomó la mano y la beso diciéndole fijamente a los ojos con todo el cariño del mundo:
"Juro que reencarnaré y también te prometo el mismo amor porque te amo, siempre serás mi número uno, mi única princesa, siempre serás todo para mí".
Ambas unieron sus labios en el beso más tierno, hermoso y lleno de esperanza mientras derramaban lágrimas de tristeza ante su inminente despedida. En un abrir y cerrar de ojos utilizando mis poderes detuve el tiempo, las teletransporté a mi mundo donde borré sus memorias y las hice reencarnar para comenzar con todo lo que les había dictado y así sucedió tal cual lo planeé una y otra vez a excepción de que hasta la fecha siempre recuerdan su amor como ellas mismas lo sentenciaron sin importar lo que haga siempre sucede lo mismo y hasta su última reencarnación que han experimentado sigue ocurriendo y eso me desquicia…
"¿Ahora entiendes todo mi amada y hermosa Galatea?".
"Sí, padre… ahora lo entiendo y en verdad me encuentro profundamente decepcionada de ti… Tú, mi ídolo y ejemplo a seguir está lleno de tanto resentimiento por no ser correspondido a pesar del largo tiempo que ha pasado… Pero padre, respóndeme a algo más… ¿En verdad nos amas a mamá y a mí? Porque al escuchar tu historia no lo parece".
Riggardo respondió en un tono fuerte, decidido y lleno de amor.
"Oh Galatea, las amo a ambas con todo mi corazón más que a nada en el universo, lo que sentí por la sacerdotisa del sol ya quedó hace mucho en el pasado porque comprendí que sólo fue una estúpida obsesión puesto que al conocer a tu madre descubrí lo que es el verdadero amor".
Galatea abrazó a su padre con todas sus fuerzas y besó su mejilla, lo miró a los ojos y le respondió:
"Padre, ya es hora de terminar con el tormento de esas pobres sacerdotisas… Te lo pido por favor…".
Riggardo la miró sorprendido y le contestó que era imposible puesto que su orgullo no se lo permitía.
Entonces Galatea propuso lo siguiente:
"Sé que estás enfadado por lo ocurrido y también porque ellas siempre recuerdan su amor y por esa cicatriz que ahora sé de dónde te viene pero se me ocurre poner una última prueba a las sacerdotisas en la cual hagamos que pasen por las situaciones terrenales más difíciles… Algo como que no puedan recordase tan rápidamente para lo cual sellaremos sus memorias con unos collares mágicos que me encargaré de obsequiarles al cumplir sus 3 años de vida, los cuales no se podrán quitar sin darse cuenta… Cada una llevará la mitad de una almeja rosada y si ellas logran superar esas pruebas difíciles y se vuelven a enamorar sus collares desaparecerán y lograrán recordar todas sus vidas pasadas. En lugar de los collares les aparecerá una especie de tatuaje en su hombro pero esta vez invertido: el sol llevará a la luna y la luna llevará al sol para que nunca olviden en esta vida y en las demás que les toque vivir su inmenso y maravilloso amor".
Galatea puso su expresión más seria y concluyó:
"Padre… sí llegaran a fallar prometo jamás interferir en tus deseos y sus almas serán consumidas eternamente y se perderá su existencia definitivamente y así jamás tendrás que volver a preocuparte si llegan a recordar su amor… ¿Qué opinas padre?".
"Acepto con gusto hija mía, sé plenamente que esta vez por fin ganaré pero antes que nada debe existir un límite de tiempo para todo esto…: si al cumplir los 26 años no han logrado superar esta prueba tendré la victoria asegurada en automático".
"Sin ningún problema. Que así sea y mucha buena suerte para ambos".
"Galatea, voy a ir a donde está Ame no Murakumo para informarle de la situación y que platique con la sacerdotisa para que estén conscientes de la única oportunidad que tendrán en esta vida para reafirmar su supuesto amor…".
Unos momentos después en el Templo Lunar…
En la luna existe un templo abandonado del que nadie sabe algo pero aquí es donde empezó todo y es donde el alma de la sacerdotisa lunar se encuentra atrapada en la oscuridad siendo atormentada por los recuerdos de su amada sacerdotisas solar la cual fue separada una vez más de su lado… En ese templo se pierde la noción del tiempo pues todo transcurre apaciblemente a excepción de los sentimientos que existen implacables y latentemente resonando en el alma de la sacerdotisa lunar…
"No sé cuánto tiempo llevaré en este maldito templo… Ni siquiera puedo recordar el número de vidas que he reencarnado sólo para poder sentir el inmenso amor de mi amada aunque sólo dure por unos instantes para después terminar arrebatándole su vida y separarme de su lado… ¡Maldigo mi destino…!".
La sacerdotisa de la luna empieza a derramar lágrimas de amargura pero repentinamente escuchó una voz celestial llamándola:
"Sacerdotisa lunar, escúchame: tengo algo importante que debo hablar contigo…".
"¿Qué carajo quieres de mí?".
Murakumo empezó a reírse…
"Déjate de estupideces y dime a que has venido…".
Murakumo le cuenta pormenorizadamente las órdenes que recibió y espera una respuesta de mi parte.
La sacerdotisa encerrada no podía creerlo, estaba completamente perpleja, las piernas le temblaban, el corazón le latía a mil por minuto, los ojos se le inundaron de lágrimas al saber que pronto vería a mí amada y no solamente eso sino que por sobre todo tendría la oportunidad de luchar para que fuera para siempre… Se secó las lágrimas y gritó con todas sus fuerzas…
"¡Claro que acepto y saldremos victoriosas…!".
La sacerdotisa de la luna esgrimió una leve sonrisa…
"A mí no me agradezcas nada, sacerdotisa lunar, eso se lo debes únicamente a la bondadosa Diosa Galatea, que ha visto el gran sufrimiento que ustedes han pasado a través de los siglos y ella ha intervenido y apostado por ustedes ante su padre así que deben esforzarse y no fallarle… Así pues, te pregunto por última vez: ¿Quieres volver a reencarnar y quizás por última vez para aceptar el nuevo reto que te espera?".
La joven de ojos azules respondió con una ligera sonrisa:
"Más que nunca".
Y enseguida para la sacerdotisa lunar todo se volvió borroso y luego oscuro…
Continuará...
Nota: - Agradezco mucho a mi amigo y editor Saizouhhh quien me ha apoyado en este proyecto para poder compartirlo con ustedes, como les he comentado soy principiante y por consiguiente no soy buena con la redacción y ortografía :3 También si desean hacer algún comentario con el fin de mejorar siempre será bien recibido :)
Saludos! , Cheers!, cumprimentos!, Привет, 問候, Üdvözlet :D
Edited by Saizouhhh
